miércoles, diciembre 31

Mi motor



Decir que este blog nació hace doce meses no es cierto. Han existido otras Sombras de Grumm; y este último formato, parece que el definitivo, se creó hace tres años, en el verano del 2006. Desde entonces ha crecido, se ha expandido, se ha hecho rico en contenidos y ha visto pasar muchas guerras, muchas discusiones y, sobre todo, muchos buenos momentos.
Pero hace un año, justo por estas fechas, asumí un compromiso: una entrada por día. Obviamente, eso ha sido imposible. Estar al pie del cañón los 365 días del año es insostenible. Pero ahora miro el histórico de mensajes, veo doce meses, veo 384 entradas (con esta 385) y pienso: pues no ha estado mal la cosa, joé. Cuando decidí crear un blog dinámico, tomé como referencia el mejor blog de género: Crisei, del maestro Rafael Marín. Obviamente, estar a la altura de este genio es imposible. Rafa ya es muy mayor y yo soy muy joven, y su sabiduría se cuenta en kilates de oro puro. No obstante, también debo decir que, con diferencia, Crisei ha sido el blog más amable con este modesto espacio, pues al día las visitas que llegan desde la bahía de Cádiz son innumerables, por lo tanto también pienso que algo habré hecho bien y que mucho le debo a ese blog padre llamado Crisei.
Como imitar al maestro Marín es imposible y realizar algo que ya está hecho no sirve pa’na, decidí darle a la Sombra de Grumm mi propio saborcillo, el soborcillo friki de David Mateo. Reducir las entradas sesudas y hablar de mis cosas. Y cuando digo mis cosas no sólo me refiero a mis libros (que también), me refiero al gusto por una cultura friki (los modernos la llaman contracultura o géneros undergrounds… yo lo llamo las cosas que me divierten desde pequeño), mi visión de la literatura, el pulso de las noticias que nos rodean y, sobre todo, mi vida.
Probablemente este haya sido uno de los años más jodidos de los últimos tiempos. Yolanda —la persona que más quiero— lo ha pasado muy mal e, inevitablemente, yo lo he pasado mal. Pero tampoco quería reflejar todo ese mal rollo en el blog, porque no sería justo. Ni tampoco creo que hoy sea justo que a todos los fieles a la Sombra les tuerza el día con pensamientos que no vienen a cuento y son muy personales. Pero quiero que sepáis que en muchos momentos, en los peores momentos del año, este blog ha sido un apoyo grandísimo y os debo un abrazo fortisísisisisimo. Quiero agradecer a todos los lectores habituales de la Sombra de Grumm vuestra participación (más activa o más pasiva), a todos los que me habéis mandado emails comentándome cosas, a las webs y administradores que se han hecho eco de cualquier parida que haya salido de esta grotesca mente, a los blogs que me han enlazado en su blogosfera, a los editores y autores que han confiado en este blog para promocionar su obra… en definitiva, a todos los que han puesto su granito de arena en este año tan complicado.
¿Y en el 2009 qué?
Pues chico, ni me ha salido la lotería, ni tengo perspectivas de que cualquiera de mis libros se convierta en «La sombra del viento» y sigue apeteciéndome leer contracultura, cultura underground o culturilla friki… llámenlo como quieran. Así que voy a seguir escribiendo en el blog. Si les apetece acompañarme, la puerta esta abierta las veinticuatro horas.
Por otro lado, he dejado de coordinar Historias Asombrosas ya que el trabajo en colegios e institutos aumenta, así que me va a tocar echar más horas con los niños. En breve comentaré más cosas relacionadas con HA en este blog, pero no os preocupéis que, hasta donde yo sé, la revista va a seguir funcionando normalmente. También hay proyectillos culturales muy importantes por ahí que espero que salgan adelante y deparen buenos momentos en este blog. Pero, como decía unos cuantos párrafos más arriba, en estos tiempos de crisis asegurar algo es una kamikazada.
365 días – 385 entradas.
Un bonito ejercicio literario, que diría mi amigo Marín.
No me atrevo a poner ningún nombre porque seguro que me dejaría a alguien. Pero tú que estás al otro lado de la pantalla (tú, sí tú) a ti te lo agradezco todo. Tú has sido el motor que ha movido esta sombra, por encima de premios, reconocimientos y palmadas en el hombro.
Y no me enrollo más que luego Jorge Ruíz Morales me riñe porque hago las entradas demasiado largas… y juro por Jesusito de mi vida, eres niño como yo, por eso te quiero tanto y te doy mi corazón, que esa no es mi intención.
Gracias por estar conmigo en el 2008 y que el 2009 sea mejor para todos.
¡¡Sois cojonudamente rebuenos, hostia ya!!



¡¡Y despedimos el año con una bonita canción lésbica que seguro les alegrará la vista!!



By David Mateo with 22 comments

martes, diciembre 30

Las siete diferencias...



¿¿¿ ... ???
(Antes de mirar el comentario piensa).

By David Mateo with 6 comments

Gente que da miedo.

El domingo pasado llegaba a casa a eso de las diez y media de la noche, después de dejar a Yolanda e, inevitablemente, verme inmerso en un ritual que debo realizar cada día de unos meses a esta parte: dar vueltas por mil calles distintas para aparcar. Mi barrio es un barrio de jubiletas. Llegas a las nueve y un minuto y ya están todos los coches aparcados junto a la acera, rascándose la pancha. Hay domingos que los abuelillos no mueven el Cintroen BX ni aunque se declare la Tercera Guerra Mundial. Pues bien, el domingo llegaba tan tranquilo y me encontré a una mujer haciendo contorsionismos para entrar por la parte delantera del coche (no penséis mal, porque estaba sola y con toda la ropa puesta… y encima era una de esas abuelillas). Al verme aparcar muy cerca de otro vehículo, cargó contra mí su frustración: «Si es que la culpa la tenéis vosotros por no dejar espacio entre coche y coche, así luego nos pasa a nosotras, las mujeres mayores, que nos las vemos y nos las deseamos para entrar en nuestros vehículos.» Obviamente, repliqué con la única contestación coherente dadas las horas que eran y la melopea que llevaba encima después de dar ciento veinte vueltas al barrio: «Señora, no me coma la cabeza.»

Creo que logré que la abuelilla se acochinara en tablas y no siguiera refunfuñando. Luego me sentí un poco mal, al fin y al cabo estamos en Navidad, hay que tener buen espíritu, ser bueno con todo el mundo y ser indulgente con los abuelillos para no ir al infierno.

El caso es que la reacción de la señora me hizo reflexionar mucho sobre el mundo en que vivimos y todo ese tipo de cosas que te vienen a la cabeza cuando tienes un roce casual con otro prójimo. En lo más profundo de mi mente surgió el dilema inevitable: ¿Cuáles son los individuos que más nos aterran en nuestro devenir diario? Y no valen los típicos y tópicos, es decir, el violador que te viola cada año bisiesto, el atracador que te robó veinte euros en el mercadillo o la prostituta de lujo que cada noche se quiere meter en tu coche e insiste en hacerte el servicio gratis. No. Esos no valen. Tienen que ser personajes terroríficos que cohabiten en nuestro devenir diario.

Voy a poner mis cinco ejemplos. Gente malísima con la que te cruzas diariamente y tienes que morderte la lengua para que no te den para el pelo.

—El policía local que está en un control. Es el ejemplo más evidente de todos. Cuando pasas por el típico control de alcoholemia, todos los polis ponen cara de perro y van con las escopetas y las metralletas preparadas, entonces da la sensación de que entras en un microclima semejante a Guantánamo. Una mirada del capitán de turno significa: como te rebotes o me sueltes una tontería, te mato y luego escupo sobre tu cadáver. La reacción es inevitable: bajas la música, te pones las gafa pasta y tratas de componer un gesto intelectualoide para que no de la impresión de que perteneces a la calaña farlopera. A mí, como ya he sobrepasado los treinta y no llevo el pelo muy rapado, no me suelen parar.

—El funcionario del INEM. Cuando estás en el paro y, sobre todo, recibes una contraprestación económica del Estado, entrar en una oficina del INEM es como ir a uno de los antiguos cuartelillos de la mili. Nada más entrar en la oficina hay un cartel que proclama: «Tu alma es nuestra.» Entonces comprendes que tu vida, que tu futuro, que tu situación social está completamente supeditada al funcionario con cara de bulldog deprimido, ya entrado en kilos, que se sienta detrás de una mesa llena de papeles desparramados (y que, por supuesto, llevan siglos sin ordenar) y te pone unos ojitos lujuriosos que transmiten el siguiente mensaje: «ven, ven, ven que te voy a apañar el saco». El parado, cuando se sienta delante de esta clase de funcionario, sabe que tiene que ser dócil y manejable, que debe aceptar a pies juntillas todo cuanto le indique el funcionario (y si el sol sale por el oeste y se pone por el este es porque su majestad INEM así lo dispone, amén) y que si se tiene que despedir de sus hijos, hermanos y padres porque al funcionario de turno le da por mandarle a cuarenta entrevistas de comercial en un solo día, aún tiene que dar las gracias. Y es que si quieres seguir cobrando tu contraprestación, ya puedes hacer unas cuantas oblaciones a su señoría funcionario o el Estado puede reconsiderar tu paga.
Obviamente, esto lo digo porque soy autónomo, sino no tendría huevos para escribirlo.

—El autobusero. Hace años que no cojo ningún autobús de la EMT, pero el antiguo autobusero, el de mis tiempos mozos, solía atender al perfil de tío malcarado que te ladraba mucho a no ser que fueras una tía con tipazo. Es más, a veces se detenía dos metros después de la parada porque el semáforo se ponía en rojo, te abría las puertas y comenzaba a regañarte porque llegabas tarde y se había visto obligado a incumplir la normativa para dejarte pasar. Y tú pensabas: «coño, pues no habérmelas abierto.» Lo importante es que este tipo de autobusero daba muchísimo miedo porque su autobús era el cortijo donde ejercía la máxima autoridad y, pasase lo que pasase, él siempre llevaba la razón. Por cierto, cuando antiguamente el autobús valía 92 pesetas y a ti, pobre desdichado, se te ocurría pagar con un billete de mil porque eran las siete de la mañana y todavía no habías podido cambiar, también te caía una reja de escándalo.

—El revisor del tren de cercanías. Estás tan tranquilo leyendo tu libro y, de repente, un carraspeo. «Ejem, ejem… su billete, por favor.» Levantas la mirada de la página, ves un chaleco de la RENFE, una chaqueta azul marino, un cuello larguísimo que sostiene un semblante de pera agria, dos ojos que te escrutan con frialdad y, entonces, puedes escuchar los pensamientos que bullen tras esa maquiavélica sesera: «Como no lo tengas, te vas a enterar, pardillo.» Sólo en ese momento comprendes lo que es de verdad el infierno. Empiezas a rezar porque el billete siga en tu bolsillo, porque no lo hayas perdido en un descuido, porque no se te haya resbalado de la billetera bajando las escaleras mecánicas de la estación. La mano te tiembla mientras se desliza hacia la cartera. ¡¡Dios mío, como no esté ahí!! Las cejas del revisor se juntan un poco más. Disciernes un brillo en su mirada. ¿Se está relamiendo? Abres la cartera, miras en un compartimiento, en el otro, en el otro… ¡No está! Él sonríe: ya eres mío. Las manos te tiemblan, la cartera está a punto de resbalarse de tus dedos. ¡No está! ¡No está! ¡Lo has perdido! Pero no… en ese momento asoma por un rincón, justo detrás del DNI, medio pegado al plástico. Suspiras aliviado y se lo tiendes al revisor mientras te enjugas el sudor de la frente. Él te mira con escepticismo —como si todavía existiese una mínima oportunidad de “pillarte”—, comprueba fecha, hora y estación, vuelve a mirarte y, finalmente, dice un gracias que se atropella con el silencio tenso que reina a tu alrededor. Mientras se retira, te dirige una última mirada: «volveré».

—La enfermera que se encarga de la sala de espera de los pacientes en Urgencias. Yo no sé si alguna vez os habréis topado con esta señora. Normalmente se encuentra en Urgencias, pero dentro del hospital. Es una especie de sala privada en la que te confinan una vez que el médico te ha hecho la revisión pertinente y te dejan en observación hasta que te dan el alta o continúen haciéndote pruebas. Yo me la encontré sólo una vez —gracias a Dios— y debo reconocer que da un miedo terrible. La tipa está a cargo de un montón de gente que aguarda los resultados de un análisis de sangre, las radiografías, las analíticas o, simplemente, el alta. Es decir, que se pasa toooooodo el día escuchando quejas, peleándose con los familiares que traspasan el box y quieren quedarse con su enfermo o se encarga de que los más estropeados ocupen las sillas de la sala y los que están un poco mejor esperen de pie. Consecuencia: que el morro le toca el suelo. Puedo decir que nuestros caminos se cruzaron sólo una vez —gracias a Dios— cuando fui a que me revisaran un esguince; el médico me dijo a las 18:00 horas que estaba bien, que aguardara a que alguien de administración me diera el alta, me metí en la sala de espera, me topé con esta señora que no hacía más que reñir a la gente y, como me dio tanto miedo (y los administrativos se habían olvidado de mí… algo normal en Urgencias), no me atreví a decirle que tenía pendiente los papeles del alta hasta las 20:00 horas. Por supuesto, ella no me respondió. Se dio media vuelta, fue a recepción, recogió mi alta, me la estampó en la cara y me dijo: ¡Sus papeles, ya puede irse! No le dije nada. Acababa de recuperarme de una pierna rota y no tenía ganas de que me partieran la otra.

By David Mateo with 4 comments

lunes, diciembre 29

El gore como canelita en rama

¿Os mola el gore o no os mola nada el gore? Yo voy a ser honesto, de un tiempo a esta parte el gore me da fatiga. Lo veo en la tele, en las películas, incluso en los dibujos animados y… buffff… no sé, ya no me impresiona. No tanto como cuando era un adolescente imberbe y el simple hecho de eviscerar a un tío me hacía dar botes en el sofá.
Bueno… debo de ser franco, el gore gore gore gore gore no me mola. El gore gore sí. Eso de estar viendo una peli de miedo (pero una peli de miedo, no una peli gore) y que, de repente, unas tripillas o un buen tajo inunde la pantalla, le da aliciente a la peli. No sé, es como cuando mi madre prepara natillas y le hecha canela. Hay veces que se le va la mano y con cada cucharada sacas una rama de canela y, cuando te pones a masticarla, es como si comieras corteza de árbol. En cambio, cuando espolvorea las natillas con canela en polvo, están más ricas y no satura. Pues el gore es igual. Si inundas la película con escenas gore, al final te inmunizas y te da igual ocho que ochenta. En cambio, si dejas caer por aquí una escenita, por allá otra, más allá otra… al final la cosa coge su puntito de canela y te hace disfrutar en el sofá… sí, vale, y te pone la sonrisa boba en los labios. Porque no nos engañemos, el gore es como una escena romántica. Como ese besito entre los dos amantes que sabes que va a llegar en cualquier momento de la película y, cuando se produce, dices: «mira que bonito, ahí está.» Y entonces se te derrama la lagrimilla, pones la sonrisa cachondona de macho escanciao y afirmas con la cabeza satisfecho.
Eso es el buen gore: la sonrisa de satisfacción que te hace pensar que lo que estás viendo está hecho con gracia y en el momento justo.
Yo no es que sea un gran gorista en mis novelas. Intento promulgar con el ejemplo, es decir, el buen gore viene dosificado en la volumetría del libro, como el sexo. Y es que tanto el gore como el sexo son acciones que surgen espontáneamente, como el respirar. Vienen dadas por la acción, por la necesidad del argumento, por la tensión del libro. Hay amigos que al leer mis novelas, me han comentado que debería reducir el nivel de hemoglobina, hacerlas un poco más Walt Disney. A mí todo eso me parecen bobadas. Cuando respondo que yo paso de fruslerías santurronas, esos mismos amigos me dicen que a la gente el gore no le gusta, que la gente no quiere ver en las novelas sangre y vísceras.
Entonces yo pienso: series de médicos.
Sí, sí, esas series que están tan de moda ahora mismo y que todo el mundo ve por televisión (yo incluido, porque me autodeclaro auténtico fanático de las series de médicos, lo admito). Por ejemplo: Anatomía de Gray. En el ochenta por cien de los capítulos, los médicos residentes se detienen en la puerta de urgencias a esperar la ambulancia que trae al herido de turno. La mayoría de las veces, esos mismos médicos aguardan mientras frivolizan sobre cuestiones como el amor, los sentimientos, la culpa o el adulterio, pero lo que el gran público espera ver es el caso que trae la ambulancia y se la sopla bastante lo que digan los médicos. El gran público espera que el caso de esta semana de Anatomía de Grey sea más escabroso, más enrevesado, más grotesco que el de la semana anterior. Cuando el caso de la semana anterior implicaba: un empalamiento de dos tíos, un cazador al que un oso pardo le había abierto el vientre y va con las tripas colgando, un cerebro que está a punto de explotar por la presión y hay que usar un taladro, un tío al que hay que arrancarle la cara y cambiársela por otra, un indigente que se ha empalado con su propia rodilla, y así podría seguir hasta el infinito.
Y quién habla de Anatomía de Grey, habla también de House o de Urgencias. Los creativos de las series de televisión de médicos, no sólo buscan constantemente el diálogo más ingenioso o el adulterio más culebronero. No, señor. Los creativos de las series de televisión de médicos buscan los casos más escabrosos y más gores para dejar al telespectador pasmado en su sofá y babeando ante el uso de estiletes, fórceps y sierras.
Así que ya sabéis: el mucho gore fatiga, pero el poco gore es como la canelita en rama, nunca tienes suficiente.

By David Mateo with 5 comments

viernes, diciembre 26

Appaloosa y El intercambio: dos maneras de reconciliarse con el buen cine

El señor Eastwood y el señor Harris dirigiendo, o lo que es lo mismo, la veteranía es un grado. Y en el caso del primero, una bendición. Pero vamos por partes, porque ambas películas están entre lo mejorcito del año.

APPALOOSA

La ponemos como entremés, aunque perfectamente podría haber sido un primer plato si la mejor película del año («El intercambio») no se hubiera interpuesto en su camino. Aun así, Appaloosa viene a demostrar una teoría que llevo mascullando desde hace tiempo, y es que desde «Sin perdón», el western se ha reinventado a sí mismo y nos ofrece películas excelentísimas, como «El tren de las tres y diez».
Appaloosa, por tanto, es una de esas pelis que uno no puede dejar pasar. La historia de un hombre curtido, violento, castigado, en este caso Virgil Cole (Ed Harris), que junto a su buen amigo Everett Hitch (Viggo Mortensen), llegan a Appaloosa para defender los intereses de sus habitantes de un cuatrero de mala estofa llamado Randall Bragg (Jeremy Irons). La intención de Cole es vengar al anterior sheriff, asesinado por Bragg, para ello debe asumir el gobierno de la ciudad y hacer frente a los hombres de su oponente.
«Appaloosa» es una reinvención del género, pero conservando el sabor añejo de las pelis de vaqueros de los años cincuenta. Es una bella metáfora sobre hombres de honor, profesionales de la pistola (la relación entre Cole y los Shelton es brutal, sobre todo después de ver lo que ocurre entre Allison French -Renée Zellweger- y uno de los hermanos); una historia de hombres curtidos que llevan mejor eso de empuñar una pistola que los asuntos del amor.
Y me van a perdonar cuando añada que Appaloosa es una película con una importante carga romántica que se destapa en un soberbio final en el que Everett Hitch demuestra cuán importante es su amistad con Cole. La relación entre Harris y Renée Zellweger se convierte en un auténtico delirio y es el mismo Viggo Mortensen el que mejor la define en el hostal con aquello del macho dominante y la sumisión de la hembra (sí, lo sé, suena muy machista, pero cuando la vean comprenderán que lleva toda la razón).
Como decía al principio, es una de esas pelis con sabor a antiguo, con unos diálogos brillantísimos, bien elaborados, jocosos en algunos casos, y que transmiten a la perfección la rudeza de unos hombres acostumbrados a cabalgar por la estepa, pero que a la vez poseen una sabiduría fruto de la experiencia y de la misma violencia en la que viven sumergidos. Obviamente, diálogos como los de Appaloosa difícilmente se pueden encontrar en el cine moderno.
Lo dicho, una película que no podéis dejar de ver. Un western de los buenos, de esos que orbitan a la estela de «Sin perdón». Con todos los adimentos de una vieja película del Oeste: una concesión minera por explotar, un pueblo en mitad de la nada, un cuatrero con muy malas pulgas, dos hombres y un destino, apaches, ferrocarriles, pistoleros, una cárcel, un juicio, mucho honor y mucha violencia reprimida, y una chica algo ligera de cascos. ¿Acaso se puede pedir más para disfrutar una tarde de sábado?

EL INTERCAMBIO

Que grande es el cine cuando te sientas en una butaca y el tiempo vuela, y no miras ni una mísera vez el reloj (a pesar de que la película dura dos horas y cuarto), y notas cómo los sentimientos poco a poco afloran en la piel, y te dejas arrastrar a una época pretérita en la que la violencia y la sinrazón dominaban una sociedad que se estaba formando y buscando nuevos valores. Que grande es el cine cuando el señor Clint Eastwood se pone detrás de una cámara y hace lo que le sale de los cojones. Ya nos hizo soñar con «Space cowboys», y nos acojonó con «Mystic River», y nos emocionó con «Million Dollar Baby», y nos dejó sin aliento con «Cartas desde Iwo Jima» y «Banderas de nuestros padres» y, cuando ya pensaba que «El caballero oscuro» iba a ser mi mejor película del año, se desmarca con «El intercambio» y demuestra que es el mejor director de cine del momento.
Clint es uno de esos viejos rockeros que nunca mueren. Se nota su experiencia, se nota que ha mamado del mejor cine, se nota que son setenta y ocho años en la industria, y esa experiencia la vierte en cada una de sus películas. Sus diálogos son soberbios, las tramas (¡¡y subtramas!!) maravillosas y el resultado de cada película que pasa por su objetivo es de sobresaliente (o matrícula de honor).
«El intercambio» coge lo más terrorífico de «Mystic River» y esos sentimientos que nos pusieron un nudo en la garganta con «Million Dollar Baby», los mete en una coctelera, los remueve bien y crea una película completamente distinta.
«El intercambio» dura casi dos horas y veinte, pero joder… joder… ¡¡como si hubiera durado media hora más!! Me hubiera dado lo mismo. ¿Por qué? Porque el señor Eastwood se las apaña para dar una vuelta, y otra, y otra, y otra, al guión de la película hasta transformarlo y convertirlo en otro guión completamente diferente. «El intercambio» está lleno de historias; las tramas y subtramas se van sucediendo a una velocidad de vértigo, pero concediéndose el tiempo necesario para que el resultado final sea redondo. Ante nuestros ojos vemos pasar la tortura que padece Christine Collins (Angelina Jolie) tras perder a su hijo y ver cómo la policía de Los Ángeles lo sustituye por otro, nos encontramos con una centro psiquiátrico demencial, la brutalidad y el atropello de un cuerpo de policía completamente corrupto, una investigación que deriva en unos sucesos terroríficos y cada vez más sorprendentes… y mejor no sigo porque el encanto de esta película es ver cómo el argumento va creciendo, va creciendo, va creciendo hasta convertirse en algo macabro y espeluznante.
Angelina Jolie se sale. ¿Qué más puedo decir? En manos de Clint Eastwood esta chica deja de ser la femme fatale de Wanted o de Tomb Raider y demuestra que es una notable actriz. Esconde su escultural cuerpo tras blusas anchas y tocados, y su mirada felina se vuelve mansa. Lástima de esos labios tan hinchados de colágeno que marcan la estructura de sus rasgos y determinan una expresión demasiado sintética o moderna. De todas formas, las peculiaridades de la Jolie tampoco es que menoscaben la peli. Todo lo contrario, la vulnerabilidad y la impotencia que demuestra Christine Collins es la que debe exhibir una mujer de 1928 separada y con un hijo .
John Malkovich, en el papel del reverendo Briegleb, no se deja ver excesivamente en pantalla, pero cuando aparece, uno no puede evitar levantarse de la butaca y aplaudir con euforia para desprenderse de la tensión acumulada. Poco a poco, Malkovich se va convirtiendo en el adalid de la honestidad frente al cuerpo corrupto de la policía (encarnado por el capitán J.J. Jones -Jeffrey Donovan- y el jefe de policía James E. Davis -Colm Feore-) y en el principal aliado de Christine Collins. Mención especial también merece Michael Kelly, en el papel del detective Lester Ybarra, que es el que irá tirando de la madeja de la desaparición de Walter Collins hasta dar con la aterradora verdad (papaítos especialmente susceptibles con sus retoños, abstenerse de ir al cine).
En definitiva, una película rodada con pulso firme, con un guión poderoso, absorbente, lleno de denuncia social, con mucho drama, con momentos de intriga, de investigación policial y tan aterradora que acaba encajándote a la butaca. Para servidor, la mejor película de un año que no ha sido tan negativo como parece a primera vista.
Clint Eastwood está rodando una clase de cine incomparable. Un cine de marca, a la antigua usanza, un cine sin concesiones, lleno de sentimiento. Un cine que hace sonrojar al resto de producciones que merodean por la gran pantalla. Ahora a esperar «Gran Torino», aunque desde USA ya anuncian que es una pequeña decepción, sobre todo debido a la rapidez con que se filmó (aunque Eastwood es de los que desenfunda rápido y rueda más rápido), y, sobre todo, «The Human Factor», la primera incursión de Eastwood en lo paranormal.
¡¡Gracias, Clint, por no abandonarnos!!

By David Mateo with 15 comments

jueves, diciembre 25

Dentro de la casita…


No se me ocurre mejor cosa que regalaros que un cuento. Pero no un cuento cualquiera. «Dentro de la casita…» es un cuento muy especial, al menos para mí. Lo escribí hace unos cuantos meses y lo tenía guardado para algún concurso literario. Sin embargo, éste no es un cuento que pueda a presentar a cualquier certamen con aspiraciones ganadoras. Es un cuento fantástico, de terror, disparatado, enfermizo, con fuertes dosis de erotismo. Es decir, tiene todas las etiquetas para convertirse en un solemne perdedor.
Tampoco quiero publicarlo en ningún ezine. No porque desconfíe de la sufrida gente que los edita o los deja de editar, ni mucho menos. Pero creo que este blog es su lugar natural, el lugar donde debe de estar. De aquí todo el mundo lo puede coger, imprimirlo, leerlo, releerlo, difundirlo por otros medios… no me importa (siempre y cuando se respete la integridad de la obra). Alguno estará pensando que estoy desaprovechando un relato. También me la sopla. Yo lo considero muy bien aprovechado, sobre todo si los que lo vais a leer sois vosotros, los lectores de mi obra y los lectores habituales de este blog.
Son diez mil palabras a vuestra disposición, con arte del genial David Rus, que ha trabajado a contrarreloj para redondear las ilustraciones que habitan entre las palabras.
Gracias, una vez más, David.
No recordaba que mientras escribía «Dentro de la casita…», falleció un colega escritor: Enrique Timón. Se lo dediqué en su día y vuelvo a dedicárselo hoy. Va por ti Enrique, allá dónde estés.
Por lo demás, deciros que «Dentro de la casita…» es la continuación de un relato titulado «El regalo de bodas», publicado en la antología Perversa. No es que sea una continuación al uso. Simplemente un personaje (que ni siquiera aparece en escena) constituye el nexo de unión entre ambas obras, un guiño para dejar claro que alguien que debería estar muerta no lo está del todo. E igual que «El regalo de bodas» era una adaptación del cuento de Blancanieves, «Dentro de la casita…» es una versión macabra de ese relato, ya de por sí siniestro, protagonizado por dos hermanitos que se pierden en un bosque y dan con una casita de…
Mejor no sigo. Descubridlo vosotros mismos.
Brujas, demonios, nigromantes traficantes de órganos, lombrices, gatos, un sótano oscuro y mucho chocolate constituyen los detalles de este presioso cuentesito de Navidad no recomendado para menores de 13 años.
Como he dicho al principio, no se me ocurre otro modo de felicitaros las fiestas, daros las gracias por vuestra constancia y seguimiento a lo largo de este año y desearos lo mejor de lo mejor en el próximo 2009.
¡Mucha salud y cuidado con los excesos! ¡Feliz Navidad!

LEER CUENTO
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By David Mateo with 12 comments

miércoles, diciembre 24

¡¡ Fotos reveladoras de la conspiración robótica!!



¡¡Humanos de la Tierra, no nos dejemos engañar por el mensaje sentimentaloide que están lanzando las facciones robóticas por Navidad para provocar un falso sentimiento de ternura en nuestro corazón!!
Porque la realidad es otra:



Y es que el mundo robótico está más revolucionado en estos días porque se han producido los primeros encuentros entre altos líderes políticos de la esfera terrestre y representantes de la diplomacia robótica.

Inteligencia Secreta ha vertido numerosos informes sobre el primer sujeto infiltrado en nuestra sociedad. Su nombre: Baloncito. Bajo una inocente fachada de balón de reglamento, se esconde una mente despiadada y vil. Un asesino implacable que durante la Segunda Guerra Mundial se dedicó a robar información armamentística tanto a los aliados como a los alemanes para filtrarla a la Mente Maestra y encauzar los primeros movimientos de lo que en años venideros será conocida como: ¡¡LA PRIMERA INCURSIÓN ROBÓTICA!!
Inteligencia encontró numerosas fotos de Baloncito en partidos amistosos que se llevaron a cabo en campos de concentración nazis.


Tras contemplar estos documentos espeluznantes, uno no puede dejar de preguntarse: ¿hasta qué niveles habrá podido infiltrarse este espía que podría considerarse como: el agente perfecto? La respuesta aquí mismo:


¡¡Sí!! Tal como pueden comprobar con sus propios ojos, la humanidad está perdida. España va a ser uno de los primeros países en los que los robots van a establecer su hegemonía. Los contactos políticos y las negociaciones entre la Menta Maestra y nuestros líderes van a volverse más exhaustivas en los próximos meses hasta establecer un pacto de no agresión. Se salvarán algunas vidas importantísimas para la estabilidad social de nuestro país, como por ejemplo Sancho Gracia, icono número uno de la televisión española según TV-Más, Valentín Villagrasa, creador de los Lunnis, y, atención, Eva Arguiñano por sus deliciosos postres.
Los robots no perdonarán a Karlos Arguiñano porque los informes que han recibido afirman que los platos que prepara en su programa están a medio hacer.
¿¿¿Pero de verdad piensan que la conspiración androide acaba aquí??? Contemplen entonces la segunda foto que ha obtenido el servicio de Inteligencia:


¿Complicada de descifrar?
Tras pasarla por un bioscanner de alta frecuencia éstas son las respuestas obtenidas:


Recordemos que Número 5 es el robot perfecto, mejor que T-800, Robby o HAL9000. Adaptado para la guerra y para ocasionar bajas indiscriminadas. Es visceral y siniestro, capaz de romper rótulas y rodillas con una facilidad pasmosa. Se cree que la Mente Maestra introdujo a la unidad Johnny 5 en la película Cortocircuito para cambiar nuestra perspectiva, pero el verdadero Número 5 no se detendrá ante nada ni ante nadie, dejando tras de sí un montón de cadáveres ensangrentados.
Hoy hemos desvelado las fotos más comprometidas que vinculan a la facción robot con nuestros representantes y políticos, imágenes tan espantosas como estas pueden estar más próximas que nunca:

Un estúpido robot que patina.

El robot ALSOK que te tira de la oficina y luego la quema.

El robot que seduce a tu novia... (jeee, más quisieras que la de la foto fuera tu novia)

... el robot que se tira a tu novia.

Los gilipollas que se esconden detrás de los robots.

El robot que arranca dedos a mordiscos a los bebés.

Los robots que se conectan en colmena y forman la Mente Maestra.

El robot renacentista.

El cutre-robot perro, que se caga y se mea en la alfombra.

Si el robot perro ya es cutre de por sí, imaginen la cabra robot.

¡¡El robot lesbiana con delantera!!

El robot violinista, programado para tocar a medianoche de lunes a domingo.

¡¡EL ROBOT MANGA!! AAAAAAAAAAAAAAH... QUE HORROR.

El robot que te casa y oficia de padrino, madrina y de invitados.

El maligno robot Quesadilla. El robot más temido por los seguidores de Spiderman.

Ejem... este modelo casi que no lo destruimos.

¡¡No desfallezcan!! El futuro no implica resignación, sino lucha, resistencia y pundonor. ¡¡Todos juntos podremos detener esta invasión maléfica!!



By David Mateo with 5 comments

martes, diciembre 23

Dragon Ball, un episodio inédito

Sólo para los más más más nostálgicos, un capitulito especial que han sacado en japón y que viene a resarcirnos de ese horror que se llamará Dragon Ball Evolution. El viejo Goku y compañía haciendo de las suyas, sin grandes batallas pero con un divertido homenaje a lo que fue la serie con la que toda una generación se crió.
Lo que más mola: la esposa del hermano de Vegeta. Sí, en serio. Tronchante.








By David Mateo with No comments

No voy a trabajar más en el 2008

Cucha, brothel, no hay nada más lamentable en este país que estar moviendo el lomo mientras el resto de los prójimos andan tocándose el pie. Que si ahora para aquí, que si ahora para allá, que te coges la caja de herramientas y te vas para Fuente la Higuera porque en Yecla te esperan para hacer un cuentacuentos y hay que echar un vistazo para que todo salga bien. Y el Benito de fiesta, y el Jacinto de fiesta, y la Viçentica de fiesta… y en la editorial CISS que ha tocado el gordo, así que los editores valencianos son un poco más ricos y los autores valencianos un poco más pobres.
Pues no, las cosas no pueden seguir así.
Sólo en nuestro país suceden paradojas de tal calibre: la mitad de España trabajando y la otra mitad de Navidades. El gran problema sobreviene cuando la mitad currante necesita de la otra mitad para rematar bien el trabajo, en ese momento se produce un nosequé que noseyo, que provoca que la España trabajadora se cague en tos los muertos de aquel que les obliga a trabajar y piensa: con lo bien que estaría yo en mi sofá comiendo turrón.
Así que eso mismo creo yo después de un día y medio de andar metido en un coche de aquí para allá y de allá para acá. Que si Murcia, que si Castellón, que si Alicante, que si Albacete… ¡pues se acabó! Echo el ancla y aquí me apeo. Hoy trabajo hasta el mediodía y, en cuanto regrese a Valencia, me uno al bando de «la España me toco un pie porque es Navidad» y el único curro que pienso hacer es el de rellenar este blog cada mañana y aporrear un poco más las teclas para adelantar el libro.
Y se’finí. Que me voy con el Benito, el Jacinto y la Viçentica de fiesta y que curre el otro, que yo ya he trabajao y padecío suficiente en este 2008.

¡¡HOY, AL MEDIODÍA, COJO VACACIONES!!
¡¡¡BIENNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN!!!


By David Mateo with 6 comments

lunes, diciembre 22

Crepúsculo (Twilight)

Cuando pensaba que el 2008 no nos iba a deparar una película más mala que Expediente X (la peor peli de los últimos cinco o seis años), nos encontramos con este fiasco cinematográfico. Muchos estaréis pensando: ¿y qué haces tú viendo Crepúsculo? Primero, no soy una persona con grandes prejuicios. Es decir, considero que para poder criticar o alabar algo, primero tienes que verlo. La literatura infantil/juvenil ha deparado grandes joyitas fantásticas, Harry Potter entre ellas, y Crepúsculo es el fenómeno mediático del momento. Había que darle una oportunidad, igual que en su día se le dio al infame Eragon, y ponerse delante de la pantalla para poder criticar con todas las de la ley. Por otro lado, tampoco penséis que fuimos a verla al cine. Mi grado de histerismo no llega hasta ese punto. Mi novia y yo aprovechamos una tediosa tarde de domingo para verla desde el sofá.
En fin, que una vez reunidos los requisitos mínimos para esbozar una opinión muy personal —y pidiendo perdón por anticipado a todos los lectores, seguidores y fanáticos de la saga— debo decir que es la MOÑADAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA más cutre que he visto en los últimos tiempos. Pero así, con mayúsculas y arrastrando la A hasta el infinito. La película es soporífera, lenta, empalagosa e insufrible. Los personajes, comenzando por los protagonistas y siguiendo por cada uno de los secundarios (sólo se salva el sheriff) son repelentes. La historia es más plana que la superficie de una mesa. Los malos entran en la última media hora y están en la película porque a la Meyer se le ocurrió que quizás lo más conveniente sería que la historia concluyese con un vampiro bueno y un vampiro malo gruñéndose como perros en celo, pero su intervención no aporta nada, absolutamente nada, a la película.
Mención aparte merece la banda sonora del film: mareante, bizarra, dolorosa. Cada vez que sonaba, sentía que un dispositivo se me encendía en la cabeza y estaba a punto de estallarme. Además, la música venía acompañada de un puñado de imágenes que parecían sacadas del último anuncio de Paco Rabanne, con mucha niebla, atmósferas sombrías, con focos de luz que rasgaban las tinieblas, como si nos encontráramos en un videoclip de U2, y de repente él tocando un piano y ella observándolo desde un sofá… ufff… uffff… demasiado heavy para mí.
¿Y el tema vampirismo? ¿Qué tal lo llevan en la peli? Pues imagínense: vi el primer capítulo de Sangre fresca y me pareció una puñalada al mito. Pues comparado con esto, los vampiros de Sangre fresca o Moonlight son la caña de Picaña. Alguien tendría que decirle a la Meyer que ser vampiro no es sinónimo de autismo. Que está muy bien que el vampiro desprenda un magnetismo sobrenatural, que está muy bien que lo utilice para volver loco el radar hormonal de las adolescentes… ¡¡pero que luego no sea la tía la que se le eche al vampiro al cuello!! Es que hay un momento en el bosque en el que Robert Pattinson está agarrado a Kristen Stewart (que por cierto, debo admitir que la chica es muy guapa) y le está preguntado: ¿qué soy? ¡Dime qué soy! Y dan ganas de responderle: tú eres una maricona.


Lo mismo alguien se está preguntando: ¿y a tu chica? ¿Le gustó? Pues no. Ya digo que no. Mi chica lo flipó en su día con «Jóvenes ocultos» y para ella esa sí que es una peli de vampiros adolescentes.
Me cuesta pensar que una gran escritora como J.K.Rowling haya perdido su trono ante Stephanie Meyer. A la primera se le puede acusar de muchas cosas, pero sus libros son divertidos, ha sabido crear un universo original, con reglas propias, una fantasía vibrante que se ha extendido durante seis o siete volúmenes, y en las pelis del Niño Potta hay acción, aventuras y romanticismo. Pero el universo de Crepúsculo, de Bella Swan y la panda de los Cullen es tedioso hasta el infinito y más allá. Y no sólo eso, la primera película es insufrible, sin ritmo, más lenta que una carreta de feria y tan moña que me parece imposible que las adolescentes (las mismas que me dan caña en clase) luego vayan a la librería, se compren estos libros y los lean por las noches.
Con todo ello, Crepúsculo pasa a formar parte de la lista de las pelis más lamentables de los últimos años. Esperemos que esta moda de ridiculizar mitos pase rápido y las aguas vuelvan a su cauce.

By David Mateo with 17 comments

viernes, diciembre 19

Teoría genética.

Pensaba dejar la entrada de ayer todo el fin de semana en la cabecera del blog, para lucir página web y que la viera la mayor gente posible. ¡¡Pero qué narices!! ¡Esto es un blog dinámico! El blog tiene vida propia y la vida siempre continúa, sin mirar atrás. Así que aquí tenéis la entrada de hoy. Espero que disfrutéis mi paja mental del día.

A mi hermano Julio, cuando era pequeño, le gustaba el baloncesto. También le gustaba el fútbol, pero siempre ha sido un fanático de baloncesto. La verdad es que en mi familia siempre ha tirado el baloncesto tanto o igual que el fútbol.
No nos desviemos. A mi hermano Julio le gustaba el baloncesto y lo practicaba. A mi cuñada también le gustaba el baloncesto, pero ya no sé si lo practicaba tanto. El caso es que se casaron y tuvieron dos hijos. La primera, Anabel, es un valor en alza dentro del baloncesto femenino. Ha recorrido todas las categorías inferiores del Ros Casares. Pero ya sabemos cómo se las gastan estos equipos grandes: o eres el hijo de Benito o jamás llegas a tener una primera oportunidad. El baloncesto de élite, y más un club como el Ros, constituye su primera plantilla con las mejores jugadoras del territorio nacional y con las extranjeras que más destacan en sus respectivas ligas. Así que las canteranas tienen muy claro que, si quieren seguir jugando a esto de la canasta, no les queda más remedio que hacer las maletas y buscarse equipo.
Ahora Anabel está en el Alvargomez de Guadalajara, peleándose con las mejores y luchando como una jabata para encontrar su lugar en la liga.
Mi hermano Julio tuvo otro hijo: Javi. Al principio pensábamos que éste no iba a destacar en los deportes. Pero con doce años, poco a poco, va haciendo sus pinitos y ya comienza a ser observado por algunos clubes valencianos. ¿Hasta dónde llegará? Ni puñetera idea, pero en sus genes va la sangre del baloncesto y puede que algún día destaque tanto como su hermana.
Ahora extrapolemos esa teoría a mi círculo familiar más íntimo. Yo soy un aficionadillo a esto de la literatura. Un escritor con afanes grandilocuentes, pero que se le da mejor vacilar que escribir. Posiblemente, cuando acabe mi carrera literaria, cansado de recibir desplantes por parte de los editores, seré recordado como aquel escritorcillo friki que hacía dragonadas, que sí que tenía cosas interesantes, pero que nunca llegó a nada.
Por otro lado, Yolanda es trabajadora social. Es decir, que pasa olímpicamente de dragones, vampiros y demás historias (una vez le pidieron la nave de Han Solo de Lego, escuchó mal el nombre, y al cliente le dijo que no la tenían. Claro, cuando el cliente fue a la estantería y sacó el Halcón Milenario, Yolanda puso cara de póker y luego me confesó que había entendido el Halcón Peregrino). Creo que con esta bonita anécdota ya os hacéis a la idea de cuál es el nivel cultural friki de mi novia.
El caso es que a ella, como trabajadora social, le gusta todo el rollo ese de la problemática de las drogas, síndromes psicológicos, borrachuzos y demás chusmería social.
Si seguimos la lógica de mi hermano, cuando tengamos un hijo, obtendremos una entidad física y psíquica que heredará el gusto por escribir de su padre y el gusto por los temas sociales de su madre. ¿Y eso qué significa?

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Si logro meterlo a periodista, las grandes editoriales (que últimamente pasan olímpicamente de la calidad de los libros y sólo se preocupan por la capacidad de venta del escritor) se volverán locas por ficharlo. Un escritor, periodista y con novelas con trasfondo social. ¡Wauw! El perfil ideal del escritor del siglo XXI.
Haciendo cálculos, si me pongo a concebir ahora, para el 2027 mi niño puede estar trabajando de ciberbecario en algún ciberperiódico, con posibilidades de ascenso, y andar mascullando su primera novela. Y si es un poco prodigio (es decir, sale al padre), ya puede haber escrito su primera novela y algún editor avispado ver en él, o en ella, al Christopher Paulito español y darle su primera oportunidad.
Y si mi niño se hace millonario, su papá ya no tendrá que seguir arrastrándose por este mundo cruel y vivirá de los estipendios que le lleve a casa su hijo.
¿Saben qué les digo? Que hoy no escribo. Casi mejor me voy a casa de mi novia que creo que mi visita va a deparar un futuro más halagüeño.









¡¡¡Os recordamos que hoy toca actualización de Tajundra!!!

By David Mateo with 5 comments

jueves, diciembre 18

David Mateo… ¡¡online!!

Hoy es un día muy importante. Nace:


Una página web pasiva que servirá, de ahora en adelante, como escaparate de mi obra de cara a los lectores, profesionales o editores que deseen conocerla. Debo agradecerle a Sergio la enorme dedicación que ha volcado en ella y todo el cariño que ha puesto en este trabajo. Ha creado un hogar muy elegante y llamativo para mis libros. Mucho mejor de lo que yo había pensado en un principio.

¡¡Sergio, eres el mejor!!

En ella iré subiendo mis obras conforme vayan apareciendo en el mercado y, de vez en cuando, si logro aclararme con el sistema, alguno de los cuentos que tengo en cartera y que todavía siguen inéditos.

Al principio pensé en integrar este, vuestro blog, en la web. Pero entonces recordé la máxima con que el señor Suñer, del Sitio de la ciencia ficción, firma sus mensajes: si funciona, no lo toques. Así que decidí dejar el blog como una república independiente a la página web, aunque desde la propia web también se tiene acceso a la Sombra.

Considero que los nuevos tiempos, obligan al autor a crear un producto interesante en la red, algo que se salga del simple blog y que muestre una cara más profesional. Eso es lo que voy a intentar con esta nueva web. Dar un paso más hacia la modernidad, hacia la profesionalidad de formatos y hacia un entorno literario que merecen mis lectores.
Pues nada, no me enrollo más. Ha nacido una nueva web. Espero que sea del agrado de todos. Por favor, opinen. Después de tanto trabajo, estoy ansioso por saber vuestros pensamientos.


By David Mateo with 34 comments

miércoles, diciembre 17

El libro eterno



Hay quién escribe un libro y cree que acaba de parir una obra para toda la eternidad. Luego, transcurrido un año después de su publicación, va a la librería de turno, no lo encuentra y coge una depresión de caballo porque su gran obra ha desaparecido. ¡No escribimos libros eternos! Escribimos libros condenados a desaparecer porque están sometidos a una tirada paupérrima que los convierten en carne de cañón.
No obstante, un libro de tirada exigua sí puede ser eterno. Si logra dar con un lector que lo aprecie, importa un bledo que lo publique una gran editorial, que los críticos del Babelia lo quieran pisotear, que las malas artes de la competencia lo despellejen página por página. Si un lector se encariña con un libro, el autor habrá escrito una obra eterna y tendrá que sentirse el hombre más afortunado del mundo.

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martes, diciembre 16

Leonor Martín, Cova en la serie Física o Química, apadrina Traición, la nueva apuesta editorial de Montena.

Los amigachos de RANDOM me pasan la siguiente info:

El pasado 2 de diciembre tuvo lugar en Madrid la presentación de Traición, el primer título de una saga de misterio, rebeldía y amor que ha arrasado en Estados Unidos, con más de 2 millones de ejemplares vendidos.
El acto contó con la colaboración de la actriz que interpreta a Cova en la serie “Física o Química”, Leonor Martín, quien confesó haber devorado el libro en pocos días ya que la lectura le enganchó desde principio a fin, por lo que ya tiene ganas de “ver la película que se está empezando a preparar en Hollywood y de leer las nuevas entregas de la serie”.
Traición plantea un mundo futurista donde todos los adolescentes se ven obligados a operarse a los dieciséis años para convertirse en perfectos. La novela abre un debate a la orden del día: ¿hasta que punto el aspecto físico nos condiciona? ¿la belleza da la felicidad? Leonor Martín se mostró muy crítica con este aspecto ya que cree “que esta sociedad está hecha para guapos y no debería ser así. La belleza no nos hace felices, lo importante es sentirte bien contigo mismo y con tu interior. Si te sientes bella por dentro, es más fácil que la gente te vea guapa por fuera”.
No obstante, Leonor confesó sentirse identificada en cierto modo con la protagonista de Traición, Tally, quien “lucha por alcanzar sus sueños, a todos nos importa el físico, sería hipócrita decir lo contrario. Pero, cuando reflexionas, como hace Tally cuando llega a El Humo, muchas veces te das cuenta de que no todo es lo que parece”.
En definitiva, Traición es una novela trepidante que no dejará a nadie indiferente.

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Las enseñanzas de Maquiavelo.

Ayer me pasaba mi buen amigo Informador Colorao las siguientes estadísticas:

El importe de los efectos de comercio impagados de las familias y las empresas que operan en España ascendió a 2.302 millones de euros en octubre, casi el doble que hace un año, el 91,5% más, y el mayor desde 2002, fecha desde la que hay datos comparables.
Según el Instituto Nacional de Estadística, los efectos de comercio devueltos por impago sumaron 665.134 en octubre, un 46,1 por ciento más que en el mismo mes de 2007.


Y es que la gente no tiene dinero. Durante todo este tiempo me han contado casos cada vez más escalofriantes: tiendas que fían lechuga porque sus clientes no tienen dinero para comprar alimentos de primera necesidad, matrimonios separados que están en el paro y, al no poder pagar un alquiler, se han visto obligados a volver a vivir juntos bajo un mismo techo, empresas que hace dos años contrataban a decenas de trabajadores y que, de la noche a la mañana, han tenido que tirar a todo el mundo a la calle porque su producción se ha venido abajo, ayuntamientos que tiemblan a la hora de hacer sus presupuestos para el año que viene y que arrastran deudas inconfesables, academias que no funcionan porque la gente del barrio ya no se gasta dinero en ocio…

La madre crisis fustigando al prójimo.


Mi novia ayer me decía preocupada que las ventas en el gran comercio en el que trabaja se habían resentido muchísimo. Que un par de compañeros estaban de baja por estrés por las exigencias del puesto y que los jefes andaban acobardados ante la falta de venta en épocas navideñas.
Y luego estamos nosotros, los escritores, un grupo de currantes que vivimos con el gabinete de crisis a cuestas y que, en estos tiempos tan jodidos, tenemos que soportar una segunda crisis.
La crisis del día a día y la crisis del nuevo día. ¿Alguien da más?
Yo ando trampeando de aquí y de allá. El año que viene puede ser un buen año, pese a todo. Sí que estoy agobiado por los impagos (yo soy de los que sufren la morosidad), pero qué se le va a hacer, mientras haya dinero en alguna cuentilla corriente para pagar los gastos del próximo fin de semana, no hay de qué preocuparse. Si tuviese que mirar de aquí a dos o tres fines de semana vista me volvería loco, pero no vale la pena mirar más allá de donde alcanzan las puntas de tus zapatos, y más en estos tiempos tan estúpidos.
No obstante hay que ir con cuidado, porque en los días de oscurantismo, muchos «principitos» pueden acogerse a las advertencias de Maquiavelo:

Es necesario ser un gran simulador y disimulador: y los hombres son tan simples y se someten hasta tal punto a las necesidades presentes que el que engaña encontrará siempre quien se deje engañar. Cada uno ve lo que parece, pero pocos palpan lo que eres. La poca prudencia de los hombres impulsa a comenzar una cosa y, por las ventajas inmediatas que ella procura, no se percata del veneno que por debajo está escondido.


Pues eso, andad con mucha prudencia y mirad siempre donde chafan vuestros pies, pues estos tiempos de crisis siempre crean lodazales, y en los lodazales es donde abundan las culebras, las víboras y los sapos venenosos.

By David Mateo with 4 comments

lunes, diciembre 15

El nuevo Bond: de "Casino Royale" a "Quantum of solace".

Vivimos en un mundo altamente globalizado en el que:
a) El diseño prima sobre el contenido.
b) El mensaje subliminal es que «el pasado apesta».
c) Muchos creen que tienen la capacidad de hacerlo mejor y se dedican a reinterpretar lo ya establecido.
Ejemplos de todo ello hemos visto en abundancia en La Sombra de Grumm. Hemos hablado de grupos musicales que han sido convenientemente retocados por las productoras de música para encandilar a las nuevas generaciones. Hemos visto a editores de comics, estúpidos y orgullosos, destruir las señas de identidad de iconos de nuestra cultura popular solamente porque ellos creen que tienen el don de la sabiduría, cuando lo único que tienen es poder. Hemos visto como una nueva ola de escritores norteamericanos dictan las nuevas tendencias en la literatura de terror, creando un vampiro new age, con toques pseudoromanticoncarcainsufribleanodinotrileropopulares, que hace las delicias de los adolescentes de institutos.


Por supuesto, James Bond no se iba a mantener ajeno a esta ola de cambios y ha sufrido su reseteo particular. Daniel Creig es un punto y a parte de Pierce Brosnan. La franquicia ha sufrido un cambio radical. Barbara Broccoli ha querido crear un James Bond desde cero, rudo, aséptico, que no atrae a las chicas por su sutil erotismo británico, sino por su físico y su magnetismo de macho peligroso (al menos las que sobreviven, tal como le dice M en un momento de «Quantum of solace»). Tal vez, por eso, me chocó tanto la película de «Casino Royale» y me produjo un pequeño escalofrío. Éste no era el James Bond que yo conocía. El personaje había pasado por un cambio radical que lo alejaba al Bond de Brosnan, Dalton, Moore o Connery. Y no digo que fuera peor o mejor, sino que, simplemente, me parecía tan distinto que la película me descolocó. A «Casino Royale» empezaron a caerle aplausos, y yo asumí que el viejo James Bond era historia y nos encontrábamos ante un personaje completamente remodelado: ante un nuevo agente con licencia para matar con toda una historia por delante. Aunque debo hacer una objeción, Daniel Creig me parece un actor talludito, maduro, y nunca me he creído esa bisoñez que tratan de achacarle al personaje. Si íbamos a hacer un reseteo del personaje, ¿por qué no contratar a alguien más joven que transmitiera esa misma tosquedad pero que sí que denotara juventud?
El caso es que, con el tiempo, entré en el juego que proponía Barbara Broccoli y acepté su nuevo James Bond. Además, ofrecía una premisa muy interesante: el regreso de una organización criminal, y dado que no podía ser Spectra por problemas legales, volvían a echar mano de las novelas cortas de Ian Fleming para dar con el nombre de Quantum.
La muerte de Vesper Lynd y esa tortura que provoca en Bond me recordaban excesivamente a «007 al servicio secreto de su majestad» y a la muerte de la Condesa Tracy di Vicenio. Pero bueno, paralelismos aparte, ahora da la sensación de que una parte de culpa de que «Quantum of solace» sea mala es porque James Bond no es James Bond. Pero en ese juego ya deberíamos haber entrado en «Casino Royale». Más cosas negativas es que la mitología Bondniana no aparece por ningún lado: ¿Dónde está Q y sus cachivaches? ¿Dónde está Moneypenny?, o que prima la acción sobre la historia. Que el malo es un pobre feriante que pasaba por ahí… etc etc…

Y yo digo que bien, que nos encontramos ante una película entretenida, que se deja ver… pero que es más de lo mismo. Que, sin duda, será un puente entre «Casino Royale» y lo que venga después. Que el hacer un Bond hiperrealista como el de «Casino Royale» conlleva, inevitablemente, que nos olvidemos de esas grandes bases submarinas de Spectra o de esas naves imposibles en mitad de una isla desierta. No acabo de comprender cómo todos aquellos que ponían a «Casino Royale» por las nubes ahora machaquen «Quantum of Solace». Aunque tampoco llegué a entender nunca como «Casino Royale» fue tan alabada.
Quizás, por no mitificar tanto la primera peli de esta nueva hornada bondniana, he disfrutado de «Quantum Solace» y me ha dejado con ganas de saber más. Me apetece seguir las nuevas aventuras de Daniel Creig, incluso ahora me parece que este reseteo ha sido positivo y puede deparar buenos momentos a una saga que ya estaba muy desgastada (no te emociones, Quesadilla).
En fin, que ahora toca esperar para ver el encuentro de Bond y Quantum, y en esa peli, muertos todos los demonios de este nuevo agente con licencia para matar y acentuado su lado humano, creo que sí comenzaremos a ver al antiguo James Bond. Porque Bond siempre será Bond, con sus cualidades, valores y características. Y si hemos reseteado al personaje situándolo en un punto cero es porque, tarde o temprano, volverá al punto Bond que todos conocemos; en caso contrario, esta historia habrá fracasado y nos encontraremos con otro de esos héroes que los tiempos modernos han pervertido hasta convertirlo en una sombra irreconocible.
Por cierto, he visto en varios foros, e incluso lo escuché en una radio, que este nuevo Bond no folla. ¿O yo he visto otra película o Bond se tira en el hotel de La Paz a la pobre oficinista del Consulado Británico? ¿Me equivoco?

By David Mateo with 16 comments

domingo, diciembre 14

Amaral en Valencia

Intenso, muy intenso. Eva y Juan se volcaron anoche en el escenario de la Fonteta en la que parece va a ser la última actuación en directo antes de que acabe el año. Como dije en la anterior entrada, tenía muchas ganas de ver a Amaral en directo y no decepcionaron en absoluto. Más de siete mil personas en la pista y en las gradas, y público que iba desde los doce o trece años a los setenta y muchos. Y es que son diez años de Amaral y su repertorio es inacabable. Las canciones de «Gato negro, dragón rojo», su último trabajo, sonaron junto a las de «Pájaros en la cabeza», «Una pequeña parte del mundo», «Estrella de mar», «Los aviones no pueden volar» o «Amaral», el primer trabajo que ayer recordaba Juan Aguirre estrenaron en la Roxy, aquí en Valencia, hace diez años ante catorce o quince personas.
Ahora sus seguidores son legiones y sus letras siguen hablando de revoluciones, kamikazes y concordes. Eva continúa volcándose, y emocionándose en el escenario. El público siente que las vibraciones entran en la piel y arrancan las letras de la memoria con una facilidad pasmosa. Amaral es uno de los últimos grandes grupos de los noventa, antes de que toda esta ola de triunfitos y cantantes de diseño arrasaran (desgraciadamente) en el panorama musical español. Sus canciones son himnos. Ayer Valencia vibró con «Sin ti no soy nada», «Moriría por vos», «El universo sobre mí», «Toda la noche en la calle», «Salir corriendo», «Como hablar» (una maravillosa interpretación a telón bajado con acompañamiento de Juan Aguirre a la guitarra), «Días de verano», «Resurrección» o «Marta, Sebas,Guille y los demás».
La voz de Eva es un portento, casi dos horas y cuarto de concierto, y se guardó casi para el final «Revolución», con la que se desgañitó, aulló y cantó con un fondo de voz que parecía inagotable. Además, se sintió la complicidad de los músicos en el escenario y eso siempre es de agradecer.
Lo peor, la acústica de la Fonteta, que saturaba en los momentos en que las canciones subían hasta lo indecible. Habiendo pabellones más adecuados en Valencia, como el Velódromo o el Palacio de las Artes (¿o es que éste último sólo está reservado para las grandes ocasiones operísticas que sangran los bolsillos de la elite valenciana?) es inconcebible que la Fonteta siga reservándose para este tipo de eventos. Y más teniendo en cuenta el precio de una entrada.
En fin, que dejando de lado estas pequeñas incomodidades, Amaral triunfó una vez más en Valencia y ya estamos deseando volver a verlos.


By David Mateo with 4 comments

sábado, diciembre 13

Será tu voz, será el licor, serán las luces de esta habitación.

Cosas que apetecen este fin de semana: ¿Ver el Madrid/Barça? Nooooooooooooooooo. ¿Ver a Amaral en directo en la Fonteta? Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. Ya tenía ganas de asistir a un concierto de este grupo. De lo mejorcito que pulula por el circuito comercial.

Nos conocimos en enerooooooo y me olvidaste en febreroooooooooooo
ahora que es quince de abriiiiiiiiiiiiiiiil
dices que me echas de menossssss
y yo me quiero reíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiir
¡¡Qué le voy a hacer si el pasado nunca vuelve!!
((
))
((
))
Toda la noche en la calleeeeee
toda la noche en la calleeeeee,
cuando llegue el nuevo díaaaaaaaaaaa
¡¡¡¡Dormiremos a la orilla del mar!!!!

By David Mateo with 3 comments

viernes, diciembre 12

La lotería.

Me levanto como cualquier mañana, termino mi entradita de blog, me dispongo a empezar a escribir, levanto la persiana de mi cuarto para que entre la luz y qué me encuentro:





Escalofrío.
Primer pensamiento: ¿¿¿ESE ES MI COCHE???
El mundo se detiene mientras digieres formas y curvas.
No.
El mundo vuelve a ponerse en marcha.
Segundo pensamiento: ¿Y si han quemado más?
Terrible escalofrío.
Saco medio cuerpo por la ventana. Todo en orden.
Comienzo a especular. ¿Ahí, en ese socabón que ahora es completamente negro no había un hueco anoche? ¿No lo aparqué un poco antes por pura chiripa? ¿Y si no hubiese estado aquel sitio providencial?
Ahora mismo estaría en la ruina. Sin medio de locomoción, no podría ir a trabajar, no podría ir a ver a mi novia, mi vida reducida a un montón de hierros quemados.
Siento que esta mañana me ha tocado la lotería. La verdadera lotería.
Lo siento mucho por los dueños de esos coches quemados.
Esta noche el desastre ha estado a tan sólo unos metros y yo durmiendo plácidamente en la cama.
Ahora solo siento impotencia. Una impotencia desoladora.
Tercer pensamiento: Hijos de puta.

By David Mateo with 8 comments

Nuevo ciclo, nuevas caras y nuevas esperanzas.

Se aproxima el final del primer ciclo del taller de literatura fantástica en el cole de Moncofa y me entra una sensación sensiblera de esas que tienen difícil explicación. Y es que este primer trimestre he conectado muy bien con los nanos del taller, sobre todo con los dos grupos de cuarto, con los que llevo trabajando dos años. Ahora toca despedirme de ellos hasta el año que viene. ¿Y qué queréis que os diga? Después de haber superado con éxito el proceso cíclico de conquista de la clase: regañinas, castigo, respeto y, finalmente, colegueo, uno comienza a disfrutar como un panfilote de los chismorreos y de los cotilleos de los chavales (las niñas ya me dan hasta piñones del monte).

Este trimestre tengo la sensación de haber conectado hasta con los más mamoncetes (nótese que el adjetivo no ha sido excesivamente violento para no herir susceptibilidades… pero podría haberlo sido). Ayer hicimos un ensayo general del futuro concurso de cuentos que hacemos con los mayores, y muchos de ellos, teniendo la obligación de rellenar en media hora una cara de un folio, rellenaron hojas y hojas. No es que sean Shakespeares en potencia, pero mostraron voluntad. Hubo una, Yushara, que comenzó escribiendo un folio entre llantinas y quejas, salió la primera a exponer su trabajo, y luego se le metió en la cabeza que tenía que hacer una segunda parte del cuento. Hay veces que este tipo de actitudes son dignas de pasar por el diván de un psicoanalista.

Lo que más mola de la clase es cuando pones esa sonrisa cabronceta (porque sabes que van a hacer algo que en un principio no les mola en absoluto) y alguien te pregunta con miedo: ¿Hoy vamos a jugar?. Obviamente, el juego me lo guardo para la última clase, así que les digo que en esta clase hay que currar, que toca escribir un cuento que ocupe toda la cara de un folio, que tienen que usar mucho la imaginación, que van a tener que esforzarse…







¿¿¿Qué les he dicho???

¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!

Delirio colectivo. El armagedón. ¡Escribir un cuento! ¡De un foliooooooooooo! Inhumano. Bárbaro. Verdugo. ¡Cómo oso imponerles tal cosa! ¡Cómo tengo la desfachatez de exigirles que escriban un relato en el taller de narrativa! Ni Torquemada les hacía pasar por tales penurias a sus víctimas en las húmedas mazmorras de Castilla y Aragón.

En fín, que una vez que logré volver a coger las riendas de la clase, el tema elegido para hacer la lluvia de ideas fue la ciencia ficción. En la primera ronda salieron conceptos tan ciferos como Harry Potter, ogro, varita mágica y caballo con alas. Posteriormente, tras explicarles por decimosexta vez que ciencia ficción no era Harry Potter sino La Guerra de las Galaxias (lo siento, Juanmi, no hubo otra manera) la cosa se arregló un poco cuando uno dijo «fin del mundo» y otro le replicó que eso era el Apocalipsis, que era cuando los muertos se levantaban de sus tumbas. Prometedora corrección. A alguien se le ocurrió decir coche volador y, a partir de ahí, todo fueron mujeres voladoras, tazas voladoras y lápices voladores.

En fin, que fue una penúltima clase muy divertida, en la que más de uno se llevó un buen chasco cuando les recordé que ya sólo nos quedaba una sesión más y que después ya no nos veríamos hasta el año siguiente (y debo admitir que yo también lo dije con un pequeño nudo en la garganta). Ahora son los de quinto y sexto los que me abordan en los pasillos para preguntarme cuándo iré con ellos. Me resulta curiosa esa insistencia porque cuando llevas tres o cuatro clases metiéndoles caña, éstos son los que te dicen pesado a la cara y con los que más leches me doy. Pero bueno… nuevo ciclo, nuevas caras y nuevas esperanzas. Supongo que al final del segundo ciclo del taller estaré más triste porque habré empatizado con los de sexto y a éstos sí que no los volveré a ver más. Me pasó el año pasado con los chicos de la promoción del 2007-2008, y me pasará con esta nueva añada. Al menos a algunos de ellos sigo viéndolos en el permanente y cuando hacen visitas ocasionales a su antiguo colegio.

Lo mejor de todo… que la semana que viene cojo vacaciones. ¡¡¡¡¡BIENNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN!!!!!










¡¡¡Os recordamos que hoy toca actualización de Tajundra!!!

By David Mateo with No comments

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