viernes, marzo 14

Galeradas

Me agobian las galeradas. Es algo con lo que no puedo. Me superan, me crispan, me crean mal rollo. Ya sé que es necesario leerlas porque es el último suspiro antes de que el gusano feo y repelente rompa el capullo y se convierta en mariposa. Es más, las galeradas indudablemente son necesarias. Pero un servidor, que es de esos que escriben con mapa (sí, sí, el famoso método de los esquemas, escaletas y resúmenes al dedillo), repasa cada capítulo lo menos dos o tres veces mientras lo elaboro. Todos sabréis (o al menos aquellos que me hayan leído) que suelo estructurar mis novelas en dos partes. Pues cada vez que termino una, la leo de tirón en la pantalla e impresa. Y cuando el libro está acabado, lo leo de una sentada. Posteriormente, realizo los envíos pertinentes a gente de mi confianza. Dejo el libro reposar y lo vuelvo a leer. Finalmente, recibo el feedback de la editorial y vuelvo a hacer modificaciones. Pues bien, después de todas esas correcciones, recibo la galerada y ¿qué encuentro? Dos «fues» en la misma frase. Una descoordinación verbal de número. Varios adverbios acabados en -mente en un mismo párrafo… y para qué seguir. ¡Horrible!

Puede que sea miedo escénico… como los futbolistas cuando salen al Bernabeu. Antaño era más alarmista y, conforme leía, lo veía todo negro. Ahora la cosa ha cambiado. Sin encontrar en mi interior una madurez como escritor (¿hay algún escritor que se sienta en alguna faceta de su vida literaria plenamente realizado?), creo que ese espíritu impertinente que todos albergamos dentro y que te hace ver errores donde no los hay, ha hecho las paces conmigo y ahora me da más vidilla. Es decir, que no lleno la página de borrones y me limito a señalar cuatro o cinco expresiones por folio. Aun así, esas cuatro o cinco palabras me persiguen. Y miren ustedes: las he ignorado, las he despreciado, las he insultado, incluso una vez las amenacé con no usarlas de nuevo, pero las muy cabritas siempre vuelven para hacer la pascua. Y ya puede encontrarse la novela en cualquier punto de producción, que siempre van a retornar para sacar las pancartas y desplegar ante mis ojos la palabra «Joooodete».

Son esas dichosas palabras las que me hacen odiar las galeradas. Cuando pienso que el trabajo es perfecto e impoluto, cuando lo he releído mil veces y paso el algodón por la hoja y reaparece impoluto y brillante como una patena, siempre queda un rinconcito —rinconcito de los cojones— donde aguarda una mota de polvo. ¿Y cómo vas a dejar que alguien entre en tu casa cuando tienes el baño o la cocina sucia? ¡Pues ale, a pasar otra vez la fregona! Y ya puestos, la pasas por todo el piso no vaya a ser que hayan otros rinconcitos en los que no hayas reparado.

Pues bien, llevo ya dos semanas… ¡¡dos puñeteras semanas!!... de putas galeradas (que no se me enfade ningún editor, por favor, que yo a mis galeradas las quiero con locura). Que si el susurro por acá, que si el susurro por allá, que si Perversa más allá, que si el libro de cuentos de Moncofa en el escritorio, que si Historias Asombrosas a la vuelta de la esquina. Y mientras tanto, «Noches de sal» cogiendo polvo en la carpeta más recóndita de mi disco duro. Y me veo venir que van a pasar estas dos semanas de intensas correcciones, y cierto Heredero ya está llamando a la puerta de mi correo electrónico.

El escritorio de mi ordenador antes de ponerme a currar.

El mismo escritorio una hora después.

¡¡No se le ve un pelo a la Roja!!

Uno está muy satisfecho de publicar, dos, tres, cuatro o cinco libros al año. No pasa nada; soy torero y me gusta llevarme las dos orejas y el rabo. Pero está escrito que en el alma del ser humano se encuentra el derecho al pataleo. Y yo para eso monté este blog: para disertar sobre literatura y para patalear cuando me entre la neura. Así que este año pataleo cuando ya estoy agobiado de ver desfilar pdfs por la pantalla y tener el Word abierto justo en la ventana de al lado. Al final, escribo en el pdf y leo del Word… es lo que tiene ser un cegato gafa pasta.

Pues nada, que voy a ahorrarles mis reniegos (que me van a tomar por el abuelo del Litoral) y me vuelvo con mis galeradas.

Por cierto, ¿soy al único que le parece que el monstruo de la nueva peli de Hulk es un bicho del Resident Evil?

Y para que no me digan que no les cuido, ahí va una rondita de música relajadita de viernes:

¡¡ESTAMOS EN FALLAS!!


By David Mateo with 22 comments

22 comentarios:

Estoy de cambios de skins. A ver si encuentro alguno que me mole.
¡¡Disculpen las molestias!! :D

Ánimo con las galeradas. :D

Y ese bicho que lucha contra Hulk, ¿quién es? He visto el avance, pero no consigo identificarlo.

Es la abominación. O al menos parece la abominación, porque del original a semejante bicho hay un mundo.

Está claro que llega un momento que debes dejar de repasar. La pregunta es, ¿cuando? SIEmpre te encuentras con errores absurdos que, sin saber cómo, se te escapan una y otra vez, una y otra vez...

Otras veces están más ocultas. Hace poco escribí "se abrió paso abriendo cabezas". No es que se repita tal cual, pero vamos, que sigue siendo la misma palabra. Las zorras se esconden.

Por cierto, metiendo el dedo en la llaga:
"Cuando pienso que el trabajo es perfecto e IMPOLUTO, cuando lo he releído mil veces y paso el algodón por la hoja y reaparece IMPOLUTO y brillante..."

Otra palabra maldita más, señor Grumm XD

Como me meta a tu blog lo vas a flipar. Serás mamón.

Debo admitirlo, estoy contigo David. La correción de una novela es un trabajo arduo que requiere mucha paciencia y concentración. Leer y releer para luego descubrir que dejaste pasar alguna tontería por alto.
En cuanto al bicho ese, parece una versión de Nemesis, con esteroides. Ese maldito bichejo me sacó canas al jugar Resident Evil.

Me ha costado toda la mañana, pero ya le he lavado la cara otra vez al blog. Espero que os mole.

enhorabuena por el nuevo disenyo del blog. Se sale. Lo que dices me hace comprender por que muchos escritores no miran sus libros ya publicados y terminados... Al menos la galerada tiene arreglo, pero el libro no...

La cuestión es que muchas editoriales no tienen correctores de estilo. Ahí está el verdadero problema.

Mola el nuevo diseño. Personalmente prefiero las plantillas de dos columnas para evitar saturar del información al personal pero con la cantidad de frentes abiertos que tienes no te queda otra, maquina.
PD. Muy mono el culete de la Sonja.
PD2. Pues sí que parece un bicho del Resident pero claro, para sacar algo que dé más miedo que Hulk...

Jejejeje, que era bromilla, hombre XD. Aunque estaría bien que visitaras mi blog (nadie me quiere, sinf..)

Lo de los correctores de estilo daria para otra entrada.

A mi me mola el bicho. Es lógico que se tengan que cambiar cosillas del comic al cine. Recordemos tambien que el rpimer Hulk fue gris.

Hola David! por darte ánimos que no quede!! hazte a la cuenta de dentro de muy poco esto será (casi) un sueño ;) (digo lo de "casi" porque ya se sabe...)

Oye, que el nuevo diseño blogero mola mogollón y bueno de la pelirroja qué te diré? que tá mu güena claro (una pasada también ese salvapantallas tuyo!), pero del bicho-malo-feo puessss...que a mí también gusta!! no sé si tendrá que ver mucho o no con el original, habrá que ver cómo se lo monta en la peli, pero es que ya sabes de donde vengo ejeeje y todos estos monstruitos me moooooooolaaannn una barbaridad!!!!

besotes!
Mary, desde el Averno :)

¿Que se lo monte? ¿Con quién? :D

Claudio, que yo sí te leo. Normalmente estoy al loro de todos los blogs de los amigos.

Enric, a mí me pasa todo lo contrario. Me encanta que el blog tenga miles de mariconadas y chorradas, para que la gente que entre se lo pase bien y no sepa para dónde tirar.

Yo también estoy con la revisi´ñon de mi última novela y me pasa igual que a ti, guardando las distancias , eso sí. La capacidad de trabajo que tienes no la tengo yo no de lejos. Pero bueno, desde aquí te comprendo perfectamente. Quisiera dejar Penitencia atrás, pero me persigue en cada revisión. Y el caso es que tengo comprometida la contniuación de Lado Extraño para que sea publicada... Lo que he hecho es ponerme de acuerdo con tres amigos que se han ofrecido a leer Penitencia y no veas qué favor me hacen. En fin, amigo Grumm, no te agobies demasiado y si hay que echarte un cable, aquí estoy. ;-)

No se que autor dijo una vez que el proceso puede incluso eternizarse. Lo mejor es dejarlo en un momento dado de la revisión y darlo por terminado. Porque sino no acabarías nunca.

Así es. Si no terminas, terminas dentro de una Banda de Moebius.

La Abominación, ¿eh? Es verdad, pero no se parece demasiado.

... a lo mejor tu editor y tu corrector opinan lo mismo que tu de las galeradas...

Pues a saber... tengo varios editores y varios correctores. Habría que preguntarles a ellos. Obviamente, yo sé lo que opino yo al respecto.

David, da igual cuánto revises el original y las galeradas...

Existe una ley universal no escrita que dice que en cuanto abras el libro recién salido de la imprenta, elijas una página al azar y leas un párrafo, encontrarás una errata (o elemento manifiestamente mejorable).

Esto es así y siempre será así.

Que razón tienes, tío. Es una ley inevitable y por la que pasamos todos. Bueno... al menos hay que tratar de reducirlas al máximo. Eso lo sabes tú tan bien como yo.

No te enfades, pero te he pillado una pequeña errata:
"no vaya a ser que hayaN otros rinconcitos...". No se puede conjugar en plural el verbo haber en estas circunstancias ;)

http://buscon.rae.es/dpdI/SrvltGUIBusDPD

No me enfado. Y la suerte es que no haya más. Normalmente no le dedico más de media hora al blog, me tiro todo el día escribiendo, etc etc... así que tampoco me preocupa demasiado que se escape una errata (o dos... o tres... o cuatro...)

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