Lo primero que sientes al aproximarte a José Carlos Somoza es una serenidad que sólo puede emanar de un autor consagrado, de un autor que tiene confianza en el poder de su escritura, en la capacidad que albergan sus historias. Para muchos de nosotros es el autor arquetipo: capaz de jugar con el género y arrastrar tras de sí a un buen número de lectores. La comparación más aproximada que ahora mismo me viene a la cabeza es la de Michael Crichton. Un autor que es capaz de escribir novelas de género (y ahí tienen La dama número 13 o Zig Zag) y venderlas al gran público en un formato que recupera lo mejor del bestseller y conjuga perfectamente con la alta literatura.
Imaginen ustedes el gustazo de compartir ayer una charla informal con él y con un amigo como Juanmi Aguilera, un auténtico maestro de la literatura de ciencia ficción. La hora que pasamos con Somoza casi se convirtió en un suspiro. Tampoco voy a entrar mucho en sus comentarios por no irme de la lengua (si quieren una entrevista exhaustiva les recomiendo se dejen caer por el macroportal de Anika entre libros o le echen un vistazo a la que le hizo Javier en Stardust), pero así a grandes rasgos, la mejor impresión que me llevé de José Carlos es la apuesta que ha realizado hacia esa novela del género de aventuras (que ya lleva ejerciendo desde hace tiempo gente como Sagasta o Reverte) que nos aleja de la literatura aburrida, sesuda y costumbrista a la que estamos acostumbrados en España.
José Carlos se declara escritor de género, no tiene ningún problema en decirlo, y esa afirmación taxativa realza aun más su figura. Hay una hornada de escritores dentro del género fantástico que defendemos precisamente eso (empezando por Juanmi y siguiendo por tantos otros); es un discurso renovador que apela al propio origen de la literatura, a novelas como la Ilíada o la Odisea, donde la épica se mezcla con ese afán aventurero que mantiene al lector pegado al libro. ¿Por qué se perdió en España? La dictadura, la censura, la crítica recalcitrante y aburrida… váyase usted a saber. Pero lo importante es que la novela divertida regresa. Que el lector pierde sus complejos a la hora de volver a acercarse al estante de la librería y decide comprar un libro. Por ese camino pasa el destino de muchos autores noveles que hoy tratan de abrirse hueco en el panorama actual y casi me atrevería a afirmar que, al final, España se abrirá a las influencias europeas que pugnan por situar la novela fantástica en un lugar eminente dentro del panorama cultural.
Somoza nos comentó la situación actual de sus obras en Europa y nos puso al corriente de esos proyectos que están a punto de concretarse (¡¡parece que la versión cinematográfica de La Dama llegará muy pronto!!); pero sobre todo lo hablado y lo visto, me quedo con la postura llana, amigable, cálida que transmite un autor consagrado que sabe perfectamente donde está, lo que quiere y que no ve cima para su carrera. José Carlos Somoza puede ser un alférez perfecto para la causa de tantos escritores que nos fogueamos en la literatura de género. El rostro, más allá de la marca, al que reconoce la masa lectora. Esperemos, ahora, que el gran público comprenda que tras José Carlos hay vida y que hay un montón de buenas novelas de aventuras y divertidas que esperan en su librería más próxima y que muchos autores estamos deseosos de que nos den una oportunidad.
Gracias, José Carlos, por tu atención.
6 comentarios:
Qué envidia. Me encantaría coger a Somoza una hora y freírlo a preguntas. Desde luego que para muchos de nosotros es un referente, una prueba de que no es imposible vivir de la literatura de género (aunque casi).
Cuando yo trabajaba de analista de guiones para Columbia España me pasaron su novela "Clara y la penumbra" y me quedé alucinado. Miraba la solapa y me frotaba los ojos, flipado de tener a un autor nacional tan imaginativo y excelente dentro del género. Reconozco que hasta ese día no sabía de su existencia. Por supuesto, recomendé efusivamente la adaptación de esa novela al cine, y tengo entendido que se hicieron algunas llamadas telefónicas, pero no sé cómo acabó el tema.
En todo caso, ¡no le pierdas el rastro, David! El próximo vermut que os toméis juntos me apunto.
La verdad es que es un tipo carismático pero que transmite muchísima seguridad. A mí me pasó más o menos como a ti, Ismael. ¡¡Fue mi novia la que me recomendó leer a Somoza!! Me dio durante semanas la murga para que leyera La dama número 13. Yo, al principio, no le hacía mucho caso. Pero... joder, cuándo comienzas a leer ese libro no paras hasta el final.
Es fantástico. Uno de los mejores libros de terror contemporáneos. Muchas veces he pensado hacer la reseña. Pero a estas alturas... ¿qué demonios voy a decir de La dama número 13 que no se haya dicho ya?
Ya te dije yo que era majo. Con suerte, os volvéis a encontrar en 2008. ;)
A ver si es verdad, que tenemos un par de charlas pendientes :D
Lo mejor es comer con él XDDDD ¡Sale su lado más retorcido! jajajaa
ANIKA
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