
El 2010 no contó con un fenómeno a lo «Celda 211» que haya unificado el criterio de la crítica y del público, que a fin de cuentas es el que se rasca los bolsillos. Pero podría haberlo tenido. ¿El título de la película? Secuestrados, del director Miguel Angel Vivas.
Miguel Angel nos sumerge en un film escalofriante que nos mantiene pegados a la butaca de principio a fin. Desde la primera escena, la película te atrapa por su tensión y te arrastra a lo largo de los noventa minutos que dura el metraje. Es un film que apenas da concesiones al espectador, un viaje crepuscular y violento a las miserias que se viven durante un secuestro express. Y lo cierto es que cada uno de los actores se mete perfectamente en la piel de su personaje y nos brindan actuaciones memorables como las de Fernando Cayo o la de Manuela Vallés, que lo borda incluso en los momentos más esquizofrénicos. Y ojo, porque en el caso de esta chica, su actuación es BRUTAL, y eso que su papel es tan delirante que hubiera sido muy sencillo dar un traspiés y pasar de la esquizofrenia al ridículo.
La película de Miguel Angel Vivas va más allá de «Los extraños» de Bryan Bertino y, por supuesto, no cae en el gamberrismo ridículo de «Funny Games». «Secuestrados» es una explosión de testosterona, una inmersión a una noche violenta, cruel, inhumana, que en ocasiones parece más un documental rodado a cámara alzada que una simple película.
Resulta paradójico que un film de este calibre haya encontrado distribuidora por medio mundo y el último país a donde ha llegado es, precisamente, España, su lugar de origen. Y más cuando en el pasado festival de Sitges fue una de las grandes ovacionadas.
Creo que en Miguel Angel Vivas podríamos encontrar un nuevo director mediático y polifacético. Un director que se aleje de esa tendencia insustancial de algunos directores patrios que se empeñan en hacer cine pensando en sí mismos en vez de profundizar en las inquietudes de aquellos que pagan la entrada. Vivas puede ser un nuevo Amenábar, alguien que se preocupe más en picar el interés del espectador que en ‘saquear’ la cartera de la ministra de cultura. Su próximo proyecto: «Y pese a todo…» nos hace pensar en ese sentido. Una historia de zombis, con coproducción de varios países y con factura española, casi nada!!
Ahora a cruzar los dedos y a desearle lo mejor a «Secuestrados», pues al fin y al cabo representa la clase de cine que a muchos nos gustaría ver en la gran pantalla en detrimento de otro cine más costumbrista y revestido del don del mecenazgo que tanto nos echa para atrás. Esperemos que la fama de esta peli crezca con el boca a boca y le suceda algo parecido a lo que pasó con «Celda 211», desde luego la historia y el trabajo de los actores y del director lo merecen.
Desde la Sombra de Grumm le deseamos lo mejor a «Secuestrados».