jueves, julio 2

Nos vemos en octubre

Ojo, va con spoilers sobre todas las series TOP que se han emitido esta temporada.

Que por culeros. No hay mejor manera de definirlos. Los guionistas de las series americanas son unos por culeros. Lo cual significa que hemos disfrutado, llorado y emocionado con los finales de las series que más nos gustan. Ole por ellos. Y me atrevería a decir que esta temporada, algunos hemos rozado el infarto de miocardio (marujón que es uno… qué se le va a hacer). Por un lado, en House, nos encontramos con un final que me traumatizó durante dos días seguidos: el contraste entre la boda de Cameron y Chase mientras el pobre House se despide de Wilson y acaba ingresado y desahuciado en ese psiquiátrico de muros grises y planta tétrica. ¿Cómo es posible que el gran genio del diagnóstico sea víctima de su propio cerebro?
Por otro lado, en Perdidos, dándonos de morros con el sacrificio de Juliet en lo más profundo del pozo de Dharma. A esto hay que añadirle el suicidio/asesinato de John Locke, colgado de una viga con sus miserias y sus falsas esperanzas, traicionado por todos aquellos que lo rodearon en la isla y dejándonos bien claro que es el mayor perdedor de la historia de la televisión. La revelación final de que John Locke no era John Locke fue magistral y situó a este personaje en el altar de los personajes trágicos y desamparados.
Y por si todo esto fuera poco, en «Anatomía de Grey» nos restriegan en los morros a un paciente mutilado, reventado a más no poder, que se ha comportado como un héroe para salvar a una desconocida de morir machacada bajo las ruedas de un autobús, y en los últimos dos minutos nos desvelan que es George Omaly. Y la pobre Izzy a punto de palmarla en la otra sala del Seattle Grace.
Por supuesto, todo el mundo sabe que House se levantará de sus miserias y regresará al Princeton-Plainsboro cuando más se le necesite, que una moneda al aire (o los compromisos profesionales de los actores) decidirá quién muere: si Omaly o Izzy, y con un poco de suerte, si los guionistas le echan cojones y se atreven a dejar a los cadáveres en sus tumbas, John Locke recibirá la muerte más despiadada de todos los tiempos. ¿Y qué? Da lo mismo. Nos los hemos pasado pipa. Este año las series de televisión que sigo regularmente desde hace cinco años se han salido y nos han dejado con el corazón en un puño. Y no hay nada más divertido que emocionarse, sufrir y pasarlo mal viendo la televisión. Desgarra nuestra vena trágica y la hace sangrar con profusión.
Ahora la lenta tortura de la espera y el intentar salvarse del aluvión de spoilers que llegarán durante el verano. ¡Quiero más House! ¡Quiero más Lost! ¡Y quiero más Anatomía de Grey!


By David Mateo with No comments

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