jueves, septiembre 30

Más heredero...




La semana pasada desvelamos la inminente publicación de Heredero y en breve hablaremos de Carne Muerta (Dolmen) y Noches de Sal (Grupo AJEC), pero os puedo asegurar que este final del 2010/principio del 2011 va a estar lleno de sorpresas.
De momento Heredero de la alquimia ya está en imprenta, es decir, que el editor va a hacer un gran esfuerzo para que la novela esté lista para la Hispacon que se celebrará del 9 al 13 de octubre en Burjassot, o al menos un pequeño número de ejemplares, ya que la distribución por tiendas se demorará un poquito más, probablemente para la tercera o última semana de ese mismo mes.
Estamos intentando que esté en la Hispacon sobre todo por la gente que viene de fuera, ya que una semana más tarde, concretamente el 23 de octubre, a eso de las doce y media de la mañana, haremos una presentación en el Bibliocafé de Valencia. Presentación a la que todos vosotros, por supuesto, estáis invitados.
Heredero es un tocho, probablemente es el libro más extenso que he escrito: 656 páginas con mapa del gran Pablo Uría. Así que ya podéis imaginaros que la historia de Neferet y Akbeth es un viaje largo y apasionante. De momento, lo podéis reservar en Cyberdark, pero seguro que pronto estará disponible en otras tiendas online. ¿Y cuánto cuesta? ¡¡¡19,90 euros!!! Es decir, os lleváis un tochazo de 600 páginas por menos de veinte euracos. No se puede pedir más.
Así que ya sabéis, si venís a la Hispacon, a buscar el estand del Bibliocafé que es donde estará Heredero. Si sois de algún pueblo perdido de la mano de Dios o no podéis aguantar la espera, a reservarlo en Cyberdark. Y en nada en todas las librerías y grandes superficies.
Por cierto, que hay muchísima gente que me ha preguntado de quién es la ilustración de portada. Se trata de una ilustradora llamada Elena Dudita y si queréis disfrutar de su impresionante arte, no tenéis más que pasaros por este enlace. ¡¡Merece la pena!!

En breve, más cosas sobre «Heredero de la alquimia».
Por cierto: hoy es la inauguración oficial del Bibliocafé. Aquí os dejo la invitación. Si vais, por allí nos veremos.



By David Mateo with 16 comments

martes, septiembre 28

Huelga general

Sabéis de sobra que este blog pocas veces entra en divagaciones políticas, salvo momentos en los que haya que denunciar algo. Tampoco es un blog que haya demostrado tener una tendencia clara. Si hay que arrearle al PP de la Comunidad Valenciana se le ha arreado y si hay que hacer lo mismo con los socialistas del Gobierno Central, no lo hemos dudado ni un momento. Por lo tanto, la libertad de ideas y el respeto a la Constitución Española, me permite decirlo muy claro: mañana es un día crucial para la economía española. En los últimos treinta meses, la palabra crisis ha sido la más repetida en los medios de comunicación. Los pobres españolitos estamos asistiendo a una estéril pelea de gallos entre dos formaciones políticas (izquierda y derecha) que no nos lleva a ningún sitio. El índice de autónomos que cierra sus puertas es cada vez mayor. Las colas del INEM se multiplican. Los bancos cada vez son más reacios a la hora de conceder préstamos, pese a las inyecciones económicas que continuamente está recibiendo del Gobierno. Las empresas hacen auténticos malabares sobre una cuerda de alambre que representa la economía española.

Zapatero nos pide sacrificio. Pues bien, Zapatero no está en el seno de una familia que ya tiene que mendigar fruta o pan para poder comer. Zapatero no se pone en la cola del INEM para pedir trabajo. Zapatero no tiene un comercio consumido por las deudas y cada trimestre dar cuenta de unos impuestos leoninos para los tiempos que corren. Zapatero no tiene la casa embargada. Zapatero no paga un autónomo en unos momentos en los que para poner un euro encima del mostrador de la Seguridad Social se lo tienes que quitar de la boca de tu hijo.
¿Y la oposición? La oposición es caótica, nefasta, desafortunada y sin ideas.
Por lo tanto, esta huelga general debería de ser la huelga general del pueblo, sin políticos y sin sindicatos. La huelga general de la solidaridad, del trabajador que lucha por los derechos fundamentales del que está en el paro y no se le da trabajo. Una huelga general en la que los empresarios tendríamos que ponernos los primeros para dejar bien claro que con esta endeble economía es imposible generar riqueza. Una huelga general en la que las empresas o comercios no impusieran presión sobre sus trabajadores a la hora de ejercer su derecho a huelga, porque estamos hablando de derechos fundamentales del ser humano. Una huelga en la que aquellos que por convicción política o moral no decidan secundarla, no sean amenazados por piquetes.

Eso sí, si mañana la huelga fracasa, todos perderemos el derecho de quejarnos: empresarios y trabajadores, porque le habremos dado un espaldarazo a este Gobierno y a sus medidas económicas y laborales. Si mañana la huelga fracasa, que a nadie se le caiga la cara de vergüenza cuando pase por delante de la oficina del INEM y vea colas kilométricas que dan la vuelta a la manzana. Si mañana la huelga fracasa, perderemos gran parte de la razón que nos asiste a la hora de señalar a este Gobierno de la terrible crisis que azota a España y de la que buena parte de Europa ya ha salido.
Mañana es el día de la solidaridad por el familiar, vecino o amigo que está desocupado. Mañana es el día en el que hay que decir que España tiene que salir a flote. Mañana es el día en el que hay que decir bien claro: se agotaron las excusas y la crisis se tiene que acabar ya.

By David Mateo with 22 comments

lunes, septiembre 27

El gran Vázquez

Tras un anodino verano en el que Toy Story 3 y Origen han sido los únicos films verdaderamente reseñables de la cartelera, llega, por fin, una película que despierta mi interés: El gran Vázquez. Como biopic, la historia de Óscar Aibar, funciona muy bien. Santiago Segura se ajusta los hábitos que mejor le vienen, es decir, los de vividor, timador y sinvergüenza, y se convierte en una leyenda del comic español. Dicen los que conocieron a Manuel Vázquez y han dado su testimonio a través de la radio estos días, que el actor ha estado incluso comedido por miedo a que el publico lo encasillara en el registro de Torrente, pero que Vázquez, en la vida real, llegó a ser un personaje tan esperpéntico como el protagonista de la saga de Segura.
Lo mejor de la película es el modo de vida que llevó Vázquez en una época tan complicada y llena de restricciones como el franquismo. La picaresca, la triquiñuela, el desfalco y el ambiente cutre llenan la existencia de este dibujante de comics que supo vivir a cuerpo de rey a base de estafas. La película se centra en tres facetas de la vida de Vázquez: su relación con Rosa, una de sus mujeres (hay que recordar que este señor practicó la bigamia con total desprendimiento), la relación con su padre y, la más interesante de todas, los trapicheos que se llevaba con la extinta editorial Bruguera.
Cada fotograma parece extraído de una viñeta de comic y lo cierto es que la ambientación está tan lograda, que te sumerge de lleno en la Barcelona de los años sesenta. Cada personaje que aparece en pantalla (el conserje del hotel, el sastre, el policía, la dependienta de los grandes almacenes…) ha sido seleccionado de manera tan escrupulosa que parece un personaje de tebeo. Por supuesto, su relación con Rosa supone el contrapunto dramático perfecto para todo ese entramado pícaro que Segura pone en escena a lo largo de la historia. Y aun así, Óscar Aibar retrata la relación de una manera tan caricaturesca y desprendida, que incluso el drama no llega a empalagar y continúa haciéndote soltar una carcajada de vez en cuando. Y eso que la pobre Rosa las pasa canutas…

Pero vayamos a lo más interesante de la película: la editorial Bruguera. Conociendo el cariño que Santiago Segura le tiene al mundo del comic y a poco que el director tuviera sentimientos recíprocos, el Gran Vázquez no iba a convertirse en un mero biopic existencial y Bruguera y todos sus dibujantes iban a convertirse en un personaje más de la historia. Y así es. Los mejores momentos del film se bordan en los estudios de la editorial catalana, donde dibujantes como Escobar, Ibáñez, Cifré o el propio Vázquez perdieron la autoría de sus personajes a cambio de unos emolumentos que les permitían vivir de la historieta. Bruguera es retratada como un lugar donde la tiranía convivía con cierto carácter entrañable por parte de González, su director, encarnado por Enrique Villén, y por Peláez, el contable, personificado por un excelente Ángel Angulo. La mano de hierro que Peláez ejerce sobre sus dibujantes se deja ver constantemente, sobre todo en las escenas donde pasea entre las mesas de sus empleados demandando más viveza en los fondos o ejerciendo la censura en los insultos o en las viñetas más subiditas de tono. Las situaciones que se viven en el despacho de González y las firmas de ejemplares de Vázquez en las Ramblas son tan surrealistas que al final resultan descacharrantes.
Mención aparte merece Manolo Solo en el papel de Francisco Ibáñez, ese chico gris que se cuela de rondón en la redacción, que representa al empleado modelo de la editorial y que rápidamente se convierte en el sustituto de Vázquez gracias a su Mortadelo y Filemón, acaparando la atención de grandes y pequeños. Pero el momento cumbre de la película llega al final, en donde Ibáñez expresa su admiración por Vázquez en una de las escenas más entrañables y divertidas del film.
En resumidas cuentas, que «El gran Vázquez» merece mejor suerte de la que tendrá, y ojalá me equivoque. Es un retrato sagaz de una época. Un divertido biopic de uno de nuestros mejores dibujantes de tebeos que luchó hasta los últimos días de su vida por recobrar la autoría de sus personajes. Es la historia de un timador, de un sinvergüenza, de un vividor que siempre tenía un as bajo la manga para seguir siendo libre en un mundo lleno de restricciones y que incluso en las situaciones más amargas, era capaz de ganarse el cariño de todos cuanto le rodeaban. Un notable muy alto para Óscar Aibar.

Si te interesa saber más sobre la vida de Vázquez, visita este blog.

Entrevistas a Vázquez en TVE

By David Mateo with 11 comments

viernes, septiembre 24

El xé que bo en el V Pen Show de Valencia

Esta tarde arranca la quinta feria internacional de exposición y venta de plumas en el Hotel Medium Conqueridor (c/ Cervantes 9-11, junto a la Fnac) y sus organizadores han tenido a bien de invitarme para firmar 'Valencia CF, xé que bo'. Así que a lo largo del día de hoy, desde las 19:30 a las 20:30 con entrada exclusiva para profesionales, y mañana sábado desde las 11:30 a las 12:30 podrán llevarse este maravilloso album ilustrado, con la historia de nuestro equipo (que el otro día le pegó un baño de fútbol al Atlético de Madrid, todo sea dicho de paso), firmadito por su autor, es decir, un servidor. Me acompañarán los autores José Miguel Cuesta y José Rubio firmando su antología de cuentos Necroeroticón.
¡¡Así que ya saben!! Esta tarde y mañana tienen una cita ineludible con el Pen Show Valencia.

Nota de prensa de la organización:

Mañana viernes 24 arranca la V edición de la feria de la estilográfica.

V Valencia pen show 10- V Feria de la estilográfica antigua
Lugar Hotel medium conqueridor
C/ Cervantes 9-11
Dias 24,25 y 26 de septiembre 2010
Organiza: Asociación valenciana de amigos de la pluma estilográfica.
web: www.expoescritura/valenciapenshow.com

Horarios viernes 17-21 horas
Sábados 10-20 horas
Domingo 10-14 horas

FIRMA Y PRESENTACIÓN DE LIBROS.

El viernes 24 a las 19,30 y sábado 25 a las 12.00 contaremos con la presentación y firma de los escritores.

Jose Miguel Cuesta, Jose Rubio y David Mateo.

Título: Necroeroticón
Autores: José Miguel Cuesta y José Rubio
Editor: Ajec

Titulo: Valencia CF, Xe que bó
Autor David Mateo
Editor Ecir

V EDICIÓN DE LA FERIA DE LA ESTILOGRÁFICA ANTIGUA-VALENCIA PEN SHOW 2010

www.expoescritura.com./valenciapenshow.

Bajo el patrocinio de la marca italiana Stipula y la francesa J.Herbin, y la organización de la asociación valenciana de amigos de la pluma estilográfica.

LA V EDICIÓN DEL PEN SHOW (FERIA DE LA ESTILOGRÁFICA ) ARRANCA EL PRÓXIMO 24 DE SEPTIEMBRE EN VALENCIA.

Con la presencia de hasta 15 expositores, procedentes de diversos puntos del país (Cataluña, Madrid, y C. Valenciana ) y del extranjero (Alemania, Israel, Italia), comenzará el próximo 24 de septiembre la quinta edición del Pen Show valenciano.
Durante tres días dicho evento reunirá a vendedores, expertos y aficionados al mundo de la pluma en el hotel Conqueridor (C/. Cervantes, 9-11, entre la plaza de San Agustín y la Gran Vía Fernando el Católico) de la capital valenciana, lugar de encuentro y desarrollo del Pen Show.

¿Qué es un Pen Show?
Se trata de una feria de la estilográfica que reúne a un buen número de expositores y visitantes interesados en el coleccionismo. En España se celebra este tipo de reuniones en fechas muy señaladas y en lugares de larga tradición como Madrid ,Barcelona. y Málaga

V edición del Pen Show valenciano
El viernes 24, día de la inauguración, se dedicará en exclusiva por invitación a los participantes. No se abre al público. Ellos tendrán el privilegio de ser los primeros en conocer las propuestas de los exhibidores y la oportunidad de participar en esta sesión de intercambio y compra-venta. Además, este año contaremos con dos novedades, la firma de libros por partes de tres escritores valencianos y con reparaciones en vivo y en directo.

El sábado 25 se abrirán las puertas a todo el público, desde las 10 de la mañana hasta las 20.00 de la noche, podrán disfrutar de miles de plumas estilográficas.

El domingo 26 el Pen Show volverá a abrir sus puertas al público general y como colofón, se sorteará una pluma estilográfica entre todos los asistentes.

Medios de comunicación

El viernes 24 de septiembre, desde las 17,00 horas, se inaugurará la feria con un vino de honor, del cual están invitados como medio de comunicación y se les atenderá personalmente para cualquier pregunta.

¿Cómo conseguir una invitación?
A través del correo electrónico, pensnebot@yahoo.es. También a través del teléfono: 96.351.96.07 (Sr. Pedro Nebot).

Por cierto, un regalito:


By David Mateo with No comments

miércoles, septiembre 22

Heredero de la alquimia

La espera ha sido larga, igual de larga que será la travesía de Neferet y Akbeth, pero por fin ha terminado...




El equilibrio del mundo está a punto de romperse. Elohím creó en la antigüedad los moldes divinos de las razas que pueblan los remotos dominios de Pangea y los dispersó a su voluntad. Muchos siglos después, extrañas criaturas asaltan las playas del Valle del Siddim y propagan la muerte entre los recolectores de asfalto que pueblan el Mar de la Sal.

La maestra sunu Neferet y su fiel discípulo Akbeth se embarcan en una cruzada que les llevará desde las fastuosas urbes de Sodoma y Gomorra hasta lo más profundo de Mesopotamia en busca de una verdad que podría sacudir los cimientos del mundo que conocen.

Embárcate con David Mateo en una aventura inolvidable por los recovecos de nuestra historia. Un mundo de egipcios y sumerios donde la sangre empaña la tierra del desierto y amenaza con llegar hasta los mismísimos cimientos de Jericó.

IMPORTANTE: Me comonunican que el libro ya está en preventa en Cyberdark, lo tenéis en este mismo enlace: Heredero de la alquimia. Todos aquellos que lo teníais guardado, no os preocupéis que se os repeta el pedido. ¡¡A comprarlo que se agota!!




By David Mateo with 41 comments

martes, septiembre 21

Sergio Mars en el Bibliocafé

Continúan las presentaciones en Bibliocafé. Esta vez le toca el turno a Sergio Mars, mente maquiavélica de Rescepto, el mejor blog de ciencia ficción que se puede encontrar en la red. ¿Y qué se presentará?

El precio del barquero (Saco de huesos)


Jamás un viaje fue tan liberador y luminoso, tan mísero y claro. De la mano de Aisa, el trayecto a través del Hades pierde parte de su poder, de su agonía. Aún así, a los caminantes no les queda más remedio que sobrecogerse ante las imágenes y los paisajes que dan vida al mundo de los muertos. Espíritus necrófagos, luchas eternas provocadas por las mayores bajezas humanas, y las virtudes más elevadas. Porque el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. Porque jamás un viaje fue tan liberador, ni tan terrible.

La mirada de Pegaso (Grupo Ajec)



Durante eones ha contemplado la Tierra. Ha visto surgir la vida y ha sido testigo de su lucha sempiterna contra un universo hostil. Ha observado cómo medraban las distintas especies durante unos instantes preciosos, antes de rendirse al olvido que es el destino de todo ser animado. Durante el último e infinitesimal lapso ha registrado los esfuerzos del linaje humano por distanciarse del resto de animales. Lo ha seguido en su periplo desde las cavernas de Olduvai hasta las sofisticadas urbes del siglo XXI; y durante ese tiempo se ha mostrado ajeno a sus pequeños éxitos y sus amargos fracasos. Mas esa indiferencia está a punto de terminar. Pronto, el hombre, el autoproclamado rey de la creación, se enfrentará a La mirada de Pegaso; y tras su luz implacable, si existe un después, nada volverá a ser lo mismo.
Sergio Mars, el premiado autor de “Cuarenta siglos os contemplan” (“El rayo verde en el ocaso”, Grupo Editorial AJEC, 2008), nos ofrece en este volumen, con su rigor científico habitual y a través de las novelas cortas “La mirada de Pegaso” e “Historia de un watson”, un atisbo de las pruebas que, como especie, quizás nos depare el futuro inmediato. ¿Qué tipo de obstáculos podrían interponerse en nuestro triunfal camino? ¿Estaremos preparados para superarlos? ¿Existirá siquiera esa posibilidad?

La cita será el próximo viernes a las 20:00 en el Bibliocafé. Servidor no podrá dejarse caer por motivos de coincidencia con otro acto que se anunciará el jueves en este blog, pero se le desea lo mejor a Sergio.

Por cierto, mañana el primer bombazo literario de la temporada. No pierdan sintonía.

By David Mateo with 3 comments

La chica de Big Jim

Si no has leído La cúpula de Stephen King deberías hacerlo ya. Es uno de sus últimos grandes libros. Una pequeña obra maestra de un grandísimo autor que en los últimos tiempos ha ido en franco declive argumental. Tras leer «La historia de Lisey» tuve la sensación de que King había llegado a un punto de maestría en su manera de escribir que, simple y llanamente, había hecho que se lo creyera. Durante las cien primeras páginas de la historia de Lishey Debusher, King redacta el retrato de una viuda que hecha de menos a su afamado marido muerto. Obviamente, su marido es escritor y, obviamente una vez más, el marido es Stephen King, al menos durante las cien primeras páginas que leí, luego el libro me aburrió soberanamente y lo dejé de nuevo en la estantería. Pero sí, «La historia de Lisey» es un ejercicio masturbatorio en el que el escritor consagrado se ve a sí mismo desde el otro lado del espejo y haciendo uso de mil florituras literarias, vierte el mensaje de «que grande es Stephen King» y «qué grande será cuando haya muerto».
Por supuesto, este tipo de pastiches pajilleros sólo se le permiten a los genios… y King, pese a todo, es un genio. Y eso es precisamente lo que demuestra a lo largo de La cúpula, una novela coral, con mucho drama urbano, mucho caos y una explicación a todo el meollo que en manos de cualquier otro sonaría la mar de chunga.
Sin embargo, esa plenitud como escritor, le permite a King seguir haciéndose alguna paja argumental de vez en cuando. Mientras escribe, King no deja de decirse a sí mismo: lo estoy bordando. Y eso hace que se guste más, se guste más, y llegue a realizar capítulos como el que voy a poner a continuación. Big Jim Rennie, el malo malísimo de La Cúpula, con permiso de su hijo, es el protagonista del mismo. King se permite el lujo de meternos tres o cuatro páginas en su novela para realizar una analogía entre los instintos ganadores de Big Jim y una jugadora de baloncesto. Por supuesto, Hanna Compton no vuelve a ser mencionada más en el libro, pero King, en uno de sus ejercicios literarios masturbatorios, se recrea en la faceta deportiva de Hanna solo para mostrarnos lo cabrón que puede llegar a ser Big Jim Rennie y lo bien que le pueden salir las cosas. Todo un ejercicio de narración basura, de información extra, pero que en manos de King puede convertirse en un estudio alucinante de la mente humana. Sin duda, es el fragmento que más odio y más amo de la Cúpula: la chica de Big Jim.

Aparte de la política municipal, Big Jim Rennie tenía un único vicio, y era el baloncesto femenino de instituto: el baloncesto de las Lady Wildcats, para ser exactos. Tenía abono de temporada desde 1998 e iba al menos a una docena de partidos al año. En 2004, el año en que las Lady Wildcats ganaron el campeonato estatal Clase D, fue a todos los partidos. Y aunque los autógrafos en los que inevitablemente se fijaba la gente cuando los invitaba al estudio de su casa eran los de Tiger Woods, Dale Earnhardt y Bill «Spaceman» Lee, del que él se sentía más orgulloso —el que guardaba como un tesoro— era el de Hanna Compton, la pequeña base de segundo curso que había conseguido que las Lady Wildcats se llevaran aquel único y preciado balón de oro.
Cuando posees un abono de temporada, acabas conociendo a los demás abonados que te rodean y las razones por las que son aficionados a ese deporte. Muchos son familiares de las jugadoras (y a menudo la fuerza motriz del Club de Apoyo, los que organizan ventas de pasteles y recaudan dinero para los partidos que se juegan «fuera», cada vez más caros). Otros son puristas del baloncesto que afirman —con cierta justificación— que los partidos de las chicas son sencillamente mejores. Las jóvenes jugadoras están dotadas de una ética de equipo que los chicos (a quienes les encanta chupar bola, machacar e intentar lanzamientos de larga distancia) rara vez igualan. El ritmo es más lento, lo cual te permite meterte dentro del juego y recrearte en cada bloqueo y en cada pase. Los seguidores del baloncesto femenino disfrutan con los bajísimos marcadores de los que se burlan los seguidores del baloncesto masculino afirmando que en el juego de las chicas tienen más relevancia la defensa y los tiros de personal, que son la esencia misma del baloncesto de la vieja escuela.
También hay tipos a quienes lo que les gusta es ver a adolescentes de piernas largas corriendo por ahí con pantalones cortos.
Big Jim compartía todas esas razones para disfrutar de ese deporte, pero su pasión nacía de algo completamente diferente, de algo que jamás verbalizaba cuando comentaba los partidos con los demás seguidores. No habría sido prudente hacerlo.
Las chicas se tomaban el juego como algo personal, y eso las convertía en maestras del odio.
Los chicos querían ganar, sí, y a veces los partidos se calentaban bastante si jugaban contra un adversario tradicional (en el caso de los equipos deportivos de los Mills Wildcats, los despreciados Castle Rock Rockets), pero a los chicos les interesaban sobre todo las hazañas individuales. En otras palabras, alardear. Y cuando se acababa, se acababa.
Las chicas, por el contrario, detestaban perder. Se llevaban la derrota al vestuario y se amargaban con ella. Y, lo que es aún más importante, la detestaban y la odiaban como equipo. Big Jim a menudo veía asomar la cabeza de ese odio; durante una lucha por balón reñido en la segunda parte y con el marcador ajustado, era capaz de captar las vibraciones de «Ni hablar, mala puta, esa bola es MÍA». Las captaba y las devoraba.
Antes de 2004, las Lady Wildcats solo habían conseguido llegar al torneo estatal una vez en veinte años, y había sido una aparición única e irrepetida contra Buckfield. Entonces llegó Hanna Compton. La mejor personificación del odio de todos los tiempos, en opinión de Big Jim.
Siendo hija de Dale Compton, un escuálido leñador de Tarker's Mills que casi siempre estaba borracho y siempre era problemático, Hanna había desarrollado esa actitud suya de «quítate de en medio» de una forma bastante natural. Como estudiante de primer año, había jugado en infantil casi toda la temporada, pero el entrenador la había pasado al equipo principal del instituto en los últimos dos partidos, en los que había anotado más canastas que ninguna otra y había dejado a su homóloga de los Richmond Bobcats retorciéndose sobre la cancha después de un juego defensivo duro pero dentro de los límites del reglamento.
Al terminar ese partido, Big Jim abordó al entrenador Woodhead.
—Si esa chica no empieza el año que viene, estás loco —le dijo.
—No estoy loco —repuso el entrenador Woodhead.
Hanna había empezado quemando y había terminado ardiendo, dejando una estela abrasadora de la que los seguidores de las Wildcats hablarían todavía años después (media de la temporada: 27,6 puntos por partido). Podía desmarcarse y encestar un triple cuando se le antojaba, pero lo que más le gustaba a Big Jim era verla romper la defensa y avanzar hacia la canasta, una desdeñosa mueca de concentración en su rostro chato, sus brillantes ojos negros desafiando a cualquiera a interponerse en su camino, su cola de caballo sobresaliendo tras ella como un dedo corazón bien levantado. El segundo concejal y principal vendedor de coches de segunda mano de Mills se había enamorado.
En la final de 2004, las Lady Wildcats les sacaban diez puntos de ventaja a las Rock Rockets cuando expulsaron a Hanna por faltas. Por suerte para las Cats, solo quedaba un minuto cincuenta y seis de partido. Acabaron ganando por un solo punto. De los ochenta y seis puntos logrados por el equipo, Hanna Compton había anotado la friolera de sesenta y tres. Esa primavera, su problemático padre había acabado conduciendo un Cadillac nuevecito que James Rennie Senior le había vendido a precio de coste menos un cuarenta por ciento. Los coches nuevos no eran cosa de Big Jim, pero siempre que quería podía conseguir uno «directo del transportista».
Sentado en el despacho de Peter Randolph mientras fuera seguía desvaneciéndose lo que quedaba de la lluvia rosada de meteoritos (y sus chicos en apuros esperaban —con impaciencia, imaginaba él— a que los convocaran para comunicarles su destino), Big Jim recordó ese partido de baloncesto fabuloso, rotundamente mítico; en concreto los primeros ocho minutos de la segunda parte, que habían empezado con las Lady Wildcats perdiendo por nueve.
Hanna se había hecho con el partido con la misma resolución brutal con que Iósif Stalin se había apoderado de Rusia, sus ojos negros brillando (aparentemente fijos en un Nirvana del baloncesto que el común de los mortales no podía ver), su rostro con esa eterna expresión de desdén que decía: «Soy mejor que tú, soy la mejor de todas, aparta de en medio o te pisotearé como a una mierda».
Todo lo que lanzó a canasta durante esos ocho minutos entró, incluido un absurdo tiro desde la línea de medio campo que había intentado, al tropezar, solo para librarse de la bola y evitar que le pitaran pasos.
Había varias expresiones para definir esa clase de juego, la más común era «estar inspirado». Pero la que le gustaba a Big Jim era «bordarlo», como en: «Ahora sí que lo está bordando». Como si el juego fuese una especie de tejido divino que quedaba fuera del alcance de los jugadores corrientes (aunque a veces incluso los jugadores corrientes podían bordarlo y entonces, por un breve instante, se transformaban en dioses y diosas, y todos sus defectos corporales parecían desaparecer durante esa transitoria divinidad), un tejido que en noches especiales podía tocarse: una tela suntuosa y espléndida, tal como la que debía de adornar las salas de madera noble del Valhalla.
Hanna Compton no llegó a jugar el último año de instituto; ese partido de la final había sido su adiós. Aquel verano su padre se había matado junto con su mujer y sus tres hijas cuando regresaban a Tarker's Mills desde Brownie's, donde habían estado todos tomándose unos batidos de helado. El hombre conducía borracho. El Cadillac a precio de ganga había sido su ataúd.
El accidente con múltiples víctimas mortales había sido noticia de portada en todo el oeste de Maine —el Democrat de Julia Shumway publicó un número con crespón negro esa semana—, pero a Big Jim no lo había abatido la pena. Sospechaba que Hanna nunca habría jugado en la universidad; allí las chicas eran más grandes, y ella podría haberse visto encasillada como jugadora. Hanna nunca habría estado dispuesta a eso. Su odio tenía que alimentarse con una acción constante en la cancha. Big Jim lo entendía a la perfección. Simpatizaba con ello a la perfección. Era el principal motivo por el que él nunca había pensado siquiera en marcharse de Mills. Puede que en el amplio y ancho mundo hubiese hecho más dinero, pero la riqueza era la cerveza de barril de la existencia. El poder era el champán.
Mandar en Mills estaba bien en los días corrientes, pero en momentos de crisis estaba mejor que bien. En momentos como esos podías volar con alas de pura intuición sabiendo que no podías cagarla, que no había forma de cagarla. Podías ver la estrategia de la defensa incluso antes de que la defensa se hubiese formado, y encestabas cada vez que tenías el balón. «Lo bordabas», y no había mejor momento para que eso sucediera que en una final.
Aquella era la final de Big Jim y todo le venía de cara. Tenía la sensación —la convicción absoluta— de que nada podía salir mal durante esa mágica travesía; incluso las cosas que parecían torcidas se convertirían en oportunidades en lugar de ser trabas, como ese tiro desesperado de Hanna desde media cancha, que había puesto en pie a todo el Centro Cívico de Derry, los seguidores de Mills jaleando, los de Castle Rock despotricando sin poder creérselo.
Lo estaba bordando. Por eso no estaba cansado, aunque debería estar exhausto. Por eso no estaba preocupado por Junior, a pesar de su reticencia, su palidez y su actitud siempre alerta. Por eso no estaba preocupado por Dale Barbara y su problemático círculo de amigos, sobre todo esa zorra del periódico. Por eso, cuando Peter Randolph y Andy Sanders lo miraron, atónitos, Big Jim se limitó a sonreír. Podía permitirse sonreír. Lo estaba bordando.

By David Mateo with 15 comments

lunes, septiembre 20

Penitencia en el Bibliocafé

¿Qué les voy a decir a ustedes? ¡Que le estamos cogiendo gustillo a esto del bibliocafé! Ya van dos presentaciones seguidas y, hasta donde sé, el viernes por la tarde, a eso de las 20 horas, se presentan dos libros más: ‘El precio del barquero’ y ‘La mirada del Pegaso’ de Sergio Mars. Pero nos dejamos esta nueva presentación para otra entrada y nos centramos en Penitencia, el nuevo trabajo de J.E.Álamo.



Si echamos la memoria un poquito atrás, El enviado, comentado en su día en este blog, recordaremos que era un libro desarrollado en varios niveles. Una estructura de cuentos entrelazados que formaban una historia compleja en donde un ser denominado el enviado iba controlando la vida de los distintos individuos que convivían en la historia. Joe es un albañil de personajes. Un cirujano de mentes complejas imbuidas por todo tipo de sentimientos sórdidos: el pederasta, el jugador, el psicópata, el maltratador, etc etc… Ahora, con Penitencia, nos aguarda un poco más de lo mismo, pero todo llevado al plano del género negro mezclado con el terror.


De todas las cosas que más me llamaron la atención de la charla, fue el método creativo empleado por el propio Joe. Recordarán que hay dos formas de escribir: brújula y mapa. El escritor de mapa es el que no se mete en el libro hasta no tener todo perfectamente detallado en sus apuntes. El escritor de brújula es el que se pone delante del ordenador y dice: ‘que salga lo que Dios quiera’. Como escritor de mapa, siempre que me encuentro con un autor de textos complejos que me dice que él emplea la brújula, me quedo bastante sorprendido. Ese es el ejemplo de Joe. Como hemos dicho antes, El enviado era un libro denso, lleno de personajes que se entrecruzaban, con pasados comunes, que en un momento u otro de la novela iban interactuando entre sí. Estructurar una obra tan enmarañada sin un guión que gobierne el barco, puede llegar a ser peligroso. En el caso de Joe no hay guión, no hay escaleta, no hay apuntes, no hay nada. Hay simple oficio. El escritor y el procesador de texto. El vínculo más viejo que Dios ha creado.



Como siempre, muchas caras conocidas en el Bibliocafé: Juande, Sergio, Juanjo, Ana, Verónica, etc, etc, etc… Y José Luís, propietario del local, superagradable y muy atento a los invitados.
Sin duda, una gran tarde de libros, buen café, refrescos y amigos. Y lo mejor es que se prometen más veladas en el bibliocafé y la Hispacon de Burjassot está a la vuelta de la esquina.


Por cierto, convendrán conmigo que las fotos que acompañan al texto se expresan en un lenguaje particular: bello y dinámico. Casi da la sensación de que los personajes de este cuento visual hablen. En este caso, la escritora es Verónica Leonetti. Sin ella, estas entradas no lucirían tanto.


By David Mateo with 5 comments

viernes, septiembre 17

One Moment in Time: el TIMO de Quesada

Joe Quesada podría definirse como uno de esos visionarios que irrumpe en la escena del comic para cambiarlo todo. Hay quien dice que está haciendo una gran labor en Marvel, cosa que ignoro porque hace tiempo que dejé de leerlo todo. Agarrándonos a Amazing Spiderman y a las macrosagas Civil War o la incursión de los Skrulls, perpetradas por su autor fetiche Bendis, me uno a esa afirmación: en efecto, Quesada está haciendo una gran labor en Marvel, pero para tirar a todos los lectores.
En Amazing Spiderman la culpa no es del toda suya, por supuesto. Detrás de la sombra de Quesada, hay una serie de marionetas sin personalidad que danzan al capricho del gran jefe: tipos como Tom Brevoort o Stephen Wacker perpetran las órdenes de Quesadilla, convirtiéndose en esa cuchipanda sin identidad ni personalidad, que se limitan a dar el cabezazo y contratan a autores anodinos y pésimos para perpetrar un Brand New Dey cada día más mediocre.

Y así es como, señoras y señores, el Dr. Extraño cambia la realidad y borra la identidad de Spiderman de la mente de todos los seres humanos de la Tierra. Eso sí, luego llega Normamu y le da pal pelo.

Para quien no haya leído los últimos treinta años del personaje, vamos a hacerle un rápido resumen: Peter Parker se echa una novia: Gwen Stacy (creo que me he quedado corto con los treinta años); está a punto de pedirle matrimonio, pero llega Norman Osborn en su aeroplano de Duende Verde y la tira de un puente. MJ, la amiga de juergas de Peter, aparece en su piso y trata de consolarlo. Peter le pide que le deje solo, pero en una escena inolvidable, la amiga juerguista se transforma en la amiga siempre soñada, cierra la puerta a sus espaldas y se queda en el piso a consolarlo en los momentos más dramáticos. Justo en ese momento, sabes que MJ es la chica que está predestinada a compartir la vida de nuestro héroe. Llegarán más tarde Gatas Negras o Debra Whitman, pero el lector sabe en todo momento que la elegida es MJ y solo cuando la pelirroja logre establecer un equilibrio emocional con su pasado, estará preparada para compartir vida con Peter Parker. Meses más tarde, MJ y Peter contraen matrimonio, durante la saga del clon ella queda embarazada, tienen una hija que es secuestrada por Norman Osborn (su paradero queda en incógnita) y en la etapa del guionista Joseph Michael Straczynski, el matrimonio luce con un esplendor de madurez como ningún guionista ha sabido mostrar antes. Pero es justo en ese momento cuando el nefasto editor jefe de Marvel, Joe Quesada, decide convertir Amazing Spiderman en su corralillo personal. Saca a Romita Jr. de la serie, desde ese momento Amazing Spiderman ya no ha tenido un equilibrio en el apartado gráfico; desquicia a Straczynski con continuos cambios de guión, hasta el punto que JMS deja de ser Straczynski y se convierte en Extrañinsqui. Quesadilla y el nefasto Bendis, que no pinta nada en esta fiesta, deciden meter a un héroe solitario por antonomasia en Los Vengadores y se les ocurre una idea genial: desenmascararlo. Por supuesto, no saben lo que van a hacer a continuación, no tienen ni puta idea de cómo arreglar ese cabo suelto, pero para la Civil War, una serie de la que ya nadie se acuerda, mola que el personaje emblemático de Marvel se desenmascare, así que lo hacen con toda la impunidad del mundo. Aún así, JMS hace lo que puede para enmendar los caprichos de sus superiores, y tras Civil War, se saca de la manga una saga brutal, la última gran saga de Amazing Spiderman, en donde Kingpin le mete un balazo a Tía May y Spiderman se las ve con el gordo en el módulo prisión. Señores y señoras, aquí acaba Amazing Spiderman. Comienza OMD y Quesada hace realidad su sueño pajillero: Peter tiene que volver a la soltería. Tiene que cargarse el matrimonio a toda costa. Muchos piensan que estas decisiones vienen dadas por un intento de recuperar el viejo espíritu de la serie, el espíritu del Peter Parker soltero de Stan Lee, Ditko o Romita Sr. No nos engañemos, ese espíritu jamás existió. Desde el momento en que MJ se queda en el piso de soltero de Peter Parker para consolar a su amigo, nos damos cuenta de que esa chica es la chica de Spiderman.

Así ve Quesadilla a Mayday Parker en un flashforward que jamás llegará a cumplirse: la niña orco de El Señor de los Anillos.

El caso es que esa es la excusa que esgrime el gordo Joe, pero lo cierto es que el infame editor busca convertir al personaje en un icono de la casa, en un personaje ultracomercial, al que poder exprimir en cada serie limitada, colección o comic, y sacar el máximo beneficio económico. Spiderman con Obama. Spiderman con la Patrulla X. Spiderman en todas las colecciones de los Vengadores. Spiderman con Lobezno. En la actualidad hay hasta diez Spidermans diferentes deambulando por las distintas series de Marvel y ninguno de ellos muestra una pauta común. Por supuesto, el peor de todos es el Spiderman de Amazing Spiderman, que se transforma número tras número en un personaje diferente, según la mente del guionista que lo controle. Spiderman ya no tiene identidad. Es un muñeco vacío en las manos de una colección de malos y mediocres escritores que no saben qué hacer con el personaje. ¿Y cuál es el peor guionista de todos? ¡¡Joe Quesada!!

La gran caída del gordo que dejó a MJ compuesta y sin novio.

Pues sí, al editor jefe de Marvel lo ascendieron hace poco, pero su obsesión con Spiderman es tal que no ha perdido de vista al personaje y ha decidido escribir él mismo la última mamarrachada publicada en Marvel: One Moment In Time.
Esta saga trata de explicar el tránsito entre la vieja colección de Spiderman a BND, lo que los aficionados llamamos el Mefistazo. Es decir, Mefisto aparece, se lleva por birli birloque el matrimonio de Peter Parker y a cambio revive a tía May. No obstante, One More Day, la historia original, dejaba muchos cabos sueltos, como: ¿por qué ha olvidado todo el mundo la verdadera identidad de Spiderman?
Pues bien, estas cosas inexplicables son las que intenta explicar Quesada. Lo malo es que Quesada no es guionista. Lo malo es que Quesada ya no tiene tiempo ni para dibujar ni para guionizar. Lo malo es que Quesada sigue queriendo meter las narices en donde no le llaman. Y lo realmente malo es que este inepto sigue dirigiendo la empresa de comics más importante del mundo. One More Day no tiene estructura. No hay acción, no hay aventura, no hay un enemigo, no hay ABSOLUTAMENTE NADA. Simplemente, son MJ y Peter sentados en un sofá contándose sus penas y una sucesión de flashbacks esbozados por un Paolo Rivera que le podría dar unas cuántas clases de dibujo al cateto de Joe.

Peter 'House' Parker salvando a su tía...

Lo primero que hace TIMO (ya no lo vamos a llamar OMIT) es decirnos como Mefisto cambia el pasado, y para ello nos remontamos al comic de la boda. La conclusión es sencilla: Mefisto libera a un gordo, Spiderman se pega con el gordo, el gordo se le cae encima a Spiderman, Spiderman se queda sin sentido y MJ se queda compuesta y sin novio en el altar. A partir de ahí todo cambia y Quesada insinúa que cojamos un típex, y en cada comic donde pone matrimonio pongamos follamigos. Por supuesto, Quesada, que se las da de tipo independiente y liberal, en ningún momento se atreve a meter mano en el embarazo de MJ, no vaya a ser que algún papá conservador levante la mano y señale indignado el bombo de una mujer soltera dedicada a sus labores y a ver pasar la vida junto a su novio. ¿Y qué pasa con el balazo que Kingpin le mete a tía May y que provoca el pacto con Mefisto? Pues muy sencillo. Peter, por obra y gracia del diablo, le hace una reanimación cardiovascular a la anciana en el último momento y la vieja se salva.
Ya sólo nos queda el último enigma: el desenmascaramiento. ¿Cómo se arregla eso? También muy sencillo. Se unen los héroes más poderosos de la Tierra, es decir, Mr. Fantástico, el Doctor Extraño e Iron Man, lanzan un hechizo y formateo de disco duro universal. Las grabaciones desaparecen, las fotos se desintegran y las millones de mentes de todo el planeta se borran y nadie recuerda que Peter Parker es Spiderman. A partir de ahí, volvemos al presente y MJ le dice a Peter que siempre será 'su amante bandido', pero que cada uno tiene que hacer su vida. Es decir, lo que siempre has temido que diga una mujer. Gran filosofía la que aplica Quesada en este comic.

Te quiero, pero vamos a ser amigos, no vaya a ser que el Gordo Joe se enfade.

En resumidas cuentas: Quesada sufre ataque de diarrea y no se atreve a atar cabos definitivamente. Quesada sabe que hoy por hoy, resucitados a todos los personajes que puede resucitar (Harry Osborn, Kraven, etc etc…) le quedan ya muy pocos golpes de efecto que dar. Cada una de sus historias ha sido peor que la anterior. El regreso de la Gata, el Desafío, la cacería de los Kraven, el regreso del Lagarto… TODAS historias mediocres, malas y anodinas. Peter Parker no funciona. Peter Parker ya no es Peter Parker, porque nadie lo identifica como el viejo Peter Parker. Brand New Day no resucita el viejo espíritu del personaje y las nuevas petardas que pretenden ganarse el corazón de Peter no le llegan a MJ a las suelas de los zapatos.
Quesada es incapaz de ver sus errores porque su principal error fue tirar a la calle a un guionista estrella como Joseph Michael Straczynski y poner en su lugar a una ristra de peleles que no saben hacer ni la O con un canuto. En Spiderman no hay equilibrio, no hay continuidad, no hay buenos guionistas. Hace falta un escritor estrella que devuelva la credibilidad a la serie e imponga un nivel argumental que de dignidad al argumento global. Pero Quesada sabe que cuando eso suceda, Spiderman dejará de ser el personaje sacaperras y no podrá marearlo por las quinientas series en las que ahora mismo aparece de invitado especial.

Amazing Spiderman dibujada por el horroroso creador de Babis y Butthead!!!

Hoy por hoy, Spiderman solo puede salvarse de una manera y es que el nefasto editor jefe de Marvel retire sus perniciosas garras de él y permita que un buen guionista se haga cargo de la serie y reconduzca la situación. Por supuesto, Quesada se resiste y ya anuncia una nueva etapa en donde otro pelele y guionista sin personalidad llevará al personaje, hablamos de Dan Quieroynopuedo Slott. A partir de ahí, cualquier cosa puede pasar. Quesada anuncia que OMD y el TIMO forman parte de una trilogía. Es decir, que si las ventas siguen bajando, quizás se baje del burro y libere al personaje. Esperemos que así sea.

Por cierto, si creen que mi crítica a TIMO es un pelín dura, lean los párrafos que le dedican los chicos de Zona Negativa al tebeo en cuestión:
Uy. Uy. Uy. Innombrable, oigan. Innombrable. Bueno, si: PONZOÑA. BASURA.CACA DE LA VACA.TUS MUERTOS, JOE. Etc…. Semejante trozo de inmundicia es la declaración de intenciones de Quesada. Un ‘me río en jeta, true believer’ de proporciones divinas. Mas ofendido incluso que al final de OMD.

By David Mateo with 11 comments

jueves, septiembre 16

Prerreseña de OMIT - ONE MOMENT IN TIME


Según la Real Academia de la Lengua Española:


Inepto.
No apto ni a propósito para algo. Necio o incapaz.


Nefasto.
Dicho de una persona o de una cosa: Desgraciada o detestable.


Incapaz.
Que no tiene capacidad o aptitud para algo. Falto de talento.


Artificial.
No natural, falso.


Lacra.
Secuela o señal de una enfermedad o achaque.


Mañana encontraremos todos estos adjetivos en la reseña del OMIT o One Moment in time o el TIMAZO que nos ha metido el NEFASTO editor jefe de Marvel. Y esta vez no pondremos paños calientes, porque los profesionales de Marvel se han echado a un lado y han dejado que Quesada se ocupara de los lápices y del guión. Quesada vs Spiderman. Joe 'hagoloquemedalagana' Quesada en su salsa. Cuatro comics hechos a su medida en los que vuelca todo su intelecto y su capacidad para estar al frente de la empresa más importante de comics del mundo.

¿Cuál es el resultado? Mañana en este mismo spidercanal.




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miércoles, septiembre 15

Nos vamos de PENITENCIA

Pero no a realizar acto de contrición por nuestros pecados, que hay y muchos, sino a hacer propósito de enmienda para situar la novela de Joe en lo más alto. El próximo sábado 18 de septiembre, en el bibliocafé (al lado de Mestalla), presentamos la última novela de J.E. Álamo, a partir de las 19:30. Y un servidor tratará de poner los puntos sobre las íes y dejar bien claro porque hay que comprar esta novela y hay que leerla como si fuera la última novela sobre la faz del planeta Tierra.


¿Y de qué va Penitencia?

El Segador, un asesino en serie que mutila y quema a sus víctimas antes de matarlas, está sembrando el caos en la ciudad. El inspector Aguirre, descreído y cínico será el encargado de darle captura, inmerso en una red de miedos del pasado entre los que intenta conservar su cordura.

Esta es una de las tramas de “Penitencia”, una novela coral dónde deambulan multitud de personajes e historias que acaban por converger en una telaraña de torturas, canibalismo y muerte, en cuyo centro hay un monstruo agazapado, que ha tejido su trampa con celo y paciencia infinita.

Y la hora donde todos deben cumplir su penitencia se aproxima… Y otro ángel salió del altar, el cual tenía poder sobre el fuego, y clamó con gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra; porque están maduras sus uvas. Y el ángel echó su hoz aguda en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó la uva en el grande lagar de la ira de Dios. (Apocalipsis 14:18—20)

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martes, septiembre 14

Nuevos datos sobre el libro electrónico

Los libros electrónicos renuevan los hábitos de lectura

La gente que compra lectores de libros electrónicos tiende a pasar más tiempo que nunca leyendo, muestran investigaciones preliminares. Aparatos como el Kindle están cambiando los hábitos de lectura

Un estudio a 1.200 propietarios de lectores electrónicos realizado por Marketing and Research Resources Inc. reveló que 40% de los encuestados lee ahora más que con libros impresos. Del total, 58% dijo que leía prácticamente lo mismo, mientras que 2% dijo leer menos que antes. Además, 55% de los participantes en el sondeo, pagado por el fabricante de lectores electrónicos Sony Corp., pensaba que usaría el dispositivo para leer más libros en el futuro. El estudio incluyó a propietarios de tres lectores: el Kindle, de Amazon.com Inc.; el iPad, de Apple Inc.; y el Sony Reader.

A pesar de su novedad, estas nuevas experiencias de lectura son un gran cambio frente a la dirección a la que se encaminan los hábitos de lectura, por lo menos en Estados Unidos, país pionero de los libros electrónicos.

Se espera que para finales de septiembre, unos 11 millones de estadounidenses posean al menos un lector digital, según Forrester Research. Las ventas en EE.UU. de libros electrónicos crecieron 183% en el primer semestre frente al mismo período de 2009, según la Asociación de Editoriales de Estados Unidos. Amazon, el mayor vendedor de libros electrónicos, afirma que sus clientes compran 3,3 veces más libros después de comprar un Kindle, una cifra que se ha acelerado en el último año gracias a la reducción de precio del lector.

Aún es prematuro decir si la proliferación de los lectores electrónicos se sostendrá a largo plazo después de que pase la novedad y de que los aparatos lleguen al mercado masivo. Pero gracias a su portabilidad, la gente dice que lee más y en momentos en los que un libro impreso no es normalmente una opción: en la sala de espera de un consultorio médico, en la tina del baño (con el aparato metido en una bolsa plástica para protegerlo), o en una trotadora en el gimnasio con las letras en tamaño gigante. Entre la gente que viaja en transporte público a sus trabajos, los lectores electrónicos están compitiendo con los BlackBerry­ como el compañero predilecto de los pasajeros.

La opinión del escritor

El autor de novelas de misterio y suspenso Michael Connelly dice que tiene unos 30 libros en su Kindle, iPad y Sony Reader, si bien también lee libros impresos porque recibe muchos ejemplares gratis de su editorial. “Hay una ventaja en poder llevar múltiples cosas. Viajo mucho y créame, noto el peso”.

El ritmo de lectura

Jakob Nielsen, un investigador que lleva más de dos décadas estudiando cómo interactúa la gente con la tecnología, reclutó a 32 voluntarios y les pidió que leyeran historias cortas de Ernest Hemingway­ en papel impreso, en un iPad y en un Kindle. Nielsen cronometró cuánto tiempo tardaban en leer una historia en cada medio. Comparado con quienes leyeron el libro impreso, los lectores del iPad fueron 6,2% más lentos y los del Kindle tardaron 10,7% más. Nielsen cree que el ritmo más lento de lectura en los aparatos electrónicos se debe a la tecnología de la pantalla, aún menos nítida que el papel impreso.

Al crear el Kindle, Jeff Bezos, presidente ejecutivo de Amazon, afirma que su objetivo era estimular la lectura prolongada, en lugar de sólo fragmentos.

“Se trata de que el dispositivo desaparezca para que el lector pueda entrar en el mundo del autor”, dijo en una entrevista reciente. “Para mí, sería una pesadilla que el aparato emitiera un sonido cuando estoy leyendo”.

Se reduce la diferencia entre géneros

Los lectores electrónicos también parecen estar reduciendo la brecha de los hábitos de lectura entre hombres y mujeres. Un reciente estudio de Book Industry Study Group Inc. reveló que entre los compradores de lectores electrónicos, 52% fueron hombres y 48% mujeres, al revés que con los libros impresos, en los que las mujeres llevan la delantera.

Los usuarios de lectores electrónicos también dicen que pagaron por 52% de sus libros electrónicos, mientras que el restante 48% fue gratis gracias a muestras o a ediciones cuyos derechos de autor ya expiraron.

Las bibliotecas estadounidenses están expandiendo sus servicios para que sus usuarios pidan libros electrónicos prestados por Internet. Según la Asociación de Bibliotecas de Estados Unidos, 66% de los centros presta libros digitales, frente a 38% en 2005.

Una serie de funciones

La tecnología ha aportado una serie de funciones a los libros que no sería posible en ejemplares impresos. Con un lector electrónico, un usuario puede sostener y pasar la página con una sola mano. Algunos lectores elogian la capacidad de aumentar el tamaño de los caracteres y la opción de algunos aparatos de iluminar las páginas cuando se apagan las luces de la habitación donde se está leyendo. Pero los libros impresos tienen una ventaja, no tienen que guardarse durante despegues y aterrizadas de los aviones.

Fuente: Interartix.

By David Mateo with 2 comments

lunes, septiembre 13

Segundo trailer de Juego de tronos



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¿Y pese a todo sacamos a los zombis en la portada?

Birras, libros y fútbol. ¿Qué más se puede pedir? Un pantallón en el Bibliocafé para que mientras estás asistiendo a la presentación de turno puedas desviar la mirada y ver como Aduriz o Soldado marca un gol. Pero como el paraíso de los lectores-futboleros todavía es una utopía, reduzcámoslo al mínimo común denominador: cerveza y libros… ¡¡que gran matrimonio!!
Aunque vamos demasiado rápido, así que rebobinemos la cinta y vayamos al principio. El sábado prometía una quedada tranquila: tertulieta, comilona y paseo por las librerías en busca del tocho de turno. Pero llegó del Sur el hombre con la lengua más rápida del Oeste: Juan de Dios Garduño, con un libro bajo el brazo: ‘Y pese a todo el mundo seguía girando’… ¡Uy, no, ese no es el título nuevo! ¡Ese era el título antiguo! El título moderno es mucho más sencillo: ‘Y pese a todo…’ Así que ante la insistencia del susodicho, decidimos variar los planes. Había que ir al Bibliocafé y asistir a la presentación que preparaba el Garduño junto a tres sospechosos habituales: Sergio Hard Mars, Emilio Cadavezmásmalo Bueso y J.E. Soyelbuenodelapelícula Álamo.
Debo admitir que cuando llegué a la Avenida Aragón (territorio típicamente futbolístico de la ciudad de Valencia), tuve la tentación de comprarme la entrada del Valencia – Racing y pasar de todo. Las riadas de gente confluyendo desde todos los puntos cardinales, las camisetas, la emoción previa al partido, la testosterona… en fin, aquellos que amen el fútbol entenderán de qué les hablo. Pero resistí como un campeón la tentación y me reuní con los amiguetes en un bar situado en los aledaños del Sacrosanto Mestalla.
Por cierto, que por allí apareció el bueno de Luís Martínez Semper, que se dejó a Pepe Simeón absorto en sus tareas librerísticas en Almenara, y se llevó una buena dosis de frikismo literario en vena que espero le haga volver en otra ocasión.

Un grupo de presidiarios alcohólicos que sábado sí, sábado no, les dejan salir a la calle con la excusa de montar una tertulia literaria. De izquierda a derecha: Víctor, David 1, David 2, Luís, Rafa y Juanjete 'abro y cierro los Viveros de Valencia.

Anduvimos de bar en bar hasta que se hizo la hora y con un 0 a 1 a favor del Hércules en el Nou Camp y con los rugidos enfervorizados que surgían del Mestalla, nos metimos en el Bibliocafé.
Antes de nada decir que el susodicho local es un lugar idílico que nos ha descubierto Sergio Mars y que combina cafetería, salón de actos y librería. Se respira el olor de la tinta y del papel en el ambiente y las mesas incitan a sentarse entorno al café y departir sobre la última novela que te llevas entre manos. Es un lugar acogedor, luminoso y, sobre todo, cómodo para entablar la tertulia. El único inconveniente es que los días de partido es imposible aparcar. Pero el día que se levante el Nuevo Mestalla, el Bibliocafé quedará emplazado en una zona inigualable. A ver si la cosa funciona y abren otro por el centro, cerca de las tiendas de comics.

Juande, aunque parezca mentira, no es un tipo que hable demasiado. Sin embargo, eso no es óbice para que algun miembro de la mesa se pegara una cabezadita mientras el escritor presentaba a su hijito bastardo.

Pronto comenzó a aparecer la fauna autóctona de Levante. Los chicos de la Revista Digital de Ciencia Ficción (Javier NO TIENES VERGÜENZA), los organizadores de la Hispacon, los familiares de los ponentes, etcétera, etcétera. Vamos, que la tarde prometía una buena plática sobre zombis.
Sergio Mars nos avanzó parte del programa de la Hispacon, que como ya sabrán se celebra en Burjassot durante el puente del Pilar, y dijo que tenían ya preparada una firma de libros con… ¡¡tachán!! ¡¡tachán!! ¡¡Laura Gallego!! Que Doña PILAR PIDRAZA (esta señora en este blog siempre aparece en mayúsculas) sería invitada de honor y que Juan Miguel Aguilera y Javier Redal —al que tuve el gusto de conocer el viernes— compartirían una de las mesas más llamativas. También habrá exposición de originales de Paco Roca y de su comic Arrugas. La organización cuenta con cinco salas para llevar a cabo las charlas, presentaciones y mesas redondas, y se prevé tal avalancha de invitados y actos, que en ocasiones las cinco salas estarán funcionando a la vez. ¡¡Casi nada!!
Pero regresemos al protagonista de esta historia: Juan de Dios Garduño y su ‘Pese a todo…’. Juande, que es un chico listo, ha decidido venirse a la ciudad del fantástico por excelencia: Valencia (a joerse, Sevilla Escribe, os hemos robado a Messi); con este fichaje postveraniego, Valencia se sitúa a la cabeza de las ciudades y Comunidades Autónomas de España con más escritores de fantasía, ciencia ficción y terror por metro cuadrado.

El orgulloso papá con sus hijos: el legítimo y el bastardete.

El libro de Juan de Dios Garduño ya es un fenómeno literario en todo el país. Sus ventas se han disparado en Cyberdark y la editorial piensa mandarlo a Sitges de promoción. Así que ahora mismo, podríamos situar la novela a la altura de otros pesos pesados del panorama zómbico español como ‘Los caminantes’ de Carlos Sisi o ‘Apocalipsis Zombi’ de Manuel Laureiro. Juande describe su novela como una historia de supervivencia de dos tipos que se quedan atrapados en un pueblecito nevado llamado Banghor (la ciudad original de Stephen King), rodeados de zombis, y que deben hacer frente a un buen montón de fantasmas del pasado para preservar su propia existencia. Aquí es donde llegó el Darth Vader de las letras terroríficas españolas, es decir, Emilio Bueso, y puso la nota más llamativa de toda la ponencia. ¿Por qué las editoriales se empeñan en enmascarar historias interesantes con portadas que, en ocasiones, espantan al lector? Emiliet, con mucha razón en sus argumentos, alegaba que una novela como ‘Y pese a todo…’: reflexiva, inteligente, emocional, no necesita de un monstruo espeluznante en la portada para venderse. Que con otro tipo de portada podría haber llegado a un sector mayor de público. En cierto modo entiendo a Emilio, pero en el mundo editorial hay un poder mucho mayor al de la lógica que traspasa cualquier concepto filosófico y que no se llama Fuerza, sino ‘comercialidad’. Dolmen ha encontrado su nicho de mercado y lo está explotando con una inteligencia y una sagacidad de la que no han hecho gala otras editoriales de género. Y esa clarividencia hay que elogiarla. ¿Que un zombi en la portada de ‘Y pese a todo…’ no transmite el verdadero mensaje que se amaga en la novela? Puede ser, porque todavía no la he leído. Pero lo terriblemente inquietante es que, quizás, sin ese zombi en la portada, la novela jamás habría sido editada.

En algunos suburbios, a J.E. Álamo lo llaman 'El Siciliano Rompepiernas'. Aquí vemos como amenaza a Juande diciéndole: 'Míreme a los ojitos. Como hable mal de mi relato zombi de la antología Z le rompo los testículos'. Varios informadores testifican que Garduño salió del Bibliocafé con los testículos intactos.

Sea como sea, hay que entender que las mejores historias de zombis jamás tienen al monstruo como protagonista. Eso es algo de lo que se ha hablado miles de veces. Las historias de zombis tienen un atractivo extra y es que describen un mundo crepuscular y solitario en el que los personajes se mueven a través de sus propios sentimientos y mezquindades. Desde ‘La noche de los muertos vivientes’ de Romero a ese final catártico y despiadado de ’28 días después’, nos damos cuenta de que los verdaderos protagonistas de las historias de zombis jamás son los zombis, sino los personajes. Así que nos guste o no, ‘Y pese a todo’, con todos sus aciertos y todas sus virtudes, es una historia de zombis; por lo que el monstruo en la portada se justifica cuando contemplas el panorama editorial y ves que estamos ante una moda poderosa que hoy se extiende como una plaga por todos los medios de comunicación.

Sergio Mars hizo las veces de maestro de ceremonía. Incluso llegó a expulsar gente de la sala. Ahí lo hemos pillado señalando a alguien del público. Emilio Bueso, que cada vez se parece más a un Sith de la Guerra de las Galaxias, se sonríe ante la malevolencia de Mars.

Creo que en esta reflexión estuvo la parte más interesante de la velada que depararon los cuatro ponentes. Tras la puesta en escena del libro de Juande, se habló del segundo volumen de ‘La antología Z’ de mis compañeros de NOCTE y se continuó debatiendo sobre zombis y sobre literatura de terror, como no podía ser de otra manera. Creo que este ciclo de presentaciones, que tendrá su continuación el próximo sábado con la novela ya anunciada en este blog: El lado extraño, de J.E. Álamo, publicada por Grupo AJEC, son un buen entremés para la próxima Hispacon y algo de lo que ya precisaba el fantástico valenciano desde hacía mucho tiempo: un punto de reunión para los distintos grupos y tendencias literarias que se dan cita en la ciudad. Un lugar de encuentro entre escritores y lectores. Un lugar, como he dicho al principio, donde los fans se puedan sentar ante una mesa y, con una birra en la mano, puedan hablar de libros.
Mucha suerte para Juan de Dios Gaduño y su ‘Y pese a todo…’, aunque visto lo visto, no la va a necesitar.

By David Mateo with 6 comments

viernes, septiembre 10

Cosas que no me creo de la literatura

Puede que porque lleve en esto un porrón de tiempo o porque haya perdido parte del impulso creativo que las musas otorgan a los escritores primerizos, pero lo cierto es que en los últimos años me he vuelto mucho más escéptico en todo lo que tiene que ver con la literatura. Y no porque me haya cansado de escribir, ni mucho menos, ni haya dejado de ilusionarme por publicar una nueva novela, que tampoco. Pero lo cierto es que año tras año, siempre oigo voces aleccionadoras de lo que es el mundo de la literatura, de lo que hay que hacer y no hacer para publicar, incluso los más entusiastas escriben mamotretos sobre cómo hacer que tu libro triunfe.
Luego llega el rodillo mediático de la industria, aplasta a todo el mundo y muchas ilusiones quedan cercenadas para siempre. En la literatura hay éxitos relativos, pero jamás hay éxitos absolutos. Puedes quedarte con tu trozo de pastel, pero jamás aspires a comerte toda la tarta. La tarta está reservada a otra categoría de escritores y, en los últimos tiempos, ni siquiera se la comen ellos. No hace mucho, un autor notable me contaba que en las Ramblas, en Sant Jordi, las colas ya no se forman ante las casetas donde firman los escritores, sino que se extienden ante las casetas donde están los famosillos de la tele con su novela redactada con cartabón y escuadra.
Voy a decirlo muy claro: no creo en las firmas ni en las presentaciones literarias más allá de una puesta en escena para tu gente, tu familia y tus amigos. Las veces que he presentado un libro –a excepción de la presentación del año pasado en Feria Valencia del Xé que bo-, lo he hecho con el espíritu folclórico-festivo de estar ante tu gente y mostrarles con el corazón en la mano un trabajo que ha llevado un año entero de desvelos y sufrimientos. Nunca espero que venga gente ajena a mi entorno… y si viene encantado de la vida. Tampoco creo en el éxito literario, ni en los milagros que colocan tu libro en las listas de los más vendidos. Puede que alguna vez, las editoriales «exageren» las ventas de una novela, pero si eres el escritor, no entres en ese juego, o te pegarás el gran batacazo cuando llegue la liquidación anual… si es que llega.
Mi buen amigo Juan Miguel Aguilera suele decir una frase que entraña una gran verdad: los oportunistas nunca buscan al desconocido con una buena novela bajo el brazo, siempre buscan al que tiene éxito para encumbrarlo más. En España nadie apuesta por el caballo con posibilidades, eso lo hacen los americanos. En España se apuesta por el caballo que ha ganado la última carrera.
Es decir, si un libro se coloca en los principales puestos de venta, ni me creo el discurso del boca a boca, ni el del autor desconocido que ha encontrado el maná, ni el del patito feo que se convierte en cisne. Si un libro se coloca entre los más vendidos es porque la editorial ha sacado veinte mil ejemplares, ha pagado una campaña de marketing brutal y a base de inundar el mercado, pretende hacerse su lugar. Para mí esa es la única regla real que existe en la literatura. En estos ocho o nueve años que llevo escribiendo, trabajando con editoriales y relacionándome con otros autores, sólo he visto a una persona crecer hasta convertirse en un autor de renombre y ganar un sueldo digno con sus novelas, equiparable al sueldo de un oficinista o al de un mileurista que va todos los días al curro en el metro. El resto es gente que irrumpe en escena con una o dos novelas, las cola en sellos editoriales ‘interesantes’, se beneficia un buen adelanto, pero su tercer libro se demora hasta los dos o tres años… si es que llega o el editor no se ha ido a la ruina en el entreacto, que en los tiempos que corren todo es posible. Es decir, que eso de vivir de lo que escribes para mí sigue siendo una leyenda urbana.
La literatura es una ilusión que debe de ser tomada en pequeñas dosis. Si eres un autor novel no te creas el 80% de lo que se dice entre bambalinas. Las editoriales viven del éxito artificial o aparente para vender unos cuantos cientos de libros más. El mejor autor es el que calla y sigue escribiendo, llevando todo el proceso con la máxima discreción. Ese es el único camino del éxito relativo: esfuerzo, tesón y resistencia. Si sigues estos preceptos, no serás rico con la literatura, pero sí serás feliz escribiendo.

By David Mateo with 11 comments

miércoles, septiembre 8

Y pese a todo... de Juan de Dios Garduño se presenta en Valencia

El éxito editorial 'Y pese a todo' del nuevo autor valenciano Juan de Dios Garduño (así somos los valencianos, nos apropiamos de todo), se presenta el próximo sábado en el Bibliocafé, situado en Calle de Amadeo de Saboya 17, muy cerca del Mestalla.
El programa es el siguiente:

19:00 Presentación de la Hispacon 2010 a cargo de Sergio Mars.
19:15 Presentación de1 libro "Y pese a todo..." por su autor.
19:45 Presentación del libro "Antologia Z" y de sus autores.
20:30 Preguntas y firma de ejemplares.


Junto a Juan de Dios Garduño estarán los autores Sergio Mars, J.E.Álamo y Emilio Bueso. Recordemos que 'Y pese a todo...' se ha convertido en un éxito en muy pocas semanas, reafirmando la nueva tendencia de literatura zombi que ahora mismo arrasa en las librerías.

¡¡Nos vemos el sábado!!

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martes, septiembre 7

Los consejos de Reverte

Hace unas semanas, en Patentes de Corso, Arturo Pérez Reverte dedicó un par de espacios a los escritores que están haciendo sus primeros pinitos en esto de la escritura. Por el valor de sus palabras y el mensaje que transmite, paso a reproducirlas a continuación.

Carta a un joven escritor (I)

Pues sí, joven colega. Chico o chica. Pensaba en ti mientras tecleaba el artículo de la semana pasada. Recordé tus cartas escritas con amistad y respeto, el manuscrito inédito -quizá demasiado torpe o ingenuo, prematuro en todo caso- que me enviaste alguna vez. Recordé tu solicitud de consejo sobre cómo abordar la escritura. Cómo plantearte una novela seria. Tu justificada ambición de conseguir, algún día, que ese mundo complejo que tienes en la cabeza, hecho de libros leídos, de mirada inteligente, de imaginación y ensueños, se convierta en letra impresa y se multiplique en las vidas de otros, los lectores. Tus lectores.

Vaya por delante que no hay palabras mágicas. No hay truco que abra los escaparates de las librerías. Nada garantiza ver el fruto de tu esfuerzo, esa pasión donde te dejas la piel y la sangre, publicado algún día. Este mundo es así, y tales son las reglas. No hay otra receta que leer, escribir, corregir, tirar folios a la papelera y dedicarle horas, días, meses y años de trabajo duro -Oriana Fallacci me dijo en una ocasión que escribir mata más que las bombas-, sin que tampoco eso garantice nada. Escribir, publicar y que tus novelas sean leídas no depende sólo de eso. Cuenta el talento de cada cual. Y no todos lo tienen: no es lo mismo talento que vocación. Y el adiestramiento. Y la suerte. Hay magníficos escritores con mala suerte, y otros mediocres a quienes sonríe la fortuna. Los que publican en el momento adecuado, y los que no. También ésas son las reglas. Si no las asumes, no te metas. Recuerda algo: las prisas destruyeron a muchos escritores brillantes. Una novela prematura, incluso un éxito prematuro, pueden aniquilarte para siempre. Lo que distingue a un novelista es una mirada propia hacia el mundo y algo que contar sobre ello, así que procura vivir antes. No sólo en los libros o en la barra de un bar, sino afuera, en la vida. Espera a que ésta te deje huellas y cicatrices. A conocer las pasiones que mueven a los seres humanos, los salvan o los pierden. Escribe cuando tengas algo que contar. Tu juventud, tus estudios, tus amores tempranos, los conflictos con tus padres, no importan a nadie. Todos pasamos por ello alguna vez. Sabemos de qué va. Practica con eso, pero déjalo ahí. Sólo harás algo notable si eres un genio precoz, mas no corras el riesgo. Seguramente no es tu caso.

No seas ingenuo, pretencioso o imbécil: jamás escribas para otros escritores, ni sobre la imposibilidad de escribir una novela. Tampoco para los críticos de los suplementos literarios, ni para los amigos. Ni siquiera para un hipotético público futuro. Hazlo sólo si crees poder escribir el libro que a ti te gustaría leer y que nadie escribió nunca. Confía en tu talento, si lo tienes. Si dudas, empieza por reescribir los libros que amas; pero no imitando ni plagiando, sino a la luz de tu propia vida. Enriqueciéndolos con tu mirada original y única, si la tienes. En cualquier caso, no te enfades con quienes no aprecien tu trabajo; tal vez tus textos sean mediocres o poco originales. Ésas también son las reglas. Decía Robert Louis Stevenson que hay una plaga de escritores prescindibles, empeñados en publicar cosas que no interesan a nadie, y encima pretenden que la gente los lea y pague por ello.

Otra cosa. No pidas consejos. Unos te dirán exactamente lo que creen que deseas escuchar; y a otros, los sinceros, los apartarás de tu lado. Esta carrera de fondo se hace en solitario. Si a ciertas alturas no eres capaz de juzgar tú mismo, mal camino llevas. A ese punto sólo llegarás de una forma: leyendo mucho, intensamente. No cualquier cosa, sino todo lo que necesitas. Con lápiz para tomar notas, estudiando trucos narrativos -los hay nobles e innobles-, personajes, ambientes, descripciones, estructura, lenguaje. Ve a ello, aunque seas el más arrogante, con rigurosa humildad profesional. Interroga las novelas de los grandes maestros, los clásicos que lo hicieron como nunca podrás hacerlo tú, y saquea en ellos cuanto necesites, sin complejos ni remordimientos. Desde Homero hasta hoy, todos lo hicieron unos con otros. Y los buenos libros están ahí para eso, a disposición del audaz: son legítimo botín de guerra.

Decía Harold Acton que el verdadero escritor se distingue del aficionado en que aquél está siempre dispuesto a aceptar cuanto mejore su obra, sacrificando el ego a su oficio, mientras que el aficionado se considera perfecto. Y la palabra oficio no es casual. Aunque pueda haber arte en ello, escribir es sobre todo una dura artesanía. Territorio hostil, agotador, donde la musa, la inspiración, el momento de gloria o como quieras llamarlo, no sirve de nada cuando llega, si es que lo hace, y no te encuentra trabajando.

Carta a un joven escritor (II)

Hablábamos el otro día de maestros: autores y obras que ningún joven que pretenda escribir novelas tiene excusa para ignorar. Ten presente, si es tu caso, un par de cosas fundamentales. Una, que en la antigüedad clásica casi todo estaba escrito ya. Echa un vistazo y comprobarás que los asuntos que iban a nutrir la literatura universal durante veintiocho siglos aparecen ya en la Ilíada y la Odisea -relato, éste, de una modernidad asombrosa- y en la tragedia, la comedia y la poesía griegas. De ese modo, quizá te sorprenda averiguar que el primer relato policíaco, con un investigador -el astuto Ulises- buscando huellas en la arena, figura en el primer acto de la tragedia Ayax de Sófocles.

Un detalle importante: escribes en español. Quienes lo hacen en otras lenguas son muy respetables, por supuesto; pero cada cual tendrá en la suya, supongo, quien le escriba cartas como ésta. Yo me refiero a ti y a nuestro común idioma castellano. Que tiene, por cierto, la ventaja de contar hoy, entre España y América, con 450 millones de lectores potenciales; gente que puede acceder a tus libros sin necesidad de traducción previa. Pero atención. Esa lengua castellana o española, y los conceptos que expresa, forman parte de un complejo entramado que, en términos generales y con la puesta al día pertinente, podríamos seguir llamando cultura occidental: un mundo que el mestizaje global de hoy no anula, sino que transforma y enriquece. Tú procedes de él, y la mayor parte de tus lectores primarios o inmediatos, también. Es el territorio común, y eso te exige manejar con soltura la parte profesional del oficio: las herramientas específicas, forjadas por el tiempo y el uso, para moverte en ese territorio. Aunque algunos tontos y fatuos lo digan, nadie crea desde la orfandad cultural. Desde la nada. Algunas de esas herramientas son ideas, o cosas así. Para dominarlas debes poseer las bases de una cultura, la tuya, que nace de Grecia y Roma, la latinidad medieval y el contacto con el Islam, el Renacimiento, la Ilustración, los derechos del hombre y las grandes revoluciones. Todo eso hay que leerlo, o conocerlo, al menos. En los clásicos griegos y latinos, en la Biblia y el Corán, comprenderás los fundamentos y los límites del mundo que te hizo. Familiarízate con Homero, Virgilio, los autores teatrales, poetas e historiadores antiguos. También con La Divina Comedia de Dante, los Ensayos de Montaigne y el teatro completo de Shakespeare. Te sorprenderá la cantidad de asuntos literarios y recursos expresivos que inspiran sus textos. Lo útiles que pueden llegar a ser.

La principal herramienta es el lenguaje. Olvida la funesta palabra estilo, burladero de vacíos charlatanes, y céntrate en que tu lenguaje sea limpio y eficaz. No hay mejor estilo que ése. Y, como herramienta que es, sácale filo en piedras de amolar adecuadas. Si te propones escribir en español, tu osadía sería desmesurada si no te ejercitaras en los clásicos fundamentales de los siglos XVI y XVII: Quevedo, el teatro de Lope y Calderón, la poesía, la novela picaresca, llenarán tus bolsillos de palabras adecuadas y recursos expresivos, enriquecerán tu vocabulario y te darán confianza, atrevimiento. Y una recomendación: cuando leas El Quijote no busques una simple narración. Estúdialo despacio, fijándote bien, comparándolo con lo que en ese momento se escribía en el mundo. Busca al autor detrás de cada frase, siente los codazos risueños y cómplices que te da, y comprenderás por qué un texto escrito a principios del siglo XVII sigue siendo tan moderno y universalmente admirado todavía. Termina de filtrar ese lenguaje con la limpieza de Moratín, el arrebato de Espronceda, la melancólica sobriedad de Machado, el coraje de Miguel Hernández, la perfección de Pablo Neruda. Pero recuerda que una novela es, sobre todo, una historia que contar. Una trama y una estructura donde proyectar una mirada sobre uno mismo y sobre el mundo. Y eso no se improvisa. Para controlar este aspecto debes conocer a los grandes novelistas del siglo XIX y principios del XX, allí donde cuajó el arte. Lee a Stendhal, Balzac, Flaubert, Dostoievski, Tolstoi, Dickens, Dumas, Hugo, Conrad y Mann, por lo menos. Como escritor en español que eres, añade sin complejos La regenta de Clarín, las novelas de Galdós, Baroja y Valle Inclán. De ahí en adelante lee lo que quieras según gustos y afinidades, maneja diccionarios y patea librerías. Sitúate en tu tiempo y tu propia obra. Y no dejes que te engañen: Agatha Christie escribió una obra maestra, El asesinato de Rogelio Ackroyd, tan digna en su género como Crimen y castigo en el suyo. Un novelista sólo es bueno si cuenta bien una buena historia. Escribe eso en la dedicatoria cuando me firmes un libro tú a mí.


Un sobresaliente para Arturo Pérez Reverte, que al contrario que otros críticos y escritores, muestra un respeto muy especial por todos esos autores que con mayor o menor acierto se adentran en este maravilloso mundo de las páginas en blanco. Así hablan los grandes.

By David Mateo with 8 comments

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