jueves, septiembre 25

La cebollita picada

Siempre he pensado que la creación literaria podría compararse con el ejercicio de pelar una cebolla. Cuando uno disecciona la cebolla se encuentra con un bulbo rodeado de capas. Pues bien, ese bulbo podría ser la trama principal de la novela y las diferentes capas que lo envuelven las subtramas que dotan de complejidad la historia. Es importante que algunas de esas subtramas vayan unidas intrínsicamente al bulbo de la historia. En otras ocasiones, las capas son simples mondaduras que con una raspadura del cuchillo saltan y se distancian del núcleo central.
Con «Noches de sal» he intentado el más difícil todavía: pelar dos cebollas a la vez y tratar que el relleno de ambas se mezcle de tal forma que tengas la sensación de que estás comiendo una sola cebolla. Casi mejor que no nos metamos en este fregado y volvamos al tema de la cebolla única y de las capas envolventes.
Un libro bien nutrido difícilmente puede componerse de una idea simple y sencilla. Basta con echar un vistazo a las novedades de cualquier librería para darnos cuenta de que el ochenta por cien de las novelas que circulan actualmente tiende más al tocho que al libro delgaducho. Pues bien, para conseguir ese tocho no basta con una trama principal, sino que hay que incluir una serie de historias que se complementen. Normalmente estas vienen dadas por los personajes, las relaciones que se establecen entre ellos o el propio entorno en el que conviven. El conjunto de relaciones, reacciones y situaciones derivadas de la interacción de los protagonistas puede encauzar buena parte de la novela.
En «Noches de sal», además, he volcado un buen puñado de elementos ajenos a la trama principal, pero creo que complementan bien. El tema de los Nocturnos y el Palacio Catalá de Valeriola ya lo he tratado alguna vez por aquí. La historia de la Plaza de la Virgen y la degradación humana que durante un tiempo orbitó alrededor del Barrio de la Seu y que todos los currantes de esa zona vivimos allá por los años noventa. Referencias a los grandes cambios estructurales que ha sufrido la ciudad en los últimos años y los peligros que pueden acechar a la vuelta de la esquina.
Otras capas de mi cebolla han sido temas más sociales como la soledad, la culpa, la responsabilidad, la amistad, el arte y, sobre todo, la capacidad de adaptarse al prójimo. Aparte de todo eso, en «Noches de sal» he volcado mi pasión por los culebrones médicos. Supongo que los más habituales a este blog ya sabrán de sobra que me pirro por las series de médicos y no puedo vivir sin mi dosis de House, de Anatomía de Grey, de Scrubs o de Urgencias. Los protagonistas son estudiantes de medicina… ¿y qué conlleva eso? Horas y horas de investigación y consultas a buenos amigos. De lectura de blogs y páginas webs. En mi vida hubiera imaginado que necesitaría saber cómo practicar una cesárea paso por paso o como diagnosticar una patología psicológica con brotes esquizofrénicos. Hoy sigo sin saberlo, pero al menos tengo nociones generales.
Afrontar tanto trabajo es complicado. Algunos de los capítulos han supuesto un mes entero de escritura. Obtener la información, recopilarla, ordenarla y filtrarla puede llegar a ser un quebradero de cabeza de los gordos. Pero creo que ha valido la pena. Probablemente, «Noches de sal» sea la novela de la que más satisfecho estoy hasta el momento. He sudado sangre para rematarla y creo que el trabajo en conjunto es bueno.
He logrado crear una cebolla interesante, bien jugosa y llena de capas. Es una de esas novelas que siempre que la relea recordaré partes entrañables de mi vida y otras menos entrañables. Estoy contento con ella. Más allá de que sea una novela de terror, creo que es una historia con magia, una historia de superación personal, de fracasos y de voluntades.
En fin, espero que algún día tengáis la oportunidad de leerla y la disfrutéis con la misma intensidad con la que yo la he escrito. Para mí, «Noches de sal» pone el punto final a un año de vida apasionante y muy complicado.

By David Mateo with 9 comments

9 comentarios:

Espero verla pronto en las librerias, con lo que nos cuentas me haces ganas de leerla ya jejeje.
Suerte en la publicación.

Supongo que tardará bastante en aparecer. Piensa que el año que viene, si no pasa nada, sale otra novela mía (tan espectacular como ésta). No me gustaría que se solapasen, la verdad. Aunque tengo la suerte de ser una especie de Stephen King, usease, King y Bachman. Grumm y Mateo.
Bueno... que no tengo prisa y quiero que esta novela sea perfesta.

La cosa promete, maese Grumm. Y muy interesante el símil de la cebolla. Aunque yo matizaría que la consistencia o profundidad en capas de la misma no tiene porqué redundar en que el resultado final sea un tocho de mucho cuidado. Paul Auster, sin ir más lejos, monta dos y tres cebollas en cada una de sus obras en un número de páginas discretísimo viendo la inercia actual. Pero supongo que la tendencia al tochismo es un mal endémico de nuestros días, lo mismo sucede en el cine, con esa tendencia a hacer películas de más de dos horas por sistema, e incluso en el mundo de la música que se empeña en alargar esa "canción pop perfecta" que se decía debía durar 3 minutos.

jeje, cuesta librarse de la novela que acabas de terminar, ¿eh?
JM

Nada, doy la brasa esta semana, me quito unas cuantas neuras de encima y ya guardo silencio para siempre :D

Enric, cuando me he referido al tocho siempre he querido expresarme en parámetros meramente comerciales. Por supuesto, la calidad de una novela es independiente a su extensión. Pero, como bien dices, hoy basta echar una mirada a las mesas de novedades para darse cuenta de que lo que prima es la novela larga. Es más, no es la primera vez que nos encontramos con un libro al que le han desorbitado el tamaño de la fuente y con los márgenes bailados para obtener el volumen deseado. Aunque el resultado final, al abrir el libro, suene más postizo que los pelucones que se gasta Jack en Perdidos.
Por cierto, otro factor interesante en las novelas que detecté con Victor en la Fnac: las espaldas. Una buena espalda en la portada asegura el éxito de la novela. O si no ya veréis mañana.

Es curioso como la cebolla y sus capas se usan muy habitualmente para comparar. Cosa que no le quita nada de certeza al tema en cuestión.

Es que la cebolla es una criaturica muy socorrida :))

Como dicen leerte estos comentarios no hace mas que aumentar las ganas de leerla; pero la espera merecerá la pena ^^

Con respecto al post y el simil de la cebolla, será una comparativa muy usada pero es una gran verdad. Y lo díficil que resulta crear esas otras "subtramas", que crezcan, recorran su propio camino y al final encuentren su destino, ¡y todo sin afectar o eclipsar a la trama principal! Pues si has logrado introducir varias "capas" y encima con buen termino mi enhorabuena :D (yo no tengo ese don la verdad, y si introduzco alguna subtrama sera una o dos como mucho...)

Cenquius veri muches :))

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