Hace ya mucho tiempo que aficionados, escritores y profesionales estamos demandando unos premios como Dios manda que dignifiquen el fantástico. Unos premios que resalten lo más notable publicado a lo largo del año y logren consensuar una masa crítica lo suficientemente significativa como para que sean tenidos en cuenta.
A día de hoy, los premios que más notabilidad están teniendo dentro del género son los Celsius 232 entregados por la Semana Negra allá por el mes de julio. Los medios de comunicación, vinculados al gran evento de Gijón, inmediatamente se hacen eco y quien más quien menos acaba enterándose de que, por ejemplo, este año Ismael Biurrun lo ha ganado con «Mujer abrazada a un cuervo».
Por desgracia, el resto de los premios que se otorgan en el mundillo no han sabido alcanzar el necesario nivel de reconocimiento entre los aficionados, ya sea porque se encuentran enclaustrados en pequeñas asociaciones sin masa significativa de voto, o porque se entregan entre escritores y el público lector ni siquiera llega a conocer la existencia del mismo.
Hasta el momento hemos visto como grandes obras, de grandísimos autores, pasaban desapercibidas por el simple hecho de que los pequeños sectores de votantes simplemente no les interesaba la obra o porque los escritores encargados de otorgar un premio entendían que carecía de nivel. ¡Qué cosas! Así, hemos tenido que asistir a situaciones esperpénticas en las que autores semidesconcidos o desconocidos se han forrado las estanterías de premios simplemente por conocer a mengano o a fulano, o mendigar el voto en el evento de turno. ¿Creen que esto es serio? Tener una masa de votantes pírrica provoca este tipo de mercadeo esperpéntico en el que el premio se vende por la afinidad del candidato.
No, desde luego éste no es el camino y la situación debe cambiar drásticamente para que el fantástico tenga algún tipo de reconocimiento.
Para conseguir unos premios llamativos y consolidados, lo primero que hay que demandar es claridad absoluta. El jurado o el comisario del mismo debe especificar en las distintas fases el número de votantes que ha incidido en el mismo, de ese modo, el lector objetivo valorará la verdadera dimensión del premio. Seamos claros, si por un premio a nivel nacional no inciden más de cien o ciento cincuenta votantes, está clarísimo que el premio interesa bien poco. Y, por supuesto, el ganador del premio debe aunar los votos suficientes como para verse dignificado por los lectores.
Con esa voluntad nace la 1ª Edición de los Premios Scifiworld de fantasía, terror y ciencia ficción, una iniciativa que toma el modelo de los premios Locus, siendo los ganadores elegidos por los lectores de la revista. Entre las distintas categorías podemos encontrar premios más literarios como el premio nacional de libro, cómic e ilustración, en el que se incluye un apartado para «relatos», y en el apartado audiovisual, el de cine y cortometraje.
Este nuevo premio, ambicioso y llamativo, pretende llenar un hueco existente en el fantástico. Scifiworld, con casi veinte mil lectores, es la revista comercial más importante de este país, así que es lógico que recoja el testigo e involucre a su masa lectora para poner en marcha unos premios del fantástico que este país necesitaba hacía muchísimo tiempo. Me consta que nombres ilustres tanto del cine como de la literatura ya han dado su respaldo a la revista y solo falta que los lectores respondan.
A día de hoy, finales de noviembre, me cuenta la organización que ya han superado los cuatrocientos votos en la primera fase. Es decir, con una masa de cuatrocientos votantes se convierten en líderes indiscutibles. Y todavía tenemos un mes entero para que los lectores sigan depositando sus votos ante el jurado de la revista.
Los premios Scifiworld están llamados a convertirse en los premios populares de este país, por el número de lectores que concurren, por la independencia de la marca y porque, a día de hoy, no tienen rivales serios. Ojala esta nueva iniciativa se consolide y se convierta en una bandera vinculada al fantástico que reconozca el esfuerzo de escritores, creadores y colectivos. Larga vida a Scifiworld.
A día de hoy, los premios que más notabilidad están teniendo dentro del género son los Celsius 232 entregados por la Semana Negra allá por el mes de julio. Los medios de comunicación, vinculados al gran evento de Gijón, inmediatamente se hacen eco y quien más quien menos acaba enterándose de que, por ejemplo, este año Ismael Biurrun lo ha ganado con «Mujer abrazada a un cuervo».
Por desgracia, el resto de los premios que se otorgan en el mundillo no han sabido alcanzar el necesario nivel de reconocimiento entre los aficionados, ya sea porque se encuentran enclaustrados en pequeñas asociaciones sin masa significativa de voto, o porque se entregan entre escritores y el público lector ni siquiera llega a conocer la existencia del mismo.
Hasta el momento hemos visto como grandes obras, de grandísimos autores, pasaban desapercibidas por el simple hecho de que los pequeños sectores de votantes simplemente no les interesaba la obra o porque los escritores encargados de otorgar un premio entendían que carecía de nivel. ¡Qué cosas! Así, hemos tenido que asistir a situaciones esperpénticas en las que autores semidesconcidos o desconocidos se han forrado las estanterías de premios simplemente por conocer a mengano o a fulano, o mendigar el voto en el evento de turno. ¿Creen que esto es serio? Tener una masa de votantes pírrica provoca este tipo de mercadeo esperpéntico en el que el premio se vende por la afinidad del candidato.
No, desde luego éste no es el camino y la situación debe cambiar drásticamente para que el fantástico tenga algún tipo de reconocimiento.
Para conseguir unos premios llamativos y consolidados, lo primero que hay que demandar es claridad absoluta. El jurado o el comisario del mismo debe especificar en las distintas fases el número de votantes que ha incidido en el mismo, de ese modo, el lector objetivo valorará la verdadera dimensión del premio. Seamos claros, si por un premio a nivel nacional no inciden más de cien o ciento cincuenta votantes, está clarísimo que el premio interesa bien poco. Y, por supuesto, el ganador del premio debe aunar los votos suficientes como para verse dignificado por los lectores.
Con esa voluntad nace la 1ª Edición de los Premios Scifiworld de fantasía, terror y ciencia ficción, una iniciativa que toma el modelo de los premios Locus, siendo los ganadores elegidos por los lectores de la revista. Entre las distintas categorías podemos encontrar premios más literarios como el premio nacional de libro, cómic e ilustración, en el que se incluye un apartado para «relatos», y en el apartado audiovisual, el de cine y cortometraje.
Este nuevo premio, ambicioso y llamativo, pretende llenar un hueco existente en el fantástico. Scifiworld, con casi veinte mil lectores, es la revista comercial más importante de este país, así que es lógico que recoja el testigo e involucre a su masa lectora para poner en marcha unos premios del fantástico que este país necesitaba hacía muchísimo tiempo. Me consta que nombres ilustres tanto del cine como de la literatura ya han dado su respaldo a la revista y solo falta que los lectores respondan.
A día de hoy, finales de noviembre, me cuenta la organización que ya han superado los cuatrocientos votos en la primera fase. Es decir, con una masa de cuatrocientos votantes se convierten en líderes indiscutibles. Y todavía tenemos un mes entero para que los lectores sigan depositando sus votos ante el jurado de la revista.
Los premios Scifiworld están llamados a convertirse en los premios populares de este país, por el número de lectores que concurren, por la independencia de la marca y porque, a día de hoy, no tienen rivales serios. Ojala esta nueva iniciativa se consolide y se convierta en una bandera vinculada al fantástico que reconozca el esfuerzo de escritores, creadores y colectivos. Larga vida a Scifiworld.
5 comentarios:
Yo ya voté, en todas las categorías de las que he visto/leído, y dese luego que me parece una muy buena iniciativa. Espero que prospere.
Unos premios como Dios manda. ¡Igual que Rajoy!, mirusté :)
La comparación tiene su güasa!!! Y es peligrosa.
No te enfades, que es coña marinera. Pero me lo has puesto a güevo :)
Juasss, que no me enfado, te he seguido la güasa :D
Publicar un comentario