Debo admitir que me gusta mucho el Cabañal, tal como está, sin grandes avenidas, con viejas casas de pescadores y con muy poco tráfico. A menudo, cuando salgo del barrio de la Malvarrosa, cojo la calle de la Reina para empaparme de esa bella calma que transmiten los poblados marítimos, huyendo de arterias saturadas de contaminación y humo como pueden ser Blasco Ibáñez —sí, ese monstruo de asfalto y hormigón que parece abocado a precipitarse sobre los poblados marítimos por obra y gracia de nuestra muy querida alcaldesa— o la avenida Francia.
Ayer, como todos ustedes sabrán a través de la prensa, el ayuntamiento acometió el derribo de las primeras casas que entran dentro del plan urbanístico que pretende llevar Valencia al mar… como si Valencia no diera ya a la mar a través de múltiples vías como Avenida del Puerto, los Naranjos o la propia avenida Francia. No voy a entrar en discursos políticos atacando a unos o a otros porque me parece banal y fuera de lugar en este blog pseudoliterario. Soy de los que opinan que un pueblo como el nuestro no merece esta estirpe de políticos que nos ha tocado vivir… o mejor dicho, padecer. No me convencen ni unos ni otros. En Valencia, las fricciones cada vez son más estúpidas e incoherentes. Recuerdo la absurda obstinación ejercida desde el Gobierno Central estas fallas a la hora de disparar la mascletá napolitana en la playa de la Malvarrosa, patrimonio histórico y cultural de Valencia, ante la oposición del PP valenciano. O los claroscuros que el Caso Gürtel ha dejado sobre el gobierno de Francisco Camps y que deparó la dimisión del secretario del PP Ricardo Costa. Y si vamos a cotas mayores, la incapacidad de un gobierno como el de Zapatero que demuestra una y otra vez su ineptitud a la hora de levantar un país que hace aguas por todos lados o el discurso desangelado y poco ilusionante de una oposición que, más que aportar ideas, se limita a señalar errores como un disco rallado. En fin, que como podrán comprobar, confianza política: nula.
Hay que reconocerle al PP que en Valencia han actuado con responsabilidad e inteligencia a la hora de diseñar el nuevo trazado urbanístico de la ciudad, algo que por otro lado es lo mínimo que se le debe exigir a un partido político. Pero bueno, como antes de la llegada del PP al poder, Valencia era poco menos que un erial, al César lo que es del César y a Rita lo que es de Rita. Tampoco hay que estar muy ciego para comprobar que mientras otros barrios como la propia Malvarrosa ha recibido un trato de favor por parte del consistorio, arreglando aceras, engalanando parques y mejorando los distintos accesos, otros barrios como el Cabañal parecen dejados de la mano de Dios desde que Cristo perdió el mechero… o desde que a Rita se le metió entre ceja y ceja que Blasco Ibáñez —la avenida, no nuestro excelso escritor— debía besar el mar. A los políticos valencianos tendría que caérsele la cara de vergüenza al esgrimir que el Cabañal es un barrio degradado y que la única solución es poner en marcha el nuevo trazado urbanístico. Pero almas de cántaro, si vosotros sois los ÚNICOS responsables de esa degradación. El conseller de obras públicas y urbanismo tendría que haber sido la persona responsable de que esa degradación no se llevara a tal efecto. Igual que desde el consistorio se ha luchado denodadamente para rehabilitar otros barrios de Valencia, podría haberse puesto el mismo empeño en el Cabañal y ahora mismo no estaríamos en la situación en la que nos encontramos. Así que si el Ayuntamiento, la Generalitat o la consellería de obras públicas nos hablan de la degradación de un barrio señera como el Cabañal, lo que realmente están haciendo es admitir un ERROR de bulto que ellos mismos han cometido.
El caso es que no quería enrollarme demasiado con temas políticos y creo que ya me he ido por los cerros de Úbeda. Ayer las máquinas llegaron al Cabañal y con ellas un importante contingente de policías nacionales, locales y antidisturbios. El objetivo: derribar las primeras viviendas siguiendo el trazado del plan urbanístico. Por supuesto, se encontraron con la firme oposición de los vecinos y de la plataforma ‘Salvem el Cabanyal’ que se opone al derribo de las casas. Según Canal 9, los trabajos se llevaron a cabo en un ambiente de tensión y con desalojos fortuitos. Según Radio Nacional de España, llegó a cargarse contra los vecinos e incluso hubo algún que otro herido. El cruce interesado de informaciones que vienen desde medios de comunicación opuestos, me impide entrar a juzgar la veracidad de la información. Lo que ocurrió en el Cabañal solo lo conocerán los que estuvieron de verdad allí. Lo que sí que podemos hacer el resto de los valencianos es esgrimir nuestro derecho de pedir calma a nuestros políticos, que los hechos que ayer acontecieron en el Cabañal no se vuelvan a repetir. Que los antidisturbios se queden en su casa y que la policía obre con responsabilidad y compromiso hacia el ciudadano, que es el que al final paga sus nóminas, no hacia el político de turno que da la orden de cargar o de desalojar. Que la poca o mucha violencia que se desató ayer en el Cabañal no se repita, que no se vulneren los derechos de los ciudadanos y que se respeten las leyes hasta la última coma.
Sigo pensando que el Cabañal esta muy bien como está. Que no es necesaria ninguna avenida que lo atraviese hasta la playa. Que el encanto de los poblados marítimos se encuentra en sus calles laberínticas, en sus modestas casitas que lejos de pertenecer a burgueses fueron ocupadas por marineros; en sus tascas donde se sirve pulpo y clóchinas, en los bares donde se juega al dominó, en esos edificios estrechísimos de fachadas variopintas, en los pequeños comercios que nada saben de grandes centros comerciales, en los ancianos que antaño cogieron las redes para pescar y hoy se sientan en la puerta de su vivienda para ver pasar la vida por sus coquetas carreteras.
Soy de la Malvarrosa, siempre ha habido pique con el Cabañal, con el Cañamelar, con el Grao y con Nazaret. Qué le vamos a hacer… somos vecinos. Pero ahora que vienen magras, de mi garganta sólo puede escapar una frase: todos con el Cabañal… viva el Cabañal.
Ayer, como todos ustedes sabrán a través de la prensa, el ayuntamiento acometió el derribo de las primeras casas que entran dentro del plan urbanístico que pretende llevar Valencia al mar… como si Valencia no diera ya a la mar a través de múltiples vías como Avenida del Puerto, los Naranjos o la propia avenida Francia. No voy a entrar en discursos políticos atacando a unos o a otros porque me parece banal y fuera de lugar en este blog pseudoliterario. Soy de los que opinan que un pueblo como el nuestro no merece esta estirpe de políticos que nos ha tocado vivir… o mejor dicho, padecer. No me convencen ni unos ni otros. En Valencia, las fricciones cada vez son más estúpidas e incoherentes. Recuerdo la absurda obstinación ejercida desde el Gobierno Central estas fallas a la hora de disparar la mascletá napolitana en la playa de la Malvarrosa, patrimonio histórico y cultural de Valencia, ante la oposición del PP valenciano. O los claroscuros que el Caso Gürtel ha dejado sobre el gobierno de Francisco Camps y que deparó la dimisión del secretario del PP Ricardo Costa. Y si vamos a cotas mayores, la incapacidad de un gobierno como el de Zapatero que demuestra una y otra vez su ineptitud a la hora de levantar un país que hace aguas por todos lados o el discurso desangelado y poco ilusionante de una oposición que, más que aportar ideas, se limita a señalar errores como un disco rallado. En fin, que como podrán comprobar, confianza política: nula.
Hay que reconocerle al PP que en Valencia han actuado con responsabilidad e inteligencia a la hora de diseñar el nuevo trazado urbanístico de la ciudad, algo que por otro lado es lo mínimo que se le debe exigir a un partido político. Pero bueno, como antes de la llegada del PP al poder, Valencia era poco menos que un erial, al César lo que es del César y a Rita lo que es de Rita. Tampoco hay que estar muy ciego para comprobar que mientras otros barrios como la propia Malvarrosa ha recibido un trato de favor por parte del consistorio, arreglando aceras, engalanando parques y mejorando los distintos accesos, otros barrios como el Cabañal parecen dejados de la mano de Dios desde que Cristo perdió el mechero… o desde que a Rita se le metió entre ceja y ceja que Blasco Ibáñez —la avenida, no nuestro excelso escritor— debía besar el mar. A los políticos valencianos tendría que caérsele la cara de vergüenza al esgrimir que el Cabañal es un barrio degradado y que la única solución es poner en marcha el nuevo trazado urbanístico. Pero almas de cántaro, si vosotros sois los ÚNICOS responsables de esa degradación. El conseller de obras públicas y urbanismo tendría que haber sido la persona responsable de que esa degradación no se llevara a tal efecto. Igual que desde el consistorio se ha luchado denodadamente para rehabilitar otros barrios de Valencia, podría haberse puesto el mismo empeño en el Cabañal y ahora mismo no estaríamos en la situación en la que nos encontramos. Así que si el Ayuntamiento, la Generalitat o la consellería de obras públicas nos hablan de la degradación de un barrio señera como el Cabañal, lo que realmente están haciendo es admitir un ERROR de bulto que ellos mismos han cometido.
El caso es que no quería enrollarme demasiado con temas políticos y creo que ya me he ido por los cerros de Úbeda. Ayer las máquinas llegaron al Cabañal y con ellas un importante contingente de policías nacionales, locales y antidisturbios. El objetivo: derribar las primeras viviendas siguiendo el trazado del plan urbanístico. Por supuesto, se encontraron con la firme oposición de los vecinos y de la plataforma ‘Salvem el Cabanyal’ que se opone al derribo de las casas. Según Canal 9, los trabajos se llevaron a cabo en un ambiente de tensión y con desalojos fortuitos. Según Radio Nacional de España, llegó a cargarse contra los vecinos e incluso hubo algún que otro herido. El cruce interesado de informaciones que vienen desde medios de comunicación opuestos, me impide entrar a juzgar la veracidad de la información. Lo que ocurrió en el Cabañal solo lo conocerán los que estuvieron de verdad allí. Lo que sí que podemos hacer el resto de los valencianos es esgrimir nuestro derecho de pedir calma a nuestros políticos, que los hechos que ayer acontecieron en el Cabañal no se vuelvan a repetir. Que los antidisturbios se queden en su casa y que la policía obre con responsabilidad y compromiso hacia el ciudadano, que es el que al final paga sus nóminas, no hacia el político de turno que da la orden de cargar o de desalojar. Que la poca o mucha violencia que se desató ayer en el Cabañal no se repita, que no se vulneren los derechos de los ciudadanos y que se respeten las leyes hasta la última coma.
Sigo pensando que el Cabañal esta muy bien como está. Que no es necesaria ninguna avenida que lo atraviese hasta la playa. Que el encanto de los poblados marítimos se encuentra en sus calles laberínticas, en sus modestas casitas que lejos de pertenecer a burgueses fueron ocupadas por marineros; en sus tascas donde se sirve pulpo y clóchinas, en los bares donde se juega al dominó, en esos edificios estrechísimos de fachadas variopintas, en los pequeños comercios que nada saben de grandes centros comerciales, en los ancianos que antaño cogieron las redes para pescar y hoy se sientan en la puerta de su vivienda para ver pasar la vida por sus coquetas carreteras.
Soy de la Malvarrosa, siempre ha habido pique con el Cabañal, con el Cañamelar, con el Grao y con Nazaret. Qué le vamos a hacer… somos vecinos. Pero ahora que vienen magras, de mi garganta sólo puede escapar una frase: todos con el Cabañal… viva el Cabañal.
21 comentarios:
Con dos cojones, tío. Viva el CABAÑAL, LE PESE A QUIEN LE PESE.
Salvem el cabanyal d'esta merda de politics.
Política e insultos... mal rollo. Expresaros como queráis, posicionándoos donde os de la gana, para eso estamos en un país libre, pero NADA DE INSULTOS. El siguiente insulto lo borro.
Hola David.
Soy Unai, hace tiempo que no escribo ningun mensaje en el Blog, cierto es que estoy bastante ocupado, pero el tema de hoy es bastante serio.
No tengo la suerte de conocer el cabañal en persona, pero lo conozco bastante gracias al grupo BENITO KAMELAS. Me imagino que les conocerás ya que echaron sus raices en ese mismo barrio, aunque su fama llega lejos, de echo, soy de Bilbo y es uno de mis grupos favoritos.
BENITO KAMELAS posee una cancion en su ultimo disco llamada COPA AMERICA que trata entre otras cosas de la destruccion del Cabañal por un capricho de la alcaldesa, de la utilizacion del agua para el campo de golf y no para los campos de naranjos y por supuesto, de la famosa Copa America, que ha llenado de dinero las arcas de la alcaldesa...
Solo quiero añadir que me parece una pena que acaben con barrios así, con historia, con trabajo, con el sufrimiento de personas que han tenido que enfrentarse al mar todos los días para poder seguir viviendo y ahora ven como las casas donde se han criado y están viviendo van a ser destruidas. Inaceptable!!!
VIVA EL CABAÑAL!!!
Hola Unai!!
Habría que separar temas como el agua, el cabañal o la copa américa. Como he dicho en la entrada, no estoy en contra de todo lo que atañe al PP ni a favor de todo lo que dice la izquierda. En Valencia, levantas la voz y enseguida te etiquetan, es una mala costumbre que se tiene.
Sea como sea, grande Benito Kamela:
http://www.youtube.com/watch?v=rB8iISXOoBA
Estoy con el primer comentario: hay que tener cojones para decir las cosas tan claritas como las has dicho. Basta al acoso que las autoridades están sometiendo al Cabañal. Rehabilitación y no demolición yaaaaaaaaaaaaaaaa.
Buena entrada David. Los planes urbanísticos que cambian según la capa del que mande me resultan excusas vergonzosas de los gobernantes. Parece mentira que todavía nuestros políticos no hayan aprendido lo que significa crecimiento sostenible y sacrifiquen la cultura y el patrimonio por el progreso. De eso trata todo, de tener un poquito más de autoestima y como bien dices en la entrada, no hay avenida que sustituya un barrio con el encanto de sus calles.
Mi solidaridad con los vecinos del Cabanyal.
SALVEM EL CABANYAL.
A Valencia también le vendría muy bien una avenida que prolongara San Vicente hasta el antiguo cauce del río, pasando por la plaza de la Virgen y por el barrio del Carmen, pero a nadie se le ocurriría poner en práctica semejante atrocidad. ¿Por qué en el Cabanyal sí?
Genial comparación la del barrio de la Seu con el del Cabañal. Un 10.
Guillem tiene razón: una avenida jamás sustituirá el encanto de las calles.
Por cierto, que ya me están riñendo: las fotos del Levante y de Las Provincias. Aleee, todos contentos.
No tengo más que añadir al magnífico artículo que has escrito, Tobías.
Sinceramente, pocas palabras hay para expresar la tamaña atrocidad que están cometiendo. Ya no tiene vuelta atrás, la intención está ahí, una barbaridad donde las haya, y lo más gracioso de todo es que la gente que ha tenido esa genial idea de la avenida al mar ni tiene compasión, ni tiene remordimientos, ni tiene cerebro, está más claro que el agua que pretenden hacer ver con su querida avenida.
No hay forma de describir para esto... Que vayan a casa de la alcaldesa a derribar su casa, a ver si le gusta.
Quizás ya no haya marcha atrás para el proyecto de reforma del cabañal, pero sí que podemos ejercer nuestro voto de castigo en las próximas elecciones municipales.
Ya, pero como dice Loren, nos quedaremos con la amargura de perder ese viejo cabañal libre de grandes avenidas.
Precisamente leyendo la noticia por ahí me acordaba de ti. :/
Espero que te acordaras para bien :))
Nunca me he animado a dejarle un comentario, Tobías, pero hoy lo merece sin duda.
No está mal que alguien señale a los verdaderos responsables de la degradación del barrio entre tanta opinión profesional publicada que trata a los vecinos de poco menos que delincuentes y, por supuesto, de indignos de mantener su casa o su barrio dado el estado de las calles. Ya se sabe que para algunos la culpa siempre la tenemos los de abajo y la razón, los de arriba.
A nosotros, que hace tiempo perdimos la fe en el parlamentarismo, el deseo que expresas de que políticos o policía obren con responsabilidad ya nos suena a broma. Qué le vamos a hacer. Si en los parlamentos solo se oye la voz de las empresas constructoras solo nos queda autoorganizarnos entre los vecinos para sacar los problemas del barrio adelante. Sin contar con partidos, eso sí, ni con unos ni con otros, que solo se acuerdan de los barrios cuando estos pueden servir a sus intereses económicos o electorales.
Me alegro, en cualquier caso, de compartir su postura en lo que a la defensa de los barrios tradicionales se refiere. Lo que se ha hecho con el Cabañal es una canallada. De parte de un vecino de otro barrio marginal: Viva el Cabañal y vivan quienes lo defienden.
Seguiré leyéndole en las sombras.
Teniendo en cuenta todo lo que tú has dicho, Protorm, hay otra cosa que siempre me he preguntado: cuando desalojan a los vecinos de sus casas, la mayoría abuelitos, ¿a qué tipo de vivienda los trasladan? Porque si los sacan de un barrio marginal a la fuerza, lo suyo es que les proporcionen una vivienda mejor y no los metan en otro barrio marginal tipo La Coma o las Casitas Rosas con el pretexto de que son viviendas de asistencia social.
Es algo que siempre me he preocupado. ¿Te expropian la casa? Vale, pero al menos mejora mi calidad de vida.
En la experiencia de mis vecinos, aquí en la capital del reino: Se les ha realojado en pisos nuevos en otras zonas del mismo barrio, pero nunca pagándoles el precio completo de la vivienda, si no una parte proporcional al valor de la propiedad expropiada.
De esta forma, quienes no disponían de una segunda residencia donde trasladarse con la indemnización en el bolsillo, se han visto obligados a pagar entre 60.000 y 90.000 euros aparte de la indemnización para completar el pago su nueva vivienda. Evidentemente, la gente más mayor ha decidido irse a vivir con sus hijos y guardarse el dinero de la indemnización.
Sería gracioso (si no fuese tan terrible) que después de tener una casa pagada, además de soportar que te la quiten, te veas obligado a meterte en una hipoteca. Eso después de todo un proceso legal en el que se consiguió que, al menos, aumentaran algunas de las indemnizaciones por los desalojos. Por mucho que el valor de un piso nuevo en Madrid esté muy por encima de esos precios, hay quien no tenía ninguna necesidad de realizar ese gasto.
Esta mañana se ha montado bien gorda en el Cabañal y la violencia ha estallado. No dudo que se hayan entrometido los típicos grupos ultra que solo buscan el lío, estos escenarios son caldo de cultivo para esta gentuza, pero por la tele se ha visto a los antidisturbios cargando contra personas mayores y mujeres.
Esta gente tiene el cable pelado. ¿Qué sentirán cuando se miren a un espejo y piensen que le han dado una hostia a una mujer? Que asco.
Encima de que te quitan la casa tienes que pagar el otro piso, acojonante... O_o
Excelente tu artículo, escrito con sentido común, mesura y objetividad enviable.Al igual que tú, no estoy totalmente en contra de lo que ha hecho el PP en Valencia, de hecho ha sabido gestionar muy bien los recursos de esta Comunidad y ha dado un impulso excepcional a la ciudad, pero la ambición les pierde, creo yo y también a veces las maneras de hacer, algo que utilizan los otros como arma política muy acertadamente, aunque a mí ni unos ni otros me convencen, pero soy justa en reconocer a cada cual errores y aciertos. Los políticos son como son pero nosotros mantegamos el criterio y no nos dejemos manipular con estas cosas. Yo soy escritora de Valencia y ayer precisamente estuve por allí y he de decir que algunas de sus casas bajas son de un encanto excepcional que deberían ser restauradas y no demolidas para que no se pierda ese encanto tan de nosotros los valencianos.
Un saludo,
Stelmarch
http://stmarch.wordpress.com/
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