Que triste, oiga, toda la vida pensando que escribir una novela juvenil/infantil en valenciano podía ser la panacea y, de golpe y porrazo, vuelta a la realidad: las tiradas de las novelas juveniles escritas en nuestra lengua no superan los 1.000 – 1.500 ejemplares. Es más, en la mayoría de los casos, a no ser que ganes un concurso (y creo que a estas alturas no hace falta explicar cómo funcionan los concursos) no hueles ni el anticipo. Es decir, las principales editoriales valencianas liquidan al cabo del año.
La única excepción es Bromera, pero muchos de los que pululan por esto blog ya sabemos cómo se las gasta Bromera: o ganas un concurso literario (con lo que debes batirte el cobre con las plumas recalcitrantes y charanguistas de levante) o ya has begut oli, que dirían los catalanes.
Tuve la oportunidad de aproximarme al mundo de la edición en valenciano anoche, compartiendo mesa y mantel con Pep Castellano, autor de Castellón con una envidiable trayectoria dentro de la literatura juvenil en nuestra Comunidad. Me resultó curioso encontrarme con el mundo literario que se gesta en mi propia casa porque, a pesar de que está a la vuelta de la esquina, es casi inaccesible. Es más, existe un abismo entre la propia literatura juvenil escrita en castellano, como es el caso de SM o Edebé y las editoriales que se dedican a la literatura juvenil escrita en valenciano. Son dos mundos completamente diferentes… y casi mejor no los comparemos con el de la literatura fantástica porque es como para desquiciarse.
Hay veces que hablar con un autor adscrito a otros géneros literarios es como hablar con un marciano. Aunque en esencia el oficio de escritor es el mismo (todos tenemos las mismas neuras, los mismos pensamientos, las mismas inquietudes, el mismo oficio), a la hora de mover la obra, a la hora de negociar con editores, debes utilizar estrategias que en absoluto son comparables. Huelga decir que los editores de fantasía son de Marte y los editores de literatura en valenciano son de Venus.
En resumidas cuentas, si tuviera que escribir una novela juvenil en valenciano hoy en día me lo pensaría mucho, pero que mucho mucho mucho. La lucha para entrar en el mercado de libros en lengua valenciana es enconada y ya se gastan bastantes energías bregando en este santo mundillo nuestro para ampliar o dirigir las miras hacia otros pastos cuya rentabilidad va a ser similar a la de la literatura fantástica.
Virgencita, virgencita, que me quede como estoy.
4 comentarios:
Pues yo voy a por un premio, pero no es de fantasía (al menos no del todo :D ) De todas formas, al escribir en valenciano y no tener interés en la gruta intelectualoide, nada impide asaltar a las editoriales catalanas.
Bueno... ya se sabe que hay libros de fantasía que se venden como libros de no fantasía, y esos son los que triunfan. Lo que ya no sé es cómo funcionarán esos libros en el mercado de los libros escritos en valenciano. Lo que no veo es una historia de terror de las tuyas publicadas por una editorial valenciana. Acuérdate de los ejemplos de libros de terror que nos mostró el editor de Tabarca. Muy lights, muy lights...
concurso, concurso. Y es uno raro-raro (no es juvenil). Y si no funciona, directamente para Cataluña, que, como bien dices, aquí la cosa está malita.
La verdad es que Cataluña es cuna de editoriales emprendedoras y de libros que han crecido espectacularmente, y sino que se lo digan a Sánchez Piñol y su Piel Fría.
Aquí el mercado pertenece a la dolçaina y al tabalet... y gracias.
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