Hubo un autor que pasó el año anterior por el taller de literatura fantástica que llevo a cabo en Moncofa y le dijo a los niños que escribir terror era un ejercicio sencillo, que puede hacerlo cualquiera y que él no se metía en esos andurriales porque le parecía un género literario del montón. Hoy pienso: coño, que suerte tienen algunos. Hace tres meses que comencé a escribir una novela de terror y siento verdadero terror escénico.
Normalmente, en las novelas de fantasía suelo ser maniático hasta decir basta. Pienso hasta lo indecible cada capítulo. Lo que va a pasar, cómo va a pasar y los personajes que van a intervenir. Es mi forma de escribir, la inspiración queda relegada a pasajes muy concretos; soy metódico y no suelo desviarme del camino prefijado pues me parece que el valor argumental es importantísimo en la construcción de una novela.
El caso es que en el libro de terror que estoy escribiendo, esto no basta. Es decir, sé perfectamente a dónde voy y qué va a pasar a continuación, pero cada vez que enfoco un capítulo, siento que la acción no es suficiente y los personajes deben ser más introspectivos. Tengo la necesidad de calcular milimétricamente cada escena, cada diálogo (sobre todo los diálogos, que son los que definen en parte a los personajes) y rellenar los huecos de transición con anécdotas que mantengan la atención y que me resulten interesantes. Lo siento, soy de la opinión que el autor tiene que mirarse en un espejo y pasar de los lectores. Es decir, si me gusta a mí, probablemente le gustará a más gente. Trabajar para los demás es una equivocación que a largo plazo te puede llevar a repudiar la novela e, incluso, a ti mismo. Mi filosofía es: los lectores vienen y van, así que no te puedes vender a ellos. Sé fiel a ti mismo. Ya tendrás tiempo de darle las gracias a los que te compran el libro más adelante.
El caso es que ahora mismo, intento empezar un nuevo capítulo y no sé cómo abordarlo, y eso me produce un miedo terrible. No es que tenga el mal de la página en blanco. Creo que eso es una chorrada que el método y la inspiración pueden combatir. Pero me da miedo dar el primer paso sin tener las riendas del capítulo bien cogidas, porque es tanta la responsabilidad de crear atmósfera, de crear interés en un pasaje que probablemente en el cejunto global de la obra quedará postergado a un segundo plano, que me cuesta zambullirme en él.
En resumidas cuentas. Que al carajo con eso de que escribir terror es un ejercicio sencillo. Eso sólo lo puede decir alguien que no ha escrito en su vida una novela de terror o un necio. Voy a dejar de divagar en el blog y a seguir comiéndome las neuronas.
Editando: Una canción siempre te puede salvar la vida.
16 comentarios:
Bueno mi amigo, si la novela en cuestión es la que me imagino. Creo que lo mejor que puedes hacer es salir a caminar por la playa y pensar en otra cosa por unos momentos. También puedes visitar los lugares que se mencionan en la historia como para refrescar de nuevo las neuronas.
Es un consejo sencillo, pero a veces es de gran utilidad.
Nada, amigo mío, está todo controlado :p Dos tranquimacines y arreando.
Eso, eso, termínala, que me encantará leerla :)
Ufff... si esta novela debe tener tres correctores, esos sois tú, David Jasso y Alfredo.
Care Santos dijo una vez que la narrativa de terror es la más difícil de hacer que hay.
Y yo creo que acertó de pleno.
Aquí donde me ves, yo he escrito ensayo, ci-fi, poesía, fantástica, realismo sucio... Y, en serio. Esto es lo peor de lo peor. A veces también me pregunto si no haría bien en dejármelo.
De momento lo llevas muy bien, hombre. Noche cerrada está funcionando bien y es cojonuda. Y estoy contigo, escribir una novela de terror, que mantenga la tensión de principio a fin, es rematadamente difícil. Creo que escribir una novela, ya de por sí, es agotador, pero el terror tiene un componente más de desgates que otros géneros no lo tienen (o al menos yo no lo he percibido).
Hay una diferencia palmaria con otros géneros. Una diferencia que, también, depende de lo que el propio autor quiera; me explico. Una novela de terror puede ser una novela de cualquier género (realismo, negro, realismo sucio, social, fantasía, cf), en la que el autor salmpimenta aslgunos capítulos y el fondo de la trama con cuestiones terroríficas... la tensión sólo aparece en momentos determinados, soltando el cuello del lector demasiadas veces: esta es la forma fácil de escribir terror (Véase S. King); y luego el autror que quiere que en todo momento el miedo, la tensión, la atmósfera estén presentes, que el terror impregne cada párrafo, y no suelte en ningún momento al lector (o al menos que la linea de tensión siempre sea alta). Esta es la forma que creo has elegido, y por tanto vas a tener muchos dolores de cabeza, te lo aseguro. En ella nada es baladí, todo grira entorno a un eje común, estático, difícil de manejar
De todas formas, si puedo ayudarte, dímelo, estaré encantado.
Muchas gracias, Jose María. Te tomo la palabra y cuando tenga la novela más avanzada te la mandaré.
No soy tan osado para meterme de lleno en una obra de semejante catadura. Ufff... 200 páginas de tensión ininterrumpida... creo que me moriría. Lo mío es una novela de personajes, de relaciones entre un grupo de chavales que se encuentran con el mal cara a cara.
Fíjate, has mencionado a Stephen King como ese autor de terror en el que el factor miedo se presenta en forma de sustos en un momento determinado. Aunque no soy un gran entendido del género, estoy de acuerdo. Fíjate en It, casi 1000 páginas en el que el miedo está ahí, cobijado, palpitante y que sólo aparece en capítulos determinados. Si el terror en sí mismo planea sobre, pongamos 300 o 400 páginas, ¿¿cómo rellenas las otras 500 sin que el lector se agobie?? Desde luego es un caso extremo, pero eso es lo que a mí me afrenta (y me hace respetar tanto este tipo de novelas). Ser capaz de crear personajes tan vivos que hechicen al lector y éste desee quedarse con ellos hasta el final del libro. Es más, que al lector no le interese sólo el momento en el que aparece el payaso, sino que se queden cuando los chavales estan construyendo la presa o van juntos a clase.
Lo que me preguntas es el quiz que acosa a todos los que pretendemos escribir una buena novela de terror. No sólo debes escribir bien 'terror', has de saber escribir bien, muy bien, aquello que no lo es, aquello que se aleja del fantástico y que conforma el cuerpo de la creación. Eso que muchas veces, en el fantástico, con eso de que lo que importa es p`ecisamente lo fantástico, algunos autores olvidan. A veces yo uso un truco... me olvido de la trama terrorifica, hago como que no existo, y entonces pongo la carne en el asador en crear una historia o dos, paralelas, que sean las que se encarguen de mantener el interés por la historia del lector (un personaje interesante, la relación entre algunos personajes, problemas familiares, un problema spiscológico...) Luego,lo malo, es saber mezclarlo todo sin que quede hecho un empasto.
Gracias por tu confianza, leeré el original con gusto
escribir un relato de terror puede ser algo sencillo. Hacerlo bien es MUY dificil, sino mira por que hay tantas pelis rematadamente malas de ¿terror?
Escribir lo que sea con responsabilidad, es difícil, y más querer dar miedo. Creo que a veces las cosas fluyen por sí solas...
Vamos, que escribir para niños también tiene lo suyo.
Saludos.
Creo que buscas un imposible, sería como alargar un infarto 20 horas. Además ese tipo de terror no creo que guste... agota al lector en vez de engancharle.
Yo creo que el género de terror se basa en saber gestionar las esperas. Fíjate en "Salem's Lot", del tan mencionado aquí Stephen King. Un montón de personajes y los vampiros tocando una cuerda aquí y otra allá, mientras los protagonistas, ocupados en sus cosas (enamorarse, escribir una novela, decidir si aquello que les pasó de pequeños fue real o fruto de su imaginación), van viendo poco a poco que en el pueblo pasa algo extraño.
Yo escribí una novela de vampiros para niños. Y aunque no era exactamente de terror (había sólo dos o tres escenas de miedo), me resultó muy difícil crear el suspense y resolverlo. ¡Ánimo! La clave es escribir y reescribir, y ser honesto con lo que funciona y lo que no. Estoy de acuerdo en que el escritor es su primer y principal espejo...
Hola Rosa, le he echado un vistazo a tu novela de vampiros y tiene muy buena pinta. Se salva de toda el maremagno de vampiros 'rosas' y me recuerda muchísimo al pequeño vampiro de Angela Sommer-Bodenburg que tan buenos momentos deparó en mi infancia. Si lo veo por algún lado le echaré un vistazo y a ver si lo incorporo en las recomendaciones de mi taller.
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