miércoles, junio 4

Onda: la vida rueda como una noria

Camilo Sexto decía en su famosa canción que estaba harto de rodar como una noria, y algo así podría decirse de los autores de fantasía. La fama, el estrés, los desplazamientos inacabables por toda la geografía española, las presentaciones multitudinarias, las firmas de libros que comienzan a las cinco de la tarde y concluyen cuando la megafonía del centro avisa que es la hora de echar la persiana. Algo de eso sabemos los cinco magníficos que ayer participamos en la mesa redonda del pabellón deportivo de Onda: Juanmi Aguilera, Vera Parkhutik, J.E. Álamo, Emilio Bueso y servidor.

Puedo decir que la suerte acompañó a Victor Alós a la hora de organizar el evento. Nuestras agendas están tan repletas, que para subir a la palestra y actuar en un escenario, se nos debe pedir cita con seis meses de antelación. Sin embargo, cuando Victor acudió a nosotros, le vimos cara de buena persona y dijimos: andaaaaa… andaaaaa… porque nos caes bien. A mí me tocó dar plantón a una velada literaria con los libreros más importantes de la Comunidad Valenciana y un par de agentes internacionales que deseaban revisar mi obra para vender los derechos a EEUU, pero ¿qué más da? ¿Y la satisfacción de complacer al pueblo de Onda y saciar su sed desmedida de conocimientos sobre literatura fantástica?

Amenizamos el viaje hacia la Plana Baja con valses de Joseph Lanner y Johann Strauss, el mejor alimento intelectual para liberar la mente, ordenar los datos que durante semanas y semanas hemos asimilado para dotar a nuestras exposiciones de mayor peso filosófico y prepararnos para la dura pugna que se va a establecer entre pesos pesados de la literatura.

Muchos os preguntaréis: ¿cómo es posible que unos pobres autores sean capaces de encontrar el camino y llegar a los puntos específicos donde se celebran tan notables encuentros? Yo al principio usaba GPS, ponía las coordenadas y dejaba que el aparatito me guiara. Pronto comprendí que no era necesario. El afán de nuestra sociedad hacia la literatura siempre marca el camino. Acabé tirando mi GPS a la basura y ahora suelo orientarme por las colas y muchedumbres que suelen formarse a las puertas de los centros educativos donde se realizan mis ponencias. En este caso un pabellón deportivo la mar de coqueto que presentaba la mayor cola que he visto en los últimos diez o quince años. El pueblo entero se había volcado para la celebración de la mesa redonda. Las multitudes se agolpaban ante el paso de nuestro vehículo, oíamos las ovaciones de las niñas más guapas de la localidad que acababan desembarazándose de las garras opresivas de sus novios y se arrojaban a las ruedas del coche con tal de tener un último recuerdo de sus ídolos; además, podíamos leer pancartas que exaltaban nuestros nombres y nos deseaban todo tipo de parabienes. Al final, obviamente, tuvieron que actuar los antidisturbios y llevarse en el furgón blindado a los típicos exaltados que no se conformaron con recibir nuestra mirada magnética a cambio de sus loas.

El caso es que las autoridades municipales nos tenían reservado un hueco en el aparcamiento con el distintivo de: Uso exclusivo de los autores. Os puedo asegurar que ya desde el parking subterráneo, podíamos escuchar los gritos de los asistentes, que no dejaban de corear una y otra vez nuestros nombres. La verdad es que esta parte de las presentaciones y mesas redondas suelen ser las más impactantes. Te sientes como el púgil que está a punto de subir al ring, nervioso y tenso como una cuerda de guitarra.

Armados con nuestras americanas y las gafas de sol, enfilamos los pasillos mientras los altavoces del pabellón escupían los acordes del Ojo del Tigre. ¿Sabéis un secreto? En esos momentos te sientes el Rey de una parte del mundo que está a punto de declarar la guerra al resto del planeta. Los autores no nos atrevemos a mirarnos ni a los ojos, porque el simple roce de nuestras pupilas detonaría tal hecatombe que civilizaciones enteras se vendrían abajo.

Tal como preveíamos, las ambulancias se llevaban a los heridos que quedaban en los pasillos y que no habían podido acceder al recinto principal. Lipotimias, ataques de corazón, shocks emocionales… seguramente anoche la población de Onda se redujo en un 70% ante la expectación que había creado nuestra presencia.

Obviamente, la organización ya había preparado la sala destinada a las presentaciones: cuadros emotivos colgados de las paredes, los micrófonos a punto, una amplia mesa donde cabíamos todos, butacas reclinatorias para mantener el equilibrio de comodidad y reflexión que necesitamos los autores… Y, por supuesto, ahí estaba nuestro querido y amado público, rugiendo con mil gargantas que declamaban: ¡Fantasía! ¡Fantasía! ¡Fantasía!

¿Cuántos desmayos y muertes hubo en la sala cuando Victor Alós abrió su micro? Sinceramente, no lo sé. Lo que sí que puedo decir es que hubo muchas. Por otro lado la tensión que desprendía la mesa acabó con la vida de otros tantos. A partir de ahí se estableció un diálogo intenso en el que se mantuvo el orden y las formas. Deliciosa la concordia que se estableció entre Emilio Bueso y Juanmi Aguilera, la locuacidad de Vera, la verborrea virtuosa de Joe, y yo… ¿qué puedo decir de mí? ¿Qué queréis que diga de mí? Por aclamación popular tuve que hacer algo que jamás he hecho: desvelar el destino de Sir Yavin en La Tierra del Dragón. ¿Qué le vamos a hacer? El pueblo de Onda lo merecía.

La mesa redonda acabó cuando Juanmi Aguilera se arrancó con un bolero por aclamación popular. A continuación llegaron las firmas, las enhorabuenas, las alabanzas y el peloteo fácil. Es tal nuestra profesionalidad en este tipo de actos que regresamos a Valencia con los estómagos vacíos. ¿Pero qué más da? ¿Acaso una patata brava o un vil calamar puede compararse con la satisfacción de llevar cultura a un pueblo dejado de la mano de Dios? Os puedo decir que no. En las semanas que están por venir, guardaré las instantáneas que captaron mis retinas durante mi estancia en Onda y servirán para darme fuerzas en los momentos más oscuros.

Momentos previos al taller en el que estábamos concentrándonos para estar a la altura de las circunstancias. Lo que ven en las copas no es cerveza.

Fotos cedidas por Emilio Bueso.


¡¡Gracias Onda!!

By David Mateo with 24 comments

24 comentarios:

BWHAHAHAHAHAHAHHAHHAHAHAHAHAH!

Y se olvida usted, maese Grumm, del despliegue mediatico, de las cuadrillas de limpieza que se llevaron los palets vacíos donde segundos antes se agolpaban los ejemplares de los asistentes y que duraron apenas un suspiro.

Rediantres, que bonito es ser profeta en tu tierra.

Un saludín

Eso ya lo daba yo por sentado :)):))

Aun estoy yo recuperándome de las emociones. Lástima haber llevado sólo 500 ejemplares de El Enviado y tener que subastarlos. ¡Qué le vamos a hacer!

Yo he amanecido en un jacuzzi que tenía el fondo repleto de botellas de Don Perignon y la superficie cubierta de bragas burbujeantes. La CNN Europe ha sacado una foto de mi cara desencajada "durante el sarao de crack y metanfetaminas" y yo ando cada vez más mosqueado con todo esto porque ahora tengo un balón de reglamento tatuado en el culo y no recuerdo absolutamente nada acerca de lo que pasó anoche.

Lo último que me viene al dolor de la cabeza es que estábamos pasándonos el micro como si fuera un porro cuando alguien dijo algo guapo sobre Equipo Sirius y entonces tus guardaespaldas sacaron sus armas para hacer retroceder a la muchedumbre de grupies y...

Oye, ¿y por qué tengo tantos libros raros por leer sobre la pila? ¿Tú sabes quién es el David Mateo ese, tío Toby?

Ya me fije en Google Maps... ya Había tal turbamulta que el satélite tuvo que recurrir al ojo de pez...

Ufff... David Mateo... vaya tío mierda. Quémalos, quémalos. Ese es un advenedizo.

dios, pues no quiero imaginar lo que pasará en la feria; si ya sois tan aclamadísimos y reconocidísimos en un pueblucho valenciano, en la capital debéis estar al nivel de chuck norris...

sepas que un 60% de la población toledana desapareció misteriosamente en tiempo cercano a la hora en que empezó la tertulia, así que no os recomiendo que paseis por aquí sin guardaespaldas.

david mateo... ese no era el que iba a publicarme una portada en cierta revista de ciencia ficción?

¿¿Pueblucho?? Jajajajaja, como te lea Crónicas de Sepelaci te canea :D:D

Si en Toledo despareció el 60%, obviamente, es porque no pudieron aguantar la presión y se vinieron a Valencia en el Alaris de las 3,15. De momento están revisando en la morgue la identidad de aquellos que murieron por shock emocional. En breve darán a conocer de dónde procede cada uno.

claaaro, o en air gorrocóptero...

Ya decía yo que era sumamente extraño no encontrar cola en los centros comerciales, ni caravana en las carreteras...

Era un Domingo en la tarde , fuí a los coches de choque
y estaban pinchando el disco que a mi tanto me pone
fuí a sacar cuatro fichas y me compré un abono
y estuve oteando en la pista pa busca´un coche rojo

Mientras daba una vuelta de reconocimiento
mirando si el material de la atracción era bueno
iba subiendo la rampa , andando hacia la taquilla
y se me encendió el alma , corazón y rodillas

Allí estabas tú
con tu melena al viento platino de bote y allí estabas tú
allí estabas tú
con tu super niki de tirantes brillantes , allí estabas tú
Allí estaba yo
con el tabaco al hombro , camiseta blanca , allí estaba yo
allí estaba yo
vaquero ajustau y botines de punta , allí estaba yo

Como podía entrar a ese pedazo de chorba
no la quería asustar como asustaba a las otras
fuí a por ella y la dije "cielo monta conmigo"
y ella me dijo "de acuerdo, pareces muy buen chico"

No la miaraba a los ojos pues me daba vergüenza
ni la podía mirar directamente a las tetas
así empecé a chocar violéntamente a los otros
y ella se sujetó fuerte a mis brazos y a mis hombros

Allí estabas tú
con tu melena al viento platino de bote y allí estabas tú
allí estabas tú
con tu super niki de tirantes brillantes , allí estabas tú

Allí estaba yo
con el tabaco al hombro, camiseta blanca , allí estaba yo
allí estaba yo
vaquero ajustau y botines de punta , allí estaba yo...

:)) :))

Ha llamado el alcalde de Onda y dicen que van a poner esta canción de himno.

En el disco "Bandas sonoras de mi vida", ya tengo la canción para el día de ayer.

La verdad es que debe joder escribir un mensaje lleno de insultos para que luego te lo borren. Pues sí, Luis C., soy un censurador. Obviamente, lo que no voy a aceptar son descalificaciones personales en este blog.
Por otro lado, es curioso que en esta vida hayan dos clases de tontos:
-Los tontos que son medio listos y se callan para no hacer el ridículo.
-Y los tontos que son tontos perdidos, como tú, que encima se empeñan en demostrarlo.

Obviamente, si no eres capaz de captar una ironía, este blog se te queda demasiado grande. Y es imposible poner una foto de las masas de gente porque no hubieron masas de gente. Pero hay un dicho que viene a decir que los chistes pierden toda la gracia cuando se explican, pero claro, alguien tan limitadito como tú difícilmente va a pillar ese matiz.

Por cierto, tonto, he puesto la moderación de comentarios por esta noche. Ale, así descansamos las neuronas un ratito.

Ahi va, me he perdido el comentario chispeante.

Anda, David, pasamelo en privado, que me echaré unas risas...

Ah, y eso de pueblucho valenciano...
CASTELLONERO, nada de valenciano.

Tsk, tsk...

Un saludín

Si es que no me detengo ni a leerlos. Acabo borrándolos tras leer la primera frase.

Sigo pensando que deberías añadir un apartado sólo con perlas trolleras. No sólo para escarnio público sino para que nos echemos unas risas. Leñe, que yo también me lo he perdido. XD

Vale, venga, a partir de ahora lo haré. Normalmente no hago ni puñetero caso a este tipo comentarios, pero si lo vamos a tratar desde el lado friki, prometo abrir una sección de trolls en la que pondré el comentario y todos los datos del tonto de turno que da Statcounter. Hay algunos que dejan unas perlas descacharrantes.

Si los borras es que les haces caso. Y me parece muy bien. Hay que mantener las formas y sobretodo el respeto, así que respétanos y déjanos saborear esos momentos censurables que a todos nos encantaría leer y poder opinar (que conste que eres muy libre de hacer lo que quieras, para eso es tu blog, yo haría exactamente lo mismo, así que no me tengas en cuenta, que últimamente estoy demasiado sensible)

¿Sensible? ¿Y eso por qué, xiqueta?

Respecto al borrado de mensajes hay que distinguir un par de cosas: la crítica respetuosa y el insulto, que es lo que se ha borrado. A mí que entre cualquiera en este blog y me ponga a parir en un mensaje con argumentos, pues como aquel, me joderá más o menos, pero lo dejaré. Otra cosa es un insulto.

Dicen que hay que mantener a los amigos cerca y a los enemigos más cerca todavía. En tu caso, me parece que alguno se te enredará en el peine por las mañanas. Cuídalos de todas formas que el contador no hace distinciones.

Ya te digo, lo que pasa es que mi carácter hace que pase mucho de estas cosas. Ni me paro a leerlas. Si es que cuando ya te la han metido doblada más de una vez acabas acostumbrándote.

Hay que ver cómo cambian las cosas. Antes si el director de una revista o un fanzine se le colaba algún artículo con insultos o descalificaciones, la gente pedía la cabeza del director. Esto no carecía de lógica, porque a fin de cuentas, el responsable (aunque sea moralmente) de lo que se dice en un sitio público es el dueño de ese sitio.
Pero ahora no. Ahora te piden que los dejes, que no los borres, que les da morbazo leerlo. Yo sospecho que el culpable de todo esto es la telebasura y los realitys, porque si no no lo entiendo. Y ahora el que queda mal es el responsable de un lugar como este que borra al que entra aquí simplemente para insultar y crear malos rollos.
¡Como han cambiado los tiempos!
Pero en lo que a mí respecta, David, olé por borrar a cualquier troll que se pase un pelo en tú blog. Algunos te lo agradecemos.

Exactamente, es que también se trata de eso. Hay gente que le indigna los insultos y este suele ser un blog muy tranquilo, de muchos amigos y en el que el prima el buen rollo. Creo que no necesita de polémicas para subsistir, por eso trato de cortarlas de raíz, sobre todo, cuándo los insultos no sólo van referidos contra mí.

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