SI YO COMENZARA A ESCRIBIR ESTA ENTRADA EN EL BLOG CON LETRAS MAYÚSCULAS… la mayoría de los aquí presentes me diría: baja el tono, quillo, que estás gritando.
Hay reglas no escritas en Internet. Reglas que determinan nuestro comportamiento y establecen un código moral a la hora de interactuar con nuestro entorno, ya sea en foros, en chats, en blogs o en el mismísimo facebook. El tiempo ha sacado a la luz una serie de normas éticas y morales que la mayoría de los usuarios conocen y aplican a rajatabla.
Sin embargo, hay algo que me revienta de Internet. Cuando uno establece una relación con otro usuario y se intercambian correos electrónicos, de algún modo estas abriendo un canal de comunicación oficial. En estos tiempos en los que el correo electrónico casi se usa más que teléfono móvil, comienza a ser cargante que no se haya establecido un código moral de primer orden que establezca que no responder un correo electrónico es, simple y llanamente, un signo de mala educación.
A estas alturas me parece tan ofensivo el hecho de que una persona no responda una llamada perdida de trabajo, como que el receptor de un correo electrónico en el que se adjunta un documento no se moleste en hacer un acuse de recibo.
Hace casi dos meses envié un presupuesto a la empresa X. Estos señores, haciendo gala de una educación encomiable, ni se molestaron en responder esa petición. El viernes pasado me indicaron que estaban interesados en el trabajo, que cuándo nos poníamos en marcha. ¿Cuánto cuesta responder a la recepción del mensaje si con ello se le ahorra intranquilidad al emisor?
No quiero ni imaginar la cantidad de negocios que se habrán perdido sólo porque el emisor haya enviado un documento adjunto, el correo haya caído en la carpeta SPAM, y el receptor ni siquiera se haya molestado en preguntar. Si existiera un código de buena educación que estableciera que todo correo electrónico en el que se adjunta un documento debe de recibir una respuesta o, simplemente, que cuando uno entrega su correo electrónico asume la responsabilidad de atenderlo, evitaríamos muchos malentendidos.
Y lo que más jode de todo este asunto es que en la jungla de Internet existen muchos interesadillos que:
a) Sí que reciben los correos, los leen y no responden porque no les conviene. Sin embargo, cuando ellos necesitan algo aluden a esos mismos mensajes que quedaron colgados en su día como referencia a la hora de pedirte algo.
b) Gentuza que jamás responde los emails, pero cuando tienes una conversación telefónica encima te dice: ¡Hombre, si es que esto me lo tenías que haber comunicado por correo electrónico! Entonces tú piensas: So cabrón, si el buzón de tu casa lo abrieras con la misma asiduidad que el correo electrónico, el cartero necesitaría todos los buzones de tus vecinos para hacerte llegar la correspondencia.
En fin, que a estas alturas me jode bastante que para ciertos aspectos, sobre todo laborales, no exista un código moral que establezca la respuesta obligatoria de emails, y si existe que todavía hayan inconscientes que no lo apliquen a rajatabla. Internet es un mundo de vericuetos y callejones sin salida en donde un correo electrónico puede perderse fácilmente. Si todos fuéramos un poco más responsables, muchos malentendidos se evitarían. Pero hay ocasiones en las que la responsabilidad choca frontalmente con el desinterés o con la desvergüenza hacia el trabajo del prójimo, y en esos casos nada se puede hacer, porque estamos hablando de una mala educación intencionada.
Hay reglas no escritas en Internet. Reglas que determinan nuestro comportamiento y establecen un código moral a la hora de interactuar con nuestro entorno, ya sea en foros, en chats, en blogs o en el mismísimo facebook. El tiempo ha sacado a la luz una serie de normas éticas y morales que la mayoría de los usuarios conocen y aplican a rajatabla.
Sin embargo, hay algo que me revienta de Internet. Cuando uno establece una relación con otro usuario y se intercambian correos electrónicos, de algún modo estas abriendo un canal de comunicación oficial. En estos tiempos en los que el correo electrónico casi se usa más que teléfono móvil, comienza a ser cargante que no se haya establecido un código moral de primer orden que establezca que no responder un correo electrónico es, simple y llanamente, un signo de mala educación.
A estas alturas me parece tan ofensivo el hecho de que una persona no responda una llamada perdida de trabajo, como que el receptor de un correo electrónico en el que se adjunta un documento no se moleste en hacer un acuse de recibo.
Hace casi dos meses envié un presupuesto a la empresa X. Estos señores, haciendo gala de una educación encomiable, ni se molestaron en responder esa petición. El viernes pasado me indicaron que estaban interesados en el trabajo, que cuándo nos poníamos en marcha. ¿Cuánto cuesta responder a la recepción del mensaje si con ello se le ahorra intranquilidad al emisor?
No quiero ni imaginar la cantidad de negocios que se habrán perdido sólo porque el emisor haya enviado un documento adjunto, el correo haya caído en la carpeta SPAM, y el receptor ni siquiera se haya molestado en preguntar. Si existiera un código de buena educación que estableciera que todo correo electrónico en el que se adjunta un documento debe de recibir una respuesta o, simplemente, que cuando uno entrega su correo electrónico asume la responsabilidad de atenderlo, evitaríamos muchos malentendidos.
Y lo que más jode de todo este asunto es que en la jungla de Internet existen muchos interesadillos que:
a) Sí que reciben los correos, los leen y no responden porque no les conviene. Sin embargo, cuando ellos necesitan algo aluden a esos mismos mensajes que quedaron colgados en su día como referencia a la hora de pedirte algo.
b) Gentuza que jamás responde los emails, pero cuando tienes una conversación telefónica encima te dice: ¡Hombre, si es que esto me lo tenías que haber comunicado por correo electrónico! Entonces tú piensas: So cabrón, si el buzón de tu casa lo abrieras con la misma asiduidad que el correo electrónico, el cartero necesitaría todos los buzones de tus vecinos para hacerte llegar la correspondencia.
En fin, que a estas alturas me jode bastante que para ciertos aspectos, sobre todo laborales, no exista un código moral que establezca la respuesta obligatoria de emails, y si existe que todavía hayan inconscientes que no lo apliquen a rajatabla. Internet es un mundo de vericuetos y callejones sin salida en donde un correo electrónico puede perderse fácilmente. Si todos fuéramos un poco más responsables, muchos malentendidos se evitarían. Pero hay ocasiones en las que la responsabilidad choca frontalmente con el desinterés o con la desvergüenza hacia el trabajo del prójimo, y en esos casos nada se puede hacer, porque estamos hablando de una mala educación intencionada.
27 comentarios:
El especimen "A" que citas me mata. Una vez un tío no me contestó un e-mail. Y meses después, cuando se dio cuenta de que venía de viaje a España y le convenía quedarse en mi casa para no pagar hotel, me respondió contestando a preguntas que yo ni recordaba haberle hecho. Habían pasado tres meses.
Ahora que lo pienso hay otro caso terrible: el pajarraco que no te responde un puñetero email, pero te llena el correo electrónico de emails publicitarios, SPAMS y entradas de blogs a los que ni siquiera te has sindicado.
Leches, si no quieres saber nada de mí, no me inundes con tu publicidad de mierda, que yo no le doy a nadie la tabarra con mi blog.
Para el negocio: siempre mandar mails con acuse de recibo. Queda un poco puñetero, pero te quita de problemas...
Todo lo que dices es bien cierto... pero también hay otro caso que nada tiene que ver con la mala educación. A veces no se hacen acuses de recibo porque el receptor, sencillamente... está hasta arriba de trabajo y no se le ocurre responder hasta analizar como puede responder. Y a veces, los mails se olvidan en favor del trabajo inmediato.
Pero sí, hay mucho maleducado y mucho "maligno", todos lo sufrimos.
Hombre, tampoco se trata de responderlos en el mismo momento. Hay gente que das por sentado que su respuesta se demorará. Y eso entra en el típico juego de la correspondencia. Incluso alguno se te puede pasar (a mí me ha ocurrido). No respondes en el momento y luego se te va de la cabeza. Pero otra cosa es cuando esa "infidelidad" se convierte en una regla.
Yo he trabajado con gente que se pone el chip de "no te respondo porque no me sale de los webs" y si quieres algo ya me buscarás. Eso es lo que realmente jode.
No puedo estar más de acuerdo contigo. De hecho, creo que es de una mala educación galopante no responder cualquier mail que por su propia naturaleza así lo exija. Si encima ya entramos en el terreno de los negocios la cosa no tiene perdón de Dios. Vaya, que a mi entender ya te está dando una diea bastante clara de cuál es la confianza que te puede inspirar semejante socio o pagador.
Mención a parte merecen los mails que tras tres o cuatro meses prudenciales se suelen mandar a editoriales para saber en qué estado se encuentra el proceso de evaluación de un manuscrito. Empiezo a sospechar que la expresión "en breve recibirás noticias nuestras" con la que suelen responderte, sí lo hacen, tiene significados distintos para el común de los mortales y la gente del negocio editorial.
Es una cuestión de educación, como tú mismo apuntas. Es más, comprendo que en ocasiones no puedes responder en el momento, entonces es tan simple como marcar el mensaje "no leído", de manera que cuando vuelves a entrar, lo tienes ahí, bien visible. Vaya, que formas hay para que no se te pase enviar una respuesta, incluso un simple acuse de recibo indicando que se ha recibido el mensaje y que se responderá más adelante.
La industria ha tratado de posicionar por activa y por pasiva varias tecnologías de acuse de recibo. Y lo curioso es que ninguna se ha terminado imponiendo.
No es que no sean compatibles ni usables ni sencillas, es que los usuarios no las quieren emplear. Las rechazan.
Os invito a comprobarlo. Es sencillo, tanto si empleas un gestor de correo eficiente (Mozilla Thunderbird) como si empleas un trasto torpe (Microsoft Outlook). Poneos a enviar vuestros e-mails con confirmación de lectura y nadie os acusará el recibo de todos esos correos.
Eso es porque a la gente le gusta reservarse la última palabra al respecto de una conversación epistolar electrónica. Al usuario le interesa retener el poder de dar la conversación por terminada cuando le parezca. Quiere ejercer de soberano de sus intereses y su tiempo. Quiere reservarse el derecho a no haber leído las misivas de los demás.
Lo cual a mí me parece perfectamente respetable. Lo siento, pero no veo nada de malo en ello. Prefiero que los e-mails no supongan compromiso alguno. Creo que es mejor así. Para todos.
Una vez estuve hablando del tema con una persona muy aficionada a comunicarse por Internet. Yo, la verdad, lo uso como si hablara con otra persona por cualquier otro medio. Y le cometé esto mismo, lo que me cabreaba que la gente a veces no respondiera los e-mails.
Y lo que me respondió es que, justamente, la norma no escrita es que los e-mails no se responden si a uno no le apetece. Y que no pasa nada por ello, no hay ofensa ni falta de educación.
A mí me parece que esa norma está en la misma categoría que lo de escribir con ese estúpido lenguaje acortado que algunos usan para mandar mensajes teléfónicos. Para mí sí es una falta de educación que alguien no me conteste si le mando un mensaje, que lleva claramente mi nombre en el "DE".
El gran problema de nuestra sociedad, y me incluyo, es que no sabemos aceptar una negativa. Y muchas veces que el receptor se reserve la respuesta conlleva cierto miedo a que el primer emisor no la acepte y siga dando la monserga.
Sin embargo, cuando has trabajado para emitir algo y has invertido tu tiempo, como mínimo mereces una contestación. Ya no se trata siquiera de recibir una respuesta concreta como un "sí" o un "no". Se trata de recibir una garantía mínima de que la otra persona te tiene en consideración.
Uno puede ser soberano de su tiempo, pero debe de respetar el tiempo de los demás, sobre todo cuando conoces a esa persona, se está realizando un trabajo común o te está planteando algo lógico o de interés.
Cuando tú llamas a alguien por teléfono y planteas una propuesta, la otra persona se puede negar o, simplemente, dejar el asunto en el aire con un "ya te diré algo". ¿Por qué no se hace lo mismo con los mensajes de correo electrónico?
No se trata de escribir una parrafada justificándote. Simplemente decir: "Recibido."
En la empresa en la que trabajo están deshabilitados las respuestas automáticas. No habría tiempo de enviar nada. Gestiono varios correos oficiales, a veces (hoy) me llegan 9 Mb de span en un día. Eso son cientos y más cientos.
En medios de comunicación, antes mandabas un correo y sabías que lo abrirían si el título ponía algo coherente y en español. Como sea que no hay tiemo para ir descriminando se ha impuesto el mandar todo a la basura a no ser que el remitente sea conocido. Ahora mismo, la gente funciona com email más lllamada al móvil. ¡Absurdo!
Lamentablemente, vamos de cabeza al correo de pago. Como no cuesta dinero, se abusa. Y cuando se abusa se vuelve ineficiente.
Es que una cosa es el colegueo -sea como sea- y otra el negocio. Yo he trabajado con gente que si no le dabas al "aceptar acuse de recibo" tardaban poco en llamarte por teléfono a ver qué pasaba.
Yo creo que el afán de recibir una respuesta tendría que ir parejo al interés del individuo de responder un correo electrónico. Si tu mentalidad es la de no responder los correos que te llegan, luego no esperes que te respondan a ti con celeridad. Aplícate tu psicología.
En el curro, al final, acabas cogiéndole la medida a la peña con la que trabajas. Hay pequeñas empresas que sabes que no manejan apenas correo que, simplemente, no tienen la decencia de responderte (entonces echas mano del móvil) y luego hay grandes organismos oficiales que, a pesar de manejar mucho correo, ofrecen una respuesta inmediata (o justa en el tiempo).
A mí, como pequeño empresario, que funcione el correo electrónico es un alivio que me ayuda a rebajar la facturación.
A menudo la gente tiende a confundir educación con protocolo. Es un problema bastante extendido.
Lo cierto es que no cabe hablar de falta de respeto o consideración cuando, simple y llanamente, se da una conversación por terminada. Eso es algo que sucede todo el tiempo entre emisores y receptores: al final llega alguien que dice la última palabra.
Y lo curioso es que algunas veces eso es visto como un privilegio y otras como una obligación infinita. Alucinante, ¿no?
Al respecto del correo de trabajo, David, creo que te estás equivocando. A mí los proveedores me envían los presupuestos con fecha de validez límite, por lo que se entiende que rechazo el servicio si no respondo dentro del plazo indicado. Las ofertas de trabajo y las propuestas de colaboración también las recibo con sus fechas de vigencia.
Y lo prefiero así, porque eso me permite rechazar las cosas sin tener que molestarme en documentar nada ni tomar medida alguna ni entablar conversaciones de fórmula. ¿Cuál es el problema con ese modo de funcionamiento? ¿Te parece que con ello ninguneo a la gente que me escribe? ¿No es acaso más humillante cuando te contesta una editorial para ponerte una carta de rechazo en la que tu nombre consta junto a los de otros trescientos escritores (hola, chicos, ya sabéis de qué hablo)? ¿No es mejor dejar estar las cosas con un elegante silencio a obligarse a cruzar correos de protocolo, de copia y pega, apersonales, distantes y fríos?
No sé. Hoy día todo el mundo recibe correctamente sus correos, por la cuenta que le trae. Yo creo que estáis exigiéndole a vuestros interlocutores una atención que no aporta nada bueno para nadie. No se ningunea vuestro trabajo ni vuestra compañía cuando se corta la comunicación. Tampoco se está degradando el diálogo o destruyendo información alguna. Eso sólo es algo que estáis interpretando vosotros, tal vez incorrectamente.
Y es que, si la norma de facto es la que es, por algo será. La corrección en el trato y las conductas socialmente admitidas se van configurando a medida de las necesidades de los colectivos. Hay que adaptarse, es mejor así.
Lo siento, para mí el silencio no es elegante como medida de respuesta, Emilio. Tampoco es "agradable" el típico formulario de las editoriales. Pero al menos si te mandan ese formulario, se han tomado la molestia de:
a) Copiar tu nombre y el título de la obra.
b) Abrir el sobre donde va mi libro.
Te puedo asegurar que hay editores que me han mandado una respuesta de línea y media y han sido elegantísimos. A un editor no se le puede exigir que haga un análisis contextualizado de tu novela (molaría); dados los tiempos que corren eso es una utopía.
Personalmente, con que el editor haga acuse de recibo del manuscrito o del pdf, me conformo.
Para que una conversación se de por terminada, debe de existir un emisor y un receptor. Si sólo existe un emisor, en ese caso, no hay conversación.
Yo he trabajado con alguna fundación de la UJI, un organismo que tú conoces muy bien, y puedo asegurarte que son exquisitos en el trato, tanto a través de email como telefónico.
Y ojo, te reitero, la comunicación se puede cortar en cualquier momento de la conversación, correcto. Toda historia tiene un principio y un fin, y el emisor debe asumir que el fin puede llegar a ser contrario a sus intereses, pero si tú pones un email al alcance de tus clientes, estás abriendo una vía de comunicación, no un saco de patatas en donde meter todos los temas que no te interesan.
Mi mentalidad es responder a los clientes/proveedores cuando me solicitan alguna información, y la respuesta puede ser positiva o negativa, larga o corta, larguísima o escuetísima. Puedo decir mucho o poco, pues sigo siendo dueño y señor de mis intereses. Pero a mi cliente (o a mi lector) le respondo con la elegancia que se merece. ¿Por qué? Porque cuando envío un email, solicito que alguien me considere con la misma elegancia.
Sea como sea, vivimos en una sociedad rápida, autosuficiente y que inculca unos protocolos estandards que se alejan de los buenos hábitos de nuestros padres. El empresario debe de asumirlos y aceptarlos. Tampoco hay más historia. Al fin y al cabo siempre quedará un teléfono al que llamar.
>>Al fin y al cabo siempre quedará un teléfono al que llamar.
Vale, tal vez no. Siempre te pueden poner un autómata informatizado que te de mil directrices, mil posibilidades y te lleve a un callejón sin salida después de haberte tenido media hora colgado al teléfono y haberte dejado una pasta en la llamada.
Como las centralitas de las compañías telefónicas.
Eso también son protocolos estandards, eficientes y rápidos... para el que los pone.
A mi, cuando no me responden, ya ni me preocupo. Si no es amigo pues me da igual, allá él (si tengo mucho interés yo mismo, pues llamo). Y si es amigo, entonces pienso que está hasta arriba de trabajo, familia, etc. Eso sí, si pasan años y años y el tipo nunca te responde pues le borro como amigo.
Que razón teneis.
Debo ser una "rara avís"
Porque en el trabajo contesto siempre al minuto los correos y en caso de ser imposible dar una respuesta siempre envio un correo indicando que lo atenderé más tarde me parece un tratamiento de lo más necesario.
Un cliente lo que aprecia es atención luego los proyectos iran mejor o peor pero respuestas rápidas siempre se agradezcen y cuando el cliente soy yo, me jode la falta de respuesta parece realmente que falta cierta educación para el manejo de la comunicación en linea.
Es terrible enviar un correu y no recibir una respuesta con un simple Okey a veces basta. Igual que el tema de mayusculas sin lugar a dudas parece que te esten gritando o apliquen mala leche ... a veces aún así la transmisión de información no es una ciencia exacta y el tono no es algo que se puede transmitir con facilidad por correo y siempre se pueden generar malos entendidos.
Saludos cordiales.
No sé David... ya pierdo la cuenta de la cantidad de correos que recibo al día, me refiero a los que tienen contenido útil, no al spam claro.
Intento contestar a la mayoría, pero siempre intento que la gente con la que tengo más confianza entienda que puedo demorarme. Me conocen y saben que no los ignoro.
Pero claro, si no contesto en el momento a alguien y luego, por acumulación de trabajo, se me olvida hacerlo, uno no puede presumir falta de educación sin más. Hay muchos otros factores a tener en cuenta.
Y eso que también he estado en el "otro lado", sufriendo esperas brutales para luego llamar por teléfono y descubrir que habían extraviado un presupuesto o propuesta de colaboración, y tener que volver a enviarlos y esperar otro retardo. Y de gente que supuestamente cobra por realizar ese trabajo. No lo llamo falta de educación, sino falta de profesionalidad xDD
Es algo que me revienta eso del silencio por respuesta. Además, esto de los correos electrónicos le ha venido mal a mucha gente que, por dfinición, no responden casi nunca, y cuando les dices que les has escrito responden. "No me habrá llegado, se habrá perdido o algo así". Y eso puede pasara, claro, ¡pero es tan difícil que pase tantas veces!
Con lo poco que cuesta darle a responder y escribir: "recibido". ¡Cómo mínimo, digo yo!
>>"No me habrá llegado, se habrá perdido o algo así".
O: "Es que se habrá perdido en el SPAM" A cuánta gente le ha salvado el pellejo el SPAM :))
En realidad no importa mucho la excusa que un utilice para justificar, o autojustificarse, de no responder un e-mail. Todo el mundo está ocupado, todo el mundo piensa que está super ocupado, pero todo el mundo tiene tiempo para hacer las cosas que realmente le interesan, o le apetecen.
¿No se respondería a un e-mail del presidente del jurado de un premio importante, anunciando que estás entre los finalistas y que necesitan tus datos para ponerlos en la nota de prensa?
Está claro que cuando alguien toma la decisión de no responder un e-mail (por mucho que algunos insistan en decir que es una norma no escrita y etc) esto significa algo, establece una escala de la importancia que le da a la persona que ha mandado el e-mail. Y esto también es un dato interesante para la persona que lo ha mandado. Puesto que no somos máquinas automáticas, siempre comunicamos algo con lo que hacemos o no hacemos. De alguna forma, se ha intercambiado información. Y, a veces, también es bueno saber esto.
>>¿No se respondería a un e-mail del presidente del jurado de un premio importante, anunciando que estás entre los finalistas y que necesitan tus datos para ponerlos en la nota de prensa?
Yo ya adelanto que sí que respondería.
"Está claro que cuando alguien toma la decisión de no responder un e-mail (por mucho que algunos insistan en decir que es una norma no escrita y etc) esto significa algo, establece una escala de la importancia que le da a la persona que ha mandado el e-mail"
O al asunto que trata... también hay mucho individuo con una cara como pan gallego que te pide las cosas más inverosímiles, como que hagas el trabajo por él, a quien encima pagan. Yo no contesto a posta a muy poca gente, la mayoría de este pelaje. El resto, si alguien me echa algo en cara, son olvidos (y va en serio xD).
Creo, Mithrand, que no estamos hablando de eso. Hace poco recibí un e-mail de un tío que se había comprado una novela mía y le habían salido varias páginas en blanco, y me exigía una solución. Mandarlo a cagar hubiera sido lo mínimo, pero preferí no contestar. Otras veces he recibido e-mails desde una remota parte del mundo diciendo: “Soy un gran admirador suyo, aunque nunca he leído ninguna de sus novelas porque aquí no llegan, si fuera tan amable de enviarme un ejemplar a esta dirección…”
Pero no hablamos de eso, sino de gente con la que hay una relación, bien de trabajo o de amistad, y que acogiéndose a la dichosa norma esa no escrita (que sin duda existe), decide no responder a un e-mail tuyo. En los casos arriba expuestos, está claro de la valoración de amistad, o interés personal, que demuestro hacia esa gente al no responderle. Lo que digo es que en un caso en el que sí debería haber interés mutuo, al no responder una de las partes está actuando de la misma forma en la que se trata a un pelmazo ocasional. Lo cual es lícito, sin duda, pero aporta una información sobre el valor que te da esa persona (aunque ella crea que no). La cosa está muy clara en el caso que comentaba José Miguel, de un tío no respondía a sus e-mails y que cuando vino a España se puso en contacto con él para pedirle cosas, como si la amistad continuase igual. Pues yo creo que no.
El tema de los emails es basicamente un incremento de la información. Cuando antes le mandabas un fax a alguien, te encargabas de que era "el Fax", porque era tan coñazo hacerlo que te aplicabas en: que la info fuera escueta y necesaria; y que fuera importante.
Con el email es la traca. Una simple tecla y le envías a alguien un pdf de 250 pgs por ejemplo. Puedes de un teclazo escribir un pensamiento tipo: te parece que invitemos a fulano?. Zas. Estás aquí el lunes?. de manera que el incremento de info, y de "ruido" es brutal. A eso se exige una contestación cuasi inmediata.: Oye, te envié aayer una invitación y no me has respondido. Se te presupone el don de la ubicuidad: donde vayas o esté tienes capacidad de leer o ver emails, a cualquier hora y cualquier lugar.
Total, que es una locura. En mi caso, si lo leyera y contestara todo no trabajaría, porque no puedo leerme un documento mientras veo que la bandeja de entrada se llena por segundos. Lo que hago es ojear la importancia (el jefe, por ejemplo, fundamental). La temática (si es de compañeros de curro, cuando puedo me paso a verlos y vemos lo que me comentan). Y si es del exterior veo la prioridad. Y luego contesto.
Si yo le enviara a David Mateo, una persona seria, un email para invitarle a una mesa redonda, por ejemplo, y no me contestara, entendería que está liado, que está de viaje, que se fastidió su ordenador, etc...Si para mi es importante, le intentaría llamar e insistiría, si no, a lo mejor doy por entendido que no es de su interés o está liado, y no insistiría. El tema es cuando no conoces al interlocutor. A veces la gente no te contesta y dependes de una fecha, y si no invitas a una persona, tienes que invitar a otra, y el tiempo te come.
En fin, que creo que hay un exceso de información. En mi caso además , exceptuando dos o tres blogs (uno este) me cuesta participar y tal,porque el gasto energético y de tiempo me parece enorme. Me es imposible mantener contacto con todo el mundo que me gustaría. Más o menos me intento distribuir.
Mazarbul
En ese caso sí, Juanmi... individuos así los hay y me constan. Y es la peor clase de conocido (no digo ya amigo), el que sólo te quiere cuando desea algo de tí, y mientras no es así ya te pueden ir dando. Vivir para ver y padecer, que decía el otro... lo bueno es que si te das cuenta de la jugada, ese no te la vuelve a pegar.
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