Volvía ayer de casa de mi novia cuando escuché un anuncio por la radio que comenzaba, más o menos, de la siguiente manera: «La sociedad contemporánea exige unos cánones de presencia que tenemos que cumplir para sentirnos verdaderamente integrados en ella…» El anuncio, por supuesto, era de una clínica de dermoestética que trataba de crucificar a los calvos y ponerlos en la picota, simple y llanamente,...