¿Qué sucede cuando los realizadores de una película se toman en serio su trabajo? ¿Y si se da con los actores adecuados y éstos no sobreactúan? ¿Y si, encima, cada uno de esos actores son talentos por naturaleza y se acierta con los rostros menos conocidos? ¿Y si, para terminar, pones a uno de los realizadores más virtuosos de los últimos tiempos en la dirección? Pues, obviamente, que vas a crear una puta obra maestra. Y eso es lo que ha pasado con «El caballero oscuro». La sinergia de positivismo, seriedad y buenas actuaciones ha convertido esta película en la mejor historia de superhéroes jamás rodada (y eso que «Batman Begins» ya puso el listón muy alto). Para empezar hay que dar las gracias a los productores por no querer convertir su franquicia en un film comercial. Es cierto que en el desarrollo del argumento hay persecuciones, acrobacias imposibles e incluso vuelos a gran escala… pero al fin y al cabo estamos hablando de una película de superhéroes y, por tanto, debe tener escenas divertidas que nos amenicen las dos horas y media de metraje. Pero todos esos malabarismos, no son más que el azúcar que nos ayuda a tragar uno de los bocados más agrios y espeluznantes que nos ha presentado el cine en los últimos tiempos. Y es que «El caballero oscuro» es sin lugar a dudas una película sucia, siniestra, llena de malos momentos y, sobre todo, poderosa. Y paradójicamente, el público se ha rendido ante ella, tanto el público friki, como el público general, pegándole un tortazo en toda regla a todos esos productores y realizadores que renuncian a la identidad de un personaje o de una historia en pos de ese concepto esquizoide y vomitivo que es la comercialidad.
Para entender «El caballero oscuro» hay que remitirse al late motive del argumento. Y éste no es otro que las tres caras que sostienen los pilares del Gotham. A Batman ya lo conocemos. Nolan lo retrató muy bien en «Batman Begins», aunque es muy cierto que no le sacó todo el rendimiento que sí que le ha sacado en esta película. Es el eje del bien, el vigilante enmascarado con escrúpulos, el héroe que se cae para volver a levantarse, sin importar de dónde venga la hostia o con cuanta potencia impacte en la cara. Batman es más que Bruce Wayne. Mientras Spiderman es Peter Parker, Bruce Wayne es Batman. Y esa síntesis de individuo torturado, lo convierte en el mejor vigilante nocturno que ha conocido una ciudad depravada y viciada como Gotham City. Además, en esta segunda parte, se introduce el concepto interesante del héroe popular y la necesidad de la existencia del héroe enmascarado. La película juega sin complejos, y con un tono muy adulto, con la contraposición de los poderes fácticos de una ciudad (compuestos por las fuerzas del orden, la justicia y los magistrados) y la existencia de superhéroes. ¿Cuándo es el momento de retirarse? ¿Cuándo Bruce Wayne se verá obligado a liberarse de la máscara? La respuesta está en manos de la buena gente de Gotham y, sobre todo, de la honorabilidad de sus dirigentes.
El caballero blanco, Harvey Dent, es el eje central de la ciudad. Representa la moralidad, la imagen pública de la justicia, la esperanza de una ciudad al borde del caos o de la redención. El punto central de la balanza que hará decantarse el equilibrio de la sociedad hacia un lado u otro. Un policía de asuntos internos ascendido a fiscal de distrito, que se ha convertido en el pretendiente de Rachel Dawes (por cierto, siguen sin dar con el tono de este personaje. Fracasaron con Katie Holmes y Maggie Gyllenhaal sigue pareciéndome demasiado desabrida), y que está convencido de que Gotham todavía puede salvarse. Junto a Gordon, hostiga sin piedad a los herederos mafiosos de Falcone, busca una ciudad limpia y está dispuesto a conseguir su objetivo a cualquier precio. Batman ve en él su liberación, por desgracia Harvey mantiene una segunda cara escondida, por lo que no sólo Batman se ha fijado en él.
Y con esta última acotación vamos a por el tercer eje de la película, para mí el más interesante y el mejor construido: el Joker. Y es que este personaje desquiciado, amoral y paranoico no es un supervillano... ¡¡es un terrorista!! Y no es un terrorista cualquiera. Es un terrorista rabioso y sin objetivos. «Soy como el perro que persigue al camión. Cuando el camión se para, ya no sé lo que hacer.» Creo que el propio Joker da la mejor descripción de sí mismo a lo largo de la película. Un ser sin identidad, loco de atar, sanguinario, pero sobre todo inteligente. Va más allá del Ras Al Gul interpretado por Liam Nelson, que al fin y al cabo representaba al fascismo del terrorismo. El Joker es la entropía, la anarquía, el caos absoluto. Y no sólo se conforma con crearlo, sino que también lucha por promulgarlo y por pudrir todo lo que toca. La interpretación de Heath Ledger es soberbia. Mientras en Spiderman 1, William Dafoe fue incapaz de ofrecernos un Duende Verde coherente cuya única misión era crear el caos y matar a su enemigo, en «El caballero oscuro» Ledger sí que se convierte en ese angel negro que martiriza una ciudad. Para él, la vida del prójimo no tiene valor. Aprieta el gatillo con una facilidad pasmosa. Se ventila a los mafiosos más influyentes sin importarle las consecuencias. Pone bombas, mata policías, destruye el orden desde sus cimientos. Se enfrenta a una leyenda siendo un hombre vulgar y corriente. Mutila, incinera y descuartiza sin dejar de reír. Es sin duda, uno de los personajes más complejos creados en los últimos años de la historia del cine y, a la vez, uno de los más espantosos. Es, en resumidas cuentas, la antítesis de Batman. La verdadera amenaza por la que nació el Caballero Oscuro. Y hay que volver a dar las gracias a los productores de
Los secundarios brillan bastante en el plantel general de la película. Michael Caine mantiene un tono discreto, pero borda su papel de Alfred. Morgan Freeman sigue interpretando a Lucius Fox, el gerente de Empresas Wayne que le pasa cachivaches a Batman e inventa la tecnología más retorcida. Y Maggie Gyllenhaal encarna a la sufrida mujer que se debate entre el caballero blanco y caballero el oscuro y, como he dicho antes, no acaba de cuajar en el corazoncito de los espectadores.
Me dejo a parte a Gary Oldman que vuelve a interpretar al comisario Gordon. Genil. Soberbio. Brillantísimo. Un personaje castigado en toda regla, que, sin dejar de amar a los suyos, acaba convirtiéndose en un mártir más de la guerra de bandas que asola la ciudad. Las escenas más impactantes y emocionales de la película provienen de Gordon y de su familia… y no puedo añadir más porque desvelaría algún que otro spoiler. Por cierto, en algún momento se menciona a Bárbara Gordon, incluso se la llega a ver abrazada a su madre, pero la cámara se encarga de no enfocarla en ningún momento. ¿Se están reservando la identidad de esta actriz para una futura película?
Para terminar esta extensa reseña (¿se nota mucho que me ha encantado?) mencionar el interesante enfoque que le han dado a la guerra de mafias que se ha declarado en Gotham. No nos encontramos con los cuatro mafiosos de turno friéndose a tiros sin motivo alguno. No, al contrario. La mafia de Gotham está viva y es peligrosa. Personajes intocables que luchan por dominar la ciudad, etnias mestizas obsesionadas por ocupar el trono que dejó bacante Falcone y, sobre todo, una montaña de dinero marcado y sin nombre que acaba en manos de un contable con muy pocos escrúpulos. Una vez más, Nolan y sus guionistas nos demuestran que el término superhéroe y trama elaborada no tiene por qué estar reñidos y no todo el cine de este tipo tiene que estar enfocado a la comercialidad. Es más, «El caballero oscuro» deja bien claro que no hace falta diseñar una película para todos los públicos para que en realidad llegue a todo el público. La inteligencia brilla más que la supuesta (y mentirosa) comercialidad, y un producto bien hecho siempre estará bien hecho.
Creo que no me dejo nada en el tintero. Bueno… en realidad me dejo mucho, pero es lo que tiene una película grande. Que podrías estar hablando de ella horas y horas y al final siempre se te quedaría algo que mencionar. «El caballero oscuro» es la mejor película de superhéroes creada hasta ahora. Y no por su tono oscuro y macabro (que también), sino por la seria fidelización al personaje y por el partido que Nolan ha sabido sacarle. No hace falta que ahora todos los personajes trasladados a la gran pantalla se conviertan en vigilantes nocturnos. En absoluto. Basta con ser fiel al espíritu del personaje y a la esencia de su creación. Porque no nos engañemos, los cómics de superhéroes tuvieron una edad dorada, una edad dorada que muchos guionistas y editores están intentando borrar, reinterpretar y adaptarla a unos canales que lleguen a toda clase de público. Pero de vez en cuando, un personaje o un superhéroe se concibe para llegar a un tipo de público determinado y si se mantiene la fe en las raíces del personaje, se pueden conseguir grandes cosas. Y eso es lo que ha logrado «El caballero oscuro», ganándose el reconocimiento de mucha gente y la vitola de una de las grandes creaciones del cine moderno.
7 comentarios:
A mí no me entusiasman las pelis de superhéroes (me decepcionó mucho el Spiderman de Raimi) pero sospecho que esta sí me va a gustar, sobre todo después de leer comentarios como el tuyo.
Todo el mundo habla maravillas de esta peli, por algo será.
Es Nolan en estado puro. Nolan es uno de esos nuevos "antiguos" directores. La virtud de esta película es que recoge la esencia del superhéroe y la lleva al grado máximo de emoción. Y luego esta el Joker, que se come la película en cada escena.
Es más que una peli de superhéroes, mucho más. Creo que hay un antes y un después de esta soberbia muestra de arte. ¿El Joker? ¡Joder! ¡Es mi héroe!
Es otro nivel desde todo lo anterior que se ha hecho en cuanto a adaptaciones cinematográficas de superhéroes, va mucho más allá en cuanto a calidad. Es una maravilla.
Buena crítica. Llevas mucha razón en eso de que las imágenes de acción son el azúcar, y no el todo. Precisamente, acabo de ver una en la que la historia está al servicio de las volteretas y cabriolas: La Tumba del Emperador Dragón
In-Fu-Ma-Ble.
Mi única justificación es que iba con los niños y la cosa estaba entre Mamma Mía y la citada subnormalada... No sé como será Mamma Mía, pero me equivoqué.
Dejando aparte que se trate de una adaptación del cómic, creo que esta película hará historia. No sólo es superhéroes, es algo más. Cada diálogo está pulido hasta el extremo, las escenas pensadas hasta el punto de ser perfectas, cohesionadas, con humor donde menos te lo esperas... en fin, una gozada. Si todas las pelis que nos tragamos tuvieran la misma fuerza que esta, ya sean de enmascarados o una comedia romántica, otro gallo nos cantaría.
PD: En los créditos sale David S, Goyer y los Nolan como escritores. Está claro que el subidón de calidad se lo dan estos últimos.
Pues ando un poco decepcionado con Batman.
Tras leeros me hice unas expectativas excesivas. Entiéndaseme, es una gran película, muy bien interpretada, de un ritmo sensacional, guión excelente –algo rocambolesco-… El fallo está en lo que quizá para otros pueda ser un mérito a mí me confunde.
Es decir, contextualizar las aventuras de Batman en una ciudad normal… en un Hkong normal... Esa aspiración a un héroe naturalista… A mi todo el rato me chirria, ¿Qué hace un tío disfrazado de murciélago arreando mamporros? Eso en la realidad no pasa. En anteriores entregas, especialmente la de Burton, todo esto se diluye en un contexto fantástico/ucrónico que te lo convierte en... verosimil...
Ahora lo de "solo el caos es justicia..." de tatuaje...
Me lo pasé mejor con Walle… A ver ahora Hell Boy…
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