Adiós a Artifex

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El próximo sábado se celebrará la III Jornada de literatura fantástica y ciencia ficción de Valdeavellano. A servidor le toca hablar de su experiencia con revistas y fanzines. Iba a enfocar el asunto desde un punto optimista (por aquello de que autores y editores, siempre que nos reunimos entorno a una mesa, no hacemos más que llorar), pero ¿cómo se puede ser optimista en la semana que han caído dos de las publicaciones señeras de Bibliopolis: Artifex y Paura?

Ya hace un par de años, Julián Díez anunciaba su marcha de Artífex en el número 4. Aunque su editor parecía dispuesto a dar una segunda oportunidad a la antología y no hace mucho el bueno de Juanma Santiago me comentaba que ya tenía dispuesto el siguiente número, me consta que incluso tenía relatos encima de la mesa (Juanma era el relevo natural de Julián a bordo de la nave Artífex), el proyecto se demoraba, se demoraba y cada vez olía peor.

Ahora ya se ha hecho oficial y no podemos hacer otra cosa más que lamentarnos de su desaparición. Igual que en su día le dijimos adiós a la excelente revista Galaxia coordinada por León Arsenal, a Solarias de Factoría de Ideas o a la revista filial de Asimov Ciencia Ficción, el último gran proyecto de Domingo Santos. Parece que la distribución acaba asestando un golpe mortal a esta clase de proyectos, ya endebles de por sí desde su nacimiento. Abocados a tiradas minimalistas y desamparados de cualquier tipo de publicidad, convivir día a día con un mercado autoritarista, en el que los libros se quedan amontonados en el fondo de una nave y los libreros pasan de reponer a pesar de que las revistas vuelen de las estanterías, acaba minando la moral del más chulo.

No obstante, recordemos que la mayoría de este tipo de revistas, tienen algún tipo de suscripción para recibirlas cómodamente en casa, así que el gran fracaso de Artífex (o de cualquier otra publicación señera) acaba convirtiéndose en el fracaso de los aficionados a la literatura fantástica. Es decir, por mucho que queramos ver las cosas del color de rosa, por mucho que queramos alardear de que la literatura fantástica funciona y de que cada vez se vende más, golpes como los de Artifex y Paura nos devuelven a la cruda realidad.

El fandom está condenado. El fandom apenas genera recursos para sostener una publicación, y mucho menos para que una editorial prospere. Y la culpa no la tiene el fandom (o sí, no lo sé, supongo que esta reflexión daría para otra entrada de blog). La cuestión es que los grandes libros de fantasía (a excepción de Canción de Hielo y Fuego y alguno más) se están publicando fuera de las editoriales de género. Las adaptaciones cinematográficas, los últimos booms de la pantalla grande y los autores superventas —es decir, donde se mueve de verdad la pasta— están siendo publicados sistemáticamente por editoriales que nada tienen que ver con el género. Durante los próximos meses vamos a asistir a la caída de una editorial bastante importante (esperemos que para solventar sus problemas) y a la aparición de un nuevo sello editorial que al menos podrá ofrecer garantías de continuidad. El mercado va a cambiar… y eso nunca puede ser bueno. La desestabilización es el principal enemigo de la prosperidad económica de una empresa. En un mercado tan oscilante como éste, establecerse y afianzarse se antoja bastante complicado.

Lo dicho: se nos va Artífex, y con ella el Paura de Santiago Eximeno. Dos lugares menos para publicar nuestros cuentos, dos lugares menos para evolucionar como autores. Creo que a la larga las vamos a echar mucho de menos.

By David Mateo with 9 comments