Me vician las historias de zombis, supongo que los habituales ya serán conscientes de eso. La verdad es que supuso un alegrón para mí que Álvaro Fuentes seleccionara ‘Marchitas por dentro’ para la antología que va a sacar Dolmen. Pero sinceramente, creo que es muy complicado hacer un libro solo y exclusivamente de zombis. Envidio a escritores como Carlos Sisi, Manuel Loureiro o mi buen amigo Victor Conde que tienen la capacidad de escribir un tocho tan consistente basándose en esa criatura.
Yo, cuando enfoqué mi libro —un libro que todavía me llevará cierto tiempo— necesitaba otra motivación, necesitaba otro elemento que diera vidilla a la novela… y os puedo adelantar que lo encontré en el lugar más inesperado. ¿Qué elemento es? No os lo puedo decir de momento porque creo que las historias deben seguir siendo originales hasta que el lector las lee. Si algún día tenéis la oportunidad de haceros con el volumen que incluye ‘Marchitas por dentro’ lo tendréis claro inmediatamente.
El arranque de ‘Carne muerta’ es el inicio de la pandemia y algo se deja entrever. En esta historia, como ya adelanté ayer, ha contribuido mucho Rafael Marín. Hay personajes que nacieron de su imaginería y, aunque en mis pensamientos originales no tenían cabida, creo que he contraído con él una deuda moral y van a seguir saliendo.
Respecto al lugar donde se desarrolla la acción, lo he localizado en España… al menos el primer capítulo. Pero soy de los escritores a los que les cuesta pensar que si se desatara una hecatombe mundial, las repercusiones sólo se sentirían en un lugar determinado. Es más, me producen cierto resquemor todas esas películas yanquis en las que el brote de virus se desata en Norteamérica y los protagonistas tienen que ir desde Washington hasta Toronto para encontrar la base secreta. Simple y llanamente no me lo creo. En cierto modo, estoy intentando focalizar la historia en España… pero no nos engañemos, la Península Ibérica no destaca por sus aportaciones científicas, así que llevaré la acción por el sur de Francia, la ciudad de Sintria en Portugal y, probablemente, acabe en Tierra Santa, lugar donde se desarrolla el segundo capítulo.
Tampoco os dejéis guiar por lo que leáis en el primer capítulo. Creo que el buen escritor es el que va de farol desde la primera mano… así que lo más obvio, probablemente, a la larga se convierta en lo más intrascendente.
Va a ser un libro largo… mis escritos nunca son cortos. Pallarés me dijo un día que una novela comercial necesita 250 páginas de presentación y psicología de personajes y otras 150 de aventura. Creo que tiene toda la razón del mundo y ‘Carne muerta’ va a representar otro viaje a la parte más oscura del corazón humano.
De momento el arranque lo tenéis a un solo clic. Huelga decir que vuestros comentarios para mí van a ser siempre valiosos y, en la medida que lo crea conveniente, los tomaré en cuenta.
¡¡Bon Nadal a tots y que disfruten de la carne muerta!!
Yo, cuando enfoqué mi libro —un libro que todavía me llevará cierto tiempo— necesitaba otra motivación, necesitaba otro elemento que diera vidilla a la novela… y os puedo adelantar que lo encontré en el lugar más inesperado. ¿Qué elemento es? No os lo puedo decir de momento porque creo que las historias deben seguir siendo originales hasta que el lector las lee. Si algún día tenéis la oportunidad de haceros con el volumen que incluye ‘Marchitas por dentro’ lo tendréis claro inmediatamente.
El arranque de ‘Carne muerta’ es el inicio de la pandemia y algo se deja entrever. En esta historia, como ya adelanté ayer, ha contribuido mucho Rafael Marín. Hay personajes que nacieron de su imaginería y, aunque en mis pensamientos originales no tenían cabida, creo que he contraído con él una deuda moral y van a seguir saliendo.
Respecto al lugar donde se desarrolla la acción, lo he localizado en España… al menos el primer capítulo. Pero soy de los escritores a los que les cuesta pensar que si se desatara una hecatombe mundial, las repercusiones sólo se sentirían en un lugar determinado. Es más, me producen cierto resquemor todas esas películas yanquis en las que el brote de virus se desata en Norteamérica y los protagonistas tienen que ir desde Washington hasta Toronto para encontrar la base secreta. Simple y llanamente no me lo creo. En cierto modo, estoy intentando focalizar la historia en España… pero no nos engañemos, la Península Ibérica no destaca por sus aportaciones científicas, así que llevaré la acción por el sur de Francia, la ciudad de Sintria en Portugal y, probablemente, acabe en Tierra Santa, lugar donde se desarrolla el segundo capítulo.
Tampoco os dejéis guiar por lo que leáis en el primer capítulo. Creo que el buen escritor es el que va de farol desde la primera mano… así que lo más obvio, probablemente, a la larga se convierta en lo más intrascendente.
Va a ser un libro largo… mis escritos nunca son cortos. Pallarés me dijo un día que una novela comercial necesita 250 páginas de presentación y psicología de personajes y otras 150 de aventura. Creo que tiene toda la razón del mundo y ‘Carne muerta’ va a representar otro viaje a la parte más oscura del corazón humano.
De momento el arranque lo tenéis a un solo clic. Huelga decir que vuestros comentarios para mí van a ser siempre valiosos y, en la medida que lo crea conveniente, los tomaré en cuenta.
¡¡Bon Nadal a tots y que disfruten de la carne muerta!!
2 comentarios:
Leído el primer capi. Te he dejado un comentario en el blog. Y Feliz navidad.
Le echaremos un vistazo ;-) A ver si algún día nos hablan de cuál es tu proceso creativo (productivo). Si eres de los que escribes del tirón, o si le das varias vueltas antes del pasar al siguiente capítulo.
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