domingo, diciembre 14

Amaral en Valencia

Intenso, muy intenso. Eva y Juan se volcaron anoche en el escenario de la Fonteta en la que parece va a ser la última actuación en directo antes de que acabe el año. Como dije en la anterior entrada, tenía muchas ganas de ver a Amaral en directo y no decepcionaron en absoluto. Más de siete mil personas en la pista y en las gradas, y público que iba desde los doce o trece años a los setenta y muchos. Y es que son diez años de Amaral y su repertorio es inacabable. Las canciones de «Gato negro, dragón rojo», su último trabajo, sonaron junto a las de «Pájaros en la cabeza», «Una pequeña parte del mundo», «Estrella de mar», «Los aviones no pueden volar» o «Amaral», el primer trabajo que ayer recordaba Juan Aguirre estrenaron en la Roxy, aquí en Valencia, hace diez años ante catorce o quince personas.
Ahora sus seguidores son legiones y sus letras siguen hablando de revoluciones, kamikazes y concordes. Eva continúa volcándose, y emocionándose en el escenario. El público siente que las vibraciones entran en la piel y arrancan las letras de la memoria con una facilidad pasmosa. Amaral es uno de los últimos grandes grupos de los noventa, antes de que toda esta ola de triunfitos y cantantes de diseño arrasaran (desgraciadamente) en el panorama musical español. Sus canciones son himnos. Ayer Valencia vibró con «Sin ti no soy nada», «Moriría por vos», «El universo sobre mí», «Toda la noche en la calle», «Salir corriendo», «Como hablar» (una maravillosa interpretación a telón bajado con acompañamiento de Juan Aguirre a la guitarra), «Días de verano», «Resurrección» o «Marta, Sebas,Guille y los demás».
La voz de Eva es un portento, casi dos horas y cuarto de concierto, y se guardó casi para el final «Revolución», con la que se desgañitó, aulló y cantó con un fondo de voz que parecía inagotable. Además, se sintió la complicidad de los músicos en el escenario y eso siempre es de agradecer.
Lo peor, la acústica de la Fonteta, que saturaba en los momentos en que las canciones subían hasta lo indecible. Habiendo pabellones más adecuados en Valencia, como el Velódromo o el Palacio de las Artes (¿o es que éste último sólo está reservado para las grandes ocasiones operísticas que sangran los bolsillos de la elite valenciana?) es inconcebible que la Fonteta siga reservándose para este tipo de eventos. Y más teniendo en cuenta el precio de una entrada.
En fin, que dejando de lado estas pequeñas incomodidades, Amaral triunfó una vez más en Valencia y ya estamos deseando volver a verlos.


By David Mateo with 4 comments

4 comentarios:

Pues por lo que comentas el conciertillo fue calcado al que vi yo de esta gira. Debo decir que aunque fue un gran concierto me quedo con el anterior, el que les trajo a Salou con motivo de la promoción del «Pájaros en la cabeza».
Será porque su último disco doble me parece inferior a aquél, pienso que mejor hubiera sido de los dos hacer uno, y en consecuencia el repertorio también.
Por cierto si no me equivoco «Los aviones no pueden volar» es una de sus canciones, muy guapa por cierto, no uno de sus discos.

Correcto, el disco al que me refería es al del 2000, Una pequeña parte del mundo, en el que aparecían temas "Cómo hablar" o "Cabecita loca".
Error mío.
Ostras, pues si el concierto de promo de Pájaros en la cabeza fue mejor que éste... sería brutal.
En este concierto hubo un momento en el que todos se sentaron en sillas y se pusieron a tocar sus canciones en plan tablao flamenco.

Ese fue brutal, brutal. Incluso tocaron varias canciones de los dos primeros discos, cosa que no hicieron en éste. A parte de que me quedé con las ganas de escuchar una de mis cancione preferida del último: El artista del alambre.

A mí me pareció algo parecido con Rosita. Todo el concierto esperando la canción... y no llegó :(

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