Vivimos en un mundo altamente globalizado en el que:
a) El diseño prima sobre el contenido.
b) El mensaje subliminal es que «el pasado apesta».
c) Muchos creen que tienen la capacidad de hacerlo mejor y se dedican a reinterpretar lo ya establecido.
Ejemplos de todo ello hemos visto en abundancia en La Sombra de Grumm. Hemos hablado de grupos musicales que han sido convenientemente retocados por las productoras de música para encandilar a las nuevas generaciones. Hemos visto a editores de comics, estúpidos y orgullosos, destruir las señas de identidad de iconos de nuestra cultura popular solamente porque ellos creen que tienen el don de la sabiduría, cuando lo único que tienen es poder. Hemos visto como una nueva ola de escritores norteamericanos dictan las nuevas tendencias en la literatura de terror, creando un vampiro new age, con toques pseudoromanticoncarcainsufribleanodinotrileropopulares, que hace las delicias de los adolescentes de institutos.
Por supuesto, James Bond no se iba a mantener ajeno a esta ola de cambios y ha sufrido su reseteo particular. Daniel Creig es un punto y a parte de Pierce Brosnan. La franquicia ha sufrido un cambio radical. Barbara Broccoli ha querido crear un James Bond desde cero, rudo, aséptico, que no atrae a las chicas por su sutil erotismo británico, sino por su físico y su magnetismo de macho peligroso (al menos las que sobreviven, tal como le dice M en un momento de «Quantum of solace»). Tal vez, por eso, me chocó tanto la película de «Casino Royale» y me produjo un pequeño escalofrío. Éste no era el James Bond que yo conocía. El personaje había pasado por un cambio radical que lo alejaba al Bond de Brosnan, Dalton, Moore o Connery. Y no digo que fuera peor o mejor, sino que, simplemente, me parecía tan distinto que la película me descolocó. A «Casino Royale» empezaron a caerle aplausos, y yo asumí que el viejo James Bond era historia y nos encontrábamos ante un personaje completamente remodelado: ante un nuevo agente con licencia para matar con toda una historia por delante. Aunque debo hacer una objeción, Daniel Creig me parece un actor talludito, maduro, y nunca me he creído esa bisoñez que tratan de achacarle al personaje. Si íbamos a hacer un reseteo del personaje, ¿por qué no contratar a alguien más joven que transmitiera esa misma tosquedad pero que sí que denotara juventud?
El caso es que, con el tiempo, entré en el juego que proponía Barbara Broccoli y acepté su nuevo James Bond. Además, ofrecía una premisa muy interesante: el regreso de una organización criminal, y dado que no podía ser Spectra por problemas legales, volvían a echar mano de las novelas cortas de Ian Fleming para dar con el nombre de Quantum.
La muerte de Vesper Lynd y esa tortura que provoca en Bond me recordaban excesivamente a «007 al servicio secreto de su majestad» y a la muerte de la Condesa Tracy di Vicenio. Pero bueno, paralelismos aparte, ahora da la sensación de que una parte de culpa de que «Quantum of solace» sea mala es porque James Bond no es James Bond. Pero en ese juego ya deberíamos haber entrado en «Casino Royale». Más cosas negativas es que la mitología Bondniana no aparece por ningún lado: ¿Dónde está Q y sus cachivaches? ¿Dónde está Moneypenny?, o que prima la acción sobre la historia. Que el malo es un pobre feriante que pasaba por ahí… etc etc…
Y yo digo que bien, que nos encontramos ante una película entretenida, que se deja ver… pero que es más de lo mismo. Que, sin duda, será un puente entre «Casino Royale» y lo que venga después. Que el hacer un Bond hiperrealista como el de «Casino Royale» conlleva, inevitablemente, que nos olvidemos de esas grandes bases submarinas de Spectra o de esas naves imposibles en mitad de una isla desierta. No acabo de comprender cómo todos aquellos que ponían a «Casino Royale» por las nubes ahora machaquen «Quantum of Solace». Aunque tampoco llegué a entender nunca como «Casino Royale» fue tan alabada.
Quizás, por no mitificar tanto la primera peli de esta nueva hornada bondniana, he disfrutado de «Quantum Solace» y me ha dejado con ganas de saber más. Me apetece seguir las nuevas aventuras de Daniel Creig, incluso ahora me parece que este reseteo ha sido positivo y puede deparar buenos momentos a una saga que ya estaba muy desgastada (no te emociones, Quesadilla).
En fin, que ahora toca esperar para ver el encuentro de Bond y Quantum, y en esa peli, muertos todos los demonios de este nuevo agente con licencia para matar y acentuado su lado humano, creo que sí comenzaremos a ver al antiguo James Bond. Porque Bond siempre será Bond, con sus cualidades, valores y características. Y si hemos reseteado al personaje situándolo en un punto cero es porque, tarde o temprano, volverá al punto Bond que todos conocemos; en caso contrario, esta historia habrá fracasado y nos encontraremos con otro de esos héroes que los tiempos modernos han pervertido hasta convertirlo en una sombra irreconocible.
Por cierto, he visto en varios foros, e incluso lo escuché en una radio, que este nuevo Bond no folla. ¿O yo he visto otra película o Bond se tira en el hotel de La Paz a la pobre oficinista del Consulado Británico? ¿Me equivoco?
Por supuesto, James Bond no se iba a mantener ajeno a esta ola de cambios y ha sufrido su reseteo particular. Daniel Creig es un punto y a parte de Pierce Brosnan. La franquicia ha sufrido un cambio radical. Barbara Broccoli ha querido crear un James Bond desde cero, rudo, aséptico, que no atrae a las chicas por su sutil erotismo británico, sino por su físico y su magnetismo de macho peligroso (al menos las que sobreviven, tal como le dice M en un momento de «Quantum of solace»). Tal vez, por eso, me chocó tanto la película de «Casino Royale» y me produjo un pequeño escalofrío. Éste no era el James Bond que yo conocía. El personaje había pasado por un cambio radical que lo alejaba al Bond de Brosnan, Dalton, Moore o Connery. Y no digo que fuera peor o mejor, sino que, simplemente, me parecía tan distinto que la película me descolocó. A «Casino Royale» empezaron a caerle aplausos, y yo asumí que el viejo James Bond era historia y nos encontrábamos ante un personaje completamente remodelado: ante un nuevo agente con licencia para matar con toda una historia por delante. Aunque debo hacer una objeción, Daniel Creig me parece un actor talludito, maduro, y nunca me he creído esa bisoñez que tratan de achacarle al personaje. Si íbamos a hacer un reseteo del personaje, ¿por qué no contratar a alguien más joven que transmitiera esa misma tosquedad pero que sí que denotara juventud?
El caso es que, con el tiempo, entré en el juego que proponía Barbara Broccoli y acepté su nuevo James Bond. Además, ofrecía una premisa muy interesante: el regreso de una organización criminal, y dado que no podía ser Spectra por problemas legales, volvían a echar mano de las novelas cortas de Ian Fleming para dar con el nombre de Quantum.
La muerte de Vesper Lynd y esa tortura que provoca en Bond me recordaban excesivamente a «007 al servicio secreto de su majestad» y a la muerte de la Condesa Tracy di Vicenio. Pero bueno, paralelismos aparte, ahora da la sensación de que una parte de culpa de que «Quantum of solace» sea mala es porque James Bond no es James Bond. Pero en ese juego ya deberíamos haber entrado en «Casino Royale». Más cosas negativas es que la mitología Bondniana no aparece por ningún lado: ¿Dónde está Q y sus cachivaches? ¿Dónde está Moneypenny?, o que prima la acción sobre la historia. Que el malo es un pobre feriante que pasaba por ahí… etc etc…
Y yo digo que bien, que nos encontramos ante una película entretenida, que se deja ver… pero que es más de lo mismo. Que, sin duda, será un puente entre «Casino Royale» y lo que venga después. Que el hacer un Bond hiperrealista como el de «Casino Royale» conlleva, inevitablemente, que nos olvidemos de esas grandes bases submarinas de Spectra o de esas naves imposibles en mitad de una isla desierta. No acabo de comprender cómo todos aquellos que ponían a «Casino Royale» por las nubes ahora machaquen «Quantum of Solace». Aunque tampoco llegué a entender nunca como «Casino Royale» fue tan alabada.
Quizás, por no mitificar tanto la primera peli de esta nueva hornada bondniana, he disfrutado de «Quantum Solace» y me ha dejado con ganas de saber más. Me apetece seguir las nuevas aventuras de Daniel Creig, incluso ahora me parece que este reseteo ha sido positivo y puede deparar buenos momentos a una saga que ya estaba muy desgastada (no te emociones, Quesadilla).
En fin, que ahora toca esperar para ver el encuentro de Bond y Quantum, y en esa peli, muertos todos los demonios de este nuevo agente con licencia para matar y acentuado su lado humano, creo que sí comenzaremos a ver al antiguo James Bond. Porque Bond siempre será Bond, con sus cualidades, valores y características. Y si hemos reseteado al personaje situándolo en un punto cero es porque, tarde o temprano, volverá al punto Bond que todos conocemos; en caso contrario, esta historia habrá fracasado y nos encontraremos con otro de esos héroes que los tiempos modernos han pervertido hasta convertirlo en una sombra irreconocible.
Por cierto, he visto en varios foros, e incluso lo escuché en una radio, que este nuevo Bond no folla. ¿O yo he visto otra película o Bond se tira en el hotel de La Paz a la pobre oficinista del Consulado Británico? ¿Me equivoco?
16 comentarios:
La vi anoche. Sí, se la tira. Creo que la crítica es porque deja escapar a alguna con vida.
A mí sí me está gustando el nuevo Bond, al menos, porque se nota cierta continuidad de una película a otra.
Más que cierta cuntinuidad, es toda la continuidad. Si te fijas, Quantum of Solace continúa inmediatamente después de Casino Royale, con White en el maletero del coche.
Pues si no se la tira, es que realmente este Bond ha cambiado mucho y empieza a tener problemas de gatillo (me han explicado que es una cosa no del todo infrecuente)
Pero no se tira a la chica bond oficial: se tira a la secundaria. Este Bond no echa los dos quiquis de rigor de cada peli: tampoco en eso es Bond.
Y la peli es aburrida y sin guión, ea.
RM
Es que si se hubiera tirado a la hispana, se la hubieran cargado y entonces tendrían que haber repetido Quantum of solace. Además, ella le da un besito en los morros y con eso sufren un orgasmo privado.
Por cierto, a mi mente calenturienta le pareció ver "pelo y chichi" cuando el dictador tiene en la cama a la camarera, violándola, y llega la hispana y se la quita de encima. Entonces la camata se abre de piernas delante de la cámara y...
¿Fue un espejismo? ¿Vosotros lo visteis? A lo mejor esta es la peli bondniana con menos escenas eróticas pero la más chechuuuual.
Me he llevado una sorpresa con tu blog. No esperaba encontrarme un blog con tanta información sobre el cine y tantos enlaces.
Es que mi blog es el más mejor :-)
Sagerao.
Y a mí también me pareció ver algo, aunque no podría asegurarlo...
Quantum of potorro????
Esto empieza a degenerar. Reconduzcamos el tema :-s
Bueno, olvidandonos de pelos y potorros :p yo he de decir que a mí si que me gustó bastante Casino Royale, me parece una "actualización" bastante buena del personaje, aunque se aleje bastante del Bond de antaño.
Pero lo que me ha dejado frío es este Quantum of Solace, sobre todo porque se nota demasiado que es una película puente. Es que joer, sólo faltó el "Continuará..." al estilo Perdidos.
Pero en definitiva, que si en lugar de ser James Bond, el señor Craig hubiera hecho una peli de un agente secreto llamado Marshall Smith (por decir un nombre), y en lugar de ser británico fuera americano, poco hubiera importado... el resultado es el mismo. Una película de acción bien hecha.
Saludos desde las Hespérides
Spartan
Saludos
Pues el corte yo me lo llevé entre Casino Royale y Quantum of solace. Ahí sí que me quedé con la sensación de: ¿y ahora qué?
En ésta ya iba prevenido de que estamos ante una pequeña saga. Aquí al menos cierran el rollo de Vesper Lynd.
A mí que siempre he sido bastante "Mafaldo" en mi opinión sobre el personaje, aunque no negaré que poniendo el cerebro en posición off he disfrutado de muchas de sus entregas, me encanta este nuevo James Bond. Quizá precisamente por lo que mencionaba antes, pues varios de los aspectos que me convertían el personaje en insoportable han sido eliminados. Me lo he pasado teta con las dos entregas en las que aparece Craig, y debo decir que agradezco también el tipo de actor escogido, lejos del imberbe actor mono de turno. Supongo que, en definitiva, se ha logrado el sinsentido de ofrecer un James Bond que guste a quienes nunca ha convencido el personaje, acercándolo al estilo Bourne. En consecuencia, los fans no pueden andar muy felices.
No es por aguar la fiesta pero leí en algún lugar que en la siguiente entrega el arco argumental de la organización criminal quedaba en suspenso hasta la siguiente. Lo que sí tengo entendido que vuelven son los gadgets y toda la pesca.
P.D. A mí también me pareció captar el momento potorró.
Me has dejado de una pieza: ¿Mafaldo? ¿Que'squesé?
:)
Mafalda, el personaje de las tiras de Quino, le tiene especial mania a James Bond.
Pues a mí me parece que este nuevo Bond es más humano y, por lo tanto, más brutal. Las escenas de acción a puño limpio son escalofriante. En cuanto a la tecnología, se acerca más a lo que existe actualmente.
La pelí me gustó. Cruda y acorde con los malos que pululan en las cintas de hoy en día.
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