Hoy no voy a hablar sobre libros electrónicos, ni voy a referirme al ‘asusto’ que se ha llevado la pobre ministra de cultura al darse cuenta de que la industria del libro está a punto de ser abordada por la piratería; me gustaría reflejar en la entrada de hoy un sentimiento que se está extendiendo entre los profesionales de la industria del comic, y buenos amigos como Sergio Bleda o Álvaro Pons han reflejado en sus blogs.
Se habla de intrusismo laboral, gente que trabaja por amor al arte y perjudica seriamente los intereses de los profesionales, haciendo el caldo gordo a las editoriales. Espero que esta práctica no se extienda al mundo del libro y a los escritores. Es cierto que mucha gente opina que el ejercicio de la escritura debería ser gratuito y que la cultura es patrimonio de todos. Yo no puedo estar de acuerdo con esa opinión. Hago mías las palabras del grandísimo Pallarés: escribir un libro que se tenga de pie requiere muchísimo esfuerzo e invertir gran cantidad de horas de tu vida privada. Puedes escribir un par de libros sin importarte la remuneración, pero cuando sufres escribiendo, cuando sufres para sacar adelante una historia, el escritor profesional quiere a cambio una remuneración económica que, al menos, compense las horas que ha invertido en ese libro.
Además, tengamos en cuenta una cosa muy importante: normalmente el escritor pequeño (no hablamos del mediático o del gran autor reconocido a nivel nacional) es el que menos cobra de la cadena profesional. Es decir, el que pone la materia prima es el que carga con el mochuelo. El escritor que se meta en estos andurriales, debe aceptar ese juego. Y encima que nos llevamos poco, ¿¿tenemos que renunciar a esa parte?? No señores. Ni hablar.
La música, los comics, el cine y, en definitiva, lo que nos ocupa, los libros, son expresiones artísticas y no son bienes de primera necesidad. Si pago por esos bienes imprescindibles para subsistir, ¿por qué estamos empeñados en que el arte sea libre?
Voy a decirles una gran verdad: si las expresiones artísticas no se remunerasen, la tasa de escritores, músicos o directores de cine se reduciría un ochenta por cien. Porque el público demanda productos profesionales, no medias tintas, y para obtener un producto final que suene medianamente bien, el creador tiene que vaciarse en él y, sobre todo, invertir mucho tiempo para que el resultado final sea óptimo. Y quién más quien menos tiene que alimentar una familia, pagar las facturas de final de mes y cumplir con la Santísimas Hacienda.
Sinceramente no creo en el arte libre y pienso que no debe de ser jamás un modelo de futuro. Si queremos reconocer a los artistas, el mayor reconocimiento que se pueden llevar es mediante una compensación económica que les ayude a seguir creando. Todo lo que no pase por ahí, será bombardear un mundo que ya anda bastante jodidillo.
Por cierto, definitivamente, 'V' pinta muy bien:
Se habla de intrusismo laboral, gente que trabaja por amor al arte y perjudica seriamente los intereses de los profesionales, haciendo el caldo gordo a las editoriales. Espero que esta práctica no se extienda al mundo del libro y a los escritores. Es cierto que mucha gente opina que el ejercicio de la escritura debería ser gratuito y que la cultura es patrimonio de todos. Yo no puedo estar de acuerdo con esa opinión. Hago mías las palabras del grandísimo Pallarés: escribir un libro que se tenga de pie requiere muchísimo esfuerzo e invertir gran cantidad de horas de tu vida privada. Puedes escribir un par de libros sin importarte la remuneración, pero cuando sufres escribiendo, cuando sufres para sacar adelante una historia, el escritor profesional quiere a cambio una remuneración económica que, al menos, compense las horas que ha invertido en ese libro.
Además, tengamos en cuenta una cosa muy importante: normalmente el escritor pequeño (no hablamos del mediático o del gran autor reconocido a nivel nacional) es el que menos cobra de la cadena profesional. Es decir, el que pone la materia prima es el que carga con el mochuelo. El escritor que se meta en estos andurriales, debe aceptar ese juego. Y encima que nos llevamos poco, ¿¿tenemos que renunciar a esa parte?? No señores. Ni hablar.
La música, los comics, el cine y, en definitiva, lo que nos ocupa, los libros, son expresiones artísticas y no son bienes de primera necesidad. Si pago por esos bienes imprescindibles para subsistir, ¿por qué estamos empeñados en que el arte sea libre?
Voy a decirles una gran verdad: si las expresiones artísticas no se remunerasen, la tasa de escritores, músicos o directores de cine se reduciría un ochenta por cien. Porque el público demanda productos profesionales, no medias tintas, y para obtener un producto final que suene medianamente bien, el creador tiene que vaciarse en él y, sobre todo, invertir mucho tiempo para que el resultado final sea óptimo. Y quién más quien menos tiene que alimentar una familia, pagar las facturas de final de mes y cumplir con la Santísimas Hacienda.
Sinceramente no creo en el arte libre y pienso que no debe de ser jamás un modelo de futuro. Si queremos reconocer a los artistas, el mayor reconocimiento que se pueden llevar es mediante una compensación económica que les ayude a seguir creando. Todo lo que no pase por ahí, será bombardear un mundo que ya anda bastante jodidillo.
Por cierto, definitivamente, 'V' pinta muy bien:
10 comentarios:
Por cierto, el ‘arte libre’ es un ideal o una convicción que se debe empuñar desde el principio. No cuando has enviado tu libro a decenas de editoriales y has recibido negativas a mansalva.
Sin embargo, muchos editores si que creen sinceramente eso… Que al autor, con darle nombre, prestigio, con ponerle en no se sabe qué candelero… demasiado que le das…
Ahora bien, ponte que el cine no paga a sus guionistas… Que mierda de mundo sería!!!! La calidad se paga.
Sí que tiene buena pinta.-.. pero estos visitantes no comen ratas vivas!!!
Es muy parecido a los calçots… Se trinca del rabo, manteniendo el brazo extendiendo hacia arriba, apuntamos de forma que la rata se ubique en la vertical de la boca… Vamos bajando el brazo y …. Bon apetit…
No estoy de acuerdo, amigo David. Es cierto que sin remuneración, no se va a trabajar, al menos, a partir de cierto momento, pero también es verdad que el modelo actual peca de injusto.
Así, que me cobren 23 euros por un libro (o 18, me da igual), y que más de la mitad sea para enriquecer a intermediarios que poco hacen y además, mal, pues me jode.
Que sea ese pequeño porcentaje que tú bien sabes el que remunere al autor, pues me parece estupido.
Yo abogo por pagar por la EDICIÓN concreta de una obra, no por la obra en si.
La obra debería poder ser disfrutada como se venga en gana, allá cada cual, pero para disfrutar de una obra en condiciones, con garantías, sí que se debería pagar, por una edición en concreto.
¿Qué queremos ver una pelicula en pantalla grande, con un sonido espectacular y el ambiente a? Pues pagamos el cine y la vemos.
Todo el mundo ha visto la correspondiente copia fulera de Star Trek y Lobezno, y ahí están las cifras de taquilla...
Vazquez-Figueroa ha publicado su libro en intertnet y se ha hinchado a vender en papel.
No se trata de demonizar, si no de hacer las cosas de manera correcta y crear una plataforma que utilice internet y sus posibilidades (incluida la descarga) para fomentar lo que nos interesa: a más difusión, más ganas de disfrutarla hay.
¿Cómo llegar a eso?
Pues siendo realista, cogiendo el toro por los cuernos y darse cuenta de que la sociedad ha cambiado, que ya están otra vez aquí los telares automáticos y esta vez, ir por delante de ellos.
Un saludín
Por cierto, ¿nos vemos el domingo 32, al final?
Por cierto, no me acaba de convencer la nueva versión de V. La original miraba al nazismo como referente, un mal endémico en nuestro planeta que se repetía, con la excusa, esta vez, de una llegada extraterrestre.
¿Qué leiv motiv tendrá este remake?
¿El liberalismo económico?
No se, no me convence demasiado, pero le daré el voto de confianza, ya que prometer entretenimiento, promete.
Un saludin
Hombre, veo que en realidad, cuando dices que no estás de acuerdo conmigo, sí que lo estás.
Una cosa es que el modelo de mercado actual falle y no aproveche todos los recursos que tiene a su alcance. Eso, poco a poco, irá cambiando y pondrá a cada uno en su lugar.
Sea como sea, los ejemplos que has puesto no son válidos. Hablas de marcas como Star Trek o Marvel, y Figueroa es de los pocos autores españoles que son considerados como auténticas bestias bestsellerianas. Estamos hablando de entidades supermediáticas que van a vender igual con o sin campaña mediática (mi pregunta es, ¿Vázquez Figueroa hubiera puesto su obra al alcance de todos si fuera su primera novela?).
Uno de los pioneros en utilizar internet como plataforma mediática fue el propio King con 'Montado en la bala', teniendo en cuenta que se anticipó, la jugada no acabó de salirle del todo bien y desde entonces no ha vuelto a repetir experiencia.
Respecto a 'V' tenemos que darnos cuenta hacia donde apunta el mercado audiovisual. Las grandes preguntas existencialistas (que creo que en la 'V' original quedaban un bastante solapadas por el show en sí) han pasado de moda. Los productores buscan transmitir diversión mejor (Star Trek) o peor realizada (Lobezno). Cada vez hay menos espacio para películas con mensaje. Esto da para otro debate, por supuesto. Pero la postura de todos aquellos que hoy producen cine es aplastante. Prima el blockbuster meramente comercial. A partir de ahí, tan solo nos queda rezar para que el producto sea bueno y divierta.
Por cierto, Sim, estoy plenamente contigo. El posicionamiento esta muy bien. Engrandece el ego, te hace sacar pecho, etc etc... pero llega un momento tremendamente realista en el que la nómina tira mucho más que el ego. Prefiero ser escritor bien pagado escondido, que pobre, célebre y reconocido.
Y ojo, que nadie se tome esto como un desplante hacia la gente que me ha editado, porque puedo dar gracias que todos mis editores se han portado muy bien conmigo.
Pues yo tampoco conincido contigo. Me parece muy correcto lo que explica Victor. Lo de ser remunerado por el trabajo propio, tal y como está el mercado y la industria me parece un poco utópico. ¿Cuánto puedo recibir por los dos años de trabajo que le he dedicado a mi libro? ¿dos mil euros? Y eso suponiendo que se vendiera más que bien para un género como éste. Ojalá el artista, sea cuál sea su rama, pudiese cobrar con respecto a la dedicación, pero hoy en día esto no es así. Las noches de trabajo, las horas y horas de desvelo y escritura no compensan, a no ser que seas un Perez Reverte... No sé si te refieres exactamente a eso, David. Yo el mundo editorial lo veo bastante jodido, y hay que buscarse las habichuelas. Claro que tú tienes bastante más experiencia y sabes lo que te dices.
De momento, creo que la mejor postura es la de seguir trabajando frente a una pantalla y sacar adelante la hipoteca cómo se pueda. Cada cosa llega cuando llega, si llega.
Un saludo.
Hombre, David, yo nunca me he encontrado cómodo discutiendo en un debate sobre remuneración del autor que resume el dilema entre el "todo gratis" y el mercado tradicional. No es que no me preocupe si a todo que a la gente le diera por pedir todo gratis y tener a los creadores "de grati" bajo su yugo y tal, que sería bastante preocupante (y no eres el único que lo teme), es que miro a mi alrededor y no lo veo, de hecho las ventas apenas han cambiado por eso. Pero es que además deja fuera lo que para mí es verdaderamente importante: el debate sobre el modelo de negocio.
Yo no sé cómo le habría ido a Figueroa si su primera novela la hubiera colgado gratis, pero lo cierto es que con el sistema tradicional empezaron a publicarle a partir de la decimocuarta, y tardó veinticinco años en tener ganancias.
Ocurre que hay algo imparable llamado digitalización. La gente está empezando a dejar de lado lo físico por distintas razones (con la música ya pasó, con los videojuegos está pasando y Sony ha reconocido que Blu-Ray será probablemente el último soporte físico de películas). Y ahora le ha tocado a los libros. Algunas editoriales cruzan los dedos y cierran los ojos deseando que no ocurra (muchas décadas con un sistema de ventas favorable y previsible, lo nuevo da miedo) mientras siguen publicando sólo en papel. Tampoco quieren oír hablar de si el autor gana un porcentaje mayor al desaparecer algunos gastos intermedios de publicación, o de si este necesitará tanto de la editorial como antes.
Pero lo cierto es que quien quiera un e-book no va a esperar a que esa editorial se convenza, lo conseguirá y punto. Claro, si de tanto hacer como que la digitalización no ocurre las editoriales acaban acostumbrando a la gente a buscarse el e-book por su cuenta, cuando terminen por ceder (no es una cuestión de si, sino de cuándo) se van a encontrar con un problemilla. O dejando que ante su pasividad otros hagan negocio por ellas (en este caso Amazon como ya hiciera Apple a costa de la languidez de las discográficas).
Con ebooks a un precio que oscile entre los cinco y los nueve euros, accesibles de verdad, por ejemplo con puntos de descarga en librerías y fácil compra online, y con alguna campaña como hacen en EEUU de dejar gratis las primeras partes de algunas sagas para enganchar a la gente (todo lo cual ayudaría aún más a las ventas de los lectores electrónicos, con su consecuente reducción de precio y consiguiente estímulo a las ventas de libros), temer la llegada del e-book resulta ridículo. Quien se cruce de brazos publicando sólo en papel mientras la gente demanda ebooks, y reacciona gritando con las manos en la cabeza "¡Que viene el ebook, que viene el ebook!", también hace el ridículo.
Creo que se puede ser flexible sin eliminar la retribución del autor de la mente colectiva, ni convertirnos en el típico autor/editor quiero-ser-rico-ya-e-internet-me-estorba, actitud que sólo beneficia a unos pocos. Esos son, para mí, los dos extremos negativos.
Totalmente de acuerdo contigo David, un escritor es un profesional que pasa muchas horas planeando, escribiendo y corrigiendo sus escritos. Es un trabajo de mucha dedicación que merece ser remunerado de manera justa.
Yo estoy de acuerdo en que un autor ha de ser remunerado como le corresponde (¿cómo no?), pero eso no ha de implicar que sea un profesional que se dedique al tema al completo. En el caso de un autor como Mateo Díez, es un funcionario que escribe por las tardes, e incluso en sus propias palabras si no hubiera sido así a lo peor no le hubieran salido ni la mitad de las novelas. En el caso de Ted Chiang, escribe cuando tiene algo que le parece interesante y toma cuerpo, sin prisas. Sin embargo, otros prefieren o desean dedicarse al tema a tiempo completo, y vivir de ello. Ambos deben ser remunerados, pero no podemos exigirles a unos que lo dejen todo por su obra. En cualquier caso, no creo que desapareciera el arte o la literatura si no fueran remunerados. Realmente poco escritores que conozco viven de ello, y por alguna razón especial siguen creando.
Mazarbul
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