miércoles, mayo 27

Adiós, chicos, adiós


¿Recuerdan este mensaje? Pues bien, se acabó. Terminó el taller permanente de Moncofa y ayer fue la última sesión. Alrededor de quince niños han participado hasta el último momento. Ayer lo celebramos por todo lo alto, con pastelitos, cocacola y fantanaranja. Algunas reclamaron chupitos y otras, más osadas ellas, querían wiskacho. Ni una cosa, ni la otra, que son una panda de pipiolos.
Ahora en serio, la sensación de orgullo que a uno le queda al contemplar al grupo humano que se ha reunido a lo largo de este curso escolar es indescriptible. No son atletas de alta competición, no son jugadores de fútbol ni de baloncesto. Pero han hecho piña y han demostrado que la literatura también sirve para unir a las personas. Ayer, cuando estaba con mi novia y le contaba cómo había ido la última clase, no pude evitar que un extraño picor me nublara el ojo izquierdo y cayera la lagrimilla traicionera. Ahora la mayoría de ellos se irán al instituto, comenzarán otras luchas, otras reyertas para reivindicar su posición en el mundo. Crecerán como personas, triunfarán o fracasarán, vivirán felices o encontrarán nuevos obstáculos inesperados. Yo lo único que les deseo, y ya les deseé ayer, es que la vida les trate bien y consigan todo cuanto se han propuesto. Y como he tratado de inculcarles a lo largo de todo este tiempo, que sigan aferrados a la literatura, al oficio de leer y escribir. Muchos de ellos han desarrollado capacidades interesantes y han demostrado que pueden escribir con notoriedad un texto. No sé si serán escritores en un futuro, pero espero que recuerden aquella reflexión que les decía que la escritura es un medio introspectivo muy sugerente, que ayuda a pensar, a realizarse como individuo, a escuchar voces que dormitan en nuestro subconsciente. Voces que jamás escucharías de no estar en la intimidad, en un profundo bautismo contigo mismo. Creo que más de uno se sorprenderá, porque a pesar de que no son más que pequeños escritores, en su interior habitan voces inquietas y llenas de preguntas que un futuro cercano explotarán y les llenarán de dudas. Y ahí es donde la escritura puede hacerles mucho bien. Pues en el poder de escucharse a uno mismo, de escarbar hasta lo más profundo de la médula humana, se encuentra la posibilidad de la salvación y de encontrar nuevos caminos hacia lugares insospechados de la vida.
Supongo que muchos de ellos repetirán el taller. A otros, todavía, les queda un largo camino por recorrer en el cole. El año que vine Dios dirá. Nuevas caras, nuevas reacciones, nuevas formas de expresarse. Y los nervios que suelen embargarme al inicio del curso, acabarán convertidos en triste nostalgia a la hora de decirles adiós.
En fín, que se acabó el curso 2008-09 en el permanente de Moncofa y esta entrada va especialmente dedicada a Ana, Mireia, Aishlin, Julia, Carlos, Amina, Almudena, Vanesa, Clara, Vicente, Alba, Emma, Maikol, Gerar y Lili. Han formado un grupo estupendo que comenzaron alegrándome las mañanas del sábado y, finalmente, convirtieron las tardes de los martes en una aventura insuperable. Espero que la vida los lleve por el camino más divertido y que el curso que viene todos repitan. Ha sido un placer trabajar con ellos, porque simplemente son los mejores.

By David Mateo with 6 comments

6 comentarios:

Este tipo de entradas me hacen sentirme orgulloso de tratar con gente como tú.
David, eres un tipo genial.
Enhorabuena por los chicos de Moncofa, y espero que tengas la oportunidad de guiar a muchos otros por este maravilloso camino de las letras.

David: Cuando te sientas depre y no sepas si continuar con esto de la literatura, recapitula.
Empieza a leer todas las entradas del blog referidas a tu trabajo en Moncofa, hazlo cronológicamente.
Sólo así serás consciente de lo mucho que has conseguido en todo este tiempo...

¡enhorabuena!

Cuando la moral baja, basta recordar a los alumnos de mis talleres y a los amigos de este blog. Suficiente para remontar el ánimo :-)

Alejandro... estarás contento. Peazo de triplete que os habéis llevado los culés. Enhorabuena porque vuestro equipo ha desarrollado un fútbol de ensueño.

El año que viene más!
Ánimo y a descansar que los crios son muy tiernos pero cansan mucho.

Por cierto, tengo que contar un día en el blog la historia del niño chuky. Es escabrosamente deliciosa. A ver si un día, cuando me pongo a hacer la entrada del día, me acuerdo.

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