Se llama Ana Julia Sales, va a sexto de primaria del Colegio Avelí Corma, y es la segunda vez que se lleva el certamen de literatura fantástica. Es una pequeña escritora en potencia que hace uso del sentido de la maravilla para presentarnos un universo completamente ajeno al nuestro. 'El planeta de los dibujos' es una pequeña joya digna de leer, teniendo presente siempre que lo ha escrito una niña. No os lo perdáis.
EL PLANETA DE LOS DIBUJOSCapítulo 1º
A las nueve y veinte de la mañana, en la plaza de un pueblo
llamado Moncofa, María, una niña de once años, esperaba muy nerviosa a su amiga. Un minuto después apareció Raquel ( su amiga) corriendo, que dijo:
- ¡ Uff! Lo siento, hoy he venido demasiado tarde.
- Vamos, que llegaremos tarde al colegio.
Las dos juntas empezaron a caminar hacia la escuela. Cuando
llegaron por fin sonó la música y entraron en su clase. A María ese día le pareció interminable, las clases no se acababan nunca:
- El sector tercero…el transporte… el comercio
- Para pasar de metros a centímetros…la superficie…el perímetro.
Cuando salieron del colegio por la tarde, María le dijo a Raquel:
- Creo que nuestras profes se han pasado con los deberes.
- La verdad es que sí. Tu, por lo menos, no tienes nada que hacer, en cambio yo tengo que ir a las clases de dibujo.
- No sé para qué vas a esas clases si dibujas estupendamente, eres la mejor del cole – le contestó María convencida.
- Siempre dices lo mismo… sabes que me encanta dibujar. Bueno, ya nos veremos mañana – se despidió Raquel cuando llegaron a la plaza y se dio prisa para no llegar tarde.
- Vale. ¡Adiós!
Cada una se fue por su camino.
Al llegar la noche, María miró la luna y se acostó.
* * *
A la misma hora que el día anterior, María fue a la plaza. Le extrañó que Raquel ya estuviera esperándola:- ¿ Qué ha pasado hoy? ¿ Cómo es que has venido tan pronto?-dijo María a Raquel sorprendida.
- Tengo muchas ganas de contarte una cosa – le contestó muy nerviosa.
- Pero… es muy tarde, solo nos quedan ocho minutos para ir a la escuela.
-Vale. Pues a la hora del patio te lo contaré todo.
- Sí, lo que tu digas. ¡No será nada grave!
- No se cómo te lo tomarás tu- le contestó Raquel con cierto misterio.
Mientras caminaban, María la miraba de reojo: ¿ Qué podría ser aquello que su mejor amiga querría decirle? ¿ Sería algo malo? En lo único que pensaba era en aquello, estaba desorientada, no prestaba atención a las clases.
Por fin, el reloj de la profesora marcó las once, les dejaban salir al recreo. María le dijo a Raquel:
-¿Qué era lo que querías contarme?
- Salgamos primero al patio.
Raquel cogió aire y luego lo expulsó lentamente. Y empezó su maravilloso relato:
- Bien, no te vas a creer lo que te voy a decir –dijo pausadamente-
Ayer, al volver de dibujo me puse a mirar algunas de mis pinturas, pero de repente, vi que unos personajes de uno de mis didujos se movían y me hablaban. Creo, sinceramente, que me estoy volviendo loca. Pero…me pareció todo tan real que no sabía qué pensar. ¿ Qué opinas tu?
María se quedó completamente patidifusa y miraba a los ojos de su amiga fijamente pensando si era verdad lo que acababa de contarle o realmente estaba alucinando. Su amiga estaba cansada de tantos deberes y tantas obligaciones, necesitaba descansar; pero tampoco quería que pensara que no se lo creía.
Le contestó comprensiva:
- Mira , no sé que decirte. Es difícil de creer. Pero yo confío en ti.
- Sabía que dirías eso; pues bien, he pensado que hoy podrías venir a mi casa a comprobar si es verdad o es que simplemente he tenido una alucinación.
- ¿ No se lo habrás contado a nadie, verdad?
- ¡ No, claro que no! No me hubieran tomado en serio.
Después de un rato comentando lo ocurrido, sonó la música para entrar a clase. María intentaba concentrarse pero no podía. No se le iba de la cabeza lo que le había contado Raquel y se hacía la pregunta de que si sería verdad o mentira.
Por la tarde, María le preguntó a Raquel:
- ¿Vamos ya a tu casa?
- No, aún no: Mi madre ahora está allí; ven a las siete que estaré sola.
- Vale- contestó María de mala gana porque estaba muy impaciente.
Cuando María llegó a su casa, merendó y se puso a hacer los deberes, a cada ejercicio que hacía miraba el reloj. No podía aguantar más. ¡Ring! ¡Ring! Sonó el teléfono, ella fue corriendo para cogerlo y oyó una voz conocida.
- Oye cariño, soy tu tía Hortensia… que se ponga la mami.
Se llevó una gran desilusión.
- Si, ahora se pone. ¡Mamá! Ponte al teléfono. La tía quiere hablar contigo.
Volvió a su habitación nerviosa e impaciente.
Al cabo de un rato miró el reloj y ¡Por fin! Eran las siete menos cinco:
- Mamá, me voy a casa de Raquel, que he quedado con ella.
- Vale, pero… ¿Qué vais a hacer?
- Mm - tenía que inventarse algo, no podía decirle la verdad porque pensaría que estaban como una cabra- estudiar para el examen del viernes- le contestó al fin apenada por tener que mentirle.
- Bien, pues dame un beso y no llegues muy tarde.
Salió por fin de su casa, corrió lo mas rápido posible hasta la carretera donde vivía su amiga, en ese momento la puerta se abría, así es que se escondió detrás de un coche para ver quien era. Era la madre de Raquel, que subió a su coche y se marchó. Mejor así, ya que podría despertar sospechas. Llamó al timbre:
- ¡Din!!Don!
La puerta se abrió y apareció Raquel que le dijo:
- ¡Uff! Menos mal que te has retrasado un poco, mi madre acaba de salir ahora mismo. Pasa, iremos a mi habitación.
Las dos subieron corriendo la escalera y al llegar a la habitación Raquel dijo:
- Siéntate en mi cama, voy a coger mis pinturas.
María le hizo caso y se sentó, el corazón le latía al mil por hora, no podía aguantar más. Raquel abrió su armario, cogió sus dibujos que estaban boca abajo, los colocó bien ordenados y fue girándolos poco a poco. Raquel para crear más ambiente de misterio susurró:
- ¿Qué te parece si cerramos los ojos un minuto?
- Vale.
Las dos los cerraron. Lo único que oían eran sus corazones que latían con fuerza. Deseaban saber si los personajes de aquellas pinturas hablaban de verdad.
Capítulo 2º
Cuando abrieron los ojos vieron algo realmente fascinante, aquellos personajes no solo se movían sino que además hablaban entre sí muy bajito.
De pronto un elfo que había dibujado Raquel les dijo a todos:
- ¡Por favor, callaos!
María y Raquel se quedaron atónitas mirando al pequeño elfo. Este, continuó hablando:
- ¿ Sois vosotras Raquel López y María García?
- Sí, somos nosotras, pero ¿quién eres tu?- dijo lentamente María.
- Soy Rulen, el que os guiará durante vuestra estancia en el planeta de los dibujos.
- ¿El planeta de los dibujos?- le preguntaron las dos a la vez.
- Tranquilas niñas, que esto se tiene que explicar poco a poco. Nosotros vivimos en otra dimensión.
- ¿Qué es una dimensión?- preguntó María.
- Mm, a ver como os lo explico: Dimensión quiere decir: Universo Paralelo. Nosotros vivimos también en un sistema solar.
- ¿Cómo se ha creado esa dimensión o como se llame?- preguntó Raquel.
- Ha sido creado por las personas.
- Eso es imposible- dijo María.
- No es imposible, y si me dejáis acabaré de explicarlo. Nuestro sistema solar está formado por varios planetas: el planeta de los robots, el de los seres fantásticos, el de los sueños, y por último, el planeta en el que vivimos nosotros: el de los dibujos. Nuestra dimensión está basada en lo que la gente sueña, crea o dibuja. ¿ Lo vais pillando?
- Sí- contestaron ellas al unísono y bastante sorprendidas.
- ¿Las personas conocen vuestro universo? Porque nosotras nos acabamos de enterar de su existencia- dijo Raquel.
- La verdad, es que vosotras dos sois las únicas personas de esta dimensión que saben lo que os acabo de contar, no queremos que los humanos se enteren. Podría ser peligroso y además no sería prudente. Los humanos se volverían locos buscando una forma de pasar a otra dimensión y eso es casi imposible.
- Ya sabemos que te estamos haciendo muchas preguntas, pero:¿Porqué solo nos lo habéis contado a nosotras?- preguntó Raquel intrigada.
- Entre tu y tus pinturas hay una gran conexión, que hace que los personajes que tu dibujas puedan transportarse de una dimensión a otra cuando les apetezca. Y ahora viene la respuesta a tu pregunta: Os lo he contado porque el planeta de los dibujos ha decidido que vengáis a visitarlo un día; como suponíamos que no querrías venir sola, hemos pensado que venga tu amiga María también.
- Bien, pero cuando estemos en vuestra dimensión nuestros padres no sabrán dónde estamos y cuando volvamos tendremos que darles explicaciones-dijo Raquel preocupada porque le hacía mucha ilusión ir.
- Tranquilízate, cuando paséis a nuestro universo el tiempo se parará. Está todo preparado, el viernes a las diez de la noche tendréis que estar aquí si queréis venir a nuestro planeta; y debes de traer tu dibujo. Por favor, sed puntuales.
- Aquí estaremos, Rulen-contestó María.
- Bueno, yo me tengo que marchar, tengo una reunión muy importante. Hasta el viernes, ¡Adiós!. Por cierto, no hace falta que traigáis equipaje.
- ¡Adiós!
Al instante los personajes de las pinturas se paralizaron. Se habían ido a su dimensión. María miró el reloj, eran las ocho. Rápidamente cogió su chaqueta, se despidió de su amiga y se fue a su casa muy contenta. Estaban las dos emocionadísimas por la aventura que les esperaba.
Cuando llegó a casa cenó, se puso el pijama y se acostó pensando en que tenía mucha suerte de tener una amiga así.
Raquel también hizo lo mismo y se durmió imaginándose ese mundo que iban a conocer. Estaba llena de felicidad.
Capítulo 3º
El resto de la semana, siempre que podían, hablaban sobre cómo sería la otra dimensión; cada vez que lo comentaban tenían más y más ganas de que llegara el viernes.
El jueves por la noche María y Raquel no pudieron dormir porque estaban muy nerviosas.
El viernes a las seis de la tarde, María estaba tan emocionada que no podía parar de hacer cosas, es como si necesitara comer, cantar, correr, saltar… era tanto nerviosismo que hizo los deberes en un abrir y cerrar de ojos.
Cuando fueron las diez menos cuarto, todos se acostaron; María esperó oir los ronquidos de su padre, que era la sañal de que se había dormido. Luego comprobó que su madre y su hermana también lo estuvieran. Después, silenciosamente y sin hacer sonido alguno, cogió su chaqueta y fue andando hasta la casa de Raquel con mucha precaución.
Raquel lo vivía con más tranquilidad, era más serena que su amiga; además el viaje era desde su casa, lo que no le acarreaba tantos peligros.
Raquel la estaba esperando con la puerta abierta. Cuando llegó María entraron y subieron detenidamente las escaleras, llegaron a la habitación, donde el cuadro del elfo estaba preparado sobre la cama. Al pasar unos minutos el elfo se movió y les habló:
- Buenas noches. Supongo que pensáis que cuanto antes paséis a la otra dimensión mejor, así que iré al grano: Yo os diré un acertijo y vosotras tendréis que adivinar lo que debéis hacer para pasar.Tengo que decirlo en acertijo porque va contra las reglas explicarlo directamente.
Las dos asintieron, entonces Rulen se sacó un papel élfico del bolsillo y recitó la adivinanza:
Vuestras figuras habréis de representar y en un lienzo las tendréis que plasmar si a un planeta hecho para dibujar vosotras deseáis entrar. PD.: tal y como os dibujéis así allí os veréis.
- El acertijo está bien claro…voy a traer un lienzo. Ahora vengo- dijo Raquel- abre el armario y trae las pinturas, por favor.Raquel salió de su habitación y María sacó las pinturas,
Luego Raquel reapareció con el lienzo y dos vasos llenos de agua.
Cada una se dibujó a sí misma lo mejor que pudo. Después María le preguntó al elfo:
- Y ahora, ¿qué hacemos, Rulen?
- Tenéis que poner una mano sobre el lienzo, cerrad los ojos
e imaginad que sois tal y cómo os habéis dibujado. No abráis los ojos hasta que yo os diga.
Cuando estuvieron unos quince segundos así, notaron que ascendían velozmente y daban tres vueltas sobre ellas mismas: luego, descendieron hasta el suelo. Rulen les dijo:
- Ya podéis abrir los ojos.
Capítulo 4º
Cuando, por fin, pudieron mirar, estaban en medio de un parque lleno de niños, árboles y muchos animales. Raquel reconoció enseguida muchos de sus dibujos. Se veía su mundo, sus pinturas, esos colores pastel, claros, fuertes…
Todos esos tonos que sus pinturas plasmaban. Daba la impresión de estar dentro de un cuento. Era algo realmente fantástico, no parecía real; pero lo era, allí estaban ellas.
- ¡Mira, María!, esa ardilla la hice el mes pasado; me acuerdo a la perfección y mira aquella niña rubia, la pinté en plástica.
- Sabía que este planeta te encantaría –dijo Rulen que acababa de aparecer- ¿Qué tal si cogemos un coche y damos un paseo los tres juntos?
- ¡Vale!-contestó Raquel muy contenta.
Subieron a un descapotable rojo y Rulen se puso a conducir.
Aquello era alucinante, ninguna de las dos se habían imaginado en su vida un planeta como aquel. El elfo se puso a explicarles cosas mientras seguía conduciendo.
- Este planeta, igual que el vuestro, tiene varios continentes: Sombreado, Color, Pincel y Ordificial.
- No entiendo lo de Ordificial-dijo María.
- Esa palabra, en realidad viene de dos palabras: ordenador y artificial, decimos que un dibujo es artificial cuando está hecho mediante un ordenador.
- Me gusta cómo piensan los habitantes de este país- comentó María fascinada.
- Aquí vienen a parar todos los dibujos de nuestra dimensión, ¿no es cierto?-dijo Raquel.
- Llevas razón-le contestó Rulen- pero, hay algunos dibujos que se tienen que retocar, por ejemplo, cuando haces un dibujo pero no lo coloreas y tampoco está sombreado adrede, o cuando haces una cara pero no le haces un cuerpo, esos dibujos van a un lugar donde los pintan y los completan.
- ¿Quieres decir que, los dibujos que se quedan a medias los acaban aquí?-preguntó Raquel.
- Si. Por cierto, se me ha olvidado deciros que esta noche habrá una gran fiesta en vuestro honor, con comida, baile y música, os los pasaréis muy bien; solo vienen los habitantes de este pueblo, será divertido. Estaría bien que os comprarais un traje de gala.
Rulen aparcó delante de una tienda. Los tres se quitaron los cinturones, bajaron del coche y entraron. Raquel decidió comprarse un vestido azul y María uno rojo. El elfo les explicó que allí no se pagaba nunca, podías entrar a cualquier tienda y coger lo que necesitaras. También explicó que los bancos que dibujaban las personas los utilizaban para decorar, allí no había nunca crisis.
María comentó:
- Cada vez que nos explicas algo, me gusta más este planeta. ¡Ojalá en la Tierra fuera también así!
Capítulo 5º
Cuando se hizo de noche, Raquel y María se arreglaron para la fiesta. Rulen pasó a recogerlas. Les llevó hasta una calle ancha y muy larga donde había una gran mesa llena de comida y sillas alrededor. También había un escenario bien iluminado.
Al acercarse a la mesa, una hombre barrigón y con bigote se presentó:
- Soy el alcalde de este pequeño y humilde pueblo- dijo el hombre con una voz muy grave- ¡Bienvenidas! Rulen me ha hablado mucho de vosotras.
- Es un honor conocerle- dijo Raquel, e hizo una reverencia, María la imitó.
- Ahora, sentaos, esperaremos a la gente, no creo que tarden mucho- dijo el alcalde.
A los cinco minutos las sillas estaban todas ocupadas. El alcalde subió muy decidido al escenario, cogió un
micrófono y dijo:
- Queridos habitantes de Katemb, como ya saben, hemos organizado esta fiesta a causa del viaje que han hecho dos niñas de la otra dimensión; el motivo ha sido para darle las gracias a Raquel por sus dibujos tan maravillosos que aquí se hacen realidad. Queremos darles una bienvenida y de recuerdo les ofrecemos unos pequeños regalos. Por favor, que suban al escenario Raquel López y María García.
Todos aplaudieron, y ellas todas sonrojadas, subieron. El alcalde siguió hablando:
- Os hago entrega de estos detalles. Me han dicho que es lo que normalmente regalan en vuestro pueblo; espero que os guste.
Les habían regalado un ramo de flores a cada una y un cuadro en el que estaba dibujada una ermita, que les resultaba familiar.
Dieron las gracias y se sentaron en la mesa de nuevo. Luego, el alcalde anunció que ya se podía iniciar la cena.
Después de llenar el estómago, un grupo musical empezó a tocar y la gente bailó con entusiasmo, era un espectáculo increible; aquella noche se lo pasaron todos genial.
Pasaron la noche en un hotel de cinco estrellas. María y Raquel pensaron que toda su vida recordarían aquel día tan especial.
Capítulo 6º
Al día siguiente, el despertador sonó a las ocho de la mañana; se despertaron sobresaltadas, Raquel encontró una nota encima de la mesita:
A las nueve, salid del hotel. Os estaré esperando en la puerta. Acordaos de coger los vestidos. Rulen, el elfo
Desayunaron, se prepararon para partir e hicieron caso a la nota que les había dejado Rulen. Él las guió hasta una casa completamente blanca; entraron y escucharon atentas a la explicación del elfo:
- Tendréis que hacer casi lo mismo que habéis hecho para venir; cerrad los ojos, imaginaros como eráis antes de venir y pensad en el sitio donde queréis aterrizar; no miréis hasta que toquéis tierra firme. ¡Adiós! Os echaré mucho de menos, de todas formas podréis venir solo una vez al año, porque no es fácil parar el tiempo en la otra dimensión. ¡Hasta pronto!
Se despidieron y siguieron sus instrucciones: luego, ascendieron, dieron tres vueltas sobre sí mismas y volvieron a descender. Un minuto después, cada una estaba en su cama con el vestido en las manos; volvían a ser ellas, tal y como eran en un principio.
Esa noche soñaron en que algún día las dos volverían a aquella dimensión; habían aprendido muchas cosas interesantes sobre el planeta de los dibujos. Las dos sabían que añorarían mucho aquel planeta, donde no había ni crisis, ni personas malvadas, ni dinero, ni otras cosas que hacen infeliz a la gente. María pensó que a partir de este momento se aficionaría más a pintar como Raquel:y a soñar pintando y a pintar soñando.
* * *
Un mes después…
- Oye Raquel,¿ No crees que estaría bien encontrar otra manera de lograr pasar a la otra dimensión y a la vez a otro planeta?
- Tu si que piensas María, me acabas de dar una idea estupenda…
Fin
1 comentarios:
=D Me ha encantado. En serio, la historia es genial, y muy bien explicada. Es una alegria encontrar estos pequeños artistas, espero que en el futuro Ana llegue lejos =)
Un saludo,
Aida
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