Enfebrecido por la escritura

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Llevo un par de días enganchado a una novela, pero enganchado como hacía tiempo que no lo estaba. Era una idea a la que le estaba dando vueltas hacía tiempo, una novela de zombis. La verdad es que en su día tuve un alumbramiento con los vampiros, pero entre pitos y flautas, dejé la idea en el armario y ahora me da un poco de pereza sacarla pues me da la sensación de que el tiempo del vampiro está llegando a su final y no quiero que me pase lo mismo con mis zombis.
Aunque en realidad no es una novela de zombis al uso, si no una novela con zombis. El universo es mucho más complejo que todo eso. Si algo me ha enseñado la fantasía es que para abordar una nueva novela, lo primero que debes tener muy claro es el escenario donde quieres moverte. Es casi como tener un telón vacío y comenzar a vestirlo con paisajes, lugares y situaciones. Para mí es la parte más emocionante del libro: pintar un lienzo en blanco, dotarlo de color, de matices, de oscuridad o de luz. Por supuesto, si me meto en esta novela, no quiero un escenario semejante al de todas las novelas de zombis que se han visto ahora. Quiero un escenario completamente nuevo que se aleje de convencionalismos y de escenas repetitivas. Mi intención en el libro que me llevo entre manos es mostrar algo que no se haya visto hasta ahora y que sea muy jugoso. Y creo que lo tengo. Es una especie de chispa que ya sentí con «Noches de sal», que me alejó de todos los trabajos que me llevaba entre manos y me hizo escribir hasta romperme los dedos.
Sin embargo, con este nuevo manuscrito que me llevo entre manos, me faltaba algo. Me faltaba el detonante que encendiera la chispa. Si mi escenario era diferente al de todas las otras novelas, quería un detonante que no sonara repetitivo, aunque a priori sí que lo pareciera. Y este fin de semana, tras un par de vueltas a la historia, tras unas cuantas consultas con la almohada y tras darle mucho trabajo a las neuronas, lo encontré. Se acabó el detonante simple… ya tengo el arranque que quería para la historia. Ahora todo me cuadra en la cabeza… y cuando la cosa cuadra… no hay Dios que detenga la mano. En dos días, casi sesenta páginas sin parar, el inicio de la historia, saltando de mi Valencia natal a la parte de Jerusalén palestina y de ahí a un vuelo vertiginoso sobre los cielos del Mediterráneo. Me lo estoy pasando pipa, la verdad. Hacía mucho que no me lo pasaba tan bien escribiendo, aunque es una tarea un tanto compleja tener que lidiar con causas sunitas, drusas y chíitas, pero creo que al final saldré del apuro.
Sé que en algún momento de la novela tendré que parar. Ha sido tanta mi precipitación, que no he hecho ni las maletas para el viaje, y ya sabéis todos los que os dejáis caer por aquí que no me gusta salir de casa sin el mapa. Así que en cuanto tenga embastado el arranque de la novela, haré receso, me sentaré a debatir conmigo mismo, yo y mi yo racional nos tomaremos una birra entorno a una mesa y discutiremos sobre las complejidades de la historia… espero que no acabemos a hostias.
Pues nada, que os voy a dejar por hoy, que estoy deseando ponerme con la novela. ¡Que ustedes tengan una maravillosa jornada de jueves!

By David Mateo with 17 comments