Cada vez entiendo menos a los periodistas deportivos, sobre todo a los que se dedican a ir de tertulia en tertulia dándonos sermones moralizantes.
Al Real Madrid le meten una somanta palos la semana pasada en Alcorcón e inmediatamente esos periodistas íntegros e independientes se rasgan las vestiduras y proclaman a los siete vientos la inutilidad de Pellegrini como entrenador y que debe… ¡¡¿¿dimitir??!! ¿Pero se puede ser más mezquino? Es decir, un señor que firma un contrato laboral no hace ni cuatro meses, que recibe una nómina que otros señores decidieron que debía cobrar… ¿debe dimitir porque a cuatro periodistas amanerados y amancebados le de por decir que este señor no está capacitado para ejercer el cargo que ocupa?
Claro, estos son los mismos periodistas puritanos que defienden al resto de los entrenadores de primera división que fallan en sus clubs a mitad de temporada con el discursito, que queda muy bien, de: es que no es lógico que los clubs fichen un entrenador y a los dos días lo quieran echar, es que la cuerda siempre se rompe por el extremo más débil, es que siempre se cargan las tintas con el profesional… o la tan manida, ‘es más fácil tirar a uno que a once’.
Pues bien, estos mismos periodistas mamarrachos, hipócritas y falsos, la semana pasada se tomaron la libertad de plantarse delante de un micrófono y presionar a un señor para que dejara su cargo y renunciara a todos los emolumentos que le corresponden LEGALMENTE. Supongo que si ahora llega el final de temporada y Pellegrini consiguiera hacer campeón de liga al Real Madrid, todos estos tertulianos rastreros, todas estas hienas del micrófono, todos estos voceras de la sin razón, que se atrevieron a jugar con el pan de un profesional cuatro meses después de su contratación, entonaran ‘el mía culpa’ y esgrimiendo el mismo argumento que han entonado contra Pellegrini, dimitirán de sus correspondientes cargos renunciando a sus finiquitos. Porque imagínense, aficionados del Real Madrid, que Pellegrini —un entrenador que hizo un milagro con el Villarreal y que demostró ser un profesional de categoría— esta predestinado a ganar la Liga y por culpa de estos mercachifles de la palabra, acaba en la puta calle antes de consumar su destino. El daño que la prensa madridista está haciendo a su propio club es incuantificable.
Lo suyo es que estos señores tan valientes denunciaran que Florentino, después de gastarse caprichosamente más de cuatrocientos millones de euros para satisfacer su propio ego, es el máximo responsable, porque todos sabemos, por situaciones pretéritas, cómo se las gasta este señor y la clase de políticas presidencialistas que lleva a cabo. Pero claro, esa prensa madrileña esconde el rabo entre las piernas y se vuelve dócil como un perro castrado cuando se las tiene que ver con Don Florentino Pérez y, como mucho, algún osado, se atreve a cargar las tintas contra la pantalla de turno, es decir, el trilero de Valdano.
Y todo este politiqueo futbolístico que se llevan en el Bernabeu me parece muy bien, eso sí, que cuando aquí en Mestalla —o en cualquier otro club de la Liga española— alguien levante la voz contra el entrenador, que ninguno de estos voceras de la meseta se atreva a darnos una lección de moralidad profesional, porque lo mínimo que podría hacer es meterse la boca por el culo.
El Real Madrid sigue a la estela del Barça y ganar la Liga no es una utopía, así que lo suyo es que si esta posibilidad llegara a producirse, todos los periodistas que han pedido la cabeza de Pellegrini, hicieran examen de autoconciencia, aplicaran su propia ética a la hora de pedir responsabilidades, y se fueran a ejercer la profesión a Tombuctú o a un país más exótico y alejado.
Ya la cagaron una vez con Luís Aragonés (y que nadie se refugie en la afición, porque el aficionado, en la barra de un bar o en la oficina, no deja de ser una voz anónima y ni mucho menos ejerce la influencia del cuarto poder) y me da la sensación de que van a volver a cagarla con Pellegrini.
Al Real Madrid le meten una somanta palos la semana pasada en Alcorcón e inmediatamente esos periodistas íntegros e independientes se rasgan las vestiduras y proclaman a los siete vientos la inutilidad de Pellegrini como entrenador y que debe… ¡¡¿¿dimitir??!! ¿Pero se puede ser más mezquino? Es decir, un señor que firma un contrato laboral no hace ni cuatro meses, que recibe una nómina que otros señores decidieron que debía cobrar… ¿debe dimitir porque a cuatro periodistas amanerados y amancebados le de por decir que este señor no está capacitado para ejercer el cargo que ocupa?
Claro, estos son los mismos periodistas puritanos que defienden al resto de los entrenadores de primera división que fallan en sus clubs a mitad de temporada con el discursito, que queda muy bien, de: es que no es lógico que los clubs fichen un entrenador y a los dos días lo quieran echar, es que la cuerda siempre se rompe por el extremo más débil, es que siempre se cargan las tintas con el profesional… o la tan manida, ‘es más fácil tirar a uno que a once’.
Pues bien, estos mismos periodistas mamarrachos, hipócritas y falsos, la semana pasada se tomaron la libertad de plantarse delante de un micrófono y presionar a un señor para que dejara su cargo y renunciara a todos los emolumentos que le corresponden LEGALMENTE. Supongo que si ahora llega el final de temporada y Pellegrini consiguiera hacer campeón de liga al Real Madrid, todos estos tertulianos rastreros, todas estas hienas del micrófono, todos estos voceras de la sin razón, que se atrevieron a jugar con el pan de un profesional cuatro meses después de su contratación, entonaran ‘el mía culpa’ y esgrimiendo el mismo argumento que han entonado contra Pellegrini, dimitirán de sus correspondientes cargos renunciando a sus finiquitos. Porque imagínense, aficionados del Real Madrid, que Pellegrini —un entrenador que hizo un milagro con el Villarreal y que demostró ser un profesional de categoría— esta predestinado a ganar la Liga y por culpa de estos mercachifles de la palabra, acaba en la puta calle antes de consumar su destino. El daño que la prensa madridista está haciendo a su propio club es incuantificable.
Lo suyo es que estos señores tan valientes denunciaran que Florentino, después de gastarse caprichosamente más de cuatrocientos millones de euros para satisfacer su propio ego, es el máximo responsable, porque todos sabemos, por situaciones pretéritas, cómo se las gasta este señor y la clase de políticas presidencialistas que lleva a cabo. Pero claro, esa prensa madrileña esconde el rabo entre las piernas y se vuelve dócil como un perro castrado cuando se las tiene que ver con Don Florentino Pérez y, como mucho, algún osado, se atreve a cargar las tintas contra la pantalla de turno, es decir, el trilero de Valdano.
Y todo este politiqueo futbolístico que se llevan en el Bernabeu me parece muy bien, eso sí, que cuando aquí en Mestalla —o en cualquier otro club de la Liga española— alguien levante la voz contra el entrenador, que ninguno de estos voceras de la meseta se atreva a darnos una lección de moralidad profesional, porque lo mínimo que podría hacer es meterse la boca por el culo.
El Real Madrid sigue a la estela del Barça y ganar la Liga no es una utopía, así que lo suyo es que si esta posibilidad llegara a producirse, todos los periodistas que han pedido la cabeza de Pellegrini, hicieran examen de autoconciencia, aplicaran su propia ética a la hora de pedir responsabilidades, y se fueran a ejercer la profesión a Tombuctú o a un país más exótico y alejado.
Ya la cagaron una vez con Luís Aragonés (y que nadie se refugie en la afición, porque el aficionado, en la barra de un bar o en la oficina, no deja de ser una voz anónima y ni mucho menos ejerce la influencia del cuarto poder) y me da la sensación de que van a volver a cagarla con Pellegrini.
6 comentarios:
Vamos a ver si lo he entendido: tu ciudad se lanza a la calle durante este mismo fin de semana para pedir la dimisión del President de la Comunitat por corrupto y tú pones un post para pedir la dimisión... ¿del entrenador del equipo de fútbol? :-)
Me se saltan las lágrimas. Eres un visionario!!
Pufff... Emilio, pero si ya me duele la mano por tanto renegar de Camps. ¿Y qué? Para lo que ha servido. Ahora media Valencia sale a la calle en contra del Presidente de la Generalitat, pero mañana... mayoría absoluta. Y la V30 sin terminar, y la nueva Fe durmiendo el sueño de los justos, y Valencia convertida en un andamio, y el Ayuntamiento ensanchando las aceras para cargarse los sitios donde aparcar y tener que pasar por la dictadura de esos nuevos parkings que se está inventando Rita que para quedártelos en propiedad tienes que pagar una millonada por treinta años, y... y... y... y... y...
Y la oposición, para que nadie me acuse de izquierdas, haciéndole la rosca a un gobierno central cada vez más ineficaz que realiza políticas de derechas escondiénse en la esquina de la izquierda.
La política apesta. A ver si Ricardo Costa ahora que se va de vacaciones me deja un rinconcito en su buga.
Mejor sigo hablando de fútbol.
Nah, si lo mío sólo era un chiste malo. Quédate con el smiley del final.
Aysss... si es que hay cosas que no puedo evitar. A mí me nombran a Camps, a Unai o a Quesada y salto como los dobermans.
Ayyy, la chulería, Pellegrini. Qué cara que sale y qué dura se paga.
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