El otro día aparecía el presidente de Mercadona en los medios de comunicación dando la siguiente noticia: «El 2010 puede llegar a ser más tétrico que el 2009, pues toda la gente que este año está en el paro, el año que viene dejará de cobrar el subsidio.» Es una visión desalentadora, no cabe duda, pero… ¿de verdad estamos luchando para reducir las tasas de paro?
Como pequeño autónomo ayer viví en primera persona una situación que, dadas las circunstancias, jamás imaginé que sucedería en estos tiempos de crisis. En apenas unos meses voy a tener que poner en marcha dos o tres talleres más, y los horarios se pisan unos con otros, de tal modo que no los voy a poder impartir. Así que puse anuncios en dos de las páginas más importantes de búsqueda de empleo de la web. En una me respondieron 65 candidatos y en la otra 135… por momentos me sentía abrumado, pero a más candidatos, más posibilidades de encontrar el perfil adecuado. Al final, me decidí por cuatro señoritas. Tampoco tenía ganas de hacer más entrevistas, así que para no marear demasiado la perdiz opté por establecer cuatro entrevistas rápidas.
Por supuesto, de los doscientos candidatos que se presentaron al puesto de trabajo, el 60% presentaba un perfil que no se adecuaba a las peticiones que yo hacía (como que el trabajo estaba en Castellón y el candidato era de Valencia, la edad, la disponibilidad a la hora de moverse con vehículo propio, etc etc…), pero consciente de que ‘la cosa está muy chunga en España’ opté por cerrar los ojos. Al fin y al cabo, el precio de la hora no está nada mal y a una persona de Valencia, llegado el caso, podía compensarle el desplazamiento.
Pues bien, pese a que habían aceptado las condiciones del puesto, de las cuatro candidatas, a dos no les pareció muy bien que el trabajo estuviese en Castellón. Así que cuando les pregunté que por qué habían respondido a una oferta de trabajo que exigía movilidad, no supieron qué responder. Una de ellas me dijo que estaba trabajando y me pidió sin rodeos el horario que iba a tener, luego me suplicó que nos entrevistáramos en Valencia, que en Moncofa le venía mal (y yo me pregunto: si Moncofa le viene mal, ¿cómo le vendrá el pueblo donde tiene que desempañar la faena?). Llevo siendo autónomo un porrón de años, así que apenas recuerdo mis avatares laborales, pero lo que sí que recuerdo claramente es que cuando me citaban a una entrevista de trabajo, yo acudía como un corderito, defendía mis intenciones para trabajar con la empresa que ofrecía el puesto y, finalmente, con muchísima humildad preguntaba las características del puesto. Se ve que en estos tiempos de crisis, esta fórmula ya no se lleva y es el entrevistador el que debe de preocuparse de adecuar el perfil del puesto a la oferta que le hace el trabajador.
La tercera candidata se presentó a la entrevista y, oigan, ¡¡una monería de chica en todos los sentidos!! Cumplidora, humilde, con ganas de trabajar, con entusiasmo… de no tener a las otras tres petardas empastradas, le hubiera dicho que sí allí mismo.
A la cuarta y última candidata la cité en el Casal Jove de Moncofa después de dar clase en el cole. El encuentro se estableció a las cinco y cuarto… y a las seis menos cuarto todavía no había dado señales de vida. Le pregunté a mi amigo Toni, el encargado del Casal, que cuánto era el tiempo de cortesía en estos casos y Toni me constató que según su parecer ese lapsus ya hacía rato que había pasado. Aún así, la llamé al móvil y no me lo cogió. Temeroso de que se hubiera perdido, la llamé a casa y me lo cogió una mujer mayor, supongo que la madre de la candidata. La conversación, más o menos, se produjo en estos términos.
David: Hola, ¿está X?
Mamá de X: Sí, está hablando por teléfono. ¿Quién es?
David: Mire, soy David Mateo y le llamo porque X no se ha presentado a una entrevista que tenía concertada en Moncofa.
Mamá: ¿Una entrevista? ¿De qué?
Comienzo a preguntarme por qué tengo que darle explicaciones a una señora que no conozco de nada y no me pasa directamente con su hija.
David: Verá, es que X respondió a una oferta de trabajo y concerté con ella una entrevista en Moncofa.
Mámá: ¿De trabajo? ¿Qué trabajo?
David: Oiga… ¿de verdad que no me puede pasar con X?
Mamá: Ya le he dicho que está hablando.
David: Ya, pero es que yo la estoy esperando en Moncofa y su hija no se ha presentado.
Mamá: Es que se ha echado, tiene unas décimas de fiebre.
David: No, si eso me parece muy bien, pero podía haberme avisado, ¿no?
Mamá: Oiga, oiga, oiga, que en estos tiempos quién más quién menos está enfermo.
Que yo sepa vivimos una crisis económica, no la peste negra que azotó Europa en el siglo XIV. Puede que la chica esté enferma, pero eso no es óbice para que se generalice a medio planeta.
David (cansado de que mamá de X le eche la bronca por ofrecerle a su hijita un curro): Pues nada, le dice a su hija que cuando se ponga buena me llame si sigue interesada. Gracias.
Por supuesto X no ha llamado desde entonces. Menos mal.
Resumiendo: de cuatro, una. Cuatro candidatas y sólo una verdaderamente interesada en aceptar las condiciones especificadas en la oferta de trabajo. Obviamente, voy a aguardar hasta la semana que viene a ver si alguna de las candidatas que andan mareando la perdiz con la hora y el lugar de la entrevista se deciden de una vez, pero lo llevan crudísimo.
Todo esto me lleva a pensar que sí, que habrá gente en España pasándolo mal porque no encuentra trabajo, otros estarán rezando porque se les acaba el subsidio económico y la ayuda que ZP les ha concedido, pero… ¿cuánta gente habrá en España que se queja de su situación económica y se dedica a seleccionar trabajos como si nadara en la abundancia?
Por cierto, conforme avanza noviembre los parkings de los veinte centros comerciales de Valencia cada vez están más petados… imposible aparcar los sábados en el Centro de la ciudad. ¡Llega la Navidad! ¿De verdad se acaba la crisis económica en Navidad?
Como pequeño autónomo ayer viví en primera persona una situación que, dadas las circunstancias, jamás imaginé que sucedería en estos tiempos de crisis. En apenas unos meses voy a tener que poner en marcha dos o tres talleres más, y los horarios se pisan unos con otros, de tal modo que no los voy a poder impartir. Así que puse anuncios en dos de las páginas más importantes de búsqueda de empleo de la web. En una me respondieron 65 candidatos y en la otra 135… por momentos me sentía abrumado, pero a más candidatos, más posibilidades de encontrar el perfil adecuado. Al final, me decidí por cuatro señoritas. Tampoco tenía ganas de hacer más entrevistas, así que para no marear demasiado la perdiz opté por establecer cuatro entrevistas rápidas.
Por supuesto, de los doscientos candidatos que se presentaron al puesto de trabajo, el 60% presentaba un perfil que no se adecuaba a las peticiones que yo hacía (como que el trabajo estaba en Castellón y el candidato era de Valencia, la edad, la disponibilidad a la hora de moverse con vehículo propio, etc etc…), pero consciente de que ‘la cosa está muy chunga en España’ opté por cerrar los ojos. Al fin y al cabo, el precio de la hora no está nada mal y a una persona de Valencia, llegado el caso, podía compensarle el desplazamiento.
Pues bien, pese a que habían aceptado las condiciones del puesto, de las cuatro candidatas, a dos no les pareció muy bien que el trabajo estuviese en Castellón. Así que cuando les pregunté que por qué habían respondido a una oferta de trabajo que exigía movilidad, no supieron qué responder. Una de ellas me dijo que estaba trabajando y me pidió sin rodeos el horario que iba a tener, luego me suplicó que nos entrevistáramos en Valencia, que en Moncofa le venía mal (y yo me pregunto: si Moncofa le viene mal, ¿cómo le vendrá el pueblo donde tiene que desempañar la faena?). Llevo siendo autónomo un porrón de años, así que apenas recuerdo mis avatares laborales, pero lo que sí que recuerdo claramente es que cuando me citaban a una entrevista de trabajo, yo acudía como un corderito, defendía mis intenciones para trabajar con la empresa que ofrecía el puesto y, finalmente, con muchísima humildad preguntaba las características del puesto. Se ve que en estos tiempos de crisis, esta fórmula ya no se lleva y es el entrevistador el que debe de preocuparse de adecuar el perfil del puesto a la oferta que le hace el trabajador.
La tercera candidata se presentó a la entrevista y, oigan, ¡¡una monería de chica en todos los sentidos!! Cumplidora, humilde, con ganas de trabajar, con entusiasmo… de no tener a las otras tres petardas empastradas, le hubiera dicho que sí allí mismo.
A la cuarta y última candidata la cité en el Casal Jove de Moncofa después de dar clase en el cole. El encuentro se estableció a las cinco y cuarto… y a las seis menos cuarto todavía no había dado señales de vida. Le pregunté a mi amigo Toni, el encargado del Casal, que cuánto era el tiempo de cortesía en estos casos y Toni me constató que según su parecer ese lapsus ya hacía rato que había pasado. Aún así, la llamé al móvil y no me lo cogió. Temeroso de que se hubiera perdido, la llamé a casa y me lo cogió una mujer mayor, supongo que la madre de la candidata. La conversación, más o menos, se produjo en estos términos.
David: Hola, ¿está X?
Mamá de X: Sí, está hablando por teléfono. ¿Quién es?
David: Mire, soy David Mateo y le llamo porque X no se ha presentado a una entrevista que tenía concertada en Moncofa.
Mamá: ¿Una entrevista? ¿De qué?
Comienzo a preguntarme por qué tengo que darle explicaciones a una señora que no conozco de nada y no me pasa directamente con su hija.
David: Verá, es que X respondió a una oferta de trabajo y concerté con ella una entrevista en Moncofa.
Mámá: ¿De trabajo? ¿Qué trabajo?
David: Oiga… ¿de verdad que no me puede pasar con X?
Mamá: Ya le he dicho que está hablando.
David: Ya, pero es que yo la estoy esperando en Moncofa y su hija no se ha presentado.
Mamá: Es que se ha echado, tiene unas décimas de fiebre.
David: No, si eso me parece muy bien, pero podía haberme avisado, ¿no?
Mamá: Oiga, oiga, oiga, que en estos tiempos quién más quién menos está enfermo.
Que yo sepa vivimos una crisis económica, no la peste negra que azotó Europa en el siglo XIV. Puede que la chica esté enferma, pero eso no es óbice para que se generalice a medio planeta.
David (cansado de que mamá de X le eche la bronca por ofrecerle a su hijita un curro): Pues nada, le dice a su hija que cuando se ponga buena me llame si sigue interesada. Gracias.
Por supuesto X no ha llamado desde entonces. Menos mal.
Resumiendo: de cuatro, una. Cuatro candidatas y sólo una verdaderamente interesada en aceptar las condiciones especificadas en la oferta de trabajo. Obviamente, voy a aguardar hasta la semana que viene a ver si alguna de las candidatas que andan mareando la perdiz con la hora y el lugar de la entrevista se deciden de una vez, pero lo llevan crudísimo.
Todo esto me lleva a pensar que sí, que habrá gente en España pasándolo mal porque no encuentra trabajo, otros estarán rezando porque se les acaba el subsidio económico y la ayuda que ZP les ha concedido, pero… ¿cuánta gente habrá en España que se queja de su situación económica y se dedica a seleccionar trabajos como si nadara en la abundancia?
Por cierto, conforme avanza noviembre los parkings de los veinte centros comerciales de Valencia cada vez están más petados… imposible aparcar los sábados en el Centro de la ciudad. ¡Llega la Navidad! ¿De verdad se acaba la crisis económica en Navidad?
23 comentarios:
Ya lo dijo Revilla: hay peña que directamente no quiere trabajar.
Lo que pasa es que estamos demasiado bien acostumbrados y algunos, con tanto facebook, no se han enterado aún de la que se nos viene (hablo en futuro) encima.
Pues la situación está muy clara, persona que recibe el famoso subsidio de ZP de los estúpidos 300 euros y que rechaza una oferta de empleo, subsidio por el aire.
Con subsidios y prórrogas al paro no enderezaremos este país. A la gente que se encuentra en situación de desempleo y tiene una familia, no hay que darle una ayuda, hay que darle YA un puesto de trabajo digno. Y cuando eso ocurra el consumo de las familias volverá a subir otra vez y parte de la crisis desaparecerá.
Mientras tanto las empresas seguirán sin producir, sin contratar y los pobres autónomos seguiremos chapando ante el caciquismo de los recaudadores del Estado que luego, después de estrujarnos y de jodernos con pagos y plazos propios de los inquisidores de la Edad Media, se permiten el lujo de pagar sus facturas a 120, 180, 320 días. ¡Anda ya, váyanse a tomar por saco!
Debería existir una ley que obligara a todo quisqui a pagar las facturas a 30 días (y ahí también entran los estamentos públicos) y si no a la rue.
Ayer me decía un economista que en Francia, devolver un pagaré era casi sinónimo de cárcel. En este país, hoy en día, ni nos atrevemos a coger un pagaré.
La gente es muy informal con eso de no presentarse a las entrevistas de trabajo. Con eso, ya lo dicen todo de ellos mismo. Yo directamente tiro ese CV a la basura.
Pollo pollo
el caciquismo burgués y destemplado de un gobierno que navega a la deriva y que se siente incapaz de remontar la economía de un país pisoteado por un partido de izquierdas más derechista que nunca.
Bueno, quizá te equivocaste en el filtrado de demandantes. No es tan sencillo esto de los recursos humanos.
Esto del pago limitado a 30 días (a 60 ya nos dámos un canto en los dientes) ya lo tienen en muchos países, Alemania, por ej. es un csoa de seriedad. No se acomete porque la administración sería la primera en palmar (y eso que tienen el Banco de España).
Dile a un Aleman que le pagas a 120 días, anda... pensará este español confunde horas con días y te dirá que no problem. Claro, al día 31 tienes a la Luftwaffe haciendo picados por el polígono...
Yo creo que esto es cosa de país serio.
Reducir los hechos a una verborrea pueril como caciquismo burgués o gobierno que navega a la deriva no arregla nada. El gobierno está tomando medidas importantes contra la crisis económica y contra el desempleo y no hay más ciego que el que no quiere ver. Se abusa de una desestabilización económica para minar la confianza del electorado, pero esta situación hubiese sido la misma con cualquiera de los partidos que ahora mismo están en la oposición. Estos lodos son consecuencia de una economía ficticia que hemos amamantado desde hace muchísimo tiempo. Y ahí, amigo Josebi, puedes meter en el bote a todos esos carismáticos demócratas en los que confías.
Sim, durante un año, dos años, viviríamos todos ahogados por el nuevo sistema, pero en cuanto el dinero comenzara a circular de mano en mano, la economía dejaría de ser ficticia y se volvería real.
Lo que pasa es que en España, durante un montón de tiempo hemos jugado con papeles de banco mojados que tenían un valor económico pero que a la hora de la verdad no valían para nada. El dinero no se ha visto por ningún sitio. Y ahora nos encontramos con la cruda realidad: no hay una economía real, solo hay papeles, papeles, papeles. Y con papeles la gente no come caracoles.
Por cierto, no puedo estar más de acuerdo con Carabiru. Ésto no es problema del PSOE, esto es una gripe (no sé si A, B o C) que se ha incubado durante muchas legislaciones.
Los países que poseían una economía estable ya están remontado la crisis. Y los países que vivían de rentas ficticias todavía siguen en el agujero.
Pollo pollo
¿y quién va a ser el que nos saque del agujero? Ya podéis rezar ya, que ni los mártires santificados nos sacan de esta
Sea quien sea que nos saque ya.
Y volviendo al tema original, no logro entender como alguien que se apunta a una oferta de trabajo, consciente de sus condicionantes, actúa despues de una manera tan desprendida. Me parece hipócrita y una falta de respeto hacia otros candidatos que sí podrían estar interesados en ese puesto.
Ains, chico. Yo sí que quiero trabajar. Pero de jefe o así.
De lo otro no, que tiene que ser muy cansado...
Así nos va.
La crisis... el problema es que no veo yo a los azules ni los colorados solucionando nada (excepto sus propias cuentas en Suiza).
Y, bueno, David, ¿me podrías indicar algún enlace para ver esa oferta de trabajo? Vivo en Sagunto con mi novia, y ella tiene bastante curriculum en la enseñanza (es pedagoga), y se encuentra desempleada. Te aseguro que con ella completarías las plazas.
Lo que es verdad también es que tú eres muy cumplidor y eso es algo que no abunda nada de nada. En general la gente es desconsiderada y poco seria, como ilustra el ejemplazo.
Narrador, no hace falta que vayas a la oferta. Ahí al lado tienes mi email, ponte en contacto conmigo y a ver qué pasa. Aunque te advierto que las cosas más o menos las tengo claras pues el perfil que buscaba me lo ha dado una de las candidatas.
Vale, no sé porqué mi mente ha pensado en dos plazas... De todas formas, te mandaré el CV.
Muy de acuerdo con todo lo que pones. Me asombra la disponibilidad que tienen muchos extranjeros que vienen a trabajar y cogen cualquier trabajo, por duro que sea para sacar su familia adelante (reponedor de madrugada, limpiadores, en un burguer y peores faenas) y aquí muchos españoles quieren el trabajo al lado de su casa...
Si yo tuviese un problema haría lo que fuese por un curro, aunque fuese malo, ya vendrán tiempos mejores.
Pero nos hemos acostumbrado a vivir en casa de los papis y del "papá estado"... mucha cara!
Y aunque los dos grandes partidos apestan, el que gobierna ahora lo está haciendo de pena, no digo que el otro lo haría mejor, sino que ZP no tiene ni idea de economia ni de como salir de esta.
Un democrático abrazo
Me encanta este blog
Miguel ángel
Pués, yo estoy en el paro, si te hace falta podríamos hablar... Un saludo.
Excelente artículo David, pero como no podría ser de otra forma, yo creo que el problema viene de abajo.
En el IES donde trabajo suelo constatar que muchos chavales aspiran a una vida que está por encima de sus posibilidades, es decir: Acostumbrados al tren de consumismo y el nivel de renta que les proporcionan sus padres, ellos atienden al mismo objetivo sin procurarse lo fundamental para conseguirlo cuando abandonen el nido familiar.
Cada comienzo de curso (sobretodo con los 3º y 4º de ESO) no me canso de oír a alumnos "fracasados" (y siento no utilizar ningún eufemismo) el tipo de aspiraciones que tienen en la vida: Te sorprenderías... En ocasiones les pongo contra las cuerdas de forma muy cruel, pero por lo menos les hago reflexionar.
Por poner un ejemplo: El otro día una chica que no quiere trabajar en clase me comentaba que a ella todo el tema del estudio le daba igual, que se montaría un negocio y que para eso no hacía falta tanto libro. Se trataba de la típica "choni" de familia bien (teléfono móvil última generación, estuche de la marca Tous y pelo perfectamente repeinado)
Yo traté de hacerle entender que para montar un negocio haría falta trabajar, prepararse, pero al parecer esos requisitos le parecían insuficientes.
Resumiendo: Creo que nos encontramos ante un cambio generacional bastante gordo. Los adolescentes de hoy en día no viven por encima de sus posibilidades, se creen que el mundo está a sus pies y que el resto debemos obedecerles por su cara bonita.
Si se te ocurre echar un vistazo al conchón del paro en España verás cifras bastante alarmantes. Pues bien: Buena parte de esa burbuja la forman jovencillos que no son consciente de su situación, que no tuvieron interés por preparararse para las vacas flacas y echaron su formación a perder a cambio de un salario más o menos decente en una fábrica que exigía poca cualificación (pero les permitía hipotecarse con un coche fashion, etc) Hoy se han convertido en las primeras víctimas de la crisis, y aun así se permiten el lujo de seguir seleccionando trabajos.
Sorry por la perorata, pero me interesa el tema que planteas.
Ayer Juan Miguel Aguilera me hizo una reflexión muy interesante sobre todo esto: mal para ellos, mejor para nosotros.
Si las generaciones que vienen detrás no están preparadas para afrontar la vida, nuestra generación no tendrá que competir con nadie.
Obviamente, las generalizacines siempre son injustas, pero a grandes rasgos la vida es así.
Sólo véis el lado negativo, pero también hay gente que estudia mientras trabaja para lograr algo mejor, que acepta trabajos por debajo de su cualificación para salir adelante pero sigue buscando otro trabajo que les satisfaga más. Conozco unos cuantos de estos: en la administyración donde trabajo hay interinos que trabajan muy lejos de su domicilio, y al mismo tiempo preparan oposiciones para ser fijos. Otros estudian carreras en su tiempo libre para poder acceder a niveles más altos (en la Adm. la categoría máxima posible depende del título académico).
También hay jóvenes que se dejan las pestañas para lograr su objetivo y sé de alguno que estudia y trabaja al mismo tiempo. En definitiva, hay mucho vago, pero también hay mucha gente que trabaja para tener un futuro mejor. Dejemos que la selección haga su trabajo ;-)
Por eso he dicho que generalizar siempre es injusto. Sea como sea, esto no va más allá de una experiencia personal. Y lo cierto es que la estadística fría dice que de cuatro solo una ha dado la cara.
Volviendo al tema de las contrataciones, si tienes alguna duda con las entrevistadas mándalas a paseo, quédate con la que te guste y sigue buscando. A la larga (o a la corta) lo agradecerás.
Mazarbul
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