viernes, mayo 28

Ayer...

Lo primero que suelo hacer al levantarme es abrir la agenda y ver lo que me aguarda a lo largo del día. Se acaba el año escolar y desde abril hasta junio, mis jornadas laborales se convierten en un baile esquizofrénico de talleres, reuniones y charlas.
La agenda me dice que:
9:00 horas – Clase en el Centelles de la Vall d’Uixó
Pensamiento: ¡Yupiiiii, volveré a ver a una profesora buenorra que estaba en Moncofa!
12:00 horas – Reunión con Maria de A3 y con la Caja de San Isidro para buscar financiación para la Feria de la Vall.
Pensamiento: Que rollo. ¿Qué ropa me pongo? Asuntos bancarios requieren ropa elegante, pero antes hay que pasar por el taller, lo que supone meterse en el fango, así que mejor una combinación de zapatos, pantalones formales y camisa clásica.
16:30 horas – Reunión con la nueva profe de arte.
Pensamiento: Lo que es la vida, un día vas a ver al gestor, te para una chica de la cruz roja y ya tienes otra colaboradora en nómina.
18:30 horas – Reunión con mis amigachos José Simeón y Luís en Xilxes para planificar un acto literario que tengo el sábado en Almenara.
19:00 horas – Taller de adultos en la Biblioteca de Xilxes.
Pensamiento: Puffff… vaya día más largo.
Actualizo el blog.
A las ocho salgo de casa camino de La Vall. Cuarenta y cinco minutos de camino.
Pensamientos: El cabrón del Marín se aprovechará de que no estoy y le meterá caña a Lost. ¿Cómo serán los alumnos de hoy? Recuerdo una clase en la que un niño se desplazó desde el final de la clase hasta su pupitre arrastrándose ante la mirada impotente del profesor. Por favor, por favor, por favor, que El Centelles no sea como ése. Por cierto, vuelvo a recordar que allí hay una profesora muy potente con la que ya coincidí en otro centro… para ella no pasan los años, simplemente la esquivan. El Centelles es un colegio agradable y los profes son amigables, será un día tranquilo y llegaré fresco a la reunión con los bancos. He hecho bien en anunciar ‘Piel de fantasma’ en el blog, así Marín se amansará y no seguirá metiéndose con Lost. Yolanda se va a Barcelona, a una reunión sectaria de esas que hacen en Abacus, espero que tenga buen viaje. Luego la llamaré. Tengo ganas de volver a mi novela de zombis.
Llego a la Vall. Me da mucha vergüenza meterme en la sala de profesores, así que siempre espero en el coche hasta el momento en el que los críos entran en el cole. En el Centelles da gusto currar. El jefe de estudios es agradable y los profes más. No veo a la profesora buenorra… que pena, ya aparecerá.
Primera clase, más de veinticinco niños en el aula. ¡Peligro! ¡Peligro! ¡Peligro! Hay un profesor muy activo que me cubre las espaldas. Cojonudo, todo va a salir bien. Mientras voy soltando la perorata me crezco. Soy todo un pofesional. Los niños se ríen, cogen con ganas la actividad y la clase pasa rápido.
Pensamiento: Las vacaciones están más cerca. La profesora buenorra sigue sin aparecer. Oooh, que pena.
En el recreo veo a la profesora con la que estaré en la siguiente clase. Hablamos de Delibes, de Dostoievski y de las diferencias entre el profesorado de antes y el de hoy. Sale a colación la problemática del profesorado actual. Alguien dice que esa tarde va a haber tormenta.
Pensamiento: El cielo está nublado, espero que no llueva.
Recuerdo que la profesora con la que comparto el patio controlaba muy bien a los niños el año pasado, así que la segunda clase va a ser un paseo triunfal.
La segunda clase es un paseo triunfal. Los niños le meten ilusión al trabajo y todo sale la mar de bien. Se ríen mucho con mi anécdota de la niña que le dice al niño que tiene mucha hambre y le va a pegar un palo a sus compañeros para robarles los bocadillos (se siente, no voy a contar la anécdota entera que es muy larga).
¡Da gusto trabajar en el Centelles! La clase pasa volando y se han hecho las doce. Que pena, no he visto a la profesora buenorra. A correr a la librería A3 donde me espera Mari para reunirnos con los bancos.
Hay un montón de niñas adolescentes en su librería haciendo fotocopias… esto va para largo. Reviso mi agenda, ordeno mis compromisos próximos. El martes tengo una reunión muy importante con Metro Valencia y tengo que currarme el proyecto que les vamos a presentar. Aysss… cuánta faena y qué poco tiempo tengo.
Pensamiento: ¿Habrá llegado Yolanda ya a Barcelona?
La llamo mientras las niñas siguen haciendo fotocopias. No me lo coge. Las mujeres llevan el teléfono de adorno.
Mari ya ha despachado a las niñas así que nos vamos a la Caja de Ahorros. Tenemos todos los papeles preparados. Se los entregamos a la jefa. A la mujer le encanta el proyecto. A Mari le encanta el proyecto. A las bibliotecarias les encanta el proyecto. Al ayuntamiento le encanta el proyecto. Pero nadie tiene dinero para financiarlo.
Pensamiento: Para una feria literaria no hay dinero, pero para sacar dos toros a la calle que valen lo mismo que una feria sí.
La encargada que nos ha atendido promete pasarle el proyecto a la junta rectora. Se renuevan las esperanzas. Aún así, vamos a otra caja para hablar con otro director de sucursal para que apoye nuestro proyecto. Al director, muy amable, le interesa la idea. Le parece que la Vall necesita algo así, le vendría muy bien al pueblo. Pero… no hay dinero en estos momentos.
Pensamiento: Para una feria literaria no hay dinero, pero para sacar dos toros a la calle que valen lo mismo que una feria sí.
Salimos de la oficina algo esperanzados. El cielo está encapotado. Le digo a Mari que va a llover, Mari dice que no, que aguantará.
Pensamiento: Que aguante, que aguante.
Estoy algo frustrado porque no veo muy claro lo de la Vall, tampoco he visto a la profe potentorra y Yolanda sigue sin llamar. Además, el día está tristón. Por suerte, a falta de la clase en Xilxes a última hora del día, casi casi he acabado los trámites más formales.
Me salto un STOP y el morro de mi coche acaba besando el lateral de un Focus… si es que ,al final, el amor entre Fords resulta incuestionable. La chica que está al volante pone cara de mucho mosqueo. Que asco, ya se ha terminado de torcer el día. Me bajo del coche y veo que mi Mondeo no ha sufrido ni un rasguño. Parte de la carrocería del Focus está hundida. No me parece muy bien dar muestras de euforia ante el mosqueo generalizado de mi adversaria, así que pongo cara de niño bueno, le digo que no se preocupe y que los seguros se ocuparán de todo. Un tío sale corriendo al retén de la policía para dar la voz de alarma.
Pensamiento: Iba a buenas, pero como me multen por culpa de ese capullo, el parte a mi compañía va a demorarse mucho mucho mucho.
Al final todo se resuelve de manera amistosa. La policía llega y se muestra aún más amistosa. Vamos, que se largan en dos minutos. Eso sí, uno de los sheriffs, para hacerse el listillo, suelta: ni se lo ocurra irse sin darle el número de teléfono.
Pensamiento: Ya salió el típico notas que se cree John Wayne.
Al final, es ella la que se pira sin darme parte de la información del vehículo… ni su número de teléfono. La vida es así de irónica. Ya veremos si me aceptan el parte sin su matrícula.
Como en un bar, hablo con Yolanda (el viaje bien, la comida mejor y ahora a esperar la reunión)… yo le cuento mis peripecias y se desvanece un poco el malhumor.
Me pongo a escribir en mi agenda de viaje. Trabajo en una escena de la novela de zombis que más deseo narrar. Un grupo de mujeres que contemplan un Madrid arrasado por el fuego y hacen una comparación entre los edificios que quedan en pie y la necesidad de los hombres de recrear pollas gigantes. Dentro de poco introduciré una guerrillera canaria que practica Krav Maga. ¡Me está quedando una novela cojonuda!
Mientras espero a que llegue la chica de la cruz roja, escucho las noticias deportivas por la radio. El Valencia ha vendido a Zigic ¡¡¡bien, ya no tenemos delanteros!!! y el Arsenal no esta por la labor de vender a Fábregas al Barça.
Pensamiento: ¿Y si Llorente no hubiera tenido tanta prisa por vender a Villa al Barça? Ahora Laporta no tendría ni a Cesc ni a Villa y perdería el culo por fichar al Guaje por el doble de precio.
Llega la hora de reunirme con la candidata, la chica de la cruz roja. Lloramos porque el arte está cada vez más devaluado, porque ningún político apuesta de verdad por la cultura y, a mitad de la conversación, se nos acerca un político y también llora porque las cosas van muy mal en el ayuntamiento.
Pensamiento: Yo lloro. Tú lloras. Él llora. Nosotros lloramos. Vosotros lloráis. Ellos lloran. España es un mar de lágrimas. Gracias ZP.
La chica me cae muy bien y me encantaría darle trabajo. Es una tía cojonuda. Así que salimos del bar, le enseño unos cuantos proyectos y nos vamos al Casal Jove de mi amigo Toni. Nos echamos unas risas, hablamos del último capítulo de Perdidos y acabamos hablando del tiempo. Toni dice que no va a llover. El cielo está encapotado, pero qué demonios… ¡ya estamos en verano!
Me voy a Xilxes, llego justo a las 18:32 y Pepe Simeón y Luís ya me están esperando en el Casal. Al rato aparece Antonio Valera, el escritor de Moncofa del que ya os he hablado alguna vez. Nos vamos a un antro de Xilxes… pero antro antro de verdad. No hay luz eléctrica. Parece una cueva. Hablamos sobre el acto del sábado en Almenara y acabo dándole mis condolencias a Simeón por el turbio futuro que le aguarda ante la llegada del Libro Electrónico. También hablamos de próximas promociones en institutos y colegios y Luís y Pepe ponen de relieve que quieren montar una asociación cultural en Almenara pero que nadie les ayuda.
Pensamiento 1: Yo lloro. Tú lloras. Él llora. Nosotros lloramos. Vosotros lloráis. Ellos lloran. España es un mar de lágrimas. Gracias ZP.
Pensamiento 2: Para un acto cultural no hay dinero, pero para sacar dos toros a la calle sí.
¿Esto no lo había pensado ya antes? Momento deja vú.
Nos echamos unas cuantas risas, hasta que llega el momento de entrar al taller. La gente ya me está esperando. Ir a este taller da gusto. Toda mi vida peleándome con niños y adolescentes y, de repente, se abre un olimpo grandioso en el que los alumnos DE VERDAD sienten interés por la escritura y atienden con atención mis consejos. ¿Existe el edén laboral? Sí, está en Xilxes.
Acabamos el taller a eso de las 20:31. «Pues parece que chispea», dice Simeón. Aún así, somos valientes y nos quedamos un rato en la puerta de la biblioteca hablando de frikadas y libros.
A las 20:45 vuelta a Valencia. Me llama el gran Felip para ver cómo va todo en el taller de Xilxes y en el de Vila-real (sí, incluso yo tengo jefes). Habla como un robot atragantado, supongo que será cosa de la cobertura. Llamo a José Rubio para recordarle que mañana, hoy, tiene que estar en Onda dando unas charlas. Por supuesto, José Rubio ya lo tiene todo más que controlado. Sólo trabajo con profesionales. Intento llamar a Yolanda, pero no me lo coge.
A la altura de Sagunto, veo una enorme masa negra que cubre la montaña y los chalets dispersos por la ladera. ¡Dios, que vista más sobrecogedora! La electricidad bulle entre las nubes. Caen rayos que dividen el mundo en dos, en tres o en cuatro. Ya casi es de noche y pienso que fuera del coche el olor a ozono debe de ser apabullante. Comienza a llover.
Pensamiento: Puto día.
Aún así subo la música del coche, el camino es largo, pero la música me eleva a un estado de bienestar que pese a las penurias económicas, pese a la ausencia de Yolanda y la inmortalidad de los toros, me hace sentir bien. Soy feliz con mi vida y mi trabajo. Pienso en futuros libros, en «Noches de sal», en mi novela de Zombis, en una próxima reunión con Rosa de Tandem… la vida no me trata mal.
Cuando llego a casa, tengo la sensación de que la gota fría se ha adelantado este año cuatro meses. No llueve, jarrea. Recojo como puedo todo el material de trabajo y entro en casa a última hora del día empapado. ¡¡Que cansancio llevo encima!! ¡¡Que ganas que lleguen las vacaciones!!
Me pongo el pijama y mientras consulto el correo electrónico, Neven Spahija se despide de la afición del Power Electronics después de ganar una copa europea. ¿Qué pasa en los clubs valencianos? ¿Estamos de rebajas y lo vendemos todo?
Hay casi veinte correos por contestar en la bandeja. ¡¡Menuda pereza!! Por suerte, las guerras lostianas parecen haber acabado y mi blog ha recuperado una cadencia normal. Vuelvo a llamar a Yolanda y sigo sin hacerme con ella. Contesto a mis amigos, a los correos más urgentes y a los emails de trabajo. Me detengo en un mensaje de un chico que no creo reconocer, se llama Miguel Angel y es profesor de matemáticas del IES de un pueblecito de Sevilla. En los últimos tiempos, ha levantado la biblioteca municipal con recomendaciones de libros y… ¿sabéis de dónde salen esas recomendaciones? De aquí mismo. No es la primera vez que una biblioteca me pide consejo para buscar libros de fantasía, pero lo que ha hecho Miguel Angel es una pasada. Convertir mi blog en una referencia para su biblioteca... ¡waw!. El chico me manda un email muy amable dándome las gracias y reivindicando la publicación de «Heredero de la alquimia». Pongo un par de fotos de la biblioteca.



Ese último email del día, esa última nota de color, hace que me sienta liberado y exultante. Los autónomos vivimos una vida desenfrenada, viajando mucho, cobrando poco y pasando las de Caín. Si nuestro trabajo está vinculado con la cultura, siempre habrá un toro que nos robe los pocos céntimos que podemos echarnos al bolsillo. Pero al final, todos esos rostros, amigos, desconocidos y lectores, todas esas compañías, todas esas conversaciones, pasan a formar parte de un universo envolvente que te abraza y te hace sentir orgulloso de ti mismo y de la hazaña que supone cada día el simple hecho de ponerse en pie y pelear.
Me voy a la cama agotado, ha sido una jornada laboral maratoniana, de 07:00 a 22:00, con bancos, políticos, libreros, niños, escritores, lectores, bibliotecarios, profesoras, chica de la cruz roja, siniestros automovilísticos y toros hijos de puta. Y lluvia, mucha lluvia. Me siento en paz conmigo mismo y eso me hace aún más feliz.
Me llega un mensaje de Yolanda: La reunión bien. Todo OK. Buenas noches.
Buenas noches, Yolanda.

By David Mateo with 13 comments

13 comentarios:

Tiene mucho mérito lo tuyo, David.
Animo. Muy bien contado...

Estas son las pequeñas entradas que hacen grande tu blog. Enhorabuena.

Me agobio sólo de leerlo...
Y sí, en Sagunto ayer cayó una buena, menos mal que ya había llegado a casa y sacado al perro.
Y una única nota negativa, pero sin ofender: ¿rallos? supongo que un lapsus del momento después de soltar tanta letra...

Cuando te tiras delante de un ordenata todo el día, es imposible no meter la gamba :p

Pues yo me di una buena ducha de media hora de agua helada,cortesia de la lluvia que me pilló justo currando,que acabé con los pantalones y los zapatos empapados brrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr

Un honor aportar un granito de arena a tu blog.

Ese trabajo tan duro no cae en saco roto, creeme.

Un abrazo

Miguel Ángel

Gracias a ti por tomar este blog como referencia. Un fuerte abrazo.

Vamos que aburrirte no te aburres.

Qué estrésssssssss, con lo relajadita que vengo de Tokyo ainsssssssss. Ahora te mando un enlace ;) Besos y siempre para adelante.

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