(Esta entrada fue publicada en Scifiworld hace un par de meses)
En columnas anteriores ya hemos tenido la oportunidad de hablar y disertar sobre la obra de Javier Negrete. Ahora, ante la inminente publicación de su nueva novela, Atlántida, editada por Espasa, vamos a conversar con el autor madrileño y contemplar su visión sobre esa milenaria leyenda llamada Atlántida.
Tu Atlántida está en Santorini, un archipiélago en el centro del Egeo. ¿Crees que estaba allí?
El autor que primero escribió sobre la Atlántida fue Platón. Puede ser que a él le llegara una tradición sobre la catástrofe que acabó con un poderoso imperio centrado en una isla, pero no sería imposible que hubiera inventado el relato —aunque él mismo dice que es «completamente verídico»—. Incluso en este segundo caso, su ficción habría tenido un modelo, y el más cercano en el espacio y el tiempo fue la pavorosa erupción que hace unos tres mil quinientos años hundió bajo las aguas más de la mitad de Santorini, arrasó las costas de Creta con un tsunami, esparció cenizas en un radio de miles de kilómetros y probablemente hizo bajar las temperaturas en toda la Tierra.
¿En qué época transcurre tu novela?
En un futuro tan cercano que podríamos llamarlo «pasado mañana». Ya ha pasado 2012 y, cuando todo el mundo resopla de alivio, nos encontramos con una catástrofe que amenaza con destruir la mayor parte de la vida terrestre. Un solo supervolcán como el de Toba, hace 75.000 años, estuvo a punto de extinguir a la especie humana. En mi novela empiezan a entrar en erupción Long Valley, los Campi Flegri, Yellowstone, el Krakatoa…, y, por supuesto, Santorini. La humanidad no sobrevivirá a una combinación como ésa, a no ser que los protagonistas lo remedien.
Pero gracias a las vivencias de algunos personajes también asistimos a la erupción que hundió la Atlántida hace 3.500 años. Una escena así no podía hurtarla a los lectores, tenía que mostrarla prácticamente en directo.
Algunos lectores han hablado de novela con efectos especiales…
Algo tan espectacular como una erupción debe entrar por los ojos, los oídos, la nariz, debe sentirse la aspereza de la ceniza en los pulmones. Hay dos grandes escenas de erupciones en la novela, la de Long Valley en California y la del hundimiento de la Atlántida. En ellas he tratado de utilizar los recursos que aprendí en novelas como Salamina o El espíritu del mago al narrar batallas. Catástrofes y batallas tienen en común que son escenas de dimensiones épicas y que hay que contarlas de una forma cinematográfica para que sean convincentes.
Aparte de los supervolcanes, ¿hay más elementos de anticipación en Atlántida?
Sí. Al crear una trama que relaciona el hundimiento de la Atlántida con una catástrofe en el siglo XXI, casi sin querer me vi explorando territorios en los límites de la ciencia (muchos de los cuales me los sugirió el escritor Juan Miguel Aguilera, por lo que le doy las gracias desde aquí). Por ejemplo, en Atlántida se habla de la busca de la inmortalidad, de la posibilidad de que la vida provenga del espacio —la llamada «panspermia»—, de sistemas complejos y de la consciencia como una propiedad emergente —una vuelta de tuerca a la hipótesis Gaia—.
Una combinación que creo que resultará atractiva para los lectores de Scifiworld, a los que aprovecho para mandar un abrazo.
No lo olvidéis: Atlántida, una historia de catástrofes, de aventuras, de emoción que no tenéis que dejar de leer y que se encuentra ya a vuestro alcance en la librería más cercana. Recomendación 100% Scifiworld.
En columnas anteriores ya hemos tenido la oportunidad de hablar y disertar sobre la obra de Javier Negrete. Ahora, ante la inminente publicación de su nueva novela, Atlántida, editada por Espasa, vamos a conversar con el autor madrileño y contemplar su visión sobre esa milenaria leyenda llamada Atlántida.
Tu Atlántida está en Santorini, un archipiélago en el centro del Egeo. ¿Crees que estaba allí?
El autor que primero escribió sobre la Atlántida fue Platón. Puede ser que a él le llegara una tradición sobre la catástrofe que acabó con un poderoso imperio centrado en una isla, pero no sería imposible que hubiera inventado el relato —aunque él mismo dice que es «completamente verídico»—. Incluso en este segundo caso, su ficción habría tenido un modelo, y el más cercano en el espacio y el tiempo fue la pavorosa erupción que hace unos tres mil quinientos años hundió bajo las aguas más de la mitad de Santorini, arrasó las costas de Creta con un tsunami, esparció cenizas en un radio de miles de kilómetros y probablemente hizo bajar las temperaturas en toda la Tierra.
¿En qué época transcurre tu novela?
En un futuro tan cercano que podríamos llamarlo «pasado mañana». Ya ha pasado 2012 y, cuando todo el mundo resopla de alivio, nos encontramos con una catástrofe que amenaza con destruir la mayor parte de la vida terrestre. Un solo supervolcán como el de Toba, hace 75.000 años, estuvo a punto de extinguir a la especie humana. En mi novela empiezan a entrar en erupción Long Valley, los Campi Flegri, Yellowstone, el Krakatoa…, y, por supuesto, Santorini. La humanidad no sobrevivirá a una combinación como ésa, a no ser que los protagonistas lo remedien.
Pero gracias a las vivencias de algunos personajes también asistimos a la erupción que hundió la Atlántida hace 3.500 años. Una escena así no podía hurtarla a los lectores, tenía que mostrarla prácticamente en directo.
Algunos lectores han hablado de novela con efectos especiales…
Algo tan espectacular como una erupción debe entrar por los ojos, los oídos, la nariz, debe sentirse la aspereza de la ceniza en los pulmones. Hay dos grandes escenas de erupciones en la novela, la de Long Valley en California y la del hundimiento de la Atlántida. En ellas he tratado de utilizar los recursos que aprendí en novelas como Salamina o El espíritu del mago al narrar batallas. Catástrofes y batallas tienen en común que son escenas de dimensiones épicas y que hay que contarlas de una forma cinematográfica para que sean convincentes.
Aparte de los supervolcanes, ¿hay más elementos de anticipación en Atlántida?
Sí. Al crear una trama que relaciona el hundimiento de la Atlántida con una catástrofe en el siglo XXI, casi sin querer me vi explorando territorios en los límites de la ciencia (muchos de los cuales me los sugirió el escritor Juan Miguel Aguilera, por lo que le doy las gracias desde aquí). Por ejemplo, en Atlántida se habla de la busca de la inmortalidad, de la posibilidad de que la vida provenga del espacio —la llamada «panspermia»—, de sistemas complejos y de la consciencia como una propiedad emergente —una vuelta de tuerca a la hipótesis Gaia—.
Una combinación que creo que resultará atractiva para los lectores de Scifiworld, a los que aprovecho para mandar un abrazo.
No lo olvidéis: Atlántida, una historia de catástrofes, de aventuras, de emoción que no tenéis que dejar de leer y que se encuentra ya a vuestro alcance en la librería más cercana. Recomendación 100% Scifiworld.
4 comentarios:
Seguro que será un gran libro, yo me lo pienso "pillar" enseguida.
Sobre las fuentes de Platón, también se habla de que pudiera basarse en la tragedia de Helike. Cito: "Hubo una gran ciudad griega que se hundió en las aguas de un día a otro.Se llamaba Helike y estaba en el golfo de Corinto. Fue en 373 antes de Cristo (aC), pocas décadas antes de que Platón (429-347 aC) narrase la historia de la Atlántida en sus diálogos Timeo y Critias, cuando un terremoto y un tsunami acabaron con Helike. Era la capital de la Liga Aquea, compuesta entonces por doce ciudades griegas. Su santuario a Poseidón únicamente era superado en popularidad por el de Delfos (...)"
La ciudad de Hélice (es la transcripción correcta al español) quedó sepultada por las aguas, así que sospecho que más que un gran tsunami (el golfo de Corinto es demasiado estrecho como para producir una gran ola) debió producirse un corrimiento de tierras que hizo bajar el nivel del suelo. Una catástrofe interesante: cuentan que pocos días antes todos los bichejos del pueblo (ratas, insectos, etc.) tomaron las de Villadiego. No es por hacer propaganda, pero hablo de ello en "La gran aventura de los griegos". Pero no creo que Platón se basara en este desastre para su relato de la Atlántida, aunque es cierto que las fechas concuerdan.
Un saludo
Y muy interesante tu comentario, Guillem, por cierto. La historia de esa "pequeña" catástrofe me fascina.
A este paso te vas a hacer especialista en libros de catástrofes!!!
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