Hace cosa de un año, por estas fechas, entraba en la Casa de la Cultura de Onda para impartir un taller dirigido a chavales de instituto. ¡¡Chavales de instituto!! Casi daba miedo pensar en ello. La perspectiva resultaba abrumadora sobre todo teniendo en cuenta la diferencia de mentalidad que existe entre niños y preadolescentes.El caso es que nos lo pasamos bien. Fue un año divertido en donde la literatura nos ayudó a hacer piña. El grupo se consolidó, nos lo pasamos pipa haciendo juegos y me gané la fama de rollero cuando daba mis explicaciones.
Allá por el mes de mayo, cuando se acabó el taller, me sentí un poco agobiado por tener que dejar atrás a aquel grupo. Pero entonces me di cuenta de una cosa: ya no eran los seis o siete chavales que iban al taller para matar sus inquietudes… era el grupo. El grupo literario de Onda. Eso me hizo pensar que algo bueno habíamos hecho.
Ayer fue la segunda clase (la primera sin incidentes) que se celebró en la Casa de la Cultura de Onda, y salvo un par de excepciones, todos los chavales repitieron. ¡¡Biennn!! Y lo mejor es que doblamos el número y tenemos nuevos componentes. ¡¡Biennn biennn!! Ahora el trabajo va a ser el de unificar ambos grupos y hacer que no haya diferencia entre veteranos y nuevos. Y estoy seguro que la propia dinámica de las clases llevará a la integración.
Durante la gala del año pasado, una de las madres me dijo que el taller había servido para que su ‘hijo’ levantara cabeza, que andaba en horas bajas y le era complicado relacionarse con su entorno. Fue un momento importantísimo y emocionante para mí. Siempre he pensado que el oficio de escribir, lejos del carácter elitista y excepcional que promulgan algunos autores, puede convertirse en un elemento unificador y emocional que permita la tolerancia y ayude a matar fantasmas.
Mis chicos de Onda, el año pasado, sentían cierta vergüenza por acudir a un taller de literatura fantástica. Este año, en cambio, entran con la cabeza bien alta porque pertenecen a un colectivo que poco a poco se está expandiendo y disfrutan escribiendo cuentos de fantasía, de terror y de ciencia ficción. Y un servidor se siente muy orgulloso de ellos. Muy orgulloso.
Este, al fin y al cabo, tendría que ser el rostro amable que debería mostrar la literatura fantástica.
¡¡Por cierto, en breve inauguraremos un nuevo taller de literatura fantástica en una de las Bibliotecas de Castellón!! Nos vamos a una de las capis de la Comunidad Valenciana. En breve, más datos.
11 comentarios:
¡Enhorabuena, David! Ahora sabes como me siento yo en mi trabajo como docente. :D
Si necesitas ayuda o colaboración, ya sabes por donde ando. :D
Muchas gracias, Pedro. Todo un detalle.
Da gusto leer buenas noticias como esta ^^
Yo también estoy inscrito desde el año pasado en un taller literario, y la verdad es que nuestro grupo se ha hecho toda una piña, hay muy buen rollo; y a la par que aprendemos nos divertimos (y no sólo en horas "talleriles"). Puedo asegurar que mi vida ha mejorado con el taller.
Un saludo.
Mis felicitaciones David. Aquí en León, donde vivo, no hay muchas oportunidades de este tipo. Tengo un par de grupos de niños de dos colegios a los que doy clases de informática todas las semanas. Ahora estoy intentando introducirles en el mundillo de los blogs, al menos a los mayores. A ver si consigo moverlos un poco en su espíritu participativo.
Por cierto que ayer comencé la lectura de tu libro "Perversa" y me está enganchando. Solo te conocía por mi revista favorita. ¿Se puede hacer publicidad aquí? ¿Puedo decir que es ScifiWorld? ¿No? Bueno, va, pues no lo digo.
Claro que se puede publicitar, mañana escribiré algo porque los chicos de Scifiworld están de celebraciones y hay que felicitarles. Luís y todo el equipo son grandes amigos.
¡Espero que disfrutes de Perversa, Marcos! Ya me contarás.
Desde luego, razones para sentirte satisfecho y realizado no te faltan. ¡Enhorabuena!
Desde luego que sí, Guillem. Trabajar con chavales es una gozada. Y si el grupo responde, se forma un ambientillo encantador.
Pues puede que a nivel más amateur, pero fui a hablar con el profe de mi hija mayor y tras contarme cómo iba en su clase, salí con la tarea de preparar unas charlas sobre animación a la lectura. Pero no recuerdo cómo fue la conversación, el hecho es que no podía negarme :)
Fer
Ahí, ahí, pues tú a recomendarles a todos los niños que lean Heredero de la alquimia y a los que sean un poco psicópatas las novelas de Emilio Bueso, así los acabamos de arreglar.
Así se hace... proselitismo del bueno, y toda labor en ese sentido es poca.
Eso sí, como los niños lean Heredero de la alquimia van a alucinar con algunos pasajes, ni las clases de educación sexual que recibíamos antes xDD
La verdad es que hay veces que son más osados los enanos de sexto que mis chicos de instituto de Onda.
Aunque, deja, deja, que todos van sobrados de hormonas.
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