jueves, abril 16

La casa del terror, de Daria Gielata (Xilxes)

Daria Gielata es una niña pequeña, muy guapa, con el pelo rubio que casi le llega a la mitad de la espalda. Al verla uno inmediatamente piensa que es una niña encantadora. Pero tras la fachada de sutil inocencia, se esconde una escritora de género de terror implacable y cuya visión tenebrosa de la vida se agolpa tras unos ojitos cándidos como la miel. Daria, al igual que Joaquín, tiene once añitos y se marca un pedazo de relato que ya querría para sí el señor King. Daria es extranjera y ha habido que maquillar un poquito su texto. Lo cierto es que dudé mucho entre darle el premio a Daria o a Joaquín, y si al final se lo llevó Daria es porque el de Joaquín era un pelín más corto de lo que exigían las bases.
Sea como sea, el relato de Daria perfectamente podría incluirse en ese subgénero de casas encantadas, poltergeist y familias atrapadas. Que ustedes lo disfruten.


La casa del terror




A las afueras de un pueblo llamado Smallville había una casa en la cual ocurrieron siete crímenes sin resolver. La gente de Smallville contaba una vieja leyenda que no se sabe si realmente es cierta en la que se dice que una familia muy conocida por el pueblo llamada Horton fue asesinada hace aproximadamente diez años, desde entonces nadie se acerca a esa casa por miedo a que les pase lo mismo que a los Horton. Se dice que cada diez años sucede lo mismo, por lo tanto, la casa estaba en venta. Un día apareció una familia compuesta por siete miembros que querían comprar la casa porque les parecía grande y en ella podían jugar todos los niños, recibir a las visitas y, además, tenía buenas vistas. Fueron a hablar con el vendedor para comprarla. La familia apellidada los Smith compró la casa. Al mudarse, la señora Smith notó una sensación de terror, miedo…
Cuando se lo contó a su marido, no la creyó. Por la noche, la señora Smith se levantó, al rato vio unas visiones en las que aparecían siete personas llenas de sangre. Al día siguiente se lo contó todo a su marido y éste le dijo que si seguía así, tendría que llevarla al psicólogo. La señora fue a comprar al supermercado. Cuando volvió fue a preguntar a los vecinos y le contaron toda la leyenda de los Horton. Al regresar a la casa, se lo contó a su marido, pero tampoco la creyó e insistió en llevarla a un psicólogo. Por la noche le volvió a ocurrir lo del día anterior. A la señora Smith no le quedó más remedio que acudir al psicólogo. Éste le mandó unas pastillas. Pero a la noche siguiente tuvo las mismas visiones y se lo volvió a contar a su marido, que no la creyó y le dijo que podrían ser las pastillas que le había mandado el psicólogo. Cuando la señora Smith fue a contar a sus vecinos lo que pasaba por las noches, le dijeron que se fuera lo más pronto posible de allí, pero no podía porque su marido no la creía y no podía irse sin él ni sin sus hijos.
Al día siguiente, cuando su marido se fue a trabajar y sus hijos al colegio, se le aparecieron los siete miembros de la familia Horton y la empujaron por las escaleras. Cuando volvió su marido y la encontró tirada en la puerta, inconsciente, la llevó al hospital. Pero en el hospital le dijeron que era un intento de suicidio producto del sueño de los siete miembros de la familia Horton y de la casa encantada. El problema es que su marido tampoco creyó al médico. Al poco tiempo de estar la señora Smith en coma, su marido soñó lo mismo que la señora Smith, con los siete miembros de la familia Horton ensangrentados. El señor Smith fue a preguntar a los vecinos porque recordó que su mujer ya había hablado con ellos. Los vecinos le contaron la vieja leyenda de los Horton y que cada diez años ocurrían los crímenes.
Pero el marido no se lo acababa de creer, aunque ese sueño cada vez se volvía más real. Al cabo de once semanas, la señora Smith despertó, pero no recordaba nada por la amnesia que estaba causada por el coma. La señora Smith tuvo el sueño de los siete miembros de la familia llenos de sangre. Al día siguiente se lo contó todo a su marido y su marido comprendió que ellos iban a ser las siguientes víctimas de la casa. El señor Smith le dijo a su mujer que solo faltaban diez meses para los próximos crímenes. La familia Smith denunció al vendedor por no haberles contado nada de la vieja leyenda de los Horton antes de que compraran la casa. Al día siguiente, el señor y la señora Smith fueron a investigar sobre el pasado de los Horton y descubrieron que tenía un primo. El señor y la señora Smith fueron a preguntarle si sabía algo más. El extraño dijo a los Smith que los Horton, además de asesinados, fueron torturados.
¡¡Estaban a punto de matar a la familia Smith y todos tenían miedo de lo que pudiera pasar a continuación!!
Al día siguiente, la señora Smith tuvo otra visión en la que salía una silueta. Poco después vino el vecino y la señora Smith vio la misma silueta que en la visión; eso sólo podía significar que él era el asesino de los Horton. Los Smith fueron a denunciarle a la policía, pero no le creyeron porque sólo eran visiones. El vecino fue a la casa de los Smith para matarles, pero le pilló la policía. Al final los Smith vivieron felices.

By David Mateo with 2 comments

2 comentarios:

Y es que el infierno son los vecinos, Daria... Cuidadito con ellos....

Muy buen nivel y felicita a Daria y Joaquín...

Snifff... ya no los volveré a ver porque hace un par de semanas que acabé en ese pueblo. Pero como tengo a un chico de Xilxes que va al taller de Moncofa, le daré el recado para que ambos se pasen por el blog y vean sus cuentos.

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