martes, abril 7

Y, el último hombre


Recientemente salió a la venta el último tomo de ‘Y, el último hombre’ titulado ‘Cómos y porqués’, publicado por Planeta. Debo admitir que soy ferviente seguidor de Brian K. Vaughan —Perdidos remontó inexorablemente el vuelo a raíz de que el guionista cogiera las riendas— y Pia Guerra, número tras número, ha ido superándose como dibujante.

No voy a entrar en desvelar el final del comic, por si alguien se anima a leerlo a raíz de esta reseña, pero a grandes rasgos ‘Y’ nos sitúa en un universo alternativo en donde todos los hombres han muerto debido a una pandemia misteriosa y donde las mujeres hacen lo imposible para levantar una nueva sociedad. Nuestro protagonista es Yorick, el último hombre de la tierra que misteriosamente ha sobrevivido al holocausto, y un pequeño mono llamado Ampersand. Ambos comienzan un peligroso periplo por un mundo lleno de amazonas, guerrilleras, asesinas y científicas locas que tratarán de utilizarlo o neutralizarlo por el bien de esa sociedad futura. La serie de Vértigo tiene sus toques románticos, pues aunque Yorick acaba chingando con toda hija de vecina, su obsesión es encontrar a Beth, la novia con la que estuvo a punto de comprometerse antes de que la pandemia sacudiera el mundo y que se encuentra trabajando al otro lado del mundo: Australia.
A lo largo de los sesenta y tantos números de la serie americana, aparecen un montón de personajes secundarios de los que inevitablemente te vas enamorando. Entre ellos (o ellas, para ser más exactos) destaca 355, una experimentada agente del gobierno que se convierte en la guardaespaldas de Yorick y poco a poco va estableciendo lazos sentimentales con el muchacho. La doctora Mann ejerce el rol de científica que tratará de descubrir en los genes de nuestros protagonistas la cura para la pandemia que se ha desatado por el mundo.

Lejos de caer en lo chabacano o en lo obsceno, ‘Y, el último hombre’ es una fábula romántica y positiva de un futuro aterrador en el que las mujeres adoptan diferentes posturas ante la situación irremediable en la que el destino las ha colocado. A través de los ojos de Yorick vemos el levantamiento de una sociedad desde el momento culminante en que se desata la crisis hasta esa sociedad alternativa en donde sólo existe el género femenino. Vaughan lleva el guión con inteligencia, y aunque no falta algunos momentos eróticos, la voz predominante a lo largo de toda la serie se centra en la reflexión, en las posibilidades que se abren ante una sociedad mutilada y, sobre todo, la reacción de las diferentes clases sociales ante la irrupción de Yorick, el único individuo que puede cambiar el rumbo de un mundo alterado por una catástrofe inexplicable.
Debo detenerme en Hero Brown, la hermana de Yorick, uno de mis personajes favoritos y que más evolucionará psicológicamente a lo largo de la serie. Hero es una chica sin mucha suerte en la vida. Nunca ha encontrado una estabilidad emocional y los hombres la han utilizado como un trapo sucio. La crisis la desestabilizará hasta límites insospechados y acabará en las filas de Las Hijas de las Amazonas, un grupo de sectarias que rechazan las influencias que una vez ejercieron los hombres en la sociedad y atacan indiscriminadamente a aquellas cuyo pensamiento se aleja de sus postulados. El primer enfrentamiento entre Yorick y Hero resulta dramático y determinará la suerte de ambos en sus futuros encuentros.

Muchos piensan que ‘Y, el último hombre’ es una serie innecesariamente alargada; la historia comienza en EEUU, después transcurre en Australia, Japón, Rusia y, finalmente, Francia. Yo creo que si logras empatizar con los personajes —y puedo aseguraros que es muy fácil conectar con el buenazo de Yorick— tienes aseguradas horas y horas de entretenimiento. Esta vez la especulación de un universo alternativo y catastrófico no nos lo sirve una novela, sino un cómic. Un cómic de ciencia ficción simpático de leer, reflexivo y con muchos matices que irán sorprendiendo al lector conforme la trama vaya avanzando y enrevesándose más y más.
Yorick está dispuesto a embarcarse junto a 355 en un viaje para salvar una parte de la humanidad perdida… ¿tendrá alguna posibilidad?

By David Mateo with 7 comments

7 comentarios:

Desconocía completamente ese comic. Intentaré hacerme con él. Muy buena pinta.
Mazarbul

El problema es que los primeros números son muy antiguos y lo mismmo te cuesta encontrarlos. Yo tengo la edición de Norma, que salió aún antes que la edición de Planeta. Luego los reeditaron en comics finitos hasta enlazar con los volúmenes más gordos.
La verdad es que la edición de Y, en España, como suele suceder con los comics, es un poco caótica y descuidada.

Grandísima serie.
NO hay que perderla, aunque seas de los que no leen tebeos. Es una historia que atrapa y engancha. Está condenadamente bien escrita y con una estética gráfica muy acertada (ay, que bonito es contar con un único dibujante...).
No he leído el último número, pero respecto a los primeros, dada su reciente publicación por Planeta, no es difícil encontrarlos. Seguro que no se han agotado...
Un saludin

Esta serie es una lectura que tengo pendiente. En su día no puede hacerme con ella debido a la gran cantidad de comics que compraba y no podia con más. Tarde o temprano me hare con ella.

Bueno David, no sueles comentar muchos cómics, pero eres extremadamente selecto con ellos.
En el caso de "Y", yo creo que nos encontramos ante una de esas obras que iran creciendo con sucesivas recopilaciones, perfectamente narrada, muy bien terminada, y donde ningún elemento es accesorio.
En definitiva: Uno de esos extraños casos donde no importa tanto el medio cómo lo que se cuenta en él. Más allá de lo que pueda decir algún purista, se trata de literatura en mayúsculas tal y como la entendemos nosotros, los que te leemos por estos lares.
Hay mucho en "Y" del Sense of wonder que preconizáis Juanmi y tú.
Una sabia lectura, si señor, me preguntaba cuándo te dejarías perder por ella.

Y off topic: Déjame entrar, the novel, es puro susto.

Pues después de hablar con vosotros por la radio, recordé otra novela de vampiros imprescindible que, desgraciadamente, hoy es muy complicada de conseguir: El Sueño de Fevre, de George RR Martin. Lamento haber estado lento de reflejos.

PUes se apunta para un próximo monográfico, y listo.
Vaya problema... :-)
Un saludín

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