miércoles, febrero 27

Una maleta que bien vale un tesoro

Algunos van al trabajo con un maletín lleno de papeles que no pesa ni un gramo y parece que arrastran un baúl de más de diez quintales. Otros vamos al curro con una maleta que pesa quintales y la arrastramos como si fuera una pluma.

Pues bien, ayer ésta fue mi herramienta de trabajo:

Mola, ¿eh? Al menos una clase de mis talleres suelo reservarla para llevar un cachito de mi biblioteca a los niños y que disfruten y conozcan los libros de género. Tengo la firme convicción de que la mejor manera de que el niño ame los libros es, precisamente, poniendo en su entorno un capazo de libros. Vivir rodeado de libros significa amar los libros.

Cuando propusimos montar el taller literario en Moncofa, le comenté a Toni Casares —coordinador del Casal de la Juventud— montar una excursión a la Biblioteca Municipal de Valencia o a algún centro comercial donde estuvieran los mejores libros de fantasía. Ante la imposibilidad de mover a tanta masa chiquillera por cuestiones de permisos paternos, pensé un nuevo plan: si Mahoma no va a la montaña, que la montaña vaya a Mahoma, así que vacié media librería en cajas, las metí en el coche y me fui con todos esos libros que tanto significan para mí al cole.

Lo cierto es que sólo me atrevo a hacerlo una vez al año, ya que mis pobres libros regresan muy castigados. Imaginaros que los objetos más preciados de vuestra colección pasan por las manos inquietas y cojoneras de más de veinte niños. Pero creo que vale la pena. Cuando los chavales ven por primera vez la Historia Interminable, con sus letras rojas y verdes, descubren a Robert Howard y el mundo Hyborio, cuando empiezan a comprender qué es la Tierra Media, ven las batallas navales de En costas de extrañas, disfrutan con las Crónicas de las Dragonlance o comprenden que Star Wars o Willow no acaban en el cine, algo cambia en ellos y comienzan a sentir mayor entusiasmo por todos esos mundos que alguna vez nos hechizaron a nosotros.

Además, conforme transcurre la clase, invito al profesor o a la profesora de turno que abra El Hobbit y lea la primera página. Sólo la primera página. ¿Por qué? Porque conmigo funcionó. Todavía conservo el recuerdo de aquella profesora que en 6º de EGB emprendió la lectura de un fragmento de la obra de Tolkien y todo lo que supuso para mí. Esa misma tarde me compré la novela en la librería de mi barrio y, desde entonces, ya no he podido dejar atrás el mundo de la fantasía. ¿Quién sabe si a alguno de mis alumnos puede sucederle algo parecido?

Lo cierto es que cuando acaba la clase y comienzo a recoger los libros, más de un chaval me muestra la lista de libros apuntados. Otro me insinúa que va a ir a la biblioteca en busca de la Historia Interminable, o de la Princesa Prometida, o del propio Hobbit. Ya veis, qué satisfacción para mí. Eso hace que la maleta pese aún menos cuando la arrastro por los cuatro pisos que conducen a mi casa.

Lo importante es que la faena de educación y aproximación del niño al mundo del libro no acabe ahí. La verdadera labor está en manos de los padres. Los padres igual que buscan sus momentos de ocio, tienen que llevar una y otra vez a los chavales a la biblioteca o a la librería. Igual que nos gastamos el dinero en una cena, en las entradas de un cine, en el cubata del sábado por la noche, tenemos que destinar una cantidad módica al mes en comprar libros e inculcar un hábito de lectura inteligente en el chaval. El niño debe tener la capacidad de elegir, de encontrar el género que más le gusta (sea fantasía, aventura o romance), lo importante es que se encuentren a gusto entre libros, que piensen que ir a una librería es algo divertido, que disfruten de la diversidad de libros y colecciones que nos ofrecen las estanterías de los grandes almacenes. Que aprendan a elegir, que formen sus gustos porque, en definitiva, eso significa que adquirirán firmeza como personas y voluntad de elección.

Fotos de los chavales que están participando en el nuevo taller coordinado con las Bibliotecas Municipales de Yecla, impartido por Claudio Cerdán.


By David Mateo with 25 comments

25 comentarios:

Por un lado me parece una gran idea, por otro lado me da pena por esos pobres libros, lo que sufren en otras manos, yo no sé si sería capaz de hacerlo, y si lo hiciera, no se si sería capaz de aguantar más de 5 minutos sin saltar a la yugular de un chaval que no trata con suficiente cuidado un libro mio. Buf, ahora entiendo al pobre Gollum cuando se quedó sin "su tesoro".

Por cierto, me ha encantado ver tanto libro de Negrete, y creo que tengo el 50% de esos libros, hasta el de Willow ;)

Es que Negrege es mucho Negrete y, como bien les digo a ellos, todos los autores tenemos nuestras influencias. Para mí Javier ha sido una influencia muy grande.
Los chavales disfrutaban como cosacos leyendo las dedicatorias de los libros :))

La idea me parece fantástica, y el valor que le hechas dejando tus libros en manos de unos niños, es impresionante.

A mi me pasaría como a Excali, que en menos de 5 minutos ya le habría saltado a la yugular al que abriera el libro más de la cuenta.

Ah, y yo también tengo el de Willow (y más o menos el 50% de esa maleta), que recuerdos al ver a alguno...

No sé si os habréis fijado en el libro de los tres investigadores. Mi madre, unos reyes, me regaló toda la colección. Fue bestial. Recuerdo que en menos de un mes me había leído la mitad.
Que gran serie aquella. Cuando era pequeño pensaba que los cinco eran unos mariquitas comparados con los tres investigadores.

Yo tiré ayer a uno de clase cuando vi que se lo pasaba al de atrás con más ímpetu del que tocaba, así que tampoco os creais que me chupo el dedo...

Una labor muy encomiable de verdad, la que llevas a cabo con esos críos, David.
A pesar del gran sacrificio que significa poner tus tesoros en aquellas manitos inquietas, lo que haces merece un gran reconocimiento.
Además estoy de acuerdo contigo, el amor a los libros debe inculcarse desde la infancia.

menos mal que no se te llevó el coche la grúa con todos los libros dentro :D

Me parece estupendo esto de inculcarles la lectura a estos pequeños monstruos,aunque yo no les dejaba nada mio ni de coña,con lo que me estimo los libros,cómics etc ,bufff

Si alguno se rompe, entonces me toca rascarme la cartera... snifff... pero bueno, es una actividad que se tiene que seguir desarrollando. Creo que es de las más bonitas del taller.

David, me parece un gesto muy didáctico, hermoso y, sobre todo, generoso. Creo que yo sería incapaz de exponer mis libros a las manos de otras personas.

Actividades como esa deberían ser obligatorias en todos las escuelas.
Cada nueva actividad de tu taller de la que dejas constancia aquí me parece más y más inteligente. Enhorabuena, de verdad.

Estoy contigo, querido Enric. ¡¡Talleres literarios YAAAAAAA en todos los colegios de España y en todas las bibliotecas!!
Entonces ya me retiraba. Yummm yummmm...

Aleeee, ya has chafado todo el románticismo del asunto. XD

Si es que la avaricia me vicia :))

xDxDxD

me parto contigo David.

¿Sabes? mientras me leía sentía el corazón dando saltitos no sé es como si hubiese sentido lo que sentiste tú allí ese día. Debe ser genial ver a los chavales con su primera mirada de asombro, atracción, concentración...sobre un libro concreto tiene que ser la ostia con perdón de la expresión y eso lo haces posible tú y gente como tú que se lía la manta a la cabeza pues ¿sabes qué? que yo me voy a dar una oportunidad y me daré un sí a que dejaría en manos de tus Pequeños Grandes Escritores toda mi bibliografía de Lovecraft hale, y lo digo tan pancha precisamente por ser algo sagrado para mí por eso sentiría más satisfacción el compartilo con los demás, lo malo claro, es que los nenes no iban a entender ni jota :? pero bueno, ya vería yo a ver cómo hacía eh???

venga, besotes y a seguir rulando maletas!

p.d.:qué pena, pensé que los de la foto eran mi Alba, mi Miriam, mi Carlos, mi Quique, mi Sergio, mi Igone, mi Raquel, etc...¿pondrás algún día fotos de ellos también?? di que sí di que sí di que sí di que síiiiiiiiiiiiiiiiii
:)

fe de erratas:

en la primera frase del anterior comentario, donde dije "me" quise decir "te" evidentemente...

Hola Mary,

muchísimas gracias por ese voto de confianza, pero si te fijas verás que incluso llevo mis bolsillos de Lovecraft, por ahí pirula un bolsillo de Valdemar, y les hablo de los mitos de Cthulhu.
Ïa ïa, cthulhu fhtagn!!!
Lo que no me llevo son los tomacos esos que ha sacado Valdemar, que pesan un huevo y acabaré deslomado.

Respecto a la foto, no son los chavales de Moncofa, son los de Yecla. También subiré minicuentos de ellos.

Mientras tanto a ver si me llevo la cámara y subo fotos de los chavales de Moncofa (aunque alguna debe de haber ya en el blog).

sí sí, si yo ya veo que tú te llevas de todo en tu maletota me refiero a lo que haría yo, que veo que por aquí mucho con librería a tope pero nadie soltando prenda jaja! (es de comprender eh?)

y bueno, en el blog de "Pequeños..." está la foto del encabezado que supongo son ellos ¿no? pero como ya les voy cogiendo cariño, pos no estaría de más una dosis extra de vez en cuando aunque sea así, en plena concentración de trabajo ;)

Lo he comentado en el otro post. La entrada de mañana dedicada a vuesa merced.

El otro día navegando por interne vi unas fotos de una serie de muñecos basados en los monstruos de los mitos de chtulu

Muñecos, peluches... hay de todo.

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

jo, soy yo...es que quería ponerte y bueno a todos, unas fotitos muy especiales pero no me sale el formato link qué pena :(

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