martes, febrero 12

Perfiles

Parece que los guionistas de televisión han dado con la gallina de los huevos de oro. Por fin han encontrado la fórmula mágica para doparnos, semana tras semana, y mantenernos sujetos a la pantalla de televisión. Un simple personaje es suficiente para crear adicción. Todo lo demás queda desplazado a un segundo orden. Que la fórmula se repite hasta la saciedad… ¿qué más da? Que las situaciones son disparatadas y bizarras… tampoco importa demasiado. Lo importante es crear un perfil de personaje lo suficientemente disparatado, acomplejado, surrealista, morboso o concupiscente, que logre impactar en el espectador y engancharlo por los siglos de los siglos.

Doctores, psicópatas, policías, forenses o asesinos iraquíes perdidos en una isla desierta. Cualquier disfraz es bueno. Lo importante es el perfil de la nueva estrella televisiva y su intrincada psique, y cuanto más exóticos sean mejor. Si os fijáis, las series de más éxito demuestran tener personajes claves que nos subyugan por su locuacidad, por su personalidad o por su inteligencia. Dexter es la antítesis de todo lo normal. Tal como se define él mismo en uno de los episodios: ni es una bestia, ni es un hombre, simplemente atiende a sus propias normas. House nos deslumbra cada semana con su capacidad para resolver los casos más enrevesados y, a su vez, crearnos la sensación de que nos encontramos ante el mayor cabronazo que ha pasado por nuestras pantallas. ¿Y Adrian Monk? Obsesivo compulsivo hasta la saciedad y acaparador de tantas fobias que harían sonrojar al mismísimo Melvin Udall. También las comedias han derivado hacia personajes concretos cargados con sus propias disquisiciones: Seinfeld, Me llamo Earl o Fraiser son ejemplos muy claros.

Otras series como Héroes o Perdidos saben explotar a individuos definidos por personalidades muy marcadas que se enfrentan entre sí y de cuya interacción emana la mayor parte de la trama. Mujeres desesperadas (como bien indica su título) dirige esa disparidad al mundo cotidiano y lo induce en un ambiente familiar con tendencia claramente femenino. Consecuencia: un fenómeno de masas en Estados Unidos. Incluso las series de ciencia ficción comienzan a basarse en roles definidos por personalidades singulares. Vayamos a la serie de cifi por antonomasia de los últimos años: Galáctica. Un grupo de supervivientes que se enfrentan a un sin fin de dilemas morales y éticos (la mayor parte de ellos determinados por el bien común) pero cuya interactividad pone en movimiento los resortes que sustentan los capítulos más importantes de las distintas temporadas. Incluso en los culebrones como Anatomía de Grey o Sin cita previa, la intervención de personajes freaks o de personalidades duales provoca las emociones del espectador.

Parece que nos encontramos ante una nueva televisión en el que el personaje prima sobre el argumento. En la que el protagonismo radica en la psique (más o menos perturbada) del héroe o de su antagonista. Los guiones pueden ser simples o repetitivos, no importa demasiado; el magnetismo del individuo que se encuentra al otro lado de la pantalla debe de ser tan poderoso que nos mantenga los cuarenta minutos sujetos al sofá de nuestra sala de estar.

By David Mateo with 11 comments

11 comentarios:

Buenas David, interesante reflexión, aunque creo que no es exclusivo de la actualidad. Creo que las series siempre han vendido el carisma de sus protagonistas como principal aliciente para seguir enganchados, aunque si es cierto que la diferencia de matiz, pero importante, con la tendencia actual, es que dichos personajes venían a representar un canon de las virtudes humanas consideradas como positivas, cosa que, hoy en día, parece haberse desterrado como reclamo.

Un saludo.

Erukanor.

Puede que en el pasado existieran series con personajes llamativos (eso es impepinable ya que un personaje carismático es necesario para garantizar el éxito de una serie), pero ni mucho menos eran tan extremos o disparatados como los de ahora. Ahora mismo existen más de diez series en danza cuyo eje central y único es el personaje principal. Otros ejemplos son los de Shark o Damages, con Glenn Close.

Bueno, puede que las series de ahora se centren en la excentricidad de sus personajes principales, pero no deja de ser una tendencia como siempre las hay, y no quita que las series sean buenas. Además, al menos por las que yo veo, que también es verdad que no son muchas, los argumentos de simples o repetitivos no tienen mucho, o nada. Dexter no podría ser concebida sin centrarse en su peculiar protagonista, y aun así por lo que a mí respecta es una maravilla, sin duda mi serie favorita, mientras no vea una mejor.

Creo que ha sonado un poco fanático mi comentario sobre Dexter. Supongo que también hay un poco de eso, pero porque me parece muy buena.

De todas formas si te parece absurdo lo de ahora mira, en los 80 triunfaba El Equipo A, yo creo que aunque no te mole mucho lo que tenemos hoy, en general hay motivos para alegrarse xD

No diré que Monk o House no respondan al perfil que describes, pero desde luego "Dexter" no. La primera temporada es una de las mejores y más redondas obras del subgénero "serial-killer" que se han rodado nunca (en cualquier medio). Los guionistas han sabido adaptar a la perfección el formato capitular (con lo repetitivo que puede ser a veces) para ofrecer una historia que no deja de evolucionar en todo momento, y donde varios personajes (la hermana, la "novia", los compañeros, su némesis...) cobran una importancia crucial. La personalidad de Dexter es muy fuerte y lo impregna todo (no es casualidad que nos obliguen a identificarnos con él), pero hay más, mucho más (además, hay que verla en versión original, con el spanglish de todos los personajes de ascendencia cubana).

Vamos, que nada que ver con Monk, House y compañía, que no hacen sino explotar las peculiaridades del personaje principal en una serie interminable de episodios sin mayor proyección.

Por cierto, ¿quieres novedad? Prueba con "Pushing daisies".

Cierto, Dexter es la serie que utiliza como eje central ese personaje obsesivo y extravagante, pero cada capítulo forma parte de una trama más grande, para nada es repetitiva, creo que en el artículo no he dicho tal cosa. Es más, según la wiki, la serie procede de un libro: El oscuro pasajero de un tal Jeff Lindsay, publicado por Umbriel, y se han escrito otras dos partes más. También me parece una serie muy original y adictiva. Me apunto “Pushing daisies”, Sergio.

Ojo, Luis, que cuando digo que House o Shark tienen guiones repetitivos, no digo que sean series malas. A mí House me parece cojonuda, pero eso no quita que los capítulos sean una sucesión de casos y situaciones que se repiten más que los pepinos amargos. Y, sin embargo, engancha. ¿Simples? Tampoco creo que lo sean. Como he dicho en varias ocasiones, hoy en día el filón de las historias interesantes está en la tele, no en el cine.

Yo vi el primer capítulo de Plushing Daisies y es una serie muy original. Coincidió que no me enganchó, pero tiene su gracia.

Me alegro que alguien haya hablado de las virtudes de Dexter en condiciones xD Yo normalmente soy más objetivo explicándome, pero con esto he llegado a un punto en que directamente no puedo, como si fuera un fan rabioso de Naruto.

Hmm ok, pensé que lo decías con más molestia que otra cosa. Sí, la verdad es que hoy día se hacen unas series muy buenas. Y bueno, también tienes razón en lo que dices de que ahora las series se centran en sus excéntricos protagonistas, es un aspecto interesante que no había visto antes.

Pero vamos, las series siempre han sido repetitivas al menos en algún momento, excepto tramas así largas. De hecho House usa una estructura de capítulos bastante típica. Pero bueno, ahora hay unas cuantas series de las que más lo petan que directamente no meten tramas autoconclusivas, y si lo hacen son pocas o muy difusas, como pueden ser Dexter, Heroes, Perdidos. En ese sentido creo que se avanza.

No olvideis las grandes series de ciencia ficción que utilizan también el recurso de "unagranhistoriaescondidaentreloscapitulos repetitivos", como Babylon 5.
Por cierto, el Equipo A, El Coche Fantástico y McGyver, por citar las más representativas de los 80 también tocaban el tema de las personalidades de los personajes, aunque de la manera en que se hacía en la época Rambo...

Un saludín

Hombre, las movidas entre Murdock y M.A. eran memorables.

recordemos a Xena la princesa guerrera y su amiguita Gabi jaja

Esas dos no tenían personalidad, Angelillo, tenían pechonalidad.

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