Lo cierto es que, lo mires por donde lo mires, no hay por donde cogerlo. Tras el atracón veraniego de Anatomía de Grey (tres temporadas en menos de un mes), un servidor se siente incapaz de comprender la decisión del doctor Derek Sepherd (alias doctor Macizo) a la hora de escoger entre Meredith y Addison Montgomery. Entre ambas existe un abismo insalvable.
En el prostíbulo de relaciones carnales que es el Seattle Grace, Meredith es la acomplejada. De largo es la más aburrida del grupo de internos. No posee la punta de mala leche que sí tiene el doctor Karev, el desparpajo de Izzie, la simpatía de O’Malley y mejor no la comparemos con Christina Yang, porque entonces el personaje hace aguas.
Ha heredado de su madre el gen «me bajo las bragas ante el primero que pille». Vale, puedo admitir que lo hace en un momento desesperado, cuando aparece la propia Addison y Derek se decanta por su matrimonio, pero no hay más que echar un vistazo a la frialdad que ostenta con cada pretendiente que se cruza en su camino para hacerse una idea de lo estúpida que debe ser esta chica. No duda en utilizar al veterinario para sus jueguecitos de celos con Derek —dándole el pasaporte a las primeras de cambio— y, ya en la tercera temporada, está a punto de enrollarse con Mark Sloan, a sabiendas del affer que mantiene con Derek, a la primera oportunidad que la ponen a su lado. Respecto a la manera de comportarse con O’Malley en la cama mejor ni hablamos.
Es guapa, vale, no lo vamos a discutir, pero es una belleza sutil que pasa desapercibida.
Addison Montgomery
Adúltera, amante del sexo, millonaria y divertida. Doctora residente especializada en pediatría, una de las más reputadas del país, con un instinto maternal que se sale de escala. Su personalidad está marcada por fuertes sentimientos que la hacen llorar o reír sin tapujos. Uno de sus pacientes la compara con Catherine Deneuve, la elegancia personificada, y no podría estar más de acuerdo, tiene estilo hasta cuando se abre de piernas ante Derek por culpa de un sarpullido.
Aparece en la serie en el último capítulo de la primera temporada y, nada más llegar, deja las cosas bien claras. Ha cometido un error (aunque su relación con el doctor Sepherd ya iba mal por entonces) pero sufre su propio via crucis a lo largo de toda la segunda temporada, soportando las milongadas de Derek cada vez que se cruza con la doctora Grey. Rechaza a Mark Sloan por quedarse junto a su marido y éste se lo acaba pagando metiéndose las bragas de Grey en el bolsillo.
Se nota que los guionistas de la serie tenían que lavar el buen nombre de la pareja protagonista en la tercera temporada (puristas americanos) y se sacan de la manga que la relación entre Addison y Mark continuó después de la marcha de Derek, porque Addison estaba enamorada de Sloan y que sólo acude a Seattle cuando Mark le pone los cuernos. Vamos… que no se lo creen ni ellos, sobre todo atisbando la relación que Addison y Derek mantienen en la segunda temporada.
Por último, la elegancia de Addison Montgomery desborda la pantalla cada vez que sale. Es la típica mujer que vestida suplica una mirada y bajo el vestido promete un cuerpo de ensueño. Mil veces más bella que Meredith Grey y, por supuesto, más divertida. El personaje es tan bueno que ya le han dado una serie propia.
4 comentarios:
Oye, Tobías, de donde sacas tiempo para escribir tus tochos, y fuera de eso poder darte el gusto de ver tres temporadas de una serie en un solo mes.
Bueno, también me fui a Teruel de vacaciones. Pero en realidad, como me quedé en casa de Rodríguez, aproveché para el marujeo.
Aunque éste es un culebrón con estilo.
Bueno... te la merecias muchacho, después de tanto trabajo con Encrucijada y otros proyectos, te cayeron de perlas.
Ya te digo, aunque Encrucijada lo escribí hará ya... ... hace dos años. Es más, el libro que he escrito este año, si todo sale bien saldrá para el 2009 y el que me he puesto a escribir ahora ya ni te cuento :-s
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