Cuando uno acaba un libro y lo manda a dormir el sueño de los justos, puede pasar unas cuantas semanas desorientado. Es muy chungo tener la mente engrasada y llena de ideas, los dedos en continua actividad, y, de repente, la nada absoluta. Inactividad total. Y lo peor es que soy de los que no comienza a pensar en la siguiente novela hasta que no concluye la que se lleva entre manos. La suerte es que el mes que viene tengo una reunión muy importante con alguien que me ha ayudado mucho durante este tiempo y que puede aclararme bastante la melopea que llevo en el coco. Bueno… aclararme no, porque soy bastante cabezota y suelo tener las ideas bastante claras —y tampoco quiero cargar a nadie con una responsabilidad que tengo que asumir yo—, pero sí pegarme un capotazo a la hora de elegir qué camino tomar.
De momento tengo muy claro que la singladura hasta hoy ha deparado tres novelas fantásticas publicadas con mis buenos amigos de Equipo Sirius, una juvenil con Edimater y una antología de relatos con Inquedanzas. En cartera otra novela fantástica que ya está en manos de una editorial y en postproducción una novela de terror. En total siete libros. Todos de corte fantástico. Sé que si quiero oler pasta hay que abandonar el género, aunque el corazón me pide que siga aquí, de momento. No me da miedo en absoluto seguir escribiendo novelas fantásticas, pero hoy por hoy creo que tampoco puedo saturar el mercado y hasta que no salga esa novela que anda en el limbo, meterme a construir otro libro de espada y brujería podría ser un suicidio profesional. ¿Qué hacer? ¿Más terror? Todavía no tengo ni idea de cómo va a funcionar «Noches de sal» de cara a los editores. ¿Ciencia ficción? Lamentablemente, cualquier autor nacional sabe que la cifi está tocada de muerte. Meterse a escribir ciencia ficción, por mucho que te guste el género, es entrar en el terreno de la incertidumbre, así que nada de cifi. Descartado de raíz. ¿Dónde me deja eso? Obviamente, en la novela realista. Por supuesto, todavía no me siento preparado para escribir histórica pura; me da ansiedad, flojera y miedo. Es como mirar hacia delante y ver un enorme muro que me impide avanzar. «Noches de sal» me ha permitido ver que si tuviera una idea chula para una novela negra o, incluso, algo más romanticote, podría lanzarme a ello, pero ahora mismo estoy en blanco —una situación lógica y natural por otro lado—, así que sólo me queda un camino: juvenil.
El juvenil te permite mil universos que explorar sin miedo a meter la pata y realizar novelas de cualquier tipo de género, siempre y cuando sean novelas de calidad. Por supuesto, para escribir novela juvenil hay que leer mucho género juvenil, así que probablemente los próximos meses me ponga a devorar toda novela adolescente que se ponga a tiro. Mientras tanto comenzaré mi proceso habitual entre novelas. Es decir, algunos cuentos que me ayuden a cerrar puertas con «Noches de sal», investigar mucho por Internet, leer muchos periódicos, revistas y cómics y ver qué se está cociendo por el mundo. No hay más. Esa es la clave. Mantener los ojos abiertos. Buscar una trama, concatenar una serie de ideas y buscar el nexo entre ellas.
De momento, tengo un par de elementos chulos que no casan ni de coña. Probablemente tendré que descartar alguno y quedarme con otro. El que más me mola, es inaplicable a una novela juvenil, lo mire por donde lo mire. Sin embargo, sí que podría venirle como anillo al dedo a una novela adulta. El que tiene más números para que lo descarte, no pega tampoco con el juvenil. Así que, ahora mismo, comienza una carrera frenética en mi cabeza. Fantástico o realista. Juvenil o adulto. Terror o aventura. Todo lo determinará la trama que me enamore. Tengo la sensación de que todos estos elementos se alinean en la marca de salida, esperan el disparo de inicio de la carrera y la tensión se masca en el ambiente. Al final me enzarzaré a leches con la idea Usain Bolt. Es inevitable, en cuanto una de esas ideas traspasa la línea de meta e ilumina mi cabeza, me enamoro irremediablemente de ella y me pongo a escribir como un cosaco. Entonces ya no me importa nada, ni la comercialidad del proyecto, ni que pertenezca a un género o a otro, ni que sea juvenil o adulto. Lo único que importa es escribir, cuadrar todas las subtramas, enriquecer el texto con nuevos elementos, dibujar a los personajes, hacerlos míos y sólo míos, en definitiva, diseñar un libro que suene bien.
Creo que esta entrada es la paja mental más caótica que he escrito en mucho tiempo, lo cual señala mi grado compromiso con el blog. También creo que es el momento más adecuado para cerrar «Noches de sal» de cara al exterior y guardármelo para mí. No quiero cansaros ni agobiaros con una novela que está en postproducción y puede que tarde muchos meses en salir. En ningún momento quise vender «Noches de sal» porque, hoy por hoy, es una utopía. Simplemente quise exponer sensaciones de escritor, que al fin y al cabo es de lo que se trata este blog: sacar la ropa a tender y exponerla a los ojos de los vecinos. Eso sí, poniendo las sábanas delante y las bragas detrás, que tampoco es plan que todo Dios te vea las vergüenzas.
Esta semana he metido a Tobías Grumm en el armario (que no se me entienda mal… eeeeh) y ha escrito un poquito más David Mateo. Era inevitable, ya que la mona, de vez en cuando, tiene que quitarse toda la seda de encima y llorar un poquito por ser mona. He mostrado un par de atrezzos del decorado de la mente del escritor. Ahora echo el telón y en los próximos días, en la más absoluta intimidad, me sentaré en el sillón del director y comenzaré a ordenarlo todo antes de que venga el productor y comience a rentabilizar el tiempo. Espero no haberos agobiado demasiado, pero, al fin y al cabo, este es el blog de un escritor y eso implica neuras… muchas neuras.
De momento tengo muy claro que la singladura hasta hoy ha deparado tres novelas fantásticas publicadas con mis buenos amigos de Equipo Sirius, una juvenil con Edimater y una antología de relatos con Inquedanzas. En cartera otra novela fantástica que ya está en manos de una editorial y en postproducción una novela de terror. En total siete libros. Todos de corte fantástico. Sé que si quiero oler pasta hay que abandonar el género, aunque el corazón me pide que siga aquí, de momento. No me da miedo en absoluto seguir escribiendo novelas fantásticas, pero hoy por hoy creo que tampoco puedo saturar el mercado y hasta que no salga esa novela que anda en el limbo, meterme a construir otro libro de espada y brujería podría ser un suicidio profesional. ¿Qué hacer? ¿Más terror? Todavía no tengo ni idea de cómo va a funcionar «Noches de sal» de cara a los editores. ¿Ciencia ficción? Lamentablemente, cualquier autor nacional sabe que la cifi está tocada de muerte. Meterse a escribir ciencia ficción, por mucho que te guste el género, es entrar en el terreno de la incertidumbre, así que nada de cifi. Descartado de raíz. ¿Dónde me deja eso? Obviamente, en la novela realista. Por supuesto, todavía no me siento preparado para escribir histórica pura; me da ansiedad, flojera y miedo. Es como mirar hacia delante y ver un enorme muro que me impide avanzar. «Noches de sal» me ha permitido ver que si tuviera una idea chula para una novela negra o, incluso, algo más romanticote, podría lanzarme a ello, pero ahora mismo estoy en blanco —una situación lógica y natural por otro lado—, así que sólo me queda un camino: juvenil.
El juvenil te permite mil universos que explorar sin miedo a meter la pata y realizar novelas de cualquier tipo de género, siempre y cuando sean novelas de calidad. Por supuesto, para escribir novela juvenil hay que leer mucho género juvenil, así que probablemente los próximos meses me ponga a devorar toda novela adolescente que se ponga a tiro. Mientras tanto comenzaré mi proceso habitual entre novelas. Es decir, algunos cuentos que me ayuden a cerrar puertas con «Noches de sal», investigar mucho por Internet, leer muchos periódicos, revistas y cómics y ver qué se está cociendo por el mundo. No hay más. Esa es la clave. Mantener los ojos abiertos. Buscar una trama, concatenar una serie de ideas y buscar el nexo entre ellas.
De momento, tengo un par de elementos chulos que no casan ni de coña. Probablemente tendré que descartar alguno y quedarme con otro. El que más me mola, es inaplicable a una novela juvenil, lo mire por donde lo mire. Sin embargo, sí que podría venirle como anillo al dedo a una novela adulta. El que tiene más números para que lo descarte, no pega tampoco con el juvenil. Así que, ahora mismo, comienza una carrera frenética en mi cabeza. Fantástico o realista. Juvenil o adulto. Terror o aventura. Todo lo determinará la trama que me enamore. Tengo la sensación de que todos estos elementos se alinean en la marca de salida, esperan el disparo de inicio de la carrera y la tensión se masca en el ambiente. Al final me enzarzaré a leches con la idea Usain Bolt. Es inevitable, en cuanto una de esas ideas traspasa la línea de meta e ilumina mi cabeza, me enamoro irremediablemente de ella y me pongo a escribir como un cosaco. Entonces ya no me importa nada, ni la comercialidad del proyecto, ni que pertenezca a un género o a otro, ni que sea juvenil o adulto. Lo único que importa es escribir, cuadrar todas las subtramas, enriquecer el texto con nuevos elementos, dibujar a los personajes, hacerlos míos y sólo míos, en definitiva, diseñar un libro que suene bien.
Creo que esta entrada es la paja mental más caótica que he escrito en mucho tiempo, lo cual señala mi grado compromiso con el blog. También creo que es el momento más adecuado para cerrar «Noches de sal» de cara al exterior y guardármelo para mí. No quiero cansaros ni agobiaros con una novela que está en postproducción y puede que tarde muchos meses en salir. En ningún momento quise vender «Noches de sal» porque, hoy por hoy, es una utopía. Simplemente quise exponer sensaciones de escritor, que al fin y al cabo es de lo que se trata este blog: sacar la ropa a tender y exponerla a los ojos de los vecinos. Eso sí, poniendo las sábanas delante y las bragas detrás, que tampoco es plan que todo Dios te vea las vergüenzas.
Esta semana he metido a Tobías Grumm en el armario (que no se me entienda mal… eeeeh) y ha escrito un poquito más David Mateo. Era inevitable, ya que la mona, de vez en cuando, tiene que quitarse toda la seda de encima y llorar un poquito por ser mona. He mostrado un par de atrezzos del decorado de la mente del escritor. Ahora echo el telón y en los próximos días, en la más absoluta intimidad, me sentaré en el sillón del director y comenzaré a ordenarlo todo antes de que venga el productor y comience a rentabilizar el tiempo. Espero no haberos agobiado demasiado, pero, al fin y al cabo, este es el blog de un escritor y eso implica neuras… muchas neuras.
¡¡¡Os recordamos que hoy toca actualización de Tajundra!!!
19 comentarios:
Tú tranqui, que no molestas y seguiremos entrando todos los días en el blog (aunque no dejemos comentarios, ¿eh?) Me alegro que hayas terminado noches de sal y estés tan orgulloso de ella.
Y como sea tan buena como esa de fantasia (que un pajarito me lo ha dicho) que tienes por ahí pendiente de publicar, pronto te veremos copando las estanterias de las librerias. jajajaja
Muchas gracias, amigo Francoix. No sé si coparé las estanterías de las librerías. Con este género es muy difícil. De momento me conformo con no perder mi hueco, que ya es.
Sea como sea, gracias por seguir dejándote caer por aquí.
Lo mejor es hacer un mesecillo de barbecho y luego a la carga.
JM
Me está picando la curiosidad sobre Noches de sal. Espero que se publique lo antes posible.
Me repito más que el ajo, pero por qué no pruebas una erótica de no más de 200 páginas??
(es una opinión, claro, no una orden)
O mejor aún, ¿por qué no pruebas con un cómic, buscando a algún buen dibujante que ilustrara tu guión?
En España la cosa está más complicada para publicar un cómic que una novela, pero por intentarlo...
Un cómic nononnonnononono. Que miedo. Ya es bastante complicado publicar una novela, como para meterse en un guión de comic. Prefiero leerlos y disfrutarlos. Con Tajundra apaciguo mis ansias.
Claudio, ¿una erótica de 200 páginas? Joer... no sé si sería capaz de hacer algo así. Todo el rato dale que te pego. Además, la novela erótica tiene sus propias reglas, igual que el histórico, el juvenil o la novela negra, y tendría que empaparme bien. La idea es tentadora, pero me da un poco de pereza.
Alexight, espero que algun día puedas sostener esa novela en tus manos. Si es así, la primera noticia la tendrás en este blog.
Hola, hombre una histórica es complicada, pero si ya te has documentado para Noches de Sal, por qué no aprovechar ese trabajo para otro proyecto?
Porque tocar tangencialmente un periódico histórico no es lo mismo que sumergirse en él. Es decir, en Noches de sal hablo sobre los grandes dramaturgos valencianos del Siglo de Oro, pero desde una perspectiva actual y con mínimas referencias. Incluso algunas son meramente ambientales. Entrar en una novela histórica supone mucho más, es decir, recrear un período histórico, dominarlo para no caer en el anacronismo y saber moverse a través de él. Creo que son cosas diferentes.
No es lo mismo ver una montaña desde la ventanilla de un tren, allá a lo lejos, que escalarla. No sé si me explico.
¿Un cómic es meterse en muchos jaleos? Depende. Porque, en principio, para lo literario en un cómic sólo hay que preocuparse de los diálogos y en crear una buena historia.
Pero luego hay que pensar con la mente, jugar con lenguaje visual para transmitirle al dibujante lo que quieres que salga en cada viñeta o en cada página, cuadrarlo todo para que quepa en un número limitado de páginas... Hombre, un poco lioso sí que es.
Y, por el tema del post, ahora a tus fieles lectores nos queda esperar para leernos ahora publicado tu "Noches de Sal". Suerte y a encontrar un buen editor.
¿Ves como al final me has dicho que es lioso? Si he aprendido algo en este mundillo es que cada uno no puede abarcar más de lo que es capaz. Yo ya me he abierto mi huequecito en el mercado del libro, pequeño... pero me lo he hecho.
Meterse ahora en el mundo del cómic sería como empezar desde cero, empezar a reunir nuevos contactos, buscar a un dibujante que no te deje colgado cuando tú te has pegado el curro de hacer todo el guión, meterte en un mundillo que es DIAMETRALMENTE diferente al de los libros. Porque una cosa es el mundillo del comic y otra el de los libros de género, y sí que hay analogías y hay gente que disfruta de ambos mundillos, pero no nos engañemos, el 75% de los lectores de cómics no conocen en profundidad el mundo de los libros, y el 75% de los lectores de libros no conocen el de los comics. Y luego está mi tío Manuel que entiende de comics y de libros y no entiende de nada. No sé si me sigues.
Además, si estuviera en el mundo de los cómics, guionizando, estaría deseando que me fichara la Marvel y no podría decir: ¡¡Quesada y panda de mataos, sois unos payasos!! Piraos ya y liberad a Spiderman.
Sobre la histórica lo sé perfectamente, porque tenía planeada una sobre un periodo concreto de Egipto y solo la documentación para el prólogo más de 100 páginas, solo el prólogo estaba ambientado en el Antiguo Egipto. Te doy la razón en eso, una histórica supone muucho trabajo y no terminar desbordado por la documentación.
Lo que yo te decía es que si a lo mejor habías decubierto algún aspecto poco conocido de la historia de Valencia, explotaras eso.
David Mateo: Writer
John Romita Jr.:Pencils,Cover
No suena mal, nuestro David a los guiones del trepamuros.
Pues David, tienes que fijarte en lo que más te guste, esa es la clave de todo. Yo por mi parte he hecho algunos pínitos en el género histórico y debo confesar que no me disgusta.
Alex habla de mucha documentación, y es cierto, pero si uno se centra en un hecho específico, como hizo Javier con Salamanina, la cosa no es tan complicada como parece.
Madre mía, que ejemplo has ido a poner. Salamina ni más y ni menos. Podrías haber puesto un ejemplo más sencillito... ¿no? :(
¿Ves? A lo de los cómics del trepamuros me apunto. Al fin y al cabo, mi sobrino de diez años haría mejores guiones que la panda de mataos de Quesadilla.
Por cierto, respecto a este tema, en breve daré una noticia muy seria. Un elemento del blog va a desaparecer para siempre. Hoy he hecho un juramento en el sacrosanto lugar donde acudo todos los viernes. En breve, en La sombra de Grumm.
Yo creo que lo de la erotica te podría venir bien para desconectar un poco...
Sobretodo si le pides ayuda a tu novia para la documentación y todo eso... jejeje
Melliot, ¿tú no has tirado para almería con david?
Pues no, no he ido a Almería. El lunes comenzamos de nuevo el curso escolar y había mucho curro por terminar.
Ahora, me da una rabia enorme no heber ido, por la charla conferencia de esta tarde de José Miguel Vilar y David Prieto, ¿qué estarán perpretando estos dos gamberracos?
Yo creo, david, que sea cómic, histórica, fantasía, policiaca...etc mas que la documentación y el largo proceso que conlleva una historia (pues todos esos caminos tienen su complejidad) es que tengas una idea rondando continuamente tu cabeza y quieras desarrollarla.. quizás mas que querer, lo veas como una necesidad de contar esa "historia" de ese "modo", no se si me explico.
En cuanto al género juvenil, la verdad es que si tienees ya una idea formada adelante, dale caña, y aprovecha que ahora el mercado de novelas juveniles esta bastante bien :D (o eso parece)
Piensa una cosa, César, la novela histórica es un práctica que nada tiene que ver con la novela fantástica. Los puristas de la novela fantástica exigen un nivel de credibilidad altísimo, sin entrar en disquisiciones ucrónicas ni en faltas de rigor histórico. La historia es importante, pero cualquier escritor de novela histórica te dirá que la ambientación también lo es.
Hola, me presento. Soy Jose Luis Romero, barcelonés, y acabo de publicar mi primera novela, una novela negra, con tiros y todo, que transcurre en la Barcelona actual. ¡Que miedo!
Os dejo (con vuestro permiso) un pequeño extracto y la dirección de mi blog blog.
...En una ciudad tan populosa y cosmopolita como Barcelona en cualquier lugar hay broncas, en cualquier momento se comenten asaltos o te topas con borrachos al volante. Y la noche es otro país con otro idioma, donde predomina la palabra gruesa, el gesto seco y donde campan a sus anchas los pirados que se dedican a incendiar coches y contenedores para divertirse. A esas horas el peligro y la violencia aumentan exponencialmente, sobre todo en el centro. Por algo Las Ramblas se encuentra en el ranking de las diez calles más peligrosas del mundo....
...Otra cosa era el resto de la Plaza y sus aledaños, donde se movía otro tipo de ambiente. Un batiburrillo de gente de la más baja extracción se daba cita también allí. Los bancos públicos y los suelos estaban ocupados por una variopinta hueste antisocial: gente sin patria ni techo, pedigüeños, camellos, borrachos, drogadictos, liendrosos, feos y los más guarros de Barcelona y otras ciudades europeas se congregaban cada noche entorno al sembrado de terrazas más caras de la Barcelona cosmopolita, una milicia que había renunciado al amansamiento impuesto por el sistema y había asumido el extremismo social como forma de vida...
Extractado de SIEMPRE QUISE BAILAR COMO EL NEGRO DE BONEY M...
http://minovelanegra.blogspot.com/
Y reposa los dedos un poco machote, no quieras ser Stephen King. Yo después de publicar una, tengo otra en la editorial y llevo unos meses en blanco, con ideas pululando por la cabeza, pero prefiero que todo surja en su momento aunque uno no sea prolífico.
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