Las dos últimas películas que he visto:
DISTURBIA
Dirección: D.J. Caruso.
País: USA.
Año: 2007.
Duración: 104 min.
Género: Thriller.
Interpretación: Shia LaBeouf, David Morse, Sarah Roemer, Carrie-Anne Moss, Aaron Yoo.
Guión: Christopher Landon y Carl Ellsworth; basado en un argumento de Christopher Landon.
Producción: Joe Medjuck, E. Bennett Walsh y Jackie Marcus.
Música: Geoff Zanelli.
La peli trata de hacer una especie de remake de La ventana indiscreta pero se queda en típico rollete de adolescentes. Empieza con el futuro hijo putativo de Indiana Jones pescando en el río con su padre (que en esta película todavía no es Harrison Ford) y pegándose la hostia padre con el coche a su regreso a casa. Consecuencia: el padre la palma y el hijo se queda marcado para toda la vida. Años después, el chaval sigue traumatizado por la muerte de su progenitor, hasta el punto que, durante una clase, le pega un guarrazo al profesor. El juez actúa de oficio y como el chaval todavía es menor de edad, en vez de meterlo en chirona, impone un arresto domiciliario.
A partir de ese momento la peli se convierte en: vamos a verle las tetas a la vecinita de enfrente y a ver cómo el tonto del pavo del niño traspasa el cerco creado alrededor de la casa por la policia judicial. Casi hasta mitad de la película no empieza la trama del psicópata asesino, encarnada por David Morse, que da la impresión de que en cualquier momento va a llamar a la oficina de policía para hacerle la vida imposible a House.
La película no está más. Da más vueltas que Fernando Alonso en el circuito de Japón antes de perder el Gran Premio, pero aun así engancha con las tonterías de los chavales y el Aaron Yoo, que hace de coreano salidorro (es la primera vez que veo en una peli a un coreano salido), de vez en cuando te pone una sonrisa en la boca. Entretenida.
UN PLAN BRILLANTE
Titulo original: Flawless
Año: 2007
Duración: 100 min.
País: Reino Unido
Director: Michael Radford
Guión: Edward Anderson
Fotografía: Richard Greatrex
Intérpretes: Demi Moore, Michael Caine, Lambert Wilson, Joss Ackland
A la Demi Moore ya le han salido patas de gallo y aunque sigue luciendo palmito con un chaval veinte años más joven que ella (y de vez en cuando cruza el Atlántico para pegarse la fiesta padre en Valencia) los años comienzan a pesarle. Sigue siendo glamorosa, pero ya no es la devora hombres de Striptease, La letra escarlata o Acoso, no obstante, la chica está muy bien, sobre todo en la escena de la fiesta. Quien tuvo retuvo (pese a las patas de gallo).
El caso es que esta es una película de ladrones de guante blanco, aunque de vez en cuando Michael Caine eche la pota por la boca (y éste sí que sigue brillando con luz propia en cada papel que hace, aunque en esta peli sea el coprotagonista y su rol sea un tanto tangencial). Laura Quinn ha pasado media vida trabajando para la London Diamond Corporation, la principal distribuidora de diamantes para el resto del mundo, y de golpe y porrazo se entera de que la van a despedir. Sin embargo, ahí está Michael Caine dispuesto a sacar tajada. El señor Hobbs, trabajador de mantenimiento de la megacorporación, tiene acceso a la cámara de seguridad y está dispuesto a coger un puñadito de diamantes, no obstante, tras el paso del señor Hobbs por la cámara estanca, Demi Moore se llevará la gran sorpresa de su vida y la dejará en una situación nada agradable.
La película está bien, entretiene durante la hora y media que dura. Michael Caine lo borda y la Moore demuestra que no es una actriz que solamente sabe mostrar pechuga (vamos, que no es la Sharon Stone). Hay escenas increíbles, como el desvalijo del banco y el inepto comemadalenas de la garita de guardia, aun así, el argumento tiene su intríngulis y, aunque no es del todo imprevisible, guarda alguna sorpresa.
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