miércoles, julio 16

La verbenilla

Pues sí, llega agosto, el calor, las barras en el patio del bar, las vaquillas y los toros embolados, las noches interminables en la plaza, las comisiones y las listas de nominados, las cervezas congeladas y el wiscacho de garrafón, las coronitas, las macrocomidas (o macrocenas) de hermandad en la plaza, el tute (sí, ese gran juego de cartas que los madrileños copiaron con el mus), los amores con fecha de caducidad, el jamón y el queso, las excursiones al monte, las tormentas de verano, las romerías a la virgen, pero sobre todo llega: ¡¡¡la verbena de verano!!!

¿Acaso puede existir un fiestorro veraniego sin verbenilla al aire libre? ¿Es un español digno de ser llamado español si no ha bailado alguna vez un pasodoble bajo las estrellas? La verbena, junto a la mili, la peseta y la Pantoja, son las enseñas populares más importantes de nuestro Estado. Y la verbena, de todas ellas, es la única que ha sobrevivido con dignidad al transcurso de los años, por lo tanto tenemos que cuidarla, tenemos que valorarla y tenemos que perpetuarla entre nuestros hijos y nietos. ¿Qué sería del toro embolado sin un fin de fiesta en una verbena? ¿Cómo podríamos conciliar el sueño a las seis de la mañana un domingo de agosto si de fondo no tuviéramos el estruendo del barricada o del ska-pe de turno? Y lo más importante: ¿¿qué sería del pasodoble sin la verbena?? Los abuelitos sufrirían de manera sempiterna si no tuvieran su sesión anual de «España cañí», «Suspiros de España», «El gato montés», «Gallito» o «Manolete».

En sí, la esencia de la verbena, al menos durante su primera hora (cuando la gente mayor todavía se resiste con entusiasmo al sueño tras ver el toro embolado y los cincuentones y sesentones todavía no han cogido la cogorza del año y se han olvidado de sus esposas) es el pasodoble. Porque el pasodoble es España, no lo olvidemos nunca. Y los jóvenes tenemos que soportar con resignación los primeros treinta minutos de la verbena, porque esos no son nuestros minutos. Esos minutos pertenecen al verdadero español, al español que baila agarrao, al español que sabe dar dos pasos pa’lante, dos pasos pa’tras y media vuelta sin tropezarse y sin chocar con la pareja de al lado. Al español que levanta la cabeza, enristra la barbilla dos palmos por delante del pecho y coge a la moza como Dios ha mandao.

Personalmente prefiero esa primera media hora a la segunda, cuando el folclore deja paso a la música latina y comienza el desfile de triunfitos, bailes de salón (¡¡maravilloso el momento en el que las muchedumbres se enlazan y comienzan a practicar los pasos del Coyote Dax!! ¿¿Cómo alguien después de diez putos años puede recordar exactamente los pasos?? Efectivamente, la memoria del ser humano es un órgano selectivo digno de estudio), salsas, bachatas, merengues, rancheras y corridos mexicanos. Uno casi da gracias de que llegue el primer descanso de la verbena (a eso de las dos de la madrugada) y suene la discomóvil.

Este es el punto crucial de los abuelitos y de los cazadores que no empalman y que tienen que madrugar al día siguiente para ir a por conejos (¡¡de los que saltan, mal pensados!!). La plaza comienza a vaciarse, así que hay que repartir los boletos del Bingo antes de que haya escampada general.

La parte chula (si existe una parte chula) de la verbena comienza a partir de las tres de la madrugada. Si el cantante de turno no está demasiado ronco, la cosa se pone prometedora ya que comienza la música más potente. Se produce el interludio popero, que da paso al hardcore español y a las viejas canciones de Ramoncín (sí, sí, el enteraillo que salía en los programas de Maria Teresa Campos), Seguridad Social y Miguel Ríos. Al final, a eso de las cinco y media o las seis (cuando sólo quedan pimpines en la plaza) la orquesta trata de recrear sonidos extraños que aspiran a ser música disco y que en realidad son estertores que lo único que logran es torturar los tímpanos de los supervivientes (¿pero qué más da, si ya todo el mundo está borracho?).

Nunca intenten hacerle una foto a una verbena, porque la Ley de Murphy dice que siempre saldrá desenfocada.


Cosas indiscutiblemente verbeneras:

-Una cantante potente para mirar algo cuando llegan los temas más chungos o algún músico lamentable que te haga soltar una carcajada.

-Tres canciones fijas, ya que sin ellas la verbena no sería verbena: «Chiquilla», «Follow the líder, líder» y «No rompas más mi pobre corazón».

-Que la cantante, cuando la peña lleva una tajá de tres pares de cojones, se plante en el filo del escenario, insulte a todo el pueblo y la gente le aplauda.

-El típico listillo que se tira todo el año yendo a bailes de salón para fardar en las fiestas del pueblo.

-Momento traumático: Al compás del cha ca cha, del cha ca cha del tren, que gusto da viajar, cuando se va en exprés, pues parece que el amor con su dulzón vaivén, produce mais calor que el cha ca cha del tren.

-Las cuatro y media de la mañana, cuando me voy con mi amigo Florencio a echarme el bocadillo de longanizas con la cañita. ¡Que la verbena agota mucho!



By David Mateo with 22 comments

22 comentarios:

Es cierto, en todas las verbenas tocan las mismas canciones ( con más o menos gracia) más la novedad de cada verano ( este seguro tocan el puto "Chikichiki" ese).
Dios que horror a pocas verbenas he ido ( menos mal )y entre la mierda de música que ponen,la gente gritona, los empujones ,codazos,pisotones ,el ninguneo de las tias buenas hacia mis seductoras intenciones,verlas liarse con algún pueblerino con pinta de bestia ya remata la noche de verbena y el asco me hace huir por patas

Angel, te estas convirtiendo en el enano gruñón a pasos agigantados :))

jaja si, es cierto tengo que ser más positivo che

Por cierto, entre los bailarines del Castellar, el pueblo de Yolanda, hay un grupo de catalanes que forman una colla y, la verdad, es que los tíos se lucen bastante. Pues bien, uno de ellos es la viva imagen de Negrete. Y siempre que vamos al porche donde ponen la orquestilla, pienso: ¡¡Mira, ahí está Negrete bailando!!

Cuando uno deja la civilización y se adentra en la España profunda y rural, perdiendo todo contacto con el mundo friki, cualquier gesto, cualquier rostro, cualquier imagen puede ser interpretada como una señal de Dios y la prueba de que la civilización friki no se ha desmoronado durante la ausencia.
En más de una ocasión he sentido el impulso irrefrenable de aproximarme a ese tipo y preguntarle: Bueno, qué, la tercera de Tramorea para cuándo. Por suerte he logrado apaciguar las ansias.

Las verbenas tienen sus cosas buenas. Recuerdo un bailecito en el que te agachabas, metías la mano entre las piernas y se la dabas a la chica de atrás, y por delante cogías la mano que te daba la chica entre sus piernas. La cuestión era arrimarse, ser listo para ponerse entre las dos que uno quería, al menos una, y a bailarrrrrrr.

Buenas:
Estoy viviendo ahora mismo la "festa petita" de mi pueblo que tan sólo dura 5 dias (hoy es el último)y ya he vivido una inolvidable verbenilla de esas, aunque sólo cantaron de las típicas el follow de lider. Si llegan a cantar el "No rompas más" seguro que nos da un patatús.
El broche, a las tres de la mañana, lo puso un grupo que cantaba rock catalá y que no lo hacía nada mal. Por lo que me contaron (ya que los abueletes ya no estamos para aguantar más de las 4 de la mañana)el grupo gustó mucho y el show terminó a las 5.30 de la mañana.
Habrá que ir reuniendo fuerzas para cuando llegue la grande...

Hombre ,el momento cumbre de la verbena es cuando cantan eso de
" 15,15,años,años ,tiene mi amooor,es una chiquilla tan divina y colosaaal,como ella no hay ninguna tralalaaá" y con la de "es un tractor amarillooo" es el momento ideal para bombardear la plaza del pueblo con napalm jajaja

Pues yo voy valorando cada vez más la primera media hora esa...
Igual es que me hago viejo, leñe.

Un saludín

Casi que ya te lo valoro yo, Victor. Vas para viejo...

Bueno,fuera bromas soy partidario de las costumbres españolas,pero de las verbenas me quedo con las cervezas y los bocatas de embutido que en los pueblos están mu ricos,sobretó los de Requena

Pero vamos a ver, Angel, ¿cómo que te declaras partidario de las costumbres españolas? Si en los últimos posts has dicho que no te gustan ni los pasodobles, ni los toros, ni las verbenas, ni la selección española de fútbol. Me lo explique. ¿Qué clase de patriota eres? ¿De los que ponen la boca cuándo hay que comer jamón y beber vino?

Nooo,pero menos eso del fútbol,las verbenas y los toros me gusta por ejemplo,la siesta,la tortilla de patatas,las tapas,la pata de jamón ibérico.Son parte de nuestras costumbres también.
Prefiero ser un patriota del bocata jamón con vasito vino de rioja y unas tapitas con pincho de tortilla o un buen pulpo a la gallega por ejemplo.
Es que con el fútbol me aburro,los toros embolados o toreados me parecen una verdadera crueldad hacia un pobre animal y las verbenas puess para el que le guste

mejor me callo que siempre tengo problemas en todos los foros cuando digo lo que no me gusta sobretó cuando toco la fibra sensible del fútbol-
No lo hago con mala intención lo siento y disculpas por si alguien se enfada por ello

¿Hombre? ¿Por qué se va a enfadar nadie? No veo ningún problema. Vivimos en un país libre en el que para gustos colores.

Joder David, imperdonable ausencia de Paquito el Chocolatero... A que me voy de blog? En qué estabas pensando? Aqui, en la Deep Castilla, cuando se baila (altas horas... seis cubata per capita, etc...) los guiris entran en shock.

Aunque debo reconocer que este año no he llegado a la parte final, después del Coyote y el Bisbal, cuando ponen Los Suaves y las macarradas. No sé, Angel, como no te pueden gustar las verbenas. Son saturniales y sólo aguantan en España. Enfin, hay gente pató.

¡¡Es verdad, Paquito el chocolatero!! Ese momento de brazos unidos y comparsa mora arriba y abajo. Que despiste.

Si os parece, visitad los pueblos donde toque la Centauro...

La última hora es musiquilla de la güena, güena.

Macarradas, que diría sim, pero leñe, como mola...

Un saludín

Pues yo recomiendo la Pirata. Brutal. Ni pasodobles ni hostias. Convirtieron el Castellar de Teruel en Central Park con una macro pantalla gigante de mil vatios de potencia. Un poco más y ponen el pueblo en órbita.

Yo soy de la Huella.
Bueno, en realidad de la solista... Jessusssss

¡¡Cómo nos tira el pueblo!! A lo tonto, a lo tonto, esta entrada se está batiendo records.

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