Que mal lo está pasando mucha gente. Vas por la calle y todo el mundo habla de paro, de negocios que no funcionan, de empresas que cierran, de hipotecas y créditos que impiden ver el final de mes. Y los bancos recibiendo más y más dinero de los gobiernos… eso sí, a la hora de conceder financiación para comprarte un piso ni se te ocurra acercarte a la oficina, que estamos en tiempos de crisis.
Vivimos en un mundo de especuladores. Las grandes constructoras se han puesto las botas durante los últimos años y ahora que llegan las vacas flacas, emigran a otros países para seguir haciendo su agosto particular. Nos quedamos en un país cada vez más pobre en los que los políticos demagogos no hacen más que echarse las culpas unos a otros pero pocas soluciones aportan (sí, insuflar capital a los bancos).
En fin, tomémonos la vida con filosofía ya que los que entienden dicen que el año que viene será peor que el actual. Así que si estáis agobiados en el trabajo, si no soportáis a vuestro jefe, si pensáis que vuestra empresa está al borde de la quiebra técnica y las cosas no pueden ir peor, echadle un vistazo al texto que viene a continuación. Es una broma un poco antigua, pero en estos tiempos tan calamitosos conviene recordarla para comprender que siempre habrá alguien más puteado que tú.
Vivimos en un mundo de especuladores. Las grandes constructoras se han puesto las botas durante los últimos años y ahora que llegan las vacas flacas, emigran a otros países para seguir haciendo su agosto particular. Nos quedamos en un país cada vez más pobre en los que los políticos demagogos no hacen más que echarse las culpas unos a otros pero pocas soluciones aportan (sí, insuflar capital a los bancos).
En fin, tomémonos la vida con filosofía ya que los que entienden dicen que el año que viene será peor que el actual. Así que si estáis agobiados en el trabajo, si no soportáis a vuestro jefe, si pensáis que vuestra empresa está al borde de la quiebra técnica y las cosas no pueden ir peor, echadle un vistazo al texto que viene a continuación. Es una broma un poco antigua, pero en estos tiempos tan calamitosos conviene recordarla para comprender que siempre habrá alguien más puteado que tú.
Cuando tengas un día de esos en que piensas: «¡Odio mi trabajo!», haz lo siguiente:
En el camino de vuelta a casa, para en una farmacia y compra un termómetro rectal de la marca Johnson & Johnson. Asegúrate de coger ese modelo y esa marca. Cuando llegues a casa, echa el pestillo y descuelga el teléfono para que nadie te moleste. Ponte ropa muy cómoda, como un chándal o un pijama. Abre el paquete y pon el termómetro sobre tu mesilla de noche. Coge el prospecto y léelo. Encontrarás en letra pequeña la frase: «La calidad de cada termómetro rectal Johnson & Johnson ha sido verificada personalmente».
Ahora cierra los ojos y repite en voz alta al menos cinco veces: «¡Estoy muy contento de no trabajar en el departamento de control de calidad de Johnson & Johnson!». Y recordad, siempre hay alguien que puede tener un trabajo peor que el vuestro.
1 comentarios:
Prácticamente cada día sale un constructor llorando en la tele porque se le va el chiringo a la mierda.
Supongo que esperan que los ciudadanos hagamos una colecta y les demos el dinero, pobrecillos. Somos tan egoístas que sólo les damos 900 euros de hipoteca al mes. Ya nos vale.
JM
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