lunes, mayo 12

Que cutrez...

La feria del libro nuevo de Valencia cada vez da más pena. Nos estamos convirtiendo, a pasos agigantados, en la feria más cutre de todo el panorama español. Este año cincuenta casetas… ¿saben cuántas ponen en Murcia? Entorno a las treinta.

El empecinamiento por parte del Gremio de libreros, organizadores del evento, porque las editoriales tengan que exponer sus obras a través de ellos o no tienen acceso al recinto ferial, supone que año tras año, los mismos autores sean los protagonistas y que grandes librerías de Valencia prefieran pasar de exponer sus libros. Al fin y al cabo, tener a la venta los mismos títulos que tienen en la caseta de al lado supone un handicap a la hora de venderlos.

Me comentaba un amiguete que trabaja en viveros (el recinto ferial de la feria) que las presentaciones que se realizaban entre semana no podían ser más desangeladas, la que lograba atraer a más de tres despistados ya era un éxito rotundo. Está claro que el referente literario valenciano de la feria va por otro camino distinto al que ha emprendido servidor y otros tantos escritores de la tierra.

Establecer una comparación entre la feria del Retiro de Madrid y la de Valencia suena casi ridículo (¿cómo no serlo si cuando comenzamos a establecer esa misma comparación con la de Murcia es para echarse a temblar?), y ya me jode tener que denigrar Valencia en comparación a Madrid, pero es lo que hay. La Feria del libro de Madrid es un verdadero festival de la cultura que recibe miles y miles de visitantes. La posibilidad de que las editoriales expongan libremente su catálogo, lejos de suponer competencia desleal para las librerías, provoca que haya mayor diversidad de libros expuestos (¡¡y no siempre los mismos títulos, por Dios!!) y el baile de conferencias, firmas y exposiciones sea muy superior, porque son las propias editoriales las que mueven el culo y llevan a sus autores al recinto.

Si la feria del libro antiguo de Valencia cada vez es más importante y supone un aliciente para todos aquellos que nos encanta el mundo del libro, la feria de libro nuevo se esta convirtiendo en un plato cada vez más rancio que muchos preferimos dejar de lado, al menos como compradores. Uno espera, por el bien de la propia ciudad, que las cosas cambien en un futuro y que las firmas de libros no tengan siempre los mismos protagonistas. Que hacer patria esta muy bien y ensalzar nuestros valores también, pero lo que no se puede hacer es una feria del libro exclusiva, en donde cuatro gatos decidan qué libros aparecen en las estanterías de las exposiciones y cuales no. O cambian mucho las cosas, o el glamour que se le supone a este tipo de actos va a ir marchitándose año tras año hasta convertirse en un episodio más del integrismo irracional, barato y caduco que se vive en nuestra ciudad. De momento, los buenos compradores de libros sabemos que vale más la pena pasar la tarde en la Fnac, en París Valencia o en La casa del libro, antes que darse un garbeo por la feria. Al fin y al cabo, en sus estanterías encuentras los libros que nunca jamás encontrarás en la feria del libro nuevo de la ciudad.

Por cierto, un último inciso, hablando del papanatismo de los organizadores de la feria del libro, no dejen pasar la oportunidad de echarle un vistazo a la columna de Rafa Marín: Pregonando. Otro ejemplo dantesco del querer y no poder de algunos organizadores de ferias del libro.


By David Mateo with 7 comments

7 comentarios:

Si, la verdad es que progamarla a a vez que la de Barcelona tampoco ayuda demasiado. Sobre todo por el montón de editoriales y autores comunes. Cuanto listo tenemos suelto, diosss.

Algún día aprenderán... espero.

Siempre me ha dado la impresión de que la feria del libro nuevo es a la Muestra de cine del Mediterráneo, lo que la feria de libro antiguo es al Cinema Jove. Dos festivales de cine diametralmente opuestos, en el que se nota una diferencia brutal de calidad y organización.

¡Ay, David! Por más caña que les meto yo en mis crónicas, que hasta les doy nombres de autores valencianos para que se renueven, y no hay forma de que se pongan las pilas...

Seguiré haciendo crónicas -tengo pendiente la de este año- con el mismo fin, que espabilen, que mejoren. Entiendo ciertas "repeticiones" de autores pero creo que con este tipo de dirección -lo siento Gloria y compañía- la Feria seguirá siendo "de unos cuantos y con poca diversidad", porque lo que les mueve es el afán por llenarse los bolsillos.

¿Entiendes ahora por qué hice la minikk el sábado? ¡Al menos tuvimos nuestro Día del Libro!

Tú y yo lo hemos hablado muchas muchas muchas veces. Tal como está montada hoy la feria del libro nuevo es imposible que prospere. Es poco más que un cortijo que sólo se abre a ciertos autores. Aunque el panorama editorial en Valencia, hoy por hoy, es un coto privado para unos pocos. Y mientras las cosas sigan así, no habrá más remedio que hacer las maletas e irse a la capi o a Barcelona a publicar.

En cambio, a mí la Feria del Libro de Sevilla me parece que cada vez está mejor. Esa es mi humilde impresión, al menos. Y lo pasé muy bien el sábado con la charla que mantuvimos unos cuantos amigos frente al público.

¿Ves? Eso en Valencia es impensable. Aquí las mesas redondas siempre las montan los mismos y a los autores de cierto género ni se nos tiene en cuenta.
Ya me jode que de Madrid me llame mi editor para firmar libros y la librería Estudio Escarlata; en cambio, aquí en Valencia, ni Dios. Coño, si es mi tierra. Me encantaría firmar en Valencia. Pues nada, no hay manera, a buscarse las habichuelas a la capital. Oye, y muy agradecido a los madrileños por su deferencia.

    • Popular
    • Categories
    • Archives